✿ |Courir après un loup| ✿

Courir après un loup
•c'est comme courir une illusion, impossible.•
 •Soundtrack•

Una petición directa del director, ¡Que honor!, o supongo que así debería sentirme, sinceramente me habían despertado temprano en la mañana mientras dormía, en un día libre no más, quería dormir hasta bastante pasada las diez, sin embargo termine de pie a eso de las ocho de la mañana.

-¿¡Que quieren que valla a buscar a un licántropo en un templo?!- Aullé en mi habitación, gracias a dios seguía siendo su único habitante -Lo peor es que no me puedo negar- Estaba de un humor de perros.

-¿Finji?- Malek había despertado, me veía por un ojo levemente abierto -¿Qué usede?-

-Tendrás que despertarte, nos vamos dentro de una hora a un templo por el descuido de alguien- Suspire -Palabra del director-

-¡¿Bachman?!- ¿Por qué ese nombre si lo decía bien?

-Sí, ni siquiera lo he visto por la escuela y me viene con algo así- Me estire -No es como si despreciaría algo de acción, pero despertar a alguien tan temprano en la mañana debería ser delito-

Seguimos discutiendo un rato mientras yo me alistaba, obviamente no usaría el traje escolar para esta labor, usaría mi larga gabardina azul por la cual era bastante conocido fuera de la institución, era una de mis características comunes, nunca salía sin ella. La razón para ello es que era de mi padre, la usaba cuando está en entrenamiento, cuando tenía mi edad, se la dejo a mi madre antes de partir y dijo que era su herencia para mí, la atesoro desde que la recibí. Pero basta de cursilerías, ya estaba listo y me sobraban minutos antes de salir, entonces se vino una idea a mí.

-Supongo que resultaría útil llamar a los espíritus oscuros, les diré que se preparen- Entonces me concentre por un tiempo, al cabo de unos minutos logre contactar con ese plano tan macabro -Espero que mi madre haya sido clara con ustedes, no quiero que causen más problemas que soluciones, necesito que varios minios y unos familiares se preparen para ser invocado en unas horas ya que puede que necesite de una mano-

-Les avisare heraldo- La voz sin cuerpo físico inundo mi mente, era un sonido sombrío y áspero que hacían que me se me encresparon los pelos de la nuca -Espero que nuestros servicios sean de ayuda.

Tras salir del contacto sentí un leve mareo, típica sensación de contactar con esas fuerzas, era como si mi mente pasara de un lugar a otro con suma velocidad. Sin embargo no fue nada grave, así que me dirigí a la puerta con mi dragón cuando me di cuenta que había pasado más tiempo del que creía, salía diez minutos tarde.

-¡Demonios, Malek movámonos!- Dije tomando a mi dragón y corriendo a toda velocidad fuera del recinto de habitaciones.

Corrí como el corre caminos, según había oído tenía una compañera para la misión, lo menos que quería ahora era escuchar los reproches de alguien por mi puntualidad. Al cabo de treinta minutos había llegado a los campos donde se encontraba el templo, me tome cinco minutos más en llegar al templo en sí, allí una chica peli azul estaba esperando pensativa.

Me detuve a unos metros de la chica, tome aire mientras hacia un gesto con la mano para que me diera un segundo.

-Disculpa por la tardanza, tuve que hacer algo antes de salir- Seguía jadeando un poco -Shinji Ajara de Dracheart y este dragón el Malek-

-Las- Saludo la criatura.

-Entonces, debemos capturar a este hombre lobo que está escondido en el templo ¿Te molestaría que hiciera algo para ayudarnos?-

Tras decir eso troné mis dedos y al acto tres criaturas pequeñas de aspecto de duendes salieron del suelo, todos tenían un aspecto siniestro, pero se mostraban bastante disciplinadas sin mover un dedo sin que dijera nada.

-Quiero que investiguen delante de nosotros y me avisen si consiguen al lobo- Ordene y luego me dirigí a la chica -Listo, nos ayudara a dar con la criatura de manera más rápida-

Los minions para ese momento habían todos entrado en el templo, solo sería cuestión de tiempo para enfrentarnos.

[OFF: Espero que no te importe determinar la hora del día para el rol ]
[PD: Me han dicho que debo cambiar la habilidad de mi mascota para hablar, solo se podrá comunicar conmigo de manera psíquica, no es necesario cambiar nada, pero de aquí en adelante pasaremos como si no pudiera hablar abiertamente]

Courir après un loup
•il implique plus que l'ennui. Il faut toujours prendre soin de votre troupeau.•
 •Soundtrack•

Courir après un loup
•il implique plus que l'ennui. Il faut toujours prendre soin de votre troupeau.•
 •Soundtrack•

Muertos. Los cadáveres a sus pies se apilaban con avidez, en busca de conservarlos de la mejor forma posible, para una futura consumición caníbal en un mañana cercano. Lamentable destino el de los moradores del condado La True, abandonados por la sociedad y exiliados al ostracismo por no alcanzar la categoría precisa para ser rescatados. La región desolada por la enfermedad era evitada por los médicos, que preferían detenerse en las ciudades próximas para emborracharse de alcohol importado y alardear de sus habilidades curativas ante los grandes magnates de los negocios. La alegría del existir se había desvanecido de los orbes de sus habitantes, siendo sustituida por el vacío y el sufrimiento que les producía hasta el respirar. Nada podría aliviar su tormento jamás.

Y en medio de la pobreza y el descaro del vivir por aferrarse a algo, florecía una pequeña pero poderosa fuerza en una infante que pertenecía al reino del lujo pero fue extraviada en lo deplorable. Su menuda mano se aferraba a la de su progenitor postizo, contemplando las defunciones a su alrededor con semblante neutro, entreabriendo de cuando en vez lo labios para dejar escapar un suspiro monótono. Su rostro se alzó hacia el cielo grisáceo teñido con el pesimismo de los moradores de la desastrosa zona. La Luna se ocultaba tras las nubes en la oscuridad, haciendo acto de presencia de cuando en vez. La joven no cesaba de buscar con desesperación el resplandor del astro reina a cada minuto que se sucedía. A pesar de las altas horas, resultaba imposible conciliar el sueño en la inmundicia. Los paseos nocturnos eran habituales... Aquella era la única forma de conseguir que la criatura terminara por sumirse en su ligero letargo. Deambular entre los callejones encharcados en desechos y cadáveres, serenaba a la pequeña. ¿Por qué algo tan terrorífico complacería la conciencia de una niña? 

Porque le recordaba que su corazón continuaba latiendo.

La muerte cubriendo su avanzar provocaba una abrumadora sensación de triunfo, como si el que sus pulmones siguieran llenándose de oxígeno representara la gloria de un premio entregado al mejor superviviente. Aunque la indiferencia pareciera gobernar en su interior, se aferraría a la vida. A fin de cuentas, era lo único que realmente le pertenecía. El adulto aumentó el agarre sobre sus dedos, brindándole una devota sonrisa paternal. No le importaba pasar las noches en vela, alardeando de su trofeo por los barrios bajos. Nathalie era su preciado tesoro, su posesión más valiosa... Algo de lo que no se desharía jamás. Antes sacrificaría a sus seres queridos por mantener las mejillas sonrosadas de vitalidad en las facciones de la mocosa. Su brillante tonalidad de cabello, sus pómulos altos, su perlada tez... Todo en ella debía ser preservado cual joya inimitable. Las miradas de ambos seres se cruzaron y durante un efímero instante, ella fue la sombra y él la luz. El ambiente a su alrededor, aquel adulto, apagaban la llama en la menor, mas la susodicha encendía en el corazón del familiar postizo una poderosa chispa que lo impulsaba a sonreír sin prejuicio alguno.

—Nathalie, ¿qué es lo que buscas?

La voz ronca sobresaltó a la infante, que dio un pequeño salto en el sitio, frenándose en seco. La peli-azul cerró los párpados, ladeando el rostro suavemente hacia la derecha. Se soltó del agarre paternal, alzando su pequeño brazo hacia el cielo cubierto por la neutralidad del gris.

—La Luna. Ella está jugando al escondite conmigo.

Palabras infantiles, cargadas de una ingenuidad abrumadora. La curvatura del señor se ensanchó, antes de abrir su boca en una carcajada cargada de falsedad. La inocencia de la pequeña criatura conseguía enternecer profundamente. Su ancha mano se posó en la cabellera ajena, revolviendo la misma con indiscreto afecto protector. Así era, no podía dejar que la niña perdiera su belleza y su alegría.

—La Luna solo ha venido de visita, no va a quedarse contigo... Las nubes no quieren que entre aquí. Se celan de que ilumine la oscuridad.

—Ya veo... Yo pensé que era otra cosa...

—¿A qué te refieres, Nathalie?

Una mirada cristalina como un espejo que se posa en el demacrado rostro de un adulto. Una sonrisa inaudita en las facciones de una niña... El reflejo de un sentimiento nostálgico hacia algo que ni siquiera había experimentado. Una respuesta distante, lejana...

—Creía que se había perdido, y como los perros, había ido a morir lejos de sus dueños. 

Fragmento de las memorias de Nathalie.

Huyó.

No se cuestionó lo que estaba haciendo, ni siquiera las palabras del ajeno llegaron a sus oídos... Sencillamente apuró el paso y se internó en la oscuridad sin volver la vista atrás. Sus párpados se cerraron. Apoyó la palma de la mano en la fría roca de las paredes del templo, frunciendo el ceño y soltando una queda maldición en voz baja por su debilidad. Por suerte, el recién conocido podría interpretar su actitud como el común gesto de individualismo característico en ella. ¿Por qué? ¿Por qué diantres no era capaz de darle la espalda a su indigno pasado? ¿Acaso era una condena por haber prosperado y abandonado la ciudad que la crió? No tenían derecho a juzgarla. Nadie.

Un resoplido molesto se escapó de los finos labios de porcelana de la aristócrata. Cuanto antes capturara al sarnoso chucho, antes podría encerrarse en sus aposentos, esconderse bajo las sábanas y temblar atemorizada porque las pesadillas la persiguieran como todas las noches. Recuperó la compostura, enderezando el tronco y emprendiendo la marcha por uno de los callejones en los que se dividía el camino. Escogió el de la izquierda, quizás por ser ella misma zurda. No había nada de lo que estar asustada, solo eran sombras... Fantasmas del ayer semejantes a la oscuridad que ahora la envolvía. Debería de sentirse a gusto entre ellas, eran parte de su esencia... Pero sencillamente las repudiaba, escondía sus recuerdos infantiles en lo más hondo de su subconsciente para rehuir la realidad. Ella era Nathalie Adiashen, heredera de la dinastía más poderosa y rica del planeta... No podía dejarse doblegar ante triquiñuelas semejantes.

Alzó el rostro hacia adelantes, sintiendo una presencia frente a ella. Sus labios se curvaron con arrogancia y determinación, avanzando con decisión hacia la nueva silueta que resplandecía en la senda. Irónicamente, la gigantesca bestia estaba delante de uno de aquellos anodinos santos no reconocidos por nadie. A pesar del gran tamaño del animal, este se mostraba sumiso ante la muchacha, siendo dominado por los efectos del control de hormonas de la misma.—Pero que tenemos aquí, si es un chucho apestoso domesticado.~ Acabemos con esto rápido, debería estar limándome las uñas y encargando la cena a los mejores proveedores de Francia. Eres una verdadera molestia.—No es que a la chica le disgustasen los animales... Pero es que no consideraba a la alimaña frente a ella uno de ellos, sino un estudiante cansino e inferior que interfería con su rutina.

Alzó su mano, dispuesta a posarla sobre el ser y así poder doblegar absolutamente su voluntad... Sin embargo, en el último instante éste se abalanzó desesperado contra la muchacha, consiguiendo derribarla y que ambos rodaran por una pendiente escondida en un costado del templo. Sintió como las mangas de su traje se desgarraban y un pequeño corte empezaba a sangrar en su mejilla. Cuando la carrera llegó a su fin, se hallaba en una planicie desconocida. ¿Era aquello un cuarto secreto? Al parecer la visita no sería tan corta como era su primera intención. Se sentó en el suelo unos momentos, acostumbrando sus orbes a la oscuridad en cuestión de segundos. No había ninguna salida aparente. Alzó el rostro, viendo que la cuesta descendida era casi imposible de volver a escalar, y demasiado estrecha como para volar. ¿Pasaría algo si destrozaba a fuerza bruta el techo? Seguramente destrozaría todo el lugar... Y aquello disgustaría a su familia. No. Buscaría una vía de escape... ¿Qué idiota haría una sala sin salida alguna?

Sus orbes se posaron ahora en la silueta del lobo, que había quedado inconsciente por la caída. Inútil. Como su metamorfosis no había sido completada del todo, su subconsciente le había obligado a rebelarse contra el control hormonal. Habría sido tan sencillo que se dejara manipular... Una déspota carcajada se escapó de sus labios. Cuan repelentes se le antojaban esos seres. Y de pronto, recordó que sus ropajes estaban llenos de polvo y que el corte de su mejilla seguía soltando líquido. La ira la embriagó.—Maldito animal estúpido... ¡HAS ESTROPEADO MI PERFECTA IMAGEN! ¡Mereces la muerte!—Berreó profundamente enojada, dando un pisotón en el suelo.

El día no podía sino empeorar.

Spoiler:

Habiendo puesto varios de mis minions por el lugar tenia ojos y oídos en todas partes, si algo ocurría yo sería capaz de saberlo por mi conexión, claro está, esta era una técnica bastante pesada y no creo que dure mucho antes de que mi lazo se debilite y no pueda seguir manteniéndoles en este mundo. Sin embargo no era necesario el hacerme de más tiempo, pues pude detectar un movimiento proveniente del lado contrario al que tome, uno de mis subordinados había notado a mi compañera problemática y al lycan, al parecer se solventaría el problema rápidamente pues parecía que ella lo había domado con suma facilidad.

-Podrá tener una boca bastante grande, pero es bastante habilidosa- Me permití darle un cumplido.

Sin embargo era demasiado temprano para cantar victoria, pues el hombre lobo se zafo del trance y ataco a la chica, la pelea había dado con mi espía escondido y le había lastimado fuera de combate, había regresado al plano espectral y no había logrado ver como había sido el desenlace del combate, rápidamente encendí mi espada arcana y la tome con mi mano derecha, esto era preocupante, ciertamente no quería un cadáver más aquí y la chica paso de dominar a ser dominada en poco tiempo por lo que eso podría ser lo próximo que vería.

-Supongo que debí guardarme los cumplidos para cuando hubiéramos salidos, maldición espero que no tenga que cargarla hasta un hospital.... aunque pensándolo bien tampoco quiero cargar con el lobo ambos ciertamente tienen aspectos fieros- Me permití soltar una pequeña broma mientras despegue en una carrera hacia la chica.

''Ciertamente no debiste separarte''

''No comiences''

''Esta bien me callare un rato''

Para guardar magia deshice la invocación de los minions y empecé a tomar energía de los espectros mismos para abastecer un poco de energía. Mi espada iluminaba todo como una linterna por lo que me había sido fácil el correr en lo que antes era una penumbra. Al cabo de unos minutos llegue al lugar, sin embargo no había nadie.

-¡Oye!- Grite -¡¿Estas bien?! ¡¿Dónde estás?!- Había cierto tono de preocupación, leve, pero se podía notar -¡¿No has matado al lobo verdad?!- Sin embargo no evitaría molestarla si tenia la oportunidad.

Camine inspeccionando el área donde había peleado, definitivamente era aquí, las marcas en el suelo y paredes lo mostraban, pero ¿Dónde habían terminado? Seguí las marcas de la pelea hasta llegar a una pared, nada más. ¿Que era esto? Estaba estupefacto al hecho, sin embargo no era tiempo para andarme con tonterías, seguí investigan el lugar, camine, camine y camine por los alrededores, nada.

-¿Se los trago la tierra?- Era extraño.

Habiendo perdido tanto tiempo en el lugar decidí alargar mi búsqueda, pase a un cuarto anexo y seguí la búsqueda, mas al dar dos paso una leve sonido de clic y el cambio de altitud del suelo donde mi pie izquierdo estaba puesto me hizo darme cuenta.

''¿Shinji?''

-Con un demo…- Sin embargo no me dio tiempo para hacer nada pues rápidamente sentí un empujón, fui rápidamente movido a un lugar distinto sin saber si quiera como.

Rodé por una pendiente un tanto inclinada hasta llegar a un cuarto, por los impactos mi espada arcana había desaparecido, pero no tarde en volverla a materializar. Estaba en un cuarto no muy amplio que se día y a no mucha distancia se podía ver dos cuerpos uno en el suelo sin mover un musculo y el otro que se podría describir como histérico y ruidoso... al menos ya sabemos quién gano.

-Me alegro que nada malo te pasara- Dije acercándome -Por un minuto ustedes dos me tenían con la impresión de que se matarían, aunque veo que te las arreglaste para salir airosa de esta- Mire al hombre lobo -Supongo que solo es cuestión de hacer que este reciba la medicina para que podamos salir- Dije eso al mismo momento que voltee a buscar alguna salida y para mi valiosa sorpresa no había nada que se asemejara a ella -¿Y la salida?-

Supongo que debí tenerlo en cuenta al caer por aquella trampa.

-¿Quién cojones hace una trampa como esta en un templo?- Fue entonces que note que Malek no estaba encima de mí, sentí mi piel palidecer, para entonces supongo que se podría notar una expresión de pánico en mi rostro.

''¡¿Malek dónde estás?!''

No había respuesta, eso solo hacía que me preocupara más y más, con un demonio ese dragón siempre hacer que me estrese.