Natsuki D. Willer

Nombre y Apellidos: Natsuki D. Willer

Edad: 24 años

Sexo: Masculino

Orientación Sexual: Demisexual

Oficio: Personal de mantenimiento y Limpieza



Descripción Física:

-Gracias a los años, este hombre ha logrado mantenerse con un aspecto altamente llamativo. Su alta estatura puede representarlo en momentos como alguien dominante. Su anatomía es fina, poseyendo una complexión delgada, marcando el fino cuerpo masculino y bien cuidado que tiene, de un peso moderado a pesar de ser todo un glotón. Aun cuando su cuerpo es al estilo deportista, suele opacarlo bastante con el estilo de prendas que suele usar día a día.
Su piel es de un elegante tono aperlado, que hace resaltar bastante sus grandes orbes. Estos, escondidos siempre tras unas gafas, reflejan un claro color esmeralda con leves detalles pero intensos toques ámbar. Son altamente expresivos, cosa que son señalados como su mayor atractivo físico. Indiscutibles al reflejar completamente sus intenciones. Seguido, se encuentra su juguetona sonrisa, que a pesar de la circunstancia, siempre se encontrará presente en sus labios. Decorándoles hace a la par sus finas cejas, las cuales cuida constantemente para que no le hagan perder su encanto facial.
Su cabello, de una impecable suavidad al tacto, llega a duras penas al roce de sus hombros. Su tonalidad es de un interesante color castaño claro, que bajo el sol o intensos rayos de luz, se muestra tornasol a un rubio. Es naturalmente rizado, causando que los mechones miren al exterior, del cual el único curioso es el que sobresale de su cabeza, que suele peinarlo hacía atrás.
Si uno es bastante observador, podrá notar que, en la parte superior de su oreja derecha tiene una perforación, la cual es decorada por un anillo de oro sin ningún grabado (Representación de su primer grupo médico, entre ellos lo hicieron para evitar contaminantes). Poseedor de una elegante y profunda voz varonil.

Su vestimenta, como ya se ha dicho, es lo que claramente opaca en casi su totalidad el físico de este hombre; que, a pesar de su esquicito gusto por la elegancia, suele llevar prendas levemente holgadas, abultadas y/o sin buena combinación y estilo. Es aquí donde se puede presentar vistiendo su amada bata de médico.
Es muy tradicionalista, a lo que le agrada bastante llevar corbata, camisas largas, con chalecos, pantalones y cinturón, dándole perfectamente un aire de un adulto aburrido y siempre ocultando lo más que pueda de su cuerpo. Pero también tiene sus momentos en los que suele lucir, ya que, al no ser de edad muy alta, tiene el gusto por ciertas prendas modernas, pero que al mismo tiempo sean bastante extrañas y especiales.
Eso sí, al ser parte del Instituto como “Personal del mantenimiento y Limpieza” no suele resaltar mucho  con sus ropas, usando tonos obscuros para evitar mostrarse sucio; usualmente conjugado esto de dos piezas pantalón y playera. En caso de trabajar en los alrededores o al aire libre, le es de su agrado llevar consigo una boina y guantes de tela. Eso sí dejando, al menos mientras trabaja, su preciada bata médica.
De algo si se estará seguro, sea como este vestido, cargara con uno o dos bisturís por protección propia y ajena de él.
   


Descripción Psicológica:

-Natsuki es un hombre que ve hacía el futuro, pero un futuro quizás alterno. No está loco, solo es demasiado creativo y diferente a los demás, le gusta inventar cosas y serle de útil a los seres, ya sean humanos, animales, plantas, mágicos, astrales o espaciales.
Se muestra como alguien alegre, siempre el sol. La buena vibra se siente donde quiera que él este. Es respetuoso con las personas, pero cuanto estas se merecen o cree que merecen otra cosa, no duda en contestar adecuadamente e ellos. No es de su parte el dejar plantado a alguien o nada, siempre está atento a realizar sus deberes. Es muy inteligente y astuto, además de ágil pero torpe a la vez. Tiene un gran corazón y siempre con unas intensiones valorables. Intachable a su honestidad, peca de ello, a lo que en momentos lo mete en problemas. Protector con quien él dice, se lo merece, y con quien no, puesto es igualitario. Adora complacer a las personas, hacerlas sonreír es uno de sus más grandes placeres, ya sea producidas por sus palabras o acciones.  
Es un gran fiel a sus ideas y pensamientos, permitiendo que le corrijan cuando está mal, aun cuando se le dificulta aceptarlo. Evita a cualquier costo la violencia físico, verbal, mental y estelar, apartándose de lo que son las peleas después de un cierto límite. Tiene un lado sádico que muy poco muestra al ser algo incómodo para las personas, comenzando a describir los cuerpos que alguna vez abrió o lo lindo que sería poder examinar las diferentes tipos de razas para definirlas, claramente todo esto bajo el autoría médica.

Acostumbra estar con un semblante inexpresivo mientras se encuentro en solitario, donde nadie le vea, ya que realmente es cerrado ante los demás de algún modo.  Pero estos momentos de seriedad son pocos, los cuales pueden ser causados o porque algo lo dejo pensativo o tiene un problema bastante complicado de resolver, así mismo cuando está disfrutando de una relajante lectura. Aun así, si el momento lo amerita, dibujara una sonrisa falsa. Sabe ponerle altos a las cosas, poner un límite, no le gusta ser la marioneta de nadie. Acepta de algún modo todo, su paciencia es tan alta que sería complicado verlo alterado o molesto. Es bastante expresivo, tanto que no le importaría llegar y abrazar sin consentimiento, cuando entra en confianza su ánimo puede llegar a compararse con la mismísima de un infante, puesto que su dulzura desbordará por cada poro de su cuerpo, asombrándose de cada cosa nueva que aparezca frente suyo.
Así mismo gusta de todas las personas, pero en cuento encuentra a la persona que lo ha enamorado, este se volverá el centro de su vida, a pesar de que no lo aparente ni lo diga. Le cuidara de todos los medios posibles con o sin la autorización de la persona, pero siempre buscando la manera de demostrarle cuan valioso es para él.  
De lo poco que intenta guardar en secreto es su extremo pavor hacía las serpientes. Su primera impresión simplemente es la de retraerse y ponerse totalmente nervioso. Puede tocarlas y mirarlas, pero no lo disfrutara para nada, siente sus miradas como una forma de amenaza.
Eso sí, si se le llega a molestar hasta el grado del enfado, es mejor retirarse y dejarlo, se vuelve una persona bastante agresiva en todos los aspectos, derrumbando al instante cualquier imagen que antes haya presentado.



Habilidades:
-Es bueno en cuanto a todo lo que tenga que ver con las manos. Artes, construcción, inventos…
-Tiene conocimientos médicos avanzados, pero aun así prefiere enfocarse totalmente en la pediatría o cuidado que no tengan que ver con operaciones.
-Su condición física es asombrosa, con un estatus equilibrado entre la fuerza, agilidad, destreza, velocidad, resistencia…

Debilidades:
-Además de que es un simple humano se pone muy sensible cerca de las serpientes
-Tiene debilidad ante las personas pequeñas y tiernas (Entiéndase que para él todos los menores a él son pequeños y tiernos en cierto sentido). Puede haber excepciones.

Arma: Bisturís



Historia:

-Primogénito nacido en una familia promedio, Natsuki fue parte de un parto doble, donde él y su gemelo estuvieron en riesgo de morir, pero gracias a los médicos que estuvieron a cargo de ellos, lograron poder salir sanos y salvos.
Sus padres ante aquel suceso conocieron el miedo al estar a nada de perderlos, fue por eso mismo que su relación entre los cuatro siempre fue bastante afectiva. Natsuki siempre se presentó como el más alegre, enérgico y cariñoso, mientras que su gemelo, Satsuki, era más tranquilo, observador y violento, cosa que sorprendía bastante a quienes los conocían. Aprendieron juntos a hacer música, él a tocar el violín y cantar, mientras que su hermano en lo vocal principalmente. Eran un par muy unido, que se cuidaban entre sí, se ayudaban en las buenas y en las malas, inseparables, pero por mala suerte, Satsuki era frágil en salud.

El rubio descubrió esto de su gemelo un día normal de juego, en el cual ambos habían decidido ir al parque ya que Satsuki no acostumbraba moverse mucho. La sorpresa fue cuando se adentraron entre las plantas y los árboles jugando al escondite. Natsuki mientras se escondía fue amenazado por una serpiente, que lo hizo al instante gritar pidiendo auxilio, que fue nulo al estar algo lejos de las personas. Satsuki fue el único que lo escuchó y salió corriendo a su rescate tomando por la cola al animal y arrojarlo lejos, pero en poco se había desplomado en el suelo sin poder respirar adecuadamente. Se alarmó por la condición de su hermanito sin saber qué hacer. Ayudándolo a levantarse le observo la mano y para su sorpresa tenía una mordida producida por ese reptil.

Lograron internarlo a tiempo gracias a su rápido actuar, pero aun así se sentía mal de ser la causa de su estado, fue en ese momento en que sus padres decidieron contarle la verdad. Al parecer Satsuki, el día de su nacimiento, lo había ayudado a salir del vientre de su madre, empujándolo, cosa que lo hizo retrasar su propia salida. Nat al saber aquello simplemente se sorprendió de lo bueno que había sido desde siempre, cuidándolo. Desde ese momento se había propuesto ser más fuerte para poder cuidar de su hermanito y los futuros niños.

Los años pasaron y el pequeño niño se convirtió poco a poco en un adulto. Su desempeño escolar era sorprendente  tanto que alcanzó entrar en medicina y destacar en ello. Pero ¿para qué? Para poder especializarse principalmente en la pediatría, quería con todo el corazón ayudar a los niños a ser fuertes y que estuvieran bien, cumplir su promesa. No quería que se repitiera con los demás lo que había pasado con su gemelo.
Fue así como decidido dejo la casa para hacer su vida. Sabía que con eso la unión que tenía con su hermanito sería distante, pero tenía muchas ideas en la cabeza por volver realidad y no esperaría más.

Consiguió una buena casa para vivir, con vecinos agradables y lo mejor, cercano a su centro médico. Tardó un poco en sentirse cómodo viviendo solo, alegrado por poder ser visitado en su trabajo por muchos niños, eso lo emocionaba. De repente un día, a altas horas de la noche, tocaron a su puerta, se trataba de uno de sus vecinos, llevaba en sus brazos a su hijo, le pidió a suplicas que lo atendiera, pero era prohibido atender fuera de su estación, podrían reportarlo, pero el hombre seguía rogando a lagrima gorda. Al final no se lo pudo negar y lo dejó pasar para revisarlo, el niño tenía una herida profunda en su espalda y hombro izquierdo, como si fueran garras de oso –Qué es esto? Morirá si no lo lleva al hospital!- Le advirtió algo molesto por haberlo llevado a él. El hombre, apenado le pidió disculpas, pero se retractaba de llevarlo, Natsuki no entendía lo que pasaba hasta que siguió hablando. Al parecer ese niño era un elfo y había sido atacado por un hombre lobo. Al final le curó lo posible afirmándole al hombre, su vecino, que no diría nada, que se sintiera seguro.

Ya a conciencia de que los humanos no estaban solos, decidió trabajar de una nueva forma. Pidió un permiso para tener su consultorio dentro de su casa, así facilitar a las creaturas mágicas a acudir a él sin ser descubiertos mientras eran tratados. Poco a poco su casa fue visitada constantemente por niños humanos y de toda raza para un buen cuidado. Aprendía de ellos y los conocía, cosa que al hablar con personas sin idea de ello lo consideraban un loco, pero sus comentarios no le molestaban, solo seguía con su trabajo.

Ya tenía toda una buena vida asegurada, sus familiares lo visitaban, su hermano lo ponía a la moda con las prendas, y sus visitantes le hacían brillante sus días, no había más que pedir. Lo que nunca se esperó es que todo aquello quedaría atrás de un momento a otro.
Ya eran las 7 de la noche y aún tenía a un pequeño niño en su casa, esperando que sus padres llegaran a recogerlo. Era de los que más conocía al ser los primeros en llegar a sus manos. No tenía problemas de que fuera un pequeño Doll, incluso era tranquilo y bueno, ¿para que lo olvidarían?. El menor al parecer si había sido afectado por ello sentado frente a la puerta con una carta en la mano –Tranquilo, ya llegarán- Le comento el rubio para hacerlo sonreír, pero el niño simplemente se levantó y acepto la carta “Me voy” fueron sus palabras para abrir un extraño portal que lo llevaría hasta las instalaciones de ese instituto, jalando consigo a su propio médico. ¿Pero por qué a él? Fue así como su nueva vida comenzaría en ese lugar, ahora más que nada, rodeado de seres mágicos.        



Extra:

-Aprecia bastante sus ropas de médico (en especial la bata) y los instrumentos que llevaba el día en que llego a ese lugar, ya que son su único recuerdo de su otra vida.
-Sabe tocar el violín y cantar, aun así, nunca lo ha mostrado desde el día en que llego.
-Su firma tiene forma de un pato.
-Tiene una pequeña tendencia por llamar a los niños o en sí, personas menores que él “Patitos” aun cuando estos tengan 18 o 20 años.
-Su sutil risa es algo así como un –“Tee hee”- Y cuando algo le ha llamado la atención o simplemente le agrada dice –“Fiju~~”- En vez de soltar un silbido.  

-Gustos:
Amante de la comida casera, de la naturaleza, la música y todo que para su ojo sea bello. Le gustan mucho los niños, cuidarlos y jugar con ellos. Por alguna extraña razón le encanta la sangre, por lo que, cuando podía, estaba disponible para abrir a alguien al ser doctor. Le gustan bastante los muñecos de felpa de todo tipo. Tiene una pequeña gran adicción por los patos, teniendo artículos de estos, llaveros y más.

-Disgustos:
La comida rápida, no lo soporta, lo cree basura. Que destruyan la naturaleza y opaquen lo bello de la vida. Ver lastimado a un niño. El alcohol, drogas y cigarrillos, principales adicciones que llevaban a la mayoría de sus pacientes al hospital. Las serpientes, en especial sus miradas. La toronja entre todas las frutas…

Imagen:

Natsuki:

Procedencia:
Natsuki Shinomiya – Uta no Prince-sama