Listen and Appreciate~

*Era una bella tarde de domingo, los alumnos de seguro ya habrían terminado la mayor parte de sus clases especiales, si es que tenían y continuarían con sus actividades personales. El clima dejaba entender que sería adecuado para dar un paseo fuera de las mismas instalaciones del instituto, con un bello color azul en su cielo, con un esponjoso decorado de nubes blanquecinas. En cuanto a la brisa que bailaba era ligeramente más fresca que otros días, se podía estar con prendas normales. Pero aun a pesar de lo lindo que se le estaba entregando, casi en bandeja de plata, el rubio decidió disfrutar estar más en el hospedaje. Tenía el leve presentimiento de que todos saldrían y las afueras estarían visitadas por todo tipo de razas, incluso de sus mismos compañeros de lugar. Así mismo fue como terminó estando completamente solo en aquel espacio que podía llamar su hogar.

Estaba acostumbrado a su usual rutina, levantarse, hacer la limpieza del lugar, ayudar con la comida, darse un baño y tener su tiempo libre. Y ya incluso había pasado una hora de que todo eso terminó y no había algo con que entretenerse* -...Uhm...Esto de estar solo no me va a venir nada bien...- *Pero una idea pasó por su cabeza al instante. Asomándose por la ventana de su habitación, asegurándose de que no hubiera cercanos. Sigiloso, como si lo observaran, saco de debajo de su cama un pequeño estuche de violín, el primer accesorio que adquirió con su paga estando en ese mundo. Lo tomó delicado con sus manos y lo afinó. Desde su adquisición no lo había tocado, esa sería la primera vez. Lo ajustó a su hombro, se puso en postura y tomando un poco de aire hizo sonar las notas. Le faltaba práctica, claro estaba, pero no había perdido la delicadeza que siempre tuvo. Lo que si nunca se esperó, es de que alguien pudiera escucharlo en ese momento*

Pareciera que esa marca no sanara nunca, o por lo menos lo hiciera a un ritmo muy desacelerado, raro pues tenía entendido que muchos ángeles caídos y magos tenían una capacidad de regeneración más rápida de lo normal, sin embargo esta herida en mi mano, la cual era una abertura ahora pequeña gracias a la intervención de Eru, estaba tomando un preocupante tiempo para cerrarse, si no fuera porque ya había perdido la fe en la habilidad de los doctores en esta isla, por lo menos los que se encontraban en el instituto, iría a la enfermería que me revisaran, pero habiendo pasado por allí una decena de veces sin conseguir una verdadera solución, mas halla de vendajes molestos que se desprendían de mi piel antes de que llegara la noche, me parecía una tontería el seguir intentándolo.

Dejando mis problemas a un lado, el día se mostraba bastante calmo y pacífico, algo que e recordó bastante mi hogar, mi familia y los amigos que había hecho alguna vez en el ''mundo'' humano, para ser sincero fue una experiencia bastante agradable de vida y puede que sea eso lo que hiciera que mi opinión acerca de los humanos fuera bastante distinto con la estándar aquí, no les aborrezco, no les temo, ni les desprecio. A fin y al cabo son iguales a nosotros, quizás algún dio pudiéramos integrarnos todos juntos, se con ciencia cierta que la especie humana tiene buenas cualidades que nosotros que nos ocultamos carecemos, quizás sea la arrogancia de pensar que cargamos con la flama de los dioses o alguna otra patraña, no lo sé.

Sin embargo mis cavilaciones fueron interrumpidas por una dulce melodía a la distancia, a juzgar por la dirección y distancia de ella parecía provenir del hospedaje de los humanos. Mi intriga le gano a mi prudencia en esta ocasión, sé que hay cierta relación conflictiva con los humanos que se hospedan aquí, gracias a todo el desprecio que reciben puede que lleguen a odiarnos, sin embargo aquella melodía era de un instrumento el cual yo reconocía y anhelaba poder dominar.

-Violín- Dije al toparme en la ventana de aquella habitación de la cual provenía la música.

No me percate para ese momento que mi apariencia en ese momento podría ser un tanto amenazante pues ahora cargaba mi ropa informal, mi gran sobretodo azul combinado con una camisa de color claro y unos pantalones ligeros, además cargaba mi melena suelta lo que hacía que me viera mucho más grande de lo que era realmente. Para rematar el sol estaba a mis espaldas generando que de mi probablemente solo se viera una silueta poco distinguible, con el pelo tan desordenado podría hasta ser confundido con un hombre lobo en plena transformación.

-Que bella tonada- Dije aun así.

*Se dejó llevar por el momento, meciendo lentamente su cuerpo al compás del profundo y delicado sonido del violín. Sus dedos deslizantes marcaban precisas las notas como el ritmo mental que llevaba registrado. Esa melodía era una de las últimas que se había aprendido estando en el mundo humano, la utilizaba constantemente para calmar a sus pequeños pacientes atemorizados por ir con el médico. Gracias a ella había sacado gran número de sus bellas sonrisas, algo que nunca podría olvidar.

Cerró sus ojos para inundarse en sus recuerdos. Esa era la verdadera razón por la que no había tocado el violín anteriormente, no quería recordar lo bello que era su vieja vida y aún más, recordar a su gemelo. Ese chico que lo impulsó a ser su compañero en las clases de música, quien lo cuidaba y lo ponía a estudiar día tras noche hasta dominar a la perfección el control de las cuerdas y el arco, aquel que iba a ser la voz de sus futuras composiciones. Lo más posible es que él sería una de las personas que más hayan sufrido por su desaparición, aunque solo era una corazonada.

Soltó la última nota, arrastrando delicado el arco, concluyendo con un pesado suspiro* -Solo espero que todos estén bien…- *Se susurró para sí mismo, levantándose las gafas para limpiar aquella lágrima que escapo de su ojo derecho. Ignoraba por completo la presencia del joven estudiante fuera de su ventana, bueno, hasta el momento en que se giró dispuesto a guardar el pequeño violín en su estuche. Se quedó helado en su lugar, mirando fijamente a aquel ser. No supo cómo reaccionar, puesto que no se esperaba que lo escucharan, mucho menos alguien con aquel aspecto tan tétrico.

Se quedó unos momentos más en silencio, mientras que su acelerado corazón se iba calmando* -Je, pero que torpe de mi parte- *Mencionó con su dulce pero masculina voz, al tiempo de que esbozaba una sonrisa para el presente. Tomó con su zurda el arco y el violín dispuesto a asomarse un poco por la ventana* -¿Puedo ayudarle en algo?- *Se ofreció al contrario educado, tal y como se esperaba de su persona. A sus ojos, era como si el contrario estuviera esperando por alguien, o tenía alguna orden que darle, después de todo, para eso estaban los humanos, para servirles a las creaturas de aquellas islas*      

OFF:

Note cierta expresión de miedo al primer instante que me vio, no le culpo, la situación me daba toda la apariencia de una bestia. Me alarme un poco, no quisiera armar algún problema de esto, lo pero que me imaginaba que pudiera pasar era que resultara que existiera una regla para los estudiantes de no venir a los territorios de los humanos y fuera expulsado por haber causado problemas aquí.

-Disculpa, no quise asustarte- Dije en un tono un poco nervioso -Solo seguía la melodía encantado por ella, no me di cuenta por donde caminaba, no quiero causar problemas- Dije mientras rascaba la parte trasera de mi cabeza -Dime ¿No hay ninguna regla que me prohíba estar aquí verdad? no quiero entrar en algún problema a causa de mi descuido y falta de atención por las reglas-

Pero tras notar como se expresó de manera tan calma, pacífica y educadamente pude notar que el chico de adentro era una buena persona, para mi gran alivio, aun si estuviera mal de mi parte estar aquí dudo que fuera del tipo que mi chantajearía con esto.

-Debo admitir, como alguien que trata de tocar el violín, tu pieza fue bastante- Pensé en una manera de ponerla en palabras -A ver...- Me tome unos segundo -Mística, esa es la palabra, me sentí en un mundo de fantasía-

Seguía parado en aquella ventana, pero ahora me había cambiado a una posición en la cual me veía menos amenazador y de manera que el sol me iluminara mejor, al menos para que no pareciera una sombra en la ventana, tal vez ahora algunas facciones se notaría mejor, como el color de pelo u ojos, algo sutil me hiciera más.

Tras eso señale la puerta como seña de ver si era posible abrirla y poder hablar de manera más normal, hablar tras una ventana no era tan cristalino como pensaba… si, lo sé, chiste malo. Sin embargo pensaba que tal vez sería una buena manera de hacer las relaciones  entre humanos y los residentes de la academia mejor, podría mostrar que no todos somos unos abusadores, como tenía entendido que nos veíamos.

Spoiler:

*No pudo negar que su repentina actitud le había causado un poco de gracia, anteriormente él había sido quien, por sorpresa, se encontraba asustado, pero el contrario, que al parecer era un alumno, se había asustado por si hubiera reglas cercanas a esta zona. Ante su dudoso cuestionamiento nervioso le aclaro la duda negando con su cabeza, puesto que así era, el resto de las razas era libre de venir al lado de los humanos sin problema, mientras que ellos eran restringidos en veces a lugares de la misma isla e instalaciones.

La forma de expresarse por parte del menor le parecía bastante atractiva, no era como muchos otros que lo llegaron a tocar tratar, él, como pocos, era especial y pareciera con buenas intenciones. En lo personal, intentar adecuarse a ese mundo era complicado, pero no imposible, buscarse medios de escape a su tranquilidad era una opción a la que siempre reparaba, como lo era en ese momento junto al delicado violín.

Le señaló la puerta con una amplia sonrisa, como un medio de autorización para que se acercara. Fue así, como guardó el instrumento en su estucho permitiéndole que reposara sobre su cama, mientras él iba y atendía al inoportuno visitante* -Adelante, aquí nosotros no tenemos muchas reglas que digamos tee hee- *Le aclaró ya a su frente tras la puerta. Se hizo a un lado para permitirle pasar con una cálida invitación. Quizás tener algo de compañía terminaría siendo mucho más gratificante que estar solo, si, eso es lo que pensaba* -Gracias- *Contestó de repente al contrario* -Nunca antes alguien había dicho tan bellas palabras sobre mi música- *Ladeo ligero su cabeza para apreciarle mejor, y ahora que lo tenía en frente podía aclarar que no era tan tenebroso a como se veía de lejos*

-Oh! Si seré- *Algo apenado se golpeó ligero la cabeza con su propio puño antes de presentarle su mano junto a su inseparable pero marcada curva en sus labios* -Deja presentarme, Natsuki D. Willer, residente humano y conserje de la misma isla, es todo un gusto conocer a un joven que camina por el sendero del encanto musical- *Sabía que cada vez sus presentaciones se iban haciendo más claras entre que los días pasaban, y nada fuera que le molestara, puesto que estaba orgulloso de lo que era y para lo que servía en ese lugar. Pero su encanto fue haber atraído a alguien la primera vez que había tocado aquel violín dentro de ese mundo, eso reflejaba algo, aún tenía ese encanto*    

La persona se hallaba bastante alagada por mis palabras, eso no me los esperaba, pues una persona con tal talento era natural que recibiera halagos muy a menudo, a menos de que él lo estuviera ocultado que, por el momento, era a lo que más se asemejaba la situación en la que lo encontré, pues a esta hora parecía el único humano que se encontraba en el lugar.

-Lamento el venir así de improvisto, creo que he sido bastante irrespetuoso- Dije poco antes de que él se presentara -Yo soy Shinji Ajara, hibrido de mago y ángel caído, miembro de Dracheart, es un gusto el conocerle señor Willer- Me tome la libertad de vagar mi vista por toda la habitación -Bonita casa, mi cuarto da mucho que desear con un pequeño dragón malcriado que tiene las costumbres nocturnas de un gato- Bromee.

Otra cosa que note era la confiesa y tranquilidad que aquel sujeto tenia, eso me reconfortaba, al parecer la situación no era tan mala como la pintaban por los pasillos de Jinkan. Sin embargo no podía negar el hecho de que existían estos grupos elitistas que veían a los humanos como simples muñecos o peor insectos, ya quisiera verles las caras cuando les tomen desprevenido con un disparo no mágico por la espalda, a ver si sus poderes sobrenaturales salvaran a todos, me cuesta creer lo ciego que éramos a veces.

-Yo empecé a tocar violín por mi cuenta, de manera autodidacta, tengo muchos fallos que puedo notar, muchos más que me imagino que aún no logro ver- Dije tras mirar el estuche del violín -De todos los instrumentos ha sido el violín el que me parece que tiene....- Pensé un segundo en alguna palabra, sin embargo no pude hallar alguna -No puedo encontrar la palabra adecuada para expresarlo- Me encogí de hombros -Tal vez sea mejor así ¿No? Lo más que puedo decir es que es mi instrumento favorito-