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...Hunger...
2 participantes
Jikan Highschool :: Papelera :: Papelera
Página 1 de 1.
...Hunger...
"Hambre... comer... "
Eran las dos únicas palabras que se repetían en la simple mente de Sarah, las dos únicas palabras que recordaba en esos momentos. Habían pasado alrededor de doce días desde el su despertar, con el ajetreo de la matricula, la mascota, no comerse a los humanos... se olvidó por completo de alimentarse, provocando la fatal llegada de un hambre atroz. Cada día que pasaba su cuerpo de debilitaba más, al mismo tiempo su hambre e instinto crecían sin control. En lo más recóndito de su cerebro, quedaba un mero rastro de autocontrol, suficiente para alejarse de los lugares transitados del instituto. Los pasos de Sarah eran lentos y torpes, el hambre le hacia ver más como una zombie, rondando en la oscuridad buscando un ser vivo al que devorar. La brisa nocturna era fresca, justo lo que necesitaba, perder el control significaba caminar sin descanso, sin importar el calor, un calor que le afectaba.
Algunos alumnos se habían quedado en la calle desde tarde, muchos de ellos alumnos universitarios que habían salido de fiesta y ahora regresaban a sus habitaciones. La silueta en la oscuridad de Sarah resultaba rara y podía asustar, o quizás, por los torpes pasos creyeran que estaba borracha. El olor a carne fresca impregnaba el aire alrededor de Sarah. Carne tierna, escuchaba el latir de los corazones bombeando la sangre, el sudor resbalando por la piel... un llamamiento para cualquier cazador que se preciara. Sarah se esforzó por dominar el hambre, intentaba encontrar una palabra para definir su acción... quería... ¿Contenerse? Por mucho que lo necesitase, no debía devorar a personas.
Haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad, Sarah avanzó con paso lento hasta los establos donde guardaban los caballos. Los miembros del club de equitación pasaba muchas horas allí por la mañana, montando sus caballos. Sin darse cuenta estaba rodeada de caballos, atrapados en sus cuadras, nerviosos al notar la extraña naturaleza de Sarah. La chica zombie tragó salida por instinto, los caballos bombeaban incluso más sangre que los seres de aspecto humanoide. Buscó entre los caballos, el más viejo y cansado, ese animal llevaría allí muchos más años que los demás. Entró en la cuadra y el caballo se encabritó con la mera cercanía. El ataque fue rápido, Sarah se abalanzó sobre el animal, mordiendo el estómago para luego arrancar un enorme pedazo de carne. Los relinchos del caballos resonaron por todo el lugar, los otros caballos también relinchaban. Pasaron unos quince minutos cuando el viejo caballo soltó su último suspiro antes de morir. Sarah estaba empapada en sangre, arrancaba la carne del caballo con sus manos y su boca por fin estaba llena, su estómago por fin se saciaba. Sarah solo esperaba no toparse con nadie, mañana por la mañana todos se llevarían un buen susto y no le gustaba la idea de tener testigos... pero ahora mismo, el hambre le hacía olvidar eso con mucha facilidad.
Sarah N. Abe- Zombie
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Re: ...Hunger...
La brisa fresca de la noche me proporcionaba un incómodo pero, extrañamente agradable, cosquilleo por el cuerpo, haciéndome sonreír con nerviosismo mientras perseguía a una enorme criatura por los bosques que había alrededor de la academia. Últimamente estaba cazando más que de costumbre, lo que me proporcionaba unos grandes subidones de adrenalina que me mantenían completamente activo toda la noche, pero por el día me sentía bastante agotado al no dormir por la noche.
Por fin, acorralé a la enorme criatura en un pequeño hueco entre dos grandes muros, permitiéndome verle cara a cara, mostrando una sonrisa un poco excesiva, comparándolas con las que suelo poner, lo cual me sorprendió un poco al verla reflejada en los ojos de la criatura, pero tan grande era la emoción que sentía que antes de poder hacer nada ya le había hecho un gran corte en el cuello, provocando que, segundos después, la criatura se desplomara, muerta. Al mismo tiempo, de entre la maleza, apareció un un zorro de tamaño mediano con 5 colas que se colocó a mi lado, sentándose, mientras yo envainaba de nuevo mi katana y lo acariciaba entre suspiros.
-Creo que me estoy dejando llevar demasiado, ¿no crees? -le digo a Kario, dirigiéndole una sonrisa algo triste, sin dejar de acariciarlo, a lo que él responde acercándose a mí y restregando su cabeza contra la mía.
-Bueno, ya va siendo hora de volver. -le digo al pasar un rato y cojo las cuerdas que llevaba Kario para acercarme luego a la criatura y comenzar a atarla para luego comenzar a tirar de ella con la ayuda de Kario, pasando por los establos de camino a la academia, donde me detengo al escuchar el grito de uno de los caballos.
-Cuídame la comida, Kario. -le ordeno, completamente serio, mientras me acercaba en silencio a los establos, subiendo por las vigas de madera para colocarme por la parte de arriba y pode observar por completo el establo, deteniendo mi mirada en una figura que estaba arrodillada a lo que ya era el cadáver de un caballo, al cual le faltaba carne del estómago.
-¿Se lo está comiendo? -pensé un poco sorprendido, viendo como la figura de una chica le arrancaba carne al caballo para luego comérsela.
En el momento en que veo que la chica terminó de darse el ''atracón'', me senté sobre una de las vigas, observándola en silencio hasta que dije:
-¿Debo imaginarme que los de equitación hacen este tipo de cosas, o es que llevas tiempo sin comer nada?
Por fin, acorralé a la enorme criatura en un pequeño hueco entre dos grandes muros, permitiéndome verle cara a cara, mostrando una sonrisa un poco excesiva, comparándolas con las que suelo poner, lo cual me sorprendió un poco al verla reflejada en los ojos de la criatura, pero tan grande era la emoción que sentía que antes de poder hacer nada ya le había hecho un gran corte en el cuello, provocando que, segundos después, la criatura se desplomara, muerta. Al mismo tiempo, de entre la maleza, apareció un un zorro de tamaño mediano con 5 colas que se colocó a mi lado, sentándose, mientras yo envainaba de nuevo mi katana y lo acariciaba entre suspiros.
-Creo que me estoy dejando llevar demasiado, ¿no crees? -le digo a Kario, dirigiéndole una sonrisa algo triste, sin dejar de acariciarlo, a lo que él responde acercándose a mí y restregando su cabeza contra la mía.
-Bueno, ya va siendo hora de volver. -le digo al pasar un rato y cojo las cuerdas que llevaba Kario para acercarme luego a la criatura y comenzar a atarla para luego comenzar a tirar de ella con la ayuda de Kario, pasando por los establos de camino a la academia, donde me detengo al escuchar el grito de uno de los caballos.
-Cuídame la comida, Kario. -le ordeno, completamente serio, mientras me acercaba en silencio a los establos, subiendo por las vigas de madera para colocarme por la parte de arriba y pode observar por completo el establo, deteniendo mi mirada en una figura que estaba arrodillada a lo que ya era el cadáver de un caballo, al cual le faltaba carne del estómago.
-¿Se lo está comiendo? -pensé un poco sorprendido, viendo como la figura de una chica le arrancaba carne al caballo para luego comérsela.
En el momento en que veo que la chica terminó de darse el ''atracón'', me senté sobre una de las vigas, observándola en silencio hasta que dije:
-¿Debo imaginarme que los de equitación hacen este tipo de cosas, o es que llevas tiempo sin comer nada?
Trafalgar Law- Shinigami
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Re: ...Hunger...
El olor de carne viva inundó los establos de un momento para otro, Sarah tardó en darse cuenta. El hambre que sentía había cegado sus sentidos, pero una vez su estómago estuvo suficientemente saciado todo estuvo más claro. Se miró las manos llenas de sangre, aún con restos de las visceras del animal. Elevó la mirada para fijarla en el cádaver del caballo, inerte, abierto por completo. Un sentimiento de culpabilidad creció en su interior, a causa del hambre asesinó un animal inocente... acostumbraba a cazar animales salvajes, nunca una mascota o los caballos, ella los consideraba "material escolar". Lo siguiente que pasó por su cabeza fue marcharse de allí lo más rápido posible, si la pillaban allí la castigarían... y lo malo de la dichosa escuela, es que eran capaces de buscar castigos incluso para un ser que no siente dolor alguno.
Antes de poder reaccionar una voz másculina sonó tras su espalda asustando a la pobre zombie. Por auto reflejo se escondió en la parte más oscura la cuadra, rezando para que el individuo no viera su rostro manchado con la sangre del caballo. Si, la había pillado en el peor momento... veinte minutos después y habría salido airosa de allí. La prioridad de Sarah era salir de allí sin un brazo menos, muchos alumnos aprovechaban su "estado" para burlarse y gastarle bromas pesadas... y conocía muy pocos sentimientos, pero el que te abran el viente para verte las tripas y luego irse riendo, le provocaba... ¿Asco? ¿Tristeza? Ambos... sentimientos que alimentaban su hambre... por su carne.
Acababa de comer, no atacaría al sujeto por mucho que quisiera, quizás se daría el caso si oliera la sangre... eso la atraía mucho. Fuera quien fuera el tipo aquel, le habló una forma un tanto despreocupada, en su opinión, en su mente cruzaban algunas palabras, formaban frases... pero sus labios temblaban, no por miedo, si no por inexperiencia a la hora de hablar. Hubiera respirado hondo, sin embargo estaba muerta, por lo que espero cinco minutos para crear la frase.
- No...soy...del...club... - Cinco minutos de espera para cuatro palabras lentas.- Hambre... doce...días... sin... comer... - - Admitió finalmente esperando piedad por parte del sujeto. - No... quería... matar al... caballito... si se... enteraran... - No terminó la frase, había pronunciado demasiadas palabras, estaba cansada y asustada.
Antes de poder reaccionar una voz másculina sonó tras su espalda asustando a la pobre zombie. Por auto reflejo se escondió en la parte más oscura la cuadra, rezando para que el individuo no viera su rostro manchado con la sangre del caballo. Si, la había pillado en el peor momento... veinte minutos después y habría salido airosa de allí. La prioridad de Sarah era salir de allí sin un brazo menos, muchos alumnos aprovechaban su "estado" para burlarse y gastarle bromas pesadas... y conocía muy pocos sentimientos, pero el que te abran el viente para verte las tripas y luego irse riendo, le provocaba... ¿Asco? ¿Tristeza? Ambos... sentimientos que alimentaban su hambre... por su carne.
Acababa de comer, no atacaría al sujeto por mucho que quisiera, quizás se daría el caso si oliera la sangre... eso la atraía mucho. Fuera quien fuera el tipo aquel, le habló una forma un tanto despreocupada, en su opinión, en su mente cruzaban algunas palabras, formaban frases... pero sus labios temblaban, no por miedo, si no por inexperiencia a la hora de hablar. Hubiera respirado hondo, sin embargo estaba muerta, por lo que espero cinco minutos para crear la frase.
- No...soy...del...club... - Cinco minutos de espera para cuatro palabras lentas.- Hambre... doce...días... sin... comer... - - Admitió finalmente esperando piedad por parte del sujeto. - No... quería... matar al... caballito... si se... enteraran... - No terminó la frase, había pronunciado demasiadas palabras, estaba cansada y asustada.
Sarah N. Abe- Zombie
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Re: ...Hunger...
Me mantuve quieto mientras veía como la chica intentaba ocultarse, fallando, y esperaba varios minutos para contestarme. Al principio me lo tomé como una broma pero, al ver el cadáver del caballo, dejó de ser una broma y me puse un poco tenso.
-Puedo entender que tengas miedo a que alguien se entere de lo que hiciste, de que te castiguen, de haberte comido el caballo... Por eso fingiré que no he visto nada si decides salir de tu escondite y hablar conmigo cara a cara, en un lugar más... indicado. -tras exponerle mis puntos, bajé de un salto de la viga y me quedé quieto, frente al escondite de la chica, esperando a que decidiera salir o no mientras intentaba respirar por la boca y evitar inhalar el asqueroso olor del cadáver y ver sus asquerosos restos esparcidos por el suelo.
Tras ver la decisión de la chica, le hice señas al escuchar voces de gente acercándose para que me siguiera por la dirección contraria a la que venían para no ser pillados. Tras caminar un rato, me detengo en un pequeño espacio abierto donde estaba Kario, junto a la que criatura que había cazado hace rato.
-Bueno, no creo que nos sigan hasta aquí. -le comento a la chica tras tomar aire y volverme hacia ella, quedándome sorprendido al ver lo pálida que era, destacando su cabello negro con una flor. Al fijarme en sus ojos, no me sorprendí mucho al ver que eran rojos, pero lo que más me sorprendió fue ver el sello de la casa de Nymphart en la pupila de su ojo izquierdo.
-Pálida, ojos rojos... Solo te faltan los colmillos y cualquiera diría que eres un vampiro, si no fuera por el hecho de que casi ninguno se da un "banquete" como los tuyos. -le comento con algo de gracia y una sonrisa, intentando que se relajara un poco.
-Puedo entender que tengas miedo a que alguien se entere de lo que hiciste, de que te castiguen, de haberte comido el caballo... Por eso fingiré que no he visto nada si decides salir de tu escondite y hablar conmigo cara a cara, en un lugar más... indicado. -tras exponerle mis puntos, bajé de un salto de la viga y me quedé quieto, frente al escondite de la chica, esperando a que decidiera salir o no mientras intentaba respirar por la boca y evitar inhalar el asqueroso olor del cadáver y ver sus asquerosos restos esparcidos por el suelo.
Tras ver la decisión de la chica, le hice señas al escuchar voces de gente acercándose para que me siguiera por la dirección contraria a la que venían para no ser pillados. Tras caminar un rato, me detengo en un pequeño espacio abierto donde estaba Kario, junto a la que criatura que había cazado hace rato.
-Bueno, no creo que nos sigan hasta aquí. -le comento a la chica tras tomar aire y volverme hacia ella, quedándome sorprendido al ver lo pálida que era, destacando su cabello negro con una flor. Al fijarme en sus ojos, no me sorprendí mucho al ver que eran rojos, pero lo que más me sorprendió fue ver el sello de la casa de Nymphart en la pupila de su ojo izquierdo.
-Pálida, ojos rojos... Solo te faltan los colmillos y cualquiera diría que eres un vampiro, si no fuera por el hecho de que casi ninguno se da un "banquete" como los tuyos. -le comento con algo de gracia y una sonrisa, intentando que se relajara un poco.
Trafalgar Law- Shinigami
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Re: ...Hunger...
Pasó el tiempo suficiente para que Sarah recuperara el "habla", dispuesta a formar nuevas frases para entablar una conversación (o justificación) por el asesinato del animal. Permanecía oculta en la oscuridad de la cuadra, asustada por la inevitable situación en la que estaba metida. Sus ojos rojos brillaban levemente en la oscuridad, fijos en el sujeto apoyado en la viga. No esperaba un respuesta como aquella, no revelaría el "secreto", la única condición era hablar en un lugar mejor y no en la escena del crimen. Le sorprendió también lo comprensivo que se mostró, muy pocas personas hubieran reaccionado así, acostumbrada a que gritaran: "Se ha comido un conejo" "Dios mío, le ha arrancado la cabeza a aquel pájaro" "¿Eso qué come es un gato?" Sin más remedio aceptó las condiciones del extraño, saliendo de su escondite para mostrarse ante el. Sus pasos fueron más lentos de lo normal (si eso era posible) en la dirección en la que estaba situado su "amigo".
Notó la mueca de desagrado en el rostro contrario, el ambiente no era el mejor para ser amigos, al lado de un caballo muerto devorado por ella misma. Sus manos, rostro y parte de su ropa continuaban manchados con la sangre del viejo corcel. Avergonzada de si misma, alcanzó a escuchar la voces de personas cercanas, y su acompañante también las escuchó. Sin tener idea de que hacer, optó por seguir las ordenes de su acompañante, mejor opción que quedarse allí. Con pasos lentos le siguió en silencio absoluto hasta alcanzar, el que el supuso era, un lugar seguro.
Ella fijó la mirada en el contrario "analizando" su aspecto detenidamente temiendo haberse encontrado con un alumno "macarra". No tardó en darse cuenta de que el también lo estaba haciendo, no le extrañaba, en realidad era bastante normal. Una vez más un comentario gracioso que Sarah tardó en entender, su sentido del humor estaba un tanto atrofiado. Hizo memoria, recordando los vampiros de la academia y negó con la cabeza suavemente.
- No...soy... vampiro... soy... zombie... - Obviamente no entendió la broma e intento explicar a su manera su naturaleza.
Notó la mueca de desagrado en el rostro contrario, el ambiente no era el mejor para ser amigos, al lado de un caballo muerto devorado por ella misma. Sus manos, rostro y parte de su ropa continuaban manchados con la sangre del viejo corcel. Avergonzada de si misma, alcanzó a escuchar la voces de personas cercanas, y su acompañante también las escuchó. Sin tener idea de que hacer, optó por seguir las ordenes de su acompañante, mejor opción que quedarse allí. Con pasos lentos le siguió en silencio absoluto hasta alcanzar, el que el supuso era, un lugar seguro.
Ella fijó la mirada en el contrario "analizando" su aspecto detenidamente temiendo haberse encontrado con un alumno "macarra". No tardó en darse cuenta de que el también lo estaba haciendo, no le extrañaba, en realidad era bastante normal. Una vez más un comentario gracioso que Sarah tardó en entender, su sentido del humor estaba un tanto atrofiado. Hizo memoria, recordando los vampiros de la academia y negó con la cabeza suavemente.
- No...soy... vampiro... soy... zombie... - Obviamente no entendió la broma e intento explicar a su manera su naturaleza.
Sarah N. Abe- Zombie
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Re: ...Hunger...
-Ohh... Con que una zombie. -repito un poco sorprendido mientras la observaba detenidamente de arriba abajo, sintiendo algo de curiosidad, ya que era la primera vez que se encontraba con un zombie.
-Yo soy Trafalgar Law, y soy de 2º curso. ¿Cuál es tu nombre? -me presenté mientras me colocaba de espaldas a ella y luego me volvía hacia ella, sentándome sobre el cuerpo del animal relajadamente, sin mirar a Kario cuando este se acercaba a mi y se colocaba cerca.
Entonces, escuché más ruidos provenientes de un seto cercano, el cual comenzó a agitarse con fuerza a medida que los sonidos se escuchaban más y más cerca. Pasado un rato de silencio, me quedé mirando todo el rato el seto hasta que, de este, apareció de la nada otro animal parecido al que había cazado, pero este era un poco más grande y parecía muy enfadado en cuando clavó su vista sobre el cuerpo del animal que cacé hace rato.
-Lo siento, pero no pude evitar matarlo. -me disculpo completamente serio, mirando fijamente a los ojos llenos de rabia de la otra criatura, la cual empezó a gruñir más alta hasta que comenzó a correr hacia mí, levantando una de sus garras en alto nada más se colocó a mi lado, quedándome yo relajado en el sitio hasta que, con un movimiento rápido, esquivé el zarpazo del animal y me coloqué rápidamente en su espalda, donde desenvaino mi katana para golpear, con el mango, el cuello de la criatura con bastante fuerza, provocando que esta, segundos después, comenzara a desplomarse lentamente en el suelo, quedando inconsciente.
-No la culpo por querer atacarme: yo haría lo mismo si mataran a alguien que apreciara. -le comento a la chica mientras me inclinaba frente a la criatura inconsciente y acariciaba lentamente su cabeza. Pasado un rato, me levanté y le hice una seña a Kario para que este comenzara a tirar de la criatura, con su boca, llevándosela poco a poco lejos de aquí.
-No es que sienta la necesidad de ayudarte, pero no me apetecería volver a ver un cadáver devorado, así que tengo una propuesta para ti que nos podría beneficiar a ambos, ¿te parece? -mi sonrisa se ensanchó un poco antes de colocarme de espaldas a ella y comenzar a caminar por el mismo lugar por el que Kario se había ido junto al cuerpo de la criatura.
-Yo soy Trafalgar Law, y soy de 2º curso. ¿Cuál es tu nombre? -me presenté mientras me colocaba de espaldas a ella y luego me volvía hacia ella, sentándome sobre el cuerpo del animal relajadamente, sin mirar a Kario cuando este se acercaba a mi y se colocaba cerca.
Entonces, escuché más ruidos provenientes de un seto cercano, el cual comenzó a agitarse con fuerza a medida que los sonidos se escuchaban más y más cerca. Pasado un rato de silencio, me quedé mirando todo el rato el seto hasta que, de este, apareció de la nada otro animal parecido al que había cazado, pero este era un poco más grande y parecía muy enfadado en cuando clavó su vista sobre el cuerpo del animal que cacé hace rato.
-Lo siento, pero no pude evitar matarlo. -me disculpo completamente serio, mirando fijamente a los ojos llenos de rabia de la otra criatura, la cual empezó a gruñir más alta hasta que comenzó a correr hacia mí, levantando una de sus garras en alto nada más se colocó a mi lado, quedándome yo relajado en el sitio hasta que, con un movimiento rápido, esquivé el zarpazo del animal y me coloqué rápidamente en su espalda, donde desenvaino mi katana para golpear, con el mango, el cuello de la criatura con bastante fuerza, provocando que esta, segundos después, comenzara a desplomarse lentamente en el suelo, quedando inconsciente.
-No la culpo por querer atacarme: yo haría lo mismo si mataran a alguien que apreciara. -le comento a la chica mientras me inclinaba frente a la criatura inconsciente y acariciaba lentamente su cabeza. Pasado un rato, me levanté y le hice una seña a Kario para que este comenzara a tirar de la criatura, con su boca, llevándosela poco a poco lejos de aquí.
-No es que sienta la necesidad de ayudarte, pero no me apetecería volver a ver un cadáver devorado, así que tengo una propuesta para ti que nos podría beneficiar a ambos, ¿te parece? -mi sonrisa se ensanchó un poco antes de colocarme de espaldas a ella y comenzar a caminar por el mismo lugar por el que Kario se había ido junto al cuerpo de la criatura.
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Re: ...Hunger...
Aquel tipo de aspecto tan raro se movía mucho más rápido que Sarah, le costaba asimilar cada palabra que decía y la presencia del pequeño zorro la sorprendió un poco. Tardó largos segundos en comprender que ambos eran de la misma casa. La "noticia" no resulto sorprende o de relevancia, para Sarah era otro saco de carne que olía bien pero no debía comer. El chico no había visto nunca un zombie, ella misma comenzaba a pensar que era la única zombie del mundo... ¿Significaba eso qué no tendría familia? No recordar nada de su vida no ayudaba mucho... Le hubiera gustado saber su tuvo padres, hermanos, amigos, pareja... cualquier dato, cualquier cosa que le llevara hasta alguno de los antes nombrados.
Su compañero de casa se presentó como Trafalgar Law, un nombre extraño para Sarah ¿Por qué? No es que conociera a muchas personas salvo los docentes de Jikan pero en su subconsciente ese nombre le sonaba raro. Supuso que ella también tendría que presentarse... ¿Eso se hacia, no? Siguió atentamente los movimiento de Law hasta sentarse sobre el cadáver del animal que, supuso, cazó. Sarah estaba llena, el caballo había sido suficiente alimento por otros quince días... de lo contrario le arrancaría la carne al animal muerto... o a Law, la carne fresca siempre tenía mejor sabor.
Mi nombre es Sarah... Sarah N-naughton Abe... creo... en realidad, no se si es mi verdadero nombre pero es lo único que recuerde al despertarme... Sarah se entristeció pero no tuvo mucho tiempo para estarlo.
De la nada hizo acto de aparición un animal similar al que yacía muerto bajo Law y comprendiendo dificilmente sus palabras supo que aquella criatura poseía un vinculo especial con la otra. La mascota de Law, a pesar de su pequeño tamaño arrastró a la criatura. Sarah también estaba impresionada por la velocidad que alcanzaba Law, si ella intentara moverse así lo más seguro es que acabara cayendo de bruces contra el suelo. No comprendió (como de costumbre) la relación de los dos animales, solo que algo les única... ¿Instinto? Todos los seres vivos lo tenían, incluso los zombies, el instinto de alimentarse y ir en grupo... pero solo estaba ella...
No.. comprendo... el... termino... apreciar... ¿Qué es apreciar? - Sarah aún era como un bebé, desconocía muchas de las palabras y aprender le gustaba mucho... menos mal que la vergüenza tampoco le era conocida.
Una vez más el chico le sonrió, acto que ella nunca había intentado hacer ¿Podría sonreír? Observaba e intentaba aprender... pero desconocía el método para sonreír. Y otra vez estaban caminando, siguiendo el camino del pequeño zorro y la inconsciente criatura. Ella iba tras el chico con paso lento y torpe, atenta al ruido de su alrededor. Mientras caminaban el le habló de una propuesta que les beneficiaría a ambos... la curiosidad era suficiente para querer indagar más.
¿De qué propuesta se trata? Si me ayuda... creo... que... la... aceptaré...
Su compañero de casa se presentó como Trafalgar Law, un nombre extraño para Sarah ¿Por qué? No es que conociera a muchas personas salvo los docentes de Jikan pero en su subconsciente ese nombre le sonaba raro. Supuso que ella también tendría que presentarse... ¿Eso se hacia, no? Siguió atentamente los movimiento de Law hasta sentarse sobre el cadáver del animal que, supuso, cazó. Sarah estaba llena, el caballo había sido suficiente alimento por otros quince días... de lo contrario le arrancaría la carne al animal muerto... o a Law, la carne fresca siempre tenía mejor sabor.
Mi nombre es Sarah... Sarah N-naughton Abe... creo... en realidad, no se si es mi verdadero nombre pero es lo único que recuerde al despertarme... Sarah se entristeció pero no tuvo mucho tiempo para estarlo.
De la nada hizo acto de aparición un animal similar al que yacía muerto bajo Law y comprendiendo dificilmente sus palabras supo que aquella criatura poseía un vinculo especial con la otra. La mascota de Law, a pesar de su pequeño tamaño arrastró a la criatura. Sarah también estaba impresionada por la velocidad que alcanzaba Law, si ella intentara moverse así lo más seguro es que acabara cayendo de bruces contra el suelo. No comprendió (como de costumbre) la relación de los dos animales, solo que algo les única... ¿Instinto? Todos los seres vivos lo tenían, incluso los zombies, el instinto de alimentarse y ir en grupo... pero solo estaba ella...
No.. comprendo... el... termino... apreciar... ¿Qué es apreciar? - Sarah aún era como un bebé, desconocía muchas de las palabras y aprender le gustaba mucho... menos mal que la vergüenza tampoco le era conocida.
Una vez más el chico le sonrió, acto que ella nunca había intentado hacer ¿Podría sonreír? Observaba e intentaba aprender... pero desconocía el método para sonreír. Y otra vez estaban caminando, siguiendo el camino del pequeño zorro y la inconsciente criatura. Ella iba tras el chico con paso lento y torpe, atenta al ruido de su alrededor. Mientras caminaban el le habló de una propuesta que les beneficiaría a ambos... la curiosidad era suficiente para querer indagar más.
¿De qué propuesta se trata? Si me ayuda... creo... que... la... aceptaré...
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Re: ...Hunger...
-Pronto lo entenderás. -le explico sin volverme hacia ella mientras caminábamos por la espesura del bosque, escuchando de vez en cuando algunos ruidos que producían los animales que vivían alrededor, los cuales no se acercaron a nosotros, con suerte.
Tras caminar un buen trecho, me detuve frente a una pequeña edificación que había cerca del comedor de la academia. La puerta estaba abierta e invité a la chica a entrar, notando una helada sensación al entrar en el lugar: una cámara frigorífica.
-Hace tiempo comencé a cazar por Jikan y me di cuenta que no tenía idea de que hacer con los animales, hasta que hablé con la cocina de Jikan la cual me ''contrató'', aunque lo más correcto sería que les vendo algunos de los animales a cambio de dinero. -le explico mientras comenzaba las luces comenzaban a iluminar el lugar, mostrando miles de animales congelados y colgados del techo.
-Por desgracia, ellos ya compran comida por importación, así que cada vez comienzo a tener menos espacio. -comencé a avanzar entre los cuerpos, parándome a unos metros de Sarah para luego volverme hacia ella.
-Por eso, te haré una oferta: podrás venir aquí siempre que quieras para comer lo que te interese de aquí. -Kario se asomó por uno de mis lados y comenzó a trepar por mi pierna para subirse a mi hombro, donde lo acaricié un poco la cabeza.
-Seguramente te estés preguntando la razón por la que te estoy ofreciendo esta oferta, pero tranquila: no quiero nada en especial. Aunque claro, no te saldrá gratis. -mi rostro se puso serio durante un segundo y luego volví a sonreír con mi sonrisa natural.
-Lo primero que pediría es dinero, pero me parece descortés pedirle eso a una dama, así que dejaré que seas tú quien decida lo que me darás a cambio.
Tras caminar un buen trecho, me detuve frente a una pequeña edificación que había cerca del comedor de la academia. La puerta estaba abierta e invité a la chica a entrar, notando una helada sensación al entrar en el lugar: una cámara frigorífica.
-Hace tiempo comencé a cazar por Jikan y me di cuenta que no tenía idea de que hacer con los animales, hasta que hablé con la cocina de Jikan la cual me ''contrató'', aunque lo más correcto sería que les vendo algunos de los animales a cambio de dinero. -le explico mientras comenzaba las luces comenzaban a iluminar el lugar, mostrando miles de animales congelados y colgados del techo.
-Por desgracia, ellos ya compran comida por importación, así que cada vez comienzo a tener menos espacio. -comencé a avanzar entre los cuerpos, parándome a unos metros de Sarah para luego volverme hacia ella.
-Por eso, te haré una oferta: podrás venir aquí siempre que quieras para comer lo que te interese de aquí. -Kario se asomó por uno de mis lados y comenzó a trepar por mi pierna para subirse a mi hombro, donde lo acaricié un poco la cabeza.
-Seguramente te estés preguntando la razón por la que te estoy ofreciendo esta oferta, pero tranquila: no quiero nada en especial. Aunque claro, no te saldrá gratis. -mi rostro se puso serio durante un segundo y luego volví a sonreír con mi sonrisa natural.
-Lo primero que pediría es dinero, pero me parece descortés pedirle eso a una dama, así que dejaré que seas tú quien decida lo que me darás a cambio.
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Re: ...Hunger...
Trafalgar no contestó a la pregunta, y la morena asumió que aquella palabra no debía ser muy importante, dato que le serviría en el futuro. La razón del viaje seguía siendo un misterio, lo único que hacían la pareja era caminar por la espesura del bosque. El ruido de varios animales salvajes rondaron los oídos de Sarah, nada importante para ella, después de todo era el depredador más grande... cazaba todo tipo de animales, fueran osos, lobos, leopardos... lo que se le pusiera delante... la razón era nada menos que su capacidad para no sentir dolor y avanzar por la presa incluso perdiendo una extremidad o las tripas colgaran de su vientre.
Largo caminar, desembocó en un edificio cercano al comedor de la academia, allí guardarían la comida que no usarían hasta más adelante. Sarah permaneció tras del muchacho mientras este abría la puerta frigorífica y le invitaba a entrar. La sensación de frío fue maravillosa, le encantaba estar en lugares así, su cuerpo no se pudriría tan rápido... sin embargo, la idea de vivir dentro de un congelador era... triste y solitaria. Lo segundo que llamó su atención fueron los muchos cuerpos de animales colgados a lo largo del congelador. Escuchaba a duras penas las palabras de su acompañante y finalmente, paró en seco observando fijamente al contrario con frialdad absoluta.
- Los animales...congelados...no...me...llaman...la atención... - ¿Qué buscaba un zombie? Carne viva, carne que se moviera, escuchar su corazón... el resto de la comida era tan poso apetecible...- Los zombies... nos gustan... las...presas... vivas... el...calor... de la sangre... el sudor... y el latido del corazón... nos...vuelve locos... y con... el...hambre... aumenta más... - Reposó una vez más, había usado demasiado palabras otra vez.- Agradezco.. ¿Es la palabra? Tu... ayuda... pero... no... me... sirve...
Largo caminar, desembocó en un edificio cercano al comedor de la academia, allí guardarían la comida que no usarían hasta más adelante. Sarah permaneció tras del muchacho mientras este abría la puerta frigorífica y le invitaba a entrar. La sensación de frío fue maravillosa, le encantaba estar en lugares así, su cuerpo no se pudriría tan rápido... sin embargo, la idea de vivir dentro de un congelador era... triste y solitaria. Lo segundo que llamó su atención fueron los muchos cuerpos de animales colgados a lo largo del congelador. Escuchaba a duras penas las palabras de su acompañante y finalmente, paró en seco observando fijamente al contrario con frialdad absoluta.
- Los animales...congelados...no...me...llaman...la atención... - ¿Qué buscaba un zombie? Carne viva, carne que se moviera, escuchar su corazón... el resto de la comida era tan poso apetecible...- Los zombies... nos gustan... las...presas... vivas... el...calor... de la sangre... el sudor... y el latido del corazón... nos...vuelve locos... y con... el...hambre... aumenta más... - Reposó una vez más, había usado demasiado palabras otra vez.- Agradezco.. ¿Es la palabra? Tu... ayuda... pero... no... me... sirve...
- off:
- Sorry por tardar ~ ando con menos inspiración que un bacalao(?) :/
Sarah N. Abe- Zombie
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Re: ...Hunger...
-Hmm... Entiendo. Entonces es una lástima. -contesto un poco decepcionado de que las cosas no salieran como pensaba, pero aún así mantuve mi sonrisa mientras me volvía hacia ella.
-No tienes porque agradecerme. En todo caso, te pido perdón por hacerte perder el tiempo. -me disculpo ante ella con un pequeño gesto y le hago otro para que me siga hacia fuera, donde apago las luces del congelador antes de salir y cerrar la puerta tras de mi, esperando antes a que saliera Kario conmigo.
-Ahora que me doy cuenta: tú no sabes hablar mucho, ¿no? -sonreí aún más, por la pequeña gracia que me hacía aquello a pesar de ver que era una adolescente. -Si quieres, te puedo ayudar con eso. Después de todo, no tengo nada mejor que hacer. -Kario levantó la cabeza hacia mí y yo me arrodillé a su lado para acariciarle la cabeza con suavidad.
-¿Te apetece dar un paseo? Empieza a refrescar y se sentiría bastante solitario caminar solo, acompañado de un animal. -miré de reojo a Kario, esperando que este me mirara con mala cara, pero él no reaccionó, lo cual agradecí ya que no lo decía por mal.
-Si te apetece, voy a caminar por aquí cerca, cuesta arriba. Entonces, nos veremos arriba, si vienes. -señalé una zona elevada, un poco lejos de donde estábamos, y luego me despedí con la mano antes de comenzar a caminar junto a Kario, rumbo al sitio elevado.
Al llegar arriba, vi las grandes vistas que ofrecía: el océano, el resto del bosque, el templo... Gran parte de Jikan se podía ver desde donde estaban, por lo que me senté para ponerme cómodo, al lado de Kario, y ambos nos quedamos respirando el aire puro que había allí, disfrutando de las vistas.
-No tienes porque agradecerme. En todo caso, te pido perdón por hacerte perder el tiempo. -me disculpo ante ella con un pequeño gesto y le hago otro para que me siga hacia fuera, donde apago las luces del congelador antes de salir y cerrar la puerta tras de mi, esperando antes a que saliera Kario conmigo.
-Ahora que me doy cuenta: tú no sabes hablar mucho, ¿no? -sonreí aún más, por la pequeña gracia que me hacía aquello a pesar de ver que era una adolescente. -Si quieres, te puedo ayudar con eso. Después de todo, no tengo nada mejor que hacer. -Kario levantó la cabeza hacia mí y yo me arrodillé a su lado para acariciarle la cabeza con suavidad.
-¿Te apetece dar un paseo? Empieza a refrescar y se sentiría bastante solitario caminar solo, acompañado de un animal. -miré de reojo a Kario, esperando que este me mirara con mala cara, pero él no reaccionó, lo cual agradecí ya que no lo decía por mal.
-Si te apetece, voy a caminar por aquí cerca, cuesta arriba. Entonces, nos veremos arriba, si vienes. -señalé una zona elevada, un poco lejos de donde estábamos, y luego me despedí con la mano antes de comenzar a caminar junto a Kario, rumbo al sitio elevado.
Al llegar arriba, vi las grandes vistas que ofrecía: el océano, el resto del bosque, el templo... Gran parte de Jikan se podía ver desde donde estaban, por lo que me senté para ponerme cómodo, al lado de Kario, y ambos nos quedamos respirando el aire puro que había allí, disfrutando de las vistas.
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Re: ...Hunger...
Trafalgar se disculpó por no ser de gran ayuda referente la necesidad de alimentarse de Sarah, hambre que regresaría en unos diez días. Hablar le resultaba muy complicado y cada frase del muchacho era una respuesta que ella no alcanzaba a contestar. El sentimiento de frustración no le era desconocido, su semblante no cambiaba aún así. Sarah observó con atención como Trafalgar se alejaba caminando con su mascota el zorro. Tardó tiempo de darse cuenta que él era dueño de un zorro como el suyo, eso significaba que ambos eran de la misma casa.
Amaterasu gruño entre las ropas de Sarah para avisarla de que había despertado después de una larga siesta, oportuna pues si se hubiera despertado antes la habría pillado comiendo. Conocía muy bien a su pequeña compañera peluda, se preocupaba mucho por ella y su "dieta". El animal comprendía la necesidad de alimentarse de su ama, la ayudaba cuando intentaba atacar a un inocente e incluso se ofrecería como alimento para que nadie saliera herida.
Olisqueó la zona para orientarse, el frío la hizo estornudar. La zorilla estaba desorientada buscando la razón de que estuvieran en aquel lugar, el olor de otro zorro y su dueño se lo explicó todo. Saltó sobre Sarah y revisó el cuerpo de la morena buscando heridas. Sarah quiso decirle que no le habían hecho daño pero Ama iba tan rápido y ella tan lento... Después de la búsqueda fallida, Amaterasu paró en seco el suficiente tiempo para prestar atención a su dueña. Señaló el lugar marcado por Trafalgar, y empezó a caminar para reunirse con el.
Pasos lentos que parecían una eternidad para la zombie, un tanto para Amaterasu que observaba todo el trayecto desde la cabeza de su ama. La silueta del chico se divisó a lo lejos anunciando que por fin habían llegado hasta su destino.
- Hablas... rápido... no... me das tiempo... para... hablar. - Murmuró a las espaldas del chico, bajo la atenta mirada de Amaterasu.
Amaterasu gruño entre las ropas de Sarah para avisarla de que había despertado después de una larga siesta, oportuna pues si se hubiera despertado antes la habría pillado comiendo. Conocía muy bien a su pequeña compañera peluda, se preocupaba mucho por ella y su "dieta". El animal comprendía la necesidad de alimentarse de su ama, la ayudaba cuando intentaba atacar a un inocente e incluso se ofrecería como alimento para que nadie saliera herida.
Olisqueó la zona para orientarse, el frío la hizo estornudar. La zorilla estaba desorientada buscando la razón de que estuvieran en aquel lugar, el olor de otro zorro y su dueño se lo explicó todo. Saltó sobre Sarah y revisó el cuerpo de la morena buscando heridas. Sarah quiso decirle que no le habían hecho daño pero Ama iba tan rápido y ella tan lento... Después de la búsqueda fallida, Amaterasu paró en seco el suficiente tiempo para prestar atención a su dueña. Señaló el lugar marcado por Trafalgar, y empezó a caminar para reunirse con el.
Pasos lentos que parecían una eternidad para la zombie, un tanto para Amaterasu que observaba todo el trayecto desde la cabeza de su ama. La silueta del chico se divisó a lo lejos anunciando que por fin habían llegado hasta su destino.
- Hablas... rápido... no... me das tiempo... para... hablar. - Murmuró a las espaldas del chico, bajo la atenta mirada de Amaterasu.
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Re: ...Hunger...
Me quité la gorra y la chaqueta, permitiéndome disfrutar más del aire fresco que, aunque me estaba helando, me hacía sentir realmente bien y mejor que cuando hacía sol, aunque tampoco es que me disgustara.
A pesar de haber venido a este lugar muchas veces, no me cansaba de las vistas que podía disfrutar, sobre todo en los cambios de estación, donde se notaba un mayor cambio de paisaje. Kario se había quedado dormido, así que para que no se congelara lo cogí en brazos y lo coloqué en mi regazo, cubriéndole un poco con mi chaqueta para cubrirle del frío.
Justo cuando comenzaba a tener sueño, noté a Sarah llegar y murmurar algo que entendí, provocando que una sonrisa se asomara en mi rostro mientras le hacía un poco de sitio, por si se quería sentar y luego colocaba mis manos detrás de la cabeza, para ponerme cómodo.
-Lo-siento. No-sabía-que-te-costara-tanto-entenderme. -comencé a hablarle, despacio y palabra a palabra, para que esta vez pudiera entenderme. La forma de hablarle me producía bastante gracia, costandome a veces aguantarla.
-¿Eres-de-Nymphart? -le pregunté al ver a la criatura que la acompañaba, señalándola con el dedo para que me entendiera mejor.
A pesar de haber venido a este lugar muchas veces, no me cansaba de las vistas que podía disfrutar, sobre todo en los cambios de estación, donde se notaba un mayor cambio de paisaje. Kario se había quedado dormido, así que para que no se congelara lo cogí en brazos y lo coloqué en mi regazo, cubriéndole un poco con mi chaqueta para cubrirle del frío.
Justo cuando comenzaba a tener sueño, noté a Sarah llegar y murmurar algo que entendí, provocando que una sonrisa se asomara en mi rostro mientras le hacía un poco de sitio, por si se quería sentar y luego colocaba mis manos detrás de la cabeza, para ponerme cómodo.
-Lo-siento. No-sabía-que-te-costara-tanto-entenderme. -comencé a hablarle, despacio y palabra a palabra, para que esta vez pudiera entenderme. La forma de hablarle me producía bastante gracia, costandome a veces aguantarla.
-¿Eres-de-Nymphart? -le pregunté al ver a la criatura que la acompañaba, señalándola con el dedo para que me entendiera mejor.
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Re: ...Hunger...
Le había costado horrores alcanzar la situación elevada donde Trafalgar había decidido descansar junto con su pequeño compañero el zorro. Amaterasu olisqueo el aire percibiendo la presencia de un animal de su propia especia, otro zorro. Eso la tranquilizó, después de todo si ambos tenían zorros significaba que eran de la misma casa y los miembros solían apoyarse entre si. Al ser señalada por el muchacho desconocido, Amaterasu dejo escapar un gruñido débil, haciéndola más adorable que intimidante, su intención inicial.
Agradeció enormemente que finalmente Trafalgar se hubiera dado cuenta de lo difícil que era para ella entender y responder a cada cosa que el decía. Una leve sonrisa, torpe por supuesto, asomó por los labios de Sarah como señal de agradecimiento. No acostumbraba a sonreír, por lo que resultaba forzada y sin duda, un poco ridícula. Aprovecho el ofrecimiento del chico, pasando a sentarse al lado del mismo, disfrutando de las mismas vistas que el. El frío no era problema para la zombie, estaba muerta y sentidos como el tacto habían desaparecido, para ella no existía ni el calor ni el frío... En esos momentos deseaba poder sentir el frío del lugar, ya que no recordaba que se sentía... se frustraba a veces de no ser capaz de sentir cuando su cuerpo ardía (provocando pequeños incendios en su ropa). Sus orbes rojos, tatuado uno con el emblema de la casa Nymphart, respondiendo en parte en su lugar.
- Si... so-y... de... Ny-mphart... m-mi... se-sello. -Señalo el ojo tatuado por si las moscas.-Gr-acias...
Aprovechando la tranquilidad de ambiente, Amaterasu se acurruco en el regazo de Sarah para dedicar una atenta mirada al cielo. Su pelaje la protegía del frío, y menos mal que Sarah no sentía frío, si no se hubiera vuelto loca buscando la forma de calentarla... la pega, sin duda, era que Sarah estaba helada, no desprendía ningún tipo de calor.
- ¿Cu-cuánto tiem-po llev-as... en Ji-jikan?- Buscaba sentirse una chica normal y eso incluía mantener una conversación con un compañero de la misma casa.
Agradeció enormemente que finalmente Trafalgar se hubiera dado cuenta de lo difícil que era para ella entender y responder a cada cosa que el decía. Una leve sonrisa, torpe por supuesto, asomó por los labios de Sarah como señal de agradecimiento. No acostumbraba a sonreír, por lo que resultaba forzada y sin duda, un poco ridícula. Aprovecho el ofrecimiento del chico, pasando a sentarse al lado del mismo, disfrutando de las mismas vistas que el. El frío no era problema para la zombie, estaba muerta y sentidos como el tacto habían desaparecido, para ella no existía ni el calor ni el frío... En esos momentos deseaba poder sentir el frío del lugar, ya que no recordaba que se sentía... se frustraba a veces de no ser capaz de sentir cuando su cuerpo ardía (provocando pequeños incendios en su ropa). Sus orbes rojos, tatuado uno con el emblema de la casa Nymphart, respondiendo en parte en su lugar.
- Si... so-y... de... Ny-mphart... m-mi... se-sello. -Señalo el ojo tatuado por si las moscas.-Gr-acias...
Aprovechando la tranquilidad de ambiente, Amaterasu se acurruco en el regazo de Sarah para dedicar una atenta mirada al cielo. Su pelaje la protegía del frío, y menos mal que Sarah no sentía frío, si no se hubiera vuelto loca buscando la forma de calentarla... la pega, sin duda, era que Sarah estaba helada, no desprendía ningún tipo de calor.
- ¿Cu-cuánto tiem-po llev-as... en Ji-jikan?- Buscaba sentirse una chica normal y eso incluía mantener una conversación con un compañero de la misma casa.
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Re: ...Hunger...
Al volver la vista de nuevo hacia el animalito que acompañaba a Sarah, vi que este emitía un ''gruñido'', o eso me parecía, que resultó ser más encantador que intimidador, pero preferí no comentar nada sobre eso, para evitar que la criaturita saltara hacia mí para atacarme, ya que tenía suficiente con Kario aunque este quisiera estar conmigo en vez de atacarme.
A pesar de no darme cuenta de que a Sarah le costaba entenderme, sí que notaba extraña su forma de hablar, pero suponía que sería por otro cosa, y no que pareciera como si hubiese olvidado hablar, o algo así. Entonces, al fijarme en su ojo izquierdo, me fijé que tenía el símbolo de Nymphart, algo que me sorprendió ya que, a pesar de ser una zombie, pensaba que aún tendría sensibilidad en los ojos, cosa que comencé a dudar desde que le vi el ojo.
-No-hace-falta-que-me-agradezcas. -le contesté a Sarah después de que me diera las gracias, cosa que no era necesaria que me diera, ya que no era una gran cosa lo que hice.
-No-mucho-tiempo. Supongo-que-casi-un-mes, más-o-menos. -le contesté, calculando mentalmente el tiempo que llevaba en Jikan, cosa que nunca se había parado a pensar desde hace tiempo, así que no estaba seguro cuanto tiempo llevaba, exactamente. -¿Y-tú? -le pregunté seguidamente, por continuar conversando con ella sobre algo e ignorar el frío que comenzaba a sentir molesto.
A pesar de no darme cuenta de que a Sarah le costaba entenderme, sí que notaba extraña su forma de hablar, pero suponía que sería por otro cosa, y no que pareciera como si hubiese olvidado hablar, o algo así. Entonces, al fijarme en su ojo izquierdo, me fijé que tenía el símbolo de Nymphart, algo que me sorprendió ya que, a pesar de ser una zombie, pensaba que aún tendría sensibilidad en los ojos, cosa que comencé a dudar desde que le vi el ojo.
-No-hace-falta-que-me-agradezcas. -le contesté a Sarah después de que me diera las gracias, cosa que no era necesaria que me diera, ya que no era una gran cosa lo que hice.
-No-mucho-tiempo. Supongo-que-casi-un-mes, más-o-menos. -le contesté, calculando mentalmente el tiempo que llevaba en Jikan, cosa que nunca se había parado a pensar desde hace tiempo, así que no estaba seguro cuanto tiempo llevaba, exactamente. -¿Y-tú? -le pregunté seguidamente, por continuar conversando con ella sobre algo e ignorar el frío que comenzaba a sentir molesto.
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Re: ...Hunger...
Sarah olisqueó el aire nocturno en busca de una rastro vivo, distinguiendo a la perfección entre estudiantes de Jikan, humanos y animales. Estaban completamente solos, Sarah agradecía estar lejos del escenario del crimen, triste aún por haber arrebatado la vida a una pobre criatura, incluso siendo un caballo anciano morir devorado nunca es agradable ¿Pero qué iba hacer? Peor hubiera sido atacar a un alumno o un humanos, ellos tenían más derechos...
Agradecia también tener el vientre lleno después de casi quince días sin comer, hubiera lamentado matar al primero que se cruzara en su camino, sin olvidar las consecuencias del terrible acto. Siendo la única zombie (o eso creía) la echarían de Jikan temiendo que atacara a otros alumnos, quizás incluso la matarían del todo. No es que tuviera "miedo", más temía no alcanzar su objetivo, recordar su pasado, antes de desaparecer del mundo. No se asustaba con la tema de morir, había comprobado que una vez el cuerpo sucumbe, el alma se libera de la barrera terrenal... ¿Al convertirse en fantasma no tendría la oportunidad de recuperar la memoria? ¿O cómo en las leyendas no avanzaría al siguiente plano hasta encontrar el motivo de su muerte? Todo sonaba igual de mal, todas las opciones le llevaban al mismo camino... El olvido absoluto de su vida.
Trafalgar llevaba poco tiempo en Jikan, casi tan poco como Sarah, alegrando a la zombie al no ser la única nueva en Jikan. En realidad, cada día llegaba un alumno nuevo, algunos por accidente, otros por transferencia o, como pasa en muchos casos, un retraso de los padres. Sarah no entraba en esas opciones, ella despertó en medio de Jikan, sin saber que o quien era... Cuando la vieron la trataron como una alumna más, ella observaba, en silencio, intentando recordar quien era.
- No... llevo...mucho... tiempo... - Nerviosa comenzó a mordisquearse el dedo meñique sin darse cuenta. - ¿Qué... eres?
Agradecia también tener el vientre lleno después de casi quince días sin comer, hubiera lamentado matar al primero que se cruzara en su camino, sin olvidar las consecuencias del terrible acto. Siendo la única zombie (o eso creía) la echarían de Jikan temiendo que atacara a otros alumnos, quizás incluso la matarían del todo. No es que tuviera "miedo", más temía no alcanzar su objetivo, recordar su pasado, antes de desaparecer del mundo. No se asustaba con la tema de morir, había comprobado que una vez el cuerpo sucumbe, el alma se libera de la barrera terrenal... ¿Al convertirse en fantasma no tendría la oportunidad de recuperar la memoria? ¿O cómo en las leyendas no avanzaría al siguiente plano hasta encontrar el motivo de su muerte? Todo sonaba igual de mal, todas las opciones le llevaban al mismo camino... El olvido absoluto de su vida.
Trafalgar llevaba poco tiempo en Jikan, casi tan poco como Sarah, alegrando a la zombie al no ser la única nueva en Jikan. En realidad, cada día llegaba un alumno nuevo, algunos por accidente, otros por transferencia o, como pasa en muchos casos, un retraso de los padres. Sarah no entraba en esas opciones, ella despertó en medio de Jikan, sin saber que o quien era... Cuando la vieron la trataron como una alumna más, ella observaba, en silencio, intentando recordar quien era.
- No... llevo...mucho... tiempo... - Nerviosa comenzó a mordisquearse el dedo meñique sin darse cuenta. - ¿Qué... eres?
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