Reunión de profesores

''Reunión de maestros'' Aquello resonó dentro de la cabeza de la rubia con fuerza, que de pronto cerró sus manos en dos puños y miró el cartel con un brillo peculiar en su mirada, todo tipo de reunión social le animaba y emocionaba, aunque fuese algo meramente laboral a ella le sonaba como la fiesta más entretenida. Galetea era un tanto ingenua y bastante infantil, ahí el porque de su excitación ante tan repentina citación, pero por su mente solo vagaba la duda ''¿Cómo serán todos? ¿Qué impresión se llevarán de mi? ¿Qué debería de usar?'' Se preguntaba mientras avanzaba con una sonrisa por el largo corredor a saltitos, aún era temprano por la mañana y tenía unas cuantas tareas que cumplir, sin embargo asistiría sin duda al requerimiento de una de sus colegas.

Aquél día no tenía clases por impartir, así que básicamente dedicó su tiempo a estar en el taller, arreglar unos cuantos motores y llenarse las manos y la cara de grasa, siempre cumpliendo con su buen trabajo. Estaba apunto de marcharse de vuelta al edificio educacional cuando unos de sus colegas llamó su atención -¿Realmente eres mujer, Gale-chan? Siempre te ves descuidada- Aunque fue una broma a la veinteañera no le hizo ni pizca de gracia, se limitó a sacarle la lengua y continuar con su camino, mientras miraba preocupada sus manos y ropa ''¿No ser mujer? Patrañas, soy realmente femenina'' Pensó en un intento por auto-tranquilizarse y despejar la mente.

Cuando finalmente llegó a su cuarto dejó todo tirado en el suelo y se dio una larga ducha, su cabello mojado llegaba hasta sus rodillas, lo tenía realmente largo, pero al momento de secarse ¡Pum! Se esponjaba como el algodón y se reducía a solo tocar su cadera. Salió del baño y pensó en planchar su cabellera, pero al notar la hora abrió los ojos como platos ¿Tan tarde era? No tendría tiempo, seguramente solo podría maquillarse e irse. Se vistió con un vestido amarillo de lunares blancos y zapatos de tacón bajo del mismo color que los lunares, un maquillaje realmente casual y salió del cuarto.

Bajó escaleras y recorrió pasillos casi al trote, su estómago rugía por lo que deseaba pasar a comprar algo de comer antes de llegar a la reunión. Un paquete de rojas cuerdas de dulce y un capuccino caliente, lo dejó todo para comerlo cuando ya estuviera sentada y compartir sus caramelos con los demás, pero debía de apresurarse. Cuando finalmente llegó abrió la puerta con la cadera, tenía ambas ambos ocupadas, e ingresó con una amplia sonrisa -Buenas tardes, soy Galetea Teppelin, maestra de transformación, un gusto trabajar con ustedes- Se presentó con ánimos y tomó asiento en una larga mesa blanca llena de papeles.

La rubia los observaba con una pizca de curiosidad mientras balanceaba los pies y tomaba el café sorbo por sorbo, dentro de su mente escudriñaba a todos y cada unos de los presentes deduciendo sus personalidades por como se habían presentado ''Hime-chan parece muy buena chica, Rex se ve muy cool y Sebas-san un chico realmente educado'' Hablaba consigo misma mientras picaba algo de los dulces que llevó y sacaba otros de los que Hime había ofrecido, cuando entró otro maestro que llegaba tarde y ni se preocupó por mirar a los asistentes ''Hacer dos cosas está bien, pero no mirar a los ojos cuando se te habla es bastante rudo'' Pensó frunciendo ligeramente el ceño en dirección del nuevo, pronto dirigió su atención a algo más importante; El pizarrón blanco donde estaba escribiendo la maestra pelirosada.

Se lanzó para delante y apoyó ambos antebrazos sobre la larga mesa de madera y ladeó la cabeza -No esperaba ser la única maestra que enseñara algo relacionado con la magia- Se escuchó algo de sorpresa en su voz, casi todos lo que la rodeaban eran maestros de clases 'tradicionales', aunque aquella institución estuviera mejor dirigida a los seres con habilidades sobrenaturales. De todas formas carraspeó ligeramente y se irguió en su lugar -Puedo proponer las clases con mayor actividad física para los primeros periodos, antes de que llegue el horario del almuerzo, después de todo nadie se encuentra muy activo finalizada una comida- Una sonrisa amable relució en su rostro y movió la mano en el aire, dando a entender que realizaría otra corta explicación -También sugiero que establezcamos un horario de vigilancia en los periodos de descanso que varíe cada dos días, así no nos agotaremos por perseguir a una pardada de adolescentes hiperactivos todos los días- Finalizado su corto discurso volvió a llevarse la taza de café a los labios y el balanceo de piernas.