Twyla Herondale

por **Twyla Jenkins** Vie Jul 12, 2013 4:27 pm

»NOMBRES & APELLIDOS: Twyla Aeryn Jenkins-Herondale

»APODO: Jenkins, Twy, Twyla

»EDAD: 18 años

»SEXO: Mujer/femenino

»ORIENTACIÓN SEXUAL: Bisexual

»RAZA: Mago

»AÑO EDUCACIONAL: Tercer año

»CASA: Haradrim

»SELLO: Un guardapelo.

»OFICIO: -

»DESCRIPCIÓN FÍSICA:
Twyla es una joven de aspecto elegante. Piel clara y suave, rostro afilado pero a la vez conservador de cierto toque de niñez, algo que contrasta enormemente con sus astutos ojos de color azul claro y sus labios llenos y rebosantes de sensualidad. Sus cejas son finas y curvas, dotándola de cierto aire de misterio, y sus pestañas largas y violáceas. Una melena oscura que cae por su espalda, dejando entre ver el dispar color que presenta: Morado oscuro como la noche más cerrada, y rosado como sus labios juguetones.
Twyla es una mujer alta y de cuerpo delgado, perfectamente estilizado, el cual le gusta ocultar bajo ropas de colores purpúreos y negros, que potencian su lado más infantil e inocente como una pura artimaña de seducción, que si bien no muestran, insinúan: El poder de la imaginación es ilimitado.

Suele llevar a diario el uniforme escolar pulcramente planchado y sin manchas algunas, aunque le gusta adornarse el cabello con lazos, y llevar algún que otro adorno que le de un toque personal, pues no le gusta ser comparada con el resto. Ella es única y genuina.

»DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA:
Twyla es tan peligrosa como una espada de doble filo: Brilla y resulta atractiva, pero es evidente que si juegas con ella terminarás cortándote. Lo único que le importa en su vida es ella misma, y considera que en los juegos de poder por sobrevivir e imponerse ella juega un poco mejor que los demás, lo cual le da una ventaja considerable. Su ambición no conoce límites, y es capaz de hacer lo que sea para lograr sus propósitos, cueste lo que cueste, algo que la lleva a ser muy persuasiva e insistente. No le importa requerir a cualquiera de las artes conocidas para obtener su fin preciado, ya sea la seducción, el engaño, o la traición. En efecto, es una mujer terriblemente vengativa que no tolera agravios personales de ningún tipo: Cuidado, si algún día la enfureces has de saber que terminará por hacerte pagar. Orgullosa y caprichosa hasta puntos insospechados, Twyla es un poco ególatra, aunque jamás lo demostrará en público, donde suele dejar ver una cara más precavida y serena que inspira imperturbabilidad y confianza. La cuestión es hacerles creer al resto lo que ellos desean. En cierto modo, la hechicera gusta tejer redes verbales tales como las de una araña, para atraer a sus presas y someterlas a sus deseos. Es por lo tanto, una mujer inteligente, fría y calculadora, y posee el don de ser paciente pues ahí está la virtud. Conoce muy bien sus posibilidades y sabe usarlas a la perfección a su favor.

No siempre fue así, claro está, ya que antes era una joven sencilla, insegura y enamoradiza. El cambio drástico de Twyla se debe a varios factores, entre ellos el temor a ser asesinada debido a sus propios poderes, los cuales tuvo que mantener ocultos por un tiempo debido a la animadversión de su tutor hacia todo lo paranormal, el mismo que acabó con la vida de sus padres. El descubrirse presa de un engaño, hizo que su carácter cambiase y fuese más consciente de sus propios poderes. Twyla no ve la magia como una maldición, sino como una bendición que los humanos, y por eso precisamente debe imponerse ante ellos y demostrar su superioridad, porque alguien tan poderoso como ella no debe doblegarse jamás ante quienes deberían obedecerla.

»PODERES:

Alzar de la tumba: Es capaz de convocar tres esqueletos que obedecen sus órdenes durante tres turnos. Debe esperar otros tres turnos (cuando todos caen, no puede realizarlo mientras quede uno en pie) para poder volver a invocarlos.
Pesadilla: Es capaz de provocar en una persona visiones de su más temida pesadilla. Actúa en un área de 2 metros, sobre un único objetivo, y el efecto dura dos turnos. Debe esperar dos turnos para volver a realizar la pesadilla.

»DEBILIDADES:

No le gusta la luz del sol, pues su piel blanca se quema con facilidad y ella no tolera las imperfecciones.
No tiene control total sobre sus poderes y corre el riesgo de convertirse en víctima de sus propios hechizos si no pone toda su concentración en realizarlos.
Es alérgica al pelo de gato.

»ARMA:
Tiene un látigo de dos metros.

»HISTORIA:
La nigromancia era la clave esencial en la familia de Twyla. Desde varias generaciones atrás, la estirpe se había dedicado a indagar sobre los efectos de la magia más allá de la vida, los hilos capaces de levantar al difunto de su propia tumba y usar su cuerpo, cual cáscara vacía, para sus oscuros planes. Tampoco era de extrañar en ellos cualquier tipo de magia oscura, imbuidos en sus conocimientos casi desde su propio nacimiento.

Sin embargo estas directrices fueron desconocidas por ella durante mucho tiempo... Twyla fue adoptada y educada como una más en la casa de Robert Herondale, un hombre estricto e inflexible; donde convivió junto al único hijo de este, Derek, con el que entabló una especial amistad. Sin embargo no se sentía segura, pues en alguna que otra ocasión la muchacha había manifestado ciertas rarezas que ella intuyó acertadamente que se trataban de aquello que su tutor más odiaba, magia. Twyla sabía que su padre adoptivo odiaba la magia debido a la muerte de su esposa, y temía defraudarlo y acabar abandonada en la calle como una alimaña peligrosa; y mientras esos miedos crecían, también lo hacía su amor por Derek.

Esto último no pasó desapercibido para Robert Herondale, el cual decidió que la fijación de Twyla podía ser "peligrosa", por lo que decidió enviarla a un instituto privado de señoritas con tan sólo 12 años, alejándola de su hijo, para que recibiese educación. Ese fue su peor error.

Así fue como cayó en las garras de Arianne Jenkins era una experimentada hechicera que había urdido un plan para contactar con la pequeña. No tardó en darse cuenta del potencial de su nueva pupila, pero había mucho más. Se reveló como tía de Twyla y desveló que ella conocía algunos secretos... Tiempo atrás sus padres habían muerto bajo la mano de aquel que le había dado cobijo, llevado por la culpabilidad y los deseos de extirpar de ella todo rasgo de esencia sobrenatural.

Al principio no quiso creerlo, era demasiado terrible para ser verdad. Se negó a creer a Arianne e intentó escapar, pues tales revelaciones eran demasiado irreales y dolorosas. Pero no pudo huir más de la verdad, algo en el fondo le decía que era verdad, ¿Por qué si no la había mandado tan lejos? Era evidente que Robert le tenía miedo.

Tras algún tiempo de conspiración y adiestramiento, prácticamenbte todo rasgo de la anterior Twyla había desaparecido, dejando paso a otra criatura mucho más oscura e imprevisible. Arianne decidió que no era sensato seguir con su educación, y optó por enviarla al único lugar donde podría proseguir estudiando sin problemas hasta que llegase el día en que decidiese tomar represalias contra su padre adoptivo. Por su parte, Twyla aguardaba. No perdonaría a Robert Herondale, jamás.

Una noche de tormenta Arianne invocó un portal, usando un espejo de obsidiana pura, la superficie de esta dejó a un lado su brillo negro mostrando un peligroso vórtice de color violeta que conducía a aquel místico lugar de nombre Jikan. La duda pareció mostrarse por un momento en sus ojos azules, que ahora reflejaban el color violáceo del vórtice, pero su actitud no la delató cuando atravesó con decisión el espejo y se adentró en aquel nuevo mundo...

Twyla miraba por la ventana de su dormitorio, con un huevo reposando en sus manos de piel blanca y suave, observando de forma calculadora las instalaciones que se divisaban desde sus aposentos. Se dejó llevar por un momento de debilidad y abrazó el orbe que contenía al que posiblemente sería su único amigo en aquel mar de desconocidos y potenciales enemigos, y susurró:

-Sólo te tengo a ti, Silex. No necesito nada más.

Y así fue como la joven dejó de huir de su destino y aceptó aquello que le daba su propia esencia, los poderes de una poderosa bruja.

»EXTRA:

No le gusta la gente que habla por los codos, los considera aburridos y molestos.
No le gusta la competencia. Debe ser eliminada.
Colecciona muñecas y peluches.

»IMAGEN: