Sinfonía de otro mundo [Mio]

I was thinking about you, thinking about me, thinking about us.. What we gonna be? Open my eyes.. It was only just a dream~ -Canto en voz baja mientras caminaba por los pasillos del instituto sin rumbo alguno, sumergida en su música.. en su propio mundo. Hace mucho tiempo que no cantaba, aproximadamente desde que había recibido la carta que la había llevado hacia el instituto Jikan y aunque en ese tiempo, cuando aun estaba con sus padres humanos, se había vuelto un poco hostigoso por toda la gente que le seguía y porque pasaba la mayoría del tiempo cantando por obligación mas que por gusto nunca se cansaría de cantar, y lo extrañaba. Sabia que había tenido la oportunidad de retomado su pasatiempo favorito en el club de música que el instituto le ofrecía y sin presión alguna, pero no quería abandonar el descanso que había tenido después de tanto tiempo y simplemente opto por algo mas llamativo y nuevo como el club del tiro con arco, y  aun así no se arrepentía. Lo único malo de su decisión es que no había otro lugar para cantar y solo tenia que conformarse con cantar en voz baja mientras escuchaba música.. pero bueno, tampoco como si fuera lo peor del mundo.

Así estuvo largo rato, cantando en voz baja mientras recorría el instituto de pies a cabeza, ajena a lo que le pasaba a su alrededor como conversaciones de los alumnos o algún hecho importante, solo pendiente de la canción que estaba escuchando y de los nuevos lugares que no había visitado cuando de pronto llego al lugar menos esperado de todos: El club de música. No supo como había llegado a la puerta de este ya que nunca había sabido su ubicación y el único club que conocía y que sabia donde estaba era el de arqueria, y este definitivamente no se encontraba en una pequeña sala en el ultimo piso del edificio.. pero ahí estaba, y no pudo evitar emocionarse un poco "Tal vez... pueda darle un pequeño vistazo e irme rápidamente antes de que me descubran... o rompa algún instrumento" Pensó sonrojándose levemente al recordar el suceso en la sala común, donde había roto un jarro por andar distraía mirando las lamparas del techo. Afortunadamente, nadie se había percatado del suceso y aunque se sentía mal por no haber informado que ella había sido la culpable al parecer no había sido mayor problema, ya que al otro día había un nuevo jarrón y la alfombra estaba como nueva, como si nada hubiese pasado.

Decidida a hacer una visita fugaz al club y sin causar algún desastre se quito los audífonos, guardándolos en su bolso y se dispuso a abrir la puerta, fue entonces cuando la melodía de un piano tocándose con maestría llego a sus oídos, despacio. Atraída por el bello sonido entro a la habitación a paso lento, como si tuviese miedo de que con un movimiento brusco el sonido se terminara y avanzo por el lugar hasta llegar hasta el piano, donde un joven de cabellos azabache lo tocaba y siendo el el responsable de aquel espectáculo. Se quedo en total silencio admirando al contrario, como sus dedos se movían con delicadeza pero con la suficiente fuerza para que el piano emitiese el sonido indicado, y como también sus movimientos eran ágiles sin cometer error alguno. "Hermoso.." Pensó, aunque su pensamiento se vio reflejado también en un pequeño susurro involuntario. No había nada mas que le apasionase mas que la música, y se podía demostrar perfectamente en su rostro y en sus ojos, que no se despegaron en ningún momento del piano y del joven de cabellos oscuros.

Tan absorta estaba en la hermosa melodía que ni cuenta se dio cuando esta fue interrumpida, no abruptamente si no como un final abierto de un libro.. lentamente, la música dejo de sonar dejando solo una toma al aire. Fue en ese momento cuando pestañeo, saliendo de su trance para fijarse que el chico que hace unos segundos se encontraba tocando apasionadamente el piano ahora tenia la mirada fija en ella, causándole un pequeño sobresalto. ¿Como le había descubierto? ¿Había botado algo? ¿Había hecho algún ruido? Lo primero que hizo fue mirar a su alrededor en busca de alguna guitarra rota o algún otro instrumento en el suelo, pero todo parecía en orden así que por ahora, no había hecho ningún desastre, lo que le quito visiblemente un peso de encima, soltando un largo suspiro. Ahora, el único pequeño inconveniente que tenia es que le habían descubierto, y no solo eso, si no que también había interrumpido a un artista en su momento de inspiración.

-No mucho, de hecho hace poco que entre al salón al escuchar lo bien que toca usted. Y disculpe por haberle interrumpido, no ha sido mi intención -Le sonrió un poco avergonzada, aprovechando que tenia al joven de frente para poder analizarlo mejor: Ojos ambar, cabello azabache y un aire que le señalaba que no estaba hablando con un simple alumno- Disculpe.. ¿Usted es profesor? -Pregunto antes de que se le olvidara la pregunta, ya que no quería faltarle el respeto a un profesor si es que estaba al frente de uno, era por eso que siempre trataba formalmente a todas las personas con quienes se dirigía y solo les hablaba mas.. "personalmente" si eran amigos mas cercanos- Y con respecto a su pregunta, no.. No soy parte del club de música, solo he venido a dar un pequeño vistazo. Si tuviese la posibilidad de elegir un segundo club no dudaría en ingresar a este -Le sonrió, acercándose un poco para posar su mano en el piano, deslizando lentamente su mano en este. Siempre habia querido tocar piano pero era demasiado torpe para aprender cualquier tipo de instrumento.

-Si quiere, puedo retirarme para que siga practicando sin molestia -Se encogió de hombros levemente para demostrarle que no le importaba ese hecho, sabiendo perfectamente que a veces uno necesitaba un tiempo a solas para poder practicar.. aunque era una pena, ya que quería seguir escuchando esa hermosa melodía, pero que se iba a hacer... si el azabache quería estar a solas, no podía hacer nada mas que retirarse.

No pudo evitar soltar una pequeña risa ante las palabras del de cabellos azabache, quien le había dicho con divertidas palabras que era un profesor. Aunque no parecía ser uno por su actitud, eso no significaba que le estaba diciendo infantil, al contrario, no había rastro de ello en su personalidad pero comparado con algunos profesores que había tenido la oportunidad de mantener una conversación era mucho mas relajado por decirlo de alguna manera y amigable, lo que hacia que la pelimorada se sintiera cómoda con su presencia... pero uno nunca sabe, solo habían cruzado unas cuantas palabras y podría estar sacando una opinión precipitada del contrario.

-No ha sido ni la corbata, ni su peinado ni nada... Tengo compañeros que tienen una apariencia parecía a la de usted y ninguno demuestra ser otra cosa mas que un alumno. Creo que tendrá que esforzarse un poco mas la próxima vez -Bromeo un poco, esperando que su comentario no lo considerara como una falta de respeto a pesar de que solo le había seguido la broma. Siempre mantendría el respeto con las personas que apenas conocía y aun mas con los profesores, pero en esa ocasión se permitió relajarse un poco mas, aunque por si acaso no volvería a bromear, a no se que su profesor le diera nuevamente la ocasion.

Su sonrisa se ensancho al darse cuenta que no era la única que notaba ese brillo especial en los ojos de las personas que amaban la música, sintiéndose bastante afortunada de encontrarse con otra persona que compartiera sus mismos gustos y solo asintiendo, dejandole claro que estaba en lo cierto aunque esto no era tan necesario porque el contrario ya se había dado cuenta de aquello. Y así, su emoción creció aun mas cuando el contrario le permitió quedarse, dando un salto de jubilo en su interior "¡Podre escucharle otra vez tocar el piano!" Pensó alegremente, aunque trato de disimular un poco su alegría, ya que posiblemente pareciera como una pequeña niña con su dulce preferido en la mano y tenia que comportarse. Pero esto no duro mucho al ver como de un momento a otro la linda sonrisa que adornaba las facciones del mayor se esfumaba, posiblemente al recordar una mala situación en su vida. Tuvo un gran deseo por preguntar que había pasado, pero prefirió morderse la lengua y quedarse callada, después de todo su vida no era de su incumbencia y apenas llevaban unos minutos hablando. Lo bueno, es que todo volvió a la normalidad en pocos segundos, lo que hizo que su preocupación disminuyera y volviera su sonrisa.

-Lamentablemente a pesar de mis ganas nunca he podido.. Siempre tuve la oportunidad, pero mi torpeza es mucho mayor a mis deseos -Rió levemente, sin tener problemas en admitir aquello ya que seria una ironía negar algo que se notaba al instante, sin contar las experiencias que ya había tenido en ese instituto- ¿Y usted? Aparte del piano... ¿Que otro instrumento sabe tocar? -Pregunto con curiosidad, aprovechando la pregunta para saber si aquel profesor se dominaba en otros instrumentos tan bien como con el piano.