Christopher Keegan | Salomón ID

Nombre completo: Christopher Keegan | Salomón.
Apodos: Salomón, Chris.
Edad: 19 años.
Sexo: Masculino.
Orientación sexual: Bisexual
Ocupación: Mago. {Por sus "trucos"}

Salomón es un muchacho de apariencia delgada, frágil, carente por completo de cualquier rasgo que demuestre haber ejercitado su cuerpo, pues ese hecho es mentira en su totalidad. El hecho de permanecer encerrado desde la niñez no hizo más que dejar un pequeño rasgo en aquél encierro en sus tobillos, dando así un color más oscuro a estos, aunque siempre están ocultos por sus pantalones, o sus largos vestidos que de costumbre rozan el suelo, el hecho es, que ante un desconocido Salomón no se atrevería a mostrar aquellos signos de opresión en su pasado. De cabellos dorado hasta la altura de sus hombros, teniendo unos cuantos mechones que caen de forma despeinada por su frente, de un mismo color dorado. A parte de ello, sus verdosos ojos suelen brillar con cierta perspicacia y diversión. De piel pálida, dando a entender que en su pasado no había abandonado mucho sus tierras, mas sin cruzar lo enfermizo.

Rostro delicado, con una nariz ligeramente alargada, piel terciopelada y con ello suave y tibia, además de una persistente sonrisa que habita la mayor parte del tiempo el rostro del hombre. Una divina aura suele rodearlo, dando cierto tono celestial a la presencia de pelirrubio, incluso presenciada por ángeles, aunque sea simplemente un ser humano común y corriente. De altura promedia, cruzando el metro setenta y cuatro sin problema, además, su delgadez provoca que su peso sea liviano, incluso comparándose con una mujer (45 kilos). Lo que usualmente suele vestir son ropajes occidentales, propios de países como Israel en los años 970 a.C, llevando así un largo vestido de tela por encima de sus ropas usuales, variando así su diseño tanto como su color. Aunque eso no signifique que sea incapaz de vestir aquellos vestidos más modernos, propios de la era actual. Por mucho que aparenta ser preferir los propios a los nuevos.

Spoiler:

Podríamos considerar a Salomón como alguien extremadamente peculiar. Aun cuando su ingenio es mucho e incluso llegaron a decir que su saber fue concebido por dios, aun cuando fue una persona tan "amada" por el creador, el muchacho llamado Salomón traicionó su fe hacia el señor y decidió establecer amistad con los demonios, pasándose así al bando de aquél conocido como Lucífer, aun cuando entre sus venas seguía corriendo sangre mortal, aun cuando él algún día moriría. Al haber sido encerrado a temprana edad por una simple superstición y al pasar la mayor parte de su tiempo en soledad hizo que se interesara por todo aquello que lo sobrenatural significaba. Llegando desde los ángeles más relucientes del cielo hasta los cuatro reyes del infierno. Ningún detalle se escapó nunca de sus ojos, despertando pronto todo una manía por lo oculto.

Por otro lado Salomón prefiere mucho más la compañera de los demonios a los propios humanos, siendo mal-visto por la mayoría de sus hermanos aunque aquello jamás le causó demasiado drama, llegándose así a suponer que realmente jamás comenzó a ser demasiado hablador con aquellos de su especie, aunque claramente si amable, mas nunca confió en ellos pues en el fondo, el mismo Salomón prefería la compañía de unos seres que según él: Eran incapaces de atacarle hasta cuando sus nombre estuviera bajo su poder. Incluso frente a aquellos que debían ser sus enemigos de ley demostró tratarles de forma distinta. Pues Salomón pensó y sigue pensando que incluso los demonios tienen un motivo para comportarse de aquella forma tan bélica. En contrario, piensa que el "Perdonar y olvidar" la ley principal de Dios no tenga efecto en el mundo humano, al igual que un castigo impuesto por los arcángeles no harían que los abandonaran sus intenciones, pues se seguirían moviendo no importa cuantas veces caigan al suelo.

Un hombre sabio e inteligente, capaz de soportar incluso dolores físicos y nunca perder el brillo tan altivo y desafiante que constantemente suele demostrar, aun cuando su enemigo es un arcángel o un demonio seguiría tratándolos por igual, incluso afirmar no necesitar su existencia sin importar el castigo que le inflijan. Al fin y al cabo, Salomón es un joven que realmente es capaz de pasar horas y horas en el silencio de una habitación cerrada a llave, solo en compañía de pilas y pilas de libros. Afirmando necesitar solo de eso y la compañía del primer demonio que invocó para poder ser feliz, demostrando la falta de interés sobre bienes materiales. Aquél "bendecido" por los dioses es capaz de asumir una personalidad infantil, inocente al igual que seria y misteriosa, incluso ruin en ciertas ocasiones, aunque jamás levantaría la voz por muy enfadado que pueda ser, siendo así incluso algo débil y sumiso, dejando que el destino siga su flujo sin alterarse demasiado de los sucesos. Capaz de sonrojarse, decir tantas tonterías como palabras sabias y misteriosas, pero sobre-todo una gran calma que infunde su propia presencia a cualquier ser cercano, llegando a ser capaz de dormir rodeado de demonios con la misma naturaleza que haría en medio al pasto.

Cuenta la Biblia que después del primer rey de Israel: Saúl, David tomó el poder, gobernando con justicia y amabilidad a su pueblo, como si todos ellos fueran realmente hijos del rey. La desgracia sucedió en cuanto el rey David y Bathsheba, quien ya estaba casada con Urías el hitita, tuvieron unas relaciones adulteras, por ende, el hijo que Bathsheba engendraría no merecería vivir. Una prueba se le fue preparada al rey, mas ese no causó más que los dioses se encolerizaran por sus palabras, finalmente Natán, el profeta del rey predijo la muerte de su primer hijo, cosa que realmente sucedió aun cuando David permaneció en ayunas.

Un segundo hijo estuvo a merced del destino, una vez más el adulterio había sido el culpable y como en el caso anterior Natán advirtió a David de lo siguiente:
Aquellas palabras no fueron creídas por el viejo monarca, pensando que las cosas saldrían de otra forma, pensando que Salomón sería capaz de traicionarle y con ello, llevar a Israel en el desastre. A temprana edad el hijo menor fue encerrado y sus pies esposados. Irónico quizás, incluso el joven hijo del rey quien había nacido con inocencia no era más que una pobre víctima. La soledad y el alejamiento de sus padres causó que creciera interesándose por la posibilidad de invocar demonios, pensando así quizás aliviar su soledad. A la edad de diez años Salomón ya había leído gran cantidades de libros, todos ellos distintos entre si, llamando incluso la atención de su padre ante tal sabiduría a tan corta edad.

Se cuenta que en algún momento de su pasatiempo, se acercó tanto a los ángeles y al propio Dios que el creador de obsequió un anillo, poseedor de todo su conocimiento, además del deber de destruir a los demonios de la tierra. Salomón comenzó a desprender una aura pura, tan inocente que parecía divina y aun así su curiosidad fue más allá, incluso cuando los ángeles se le acercaban, incluso cuando Dios le amaba, el abandono a todos ellos y lentamente comenzó a interesarse en los demonios, en sus jerarquías y con su saber creó un peculiar círculo mágico, aquél que en el futuro sería conocido como "la llave menor de Salomón". A sus doce años de edad fue capaz de conocer a uno de aquellos demonios, quien aparentemente solo había llegado a Salomón con intención de comer su alma. Aquél demonio respondía al nombre de Dantalion a parte de ser un demonio, pronto comenzó a ser la única persona, o ser, que mantenía compañía a Salomón. Aun cuando fue liberado, el pelirrubio jamás abandonó aquella habitación llena de libros, afirmando que la presencia de Dantelion le era suficiente, afirmando que el seguir leyendo le bastaba, aun cuando su hermano mayor se dirigía hacia él para matarlo, aun cuando Dantelion aparentemente no deseaba más que su alma. Salomón entrelazó una promesa, Dantalion comenzó a pensar de forma distinta en él, lentamente fueron creando amistad.

Ambos hicieron un juramento, Salomón apreciaba el demonio aun su raza, pues al fin y al cabo era el único que suavizaba su soledad. Cuando el símbolo fue trazado en el suelo una vez más -con intención de provar una invocación- alguien interfirió, o al menos, por un momento pareció que funcionaría quizás su propio hermano quien había llegado a Israel, o puede que otro demonio anhelaba el alma del chico y por ello decidió alejarle de aquél que era su "protector", el círculo se apoderó de la vida del mago y causó que cayera en aquél agujero que se había estado formando bajo sus pies. Salomon extendió su mano, intentando tomar aquella de Dantalion, mas la oscuridad fue mayor y pronto desapareció. Cuando abrió sus ojos se encontraba en un remoto lugar, siendo pronto ayudado por una joven mujer pasante por allí, su sorpresa se acrecentó en cuanto se dio cuenta que aquella hermosa mujer no era más que un ángel y aun así, seguramente ella había sido influenciada por aquella "aura celestial e inocente" que solía rodear al chico. Gracias a la ayuda de aquella amable mujer su vida comenzó a cambiar lentamente, consciente de que su hermano no se dejaría vencer si supiera que él seguía con vida, aun así, no se dejaría vencer por ellos. De ese modo la vida de Salomón, o mejor dicho de Christopher comenzó a moverse hacia el frente. Quizás la misma historia se cambiaría... Aun así sus intenciones nunca cambiaron, su interés por el misterio y las demás razas solo aumentó en compañía de todos esos seres y dado que su "tutora" era una profesora de la academia Jikan, no tuvo problema alguno en vivir en compañía de esos seres, quizás mejor tratado dada su situación y el extraño velo de misterio que le rodeaba, pero al fin y al cabo su intención era solo una y de cierta forma no le molestaba pasar su tiempo con aquellas razas, aun cuando sabía que seguramente los ángeles le odiarían por haber abandonado la fe de su señor.

Gustos:
•Los libros, ama todo tipo de libro que pueda caer entre sus manos, llegando así a meterse en un mundo solo suyo y pasar horas ante sus páginas.
•Todo aquello que tenga que ver con lo paranormal causa una gran curiosidad en él, no teniendo problema para probar invocaciones o magias que simplemente había llegado a leer, aunque eso no significa que funcionen.
•La merienda, le agrada el sentarse con calma a beber algo junto a unos buenos dulces.
•Los demonios. Tiene una extraña y genuina curiosidad acerca de ellos, incluso si eso signifique abandonar el amor del creador.
•Dormir.

Disgustos:
•Los alimentos extremadamente salados.
•La necesidad de hacer actividades físicas tales como correr o luchar.
•Las guerras y disputas, sobretodo si debe de verse involucrado y que no le permitan descansar con tranquilidad.

Armas: Carece de arma.

Extras:
•Tiene un extraño deseo de crear una armada de demonios, aunque en un principio no era más que por diversión.
•Conoce muchos libros a memoria.
•Aun su poca edad suele ser nombrado "Sabio" por las personas que le llegan a conocer.
•Al parecer deseó que Dantelion sea quien le mate.
•Es una persona muy curiosa.
•Trata tanto a ángeles como demonios por igual.
•Tomó un nombre y apellido falso para no ser descubierto por su hermano.