Amane Haradrim

Muchacha de apenas dieciséis años de edad, un espécimen joven entre los de su raza. Su físico no oculta precisamente su condición, pero sabiendo la gran variedad de “aspectos” singulares alrededor del mundo, se refugia en ellos para no ser descubierta. Sus ojos son de una tonalidad roja brillante, en ellos se refleja continuamente la indiferencia y superioridad tan normales de los miembros de Haradrim. El cabello es un gris suave, casi blanco, atado en dos trenzas sujetas por dos listones blancos y dos coletas rojas al final. Usa gafas a pesar de no necesitarlas exactamente, pero son especiales para ella. Siempre viste el uniforme escolar, incluso en vacaciones o fuera del instituto, solo lo cambia por el pijama o el bañador en caso de ir a la playa (extraño).

Siempre se la puede ver con la misma cara de “poker”, así que casi nadie puede identificar su estado de ánimo o lo que piensa. Normalmente los únicos rasgos que muestra son los de superioridad, indiferencia y desagrado por las personas ajenas a su casa o los miembros más lamentables. Es la “aguafiesta” en la mayoría de las situaciones, la común frase de “No hay mal, que por bien no venga”, su opinión es completamente contraria: “No hay bien, que por mal no venga”, eso hace que muchos piensen que es pesimista, pero al contrario ella se considera realista. No le importa que la consideren así, ella no le toma importancia ninguna. Es la perfecta representación de su casa, no le extrañaría que la llamaran “Víbora” o “Serpiente”, para ella sería un gustazo. Puede ser cruel y manipuladora, manteniendo a las personas en sus garras incluso tratándose de pura basura. No hay muchas formas de perturbar a una chica como Amane, solo golpeando su punto más débil (desconocido por muchos) y es en un momento delicado emocional, causa únicamente por su padre, cualquier asunto respecto a él es tabú y su común seriedad puede tornarse en una feroz bestia que pasa de la locura al llanto o viceversa.

Amane es la hija del antiguo líder de la familia Haradrim, actualmente ella es la que ocupa dicho puesto. Desde su nacimiento sufrió el rechazo de su padre, él esperaba un varón para heredar la casa, pero temiendo no tener más descendientes la educó y entrenó con el fin de hacerla una heredera “digna”. La relación con su padre nunca fue perfecta, costaba incluso que llegase a ser normal. Ella se esforzaba en todo para que se sintiera orgulloso de ella. Las mejores calificaciones, diestra en los deportes, inteligente, elegante y la perfecta personificación de los Haradrim... pero eso no le bastaba. El solo hecho de ser una mujer, convertía todo sus logros en “responsabilidades” que debía cumplir si o si, sin esperar su aprobación. Por esa parte, Amane creció en un familia fría, eso explica la mayor parte de su personalidad indiferente y cruel, nadie nunca cuidó de ella y eso mismo aprendió.

Una triste mañana su padre murió de una enfermedad terminal que ocultó a la familia por razones desconocidas. La noticia de su muerte no trajo dolor ni llanto por parte de Amane, al contrario sintió alegría por una vez. Durante bastante tiempo creyó haberse convertido en un monstruo sin corazón, incapaz de sentir penas ni por su propia familia, pero con el tiempo comprendió que eso no significaba convertirse en monstruo, significaba que se hacía fuerte. Preocuparse por lo demás, querer, amar, pena, tristeza, eran sentimiento inservibles e innecesarios.
A la edad de dieciséis años pasó a ser la líder de la casa Haradrim, de los cuatro líderes era la que sacaba las mejores calificaciones, su inteligente y elegancia eran bien conocidos por todos. Al ingresar en la casa obtiene un huevo de serpiente, una mascota que acepta a regañadientes pensando que se trataría de un estorbo.

Actualmente lucha para seguir siendo mejor entre los líderes y demostrar lo mismo respecto a la casa Haradrim. Mantiene en secreto las relaciones personales, desconfía de su alrededor y tiene claro que a nadie le interesa saber de su vida.