Yuu Aikawa ~ ID

YUU AIKAWA

Sello: Muñeca derecha

Yuu es una joven alta, ya que mide 1.75, pero a su vez muy delgada, ya que su peso es de unos 50 kg. Gran parte de su altura se debe a sus largas y bien hechas piernas, de las cuales adora sacar partido con shorts, pantalones ajustados, leggins y faldas, costumbre que se ha visto restringida debido a su obligación de llevar el uniforme que figura en el reglamento.

Es una chica en apariencia atractiva y atrevida. Su pelo es entre marrón y rojo, bastante largo, ya que le llega a la altura de la cintura. Le gusta llevarlo suelto por comodidad y por estética, aunque cuando tiene que hacer algún esfuerzo físico prefiere recogérselo en una coleta. Sus ojos llaman la atención ya que son de un intenso color violeta, grandes, brillantes y con unas espesas pestañas color noche. Tanto su nariz como su boca son bastante pequeños. A pesar de las apariencias, es muy ágil y fuerte.

Yuu es una persona distinta a la que se esperaría al decir que es mitad ángel. Es una muchacha a la que le gusta sentir la adrenalina en su máximo nivel corriendo por su cuerpo y disfrutar del lado más extremo de la vida, tratando de superar las situaciones complicadas que ésta le ponga por cualquier medio.

A pesar de su dura apariencia de mujer fría y de pocas palabras, en el fondo es una persona extremadamente sensible, aunque prefiere guardar las apariencias. Es difícil hacerla llorar, ya que solo llora por cosas muy serias y nunca por tonterías.

Es valiente y siempre dispuesta a ayudar a la gente a la que ama y a arriesgar su vida por ella. No pone precios ni reparos en ayudar al prójimo y ponerse en riesgo por el. Siempre va a luchar por sus propias causas y nunca dejará atrás algo que se proponga. Cree en sí misma fervientemente, y para ella no existen las causas perdidas. Siempre lleva por delante sus lemas de "La esperanza es lo último que se pierde" y dice que jamás hay que dejar de luchar por una causa en la que crees, ya que si realmente crees en ella, jamás has de abandonarla.

-Mamá, mamá.- Decía la pequeña mientras desde el suelo observaba a su madre meciéndose en la mecedora.
-Dime cariño.
-¿Dónde está papá?
-Cariño, ya te he dicho que papá se ha tenido que ir.
-¿Pero a dónde? ¿Por qué tarda tanto? ¡Hace meses que no viene!
-Oh... cariño.- Su madre se levantó y la abrazó, ante el asombro de la niña.-Papá no va a volver.
-Pero... yo quiero ver a papá.-Dijo la niña haciendo pucheros. La madre suspiró y le cogió la mano.
-Cariño, esas cosas hacen a mamá sentirse mal.
-¿Poqué?- Dijo con su torpe vocabulario infantil.
-Por qué papá... Papá se ha ido.- La llevo al salón y le enseño un jarrón del que brotaba una bella rosa blanca.
-¿Esa flor es papi?- Preguntó sorprendida.
-Sí, mi niña. Esa flor es papi.


Mamá. Ella era la guía de mis pasos, la mujer que me enseñaba a ver la vida desde su punto de vista. La mujer que me hizo madurar y afrontar las situaciones que me ponía la vida.

Con el tiempo, mis ideas se aclararon. Mamá me explico que papá había sido asesinado en una pequeña batalla entre razas, pero jamás me dijo quién lo había matado, cuando ella lo sabía.

Mi madre era hija de dos reconocidos y poderosos magos, que a los 15 años conoció a un joven ángel mensajero de Dios. Ellos se enamoraron y años más tarde me concibieron. Cuando tenía 3 años, mi padre se fue un día repentinamente de casa, y nunca regresó. Días después de su ida, a mi madre le trajeron sus cenizas y una rosa que misteriosamente había crecido en ellas. Ella las guardó como su mayor tesoro.

Crecí bajo el seno de mi familia materna, los Hanato. Era una familia compuesta únicamente de magos y magos cuya alma se había visto corrompida, transformándose así en brujos. Era el orgullo de todos ellos. Mi abuelo era un hombre sabio que me adiestraba en el arte de la espada y me ayudaba a crecer en sabiduría, y mi abuela, una mujer que me contaba sus mil historias.

Cuando tenía 14 años, mi madre fue asesinada. Fue quizás una macabra broma del destino. El funeral se celebró un día lluvioso, lo recuerdo perfectamente. Subí a un coche para ir a casa, y mi abuela se tomó la molestia de acompañarme. Fue entonces cuando me susurró:
-Yuu, cariño, tengo que enseñarte algo.
Yo solo asentí, no tenía ganas de hablar.

Al llegar a casa, me condujo por los pasillos de la enorme mansión y me llevó al despacho de mis padres. Por alguna extraña razón, tenía prohibida la entrada allí, por lo que me pareció un ambiente hostil.

-No pasa nada, solo entra.

Entré. Mi abuela comenzó a rebuscar en algunos cajones, y yo esperaba lentamente. Finalmente, pareció terminar su búsqueda.

-Aquí está.- Dijo con los ojos brillándole.

Me dio una caja larga.

-Cuando me vaya, ábrela.

Mi abuela abandonó la mansión en silencio, y cuando la oí marchar, abrí la caja con los dedos temblorosos. Fue entonces cuando la vi. Aquella majestuosa y afilada katana, con un grabado que ponía: Y. A., mis iniciales. Al lado, había una nota ya desgastada por los años:
Para Yuu, de papá.

Comencé a llorar con la espada entre mis manos. Sería mi mayor tesoro. Guardé la katana en una caja y después me puse a rebuscar en todos los cajones, tratando de averiguar por que tenía prohibida la entrada al lugar.

Abrí un viejo baul donde encontré un documento.

"No has cumplido el trato. Nos has dado todo lo que el trato requería menos La Mercancía que pedíamos principalmente. Al no haberlo hecho, nos vemos en la obligación de proceder con la venganza. Si usted todavía quiere rectificar, denos a la niña."

Fdo. Calle Richmond Nº 5, La Organización

¿Qué era aquello? Después, vi otra carta.

"Ya se han llevado a mi hijo Jules, ya lo han matado y se han alimentado de su alma. ¿Por qué quieren ahora a mi hija? Me arrebataron todo lo que tenía sin negociar antes, solo se lo llevaron. ¿Por qué quieren a la niña? ¿Por qué? Ella es poderosa, sí, pero ella y mi mujer es todo lo que tengo. Yo... yo les doy mi alma si no se la llevan

Fdo: Kai Aikawa

Es un trato interesante. Vaya el 8 de junio al bosque. Allí será condenado por su infidelidad a La Organización.

Fdo: La Organización.

PD: Le devolvemos la carta."

Comencé a llorar desconsoladamente. ¿La organización? ¿Hermano muerto? ¿Infidelidad? No podía creer lo que había leído. Ellos me querían, querían mi poder. ¿Por qué? Yo no era tan poderosa. No lo sé. De pronto, comencé a atar cabos y me di cuenta de que ahora todo tenía más sentido.

Seguí leyendo otras cartas.

"Han pasado ya más de 14 años de la muerte de su marido. Todavía esperamos por la chica.

Fdo: La Organización, yasabedónde."

El papel estaba mojado, seguramente por lágrimas. De pronto, comencé a entender las conversaciones de mi madre por teléfono con gente extraña, que se fuera tantas veces de casa y tardara en llegar... Lo comprendí todo. Esa gente me necesitaba, por alguna extraña razón.

Ya que nos ha ofrecido su vida, al igual que su marido y su hijo, le daremos más tiempo de vida a su hija.

Fdo: La Organización `

Comencé a sentirme mal. Yo era la causante de las muertes de mis dos padres. Y seguramente mis abuelos también morirían... Todo por mi culpa. Me eché a llorar en el suelo, sin consuelo. Y en mi mente se dibujó una ruta y un destino.

"Calle Richmond Nº5" Leí. "Es aquí". Era una vieja mansión, en apariencia abandonada. Toqué el timbre mientras temblaba. No funcionaba. Forcé la puerta y derribé la entrada.

Dentro de la estancia, recorrí miles de pasillos y de salas, en busca de alguna respuestas. Fue entonces cuando llegué a una enorme sala con cientos, miles de fotos mías y de mi familia, de toda mi vida.

-Yuu.- Dijo una voz detrás de mí. Me giré sobresaltada. Era mi abuela. Me había seguido hasta aquí.-vete de aquí.

Acto seguido me explicó una historia. Hace tiempo se fundó una Organización. Dicha organización necesitaba un híbrido de mago y ángel, y tras que mi padre condenara a parte de aquella familia por cometer atrocidades contra ciertas personas bajo el mandato de Dios, decidieron vengarse y fueron ellos los que hicieron coincidir a mi madre, una maga, y a mi padre, un ángel, para que concibieran un hijo y así llevárselo. Tuvieron un primer hijo, y dicha organización lo secuestró. Sin embargo, no era lo suficientemente fuerte, así que lo mataron y dejaron el cadáver en la que era su habitación. Pasó el tiempo y mis padres se mudaron y pensando que no los localizarían, me concibieron a mí. La Organización regresó mediante amenazas e hizo un trato con mi padre, siendo yo parte de ese trato. Al incumplirlo, lo mataron, y a cambio de su vida me darían 14 años de libertad. Hicieron lo mismo con mi madre, pero esta vez tendría 4 años más de libertad.

Tras comprenderlo todo, volví a mi casa. Pasaron los dichosos 4 años, y... Mis abuelos fueron asesinados. Mi abuela dejó una carta en el buzón que decía:

"Hola cariño. Si lees esto, es que ya estamos muertos. La Organización te busca y no pretende darte más libertad. Durante todo este tiempo he buscado un lugar donde poder refugiarte, y ya lo he encontrado. Es un lugar donde va la gente como tu, un lugar inalcanzable por una mente humana, fuera de cualquier coordenada conocida. Allí te liberarás de todas tus cadenas... Y podrás ser feliz."

Después, explicaba como llegar, y terminaba con un:

"Prométeme que volverás a sonreír y que no estarás triste. Por que, aunque creas que estás sola, mi niña, jamás lo estarás"

-Te lo prometo abuela... Te prometo que volveré a sonreír.


Y aquí estoy finalmente. En paz, sin miedos. Deseando empezar de 0 nuevamente, con una promesa y una extraña mascota en mis manos.

CODIGO POR OYUKI ♣ 2012