Un "Agradable" Encuentro (PUBLICO)

La suave brisa que entraba por la ventana me despertó; el sol brillaba y parecía que iba a ser un gran día, me desperece y fui al baño, donde me di una ducha y me cepille los dientes,me peine y luego sacudí mis alas con fuerza, para que se secaran, claro que luego lo que tuve que secar fueron las paredes... debería haberlo hecho fuera, pero ya no tenía remedio.
Después me vestí, con mis ropajes celestiales, aprovechando que no era día laboral, y silbe para que Dongal bajara del armario y se colara entre mis plumas,luego me agache para tomar a Audvar de debajo de la cama, pero no estaba allí; recode de pronto que todavía la tenía Alice,lo cual me hizo sonreír, sería estupendo poder verla hoy.
Salí por la ventana, pues no me gustaba irme a pie,ya que adoraba volar, la sensación del viento en el rostro era muy agradable. Atravesé rápidamente la isla, hasta que localice un pequeño bosque, y descendí a este.
Me tumbe el la gran rama de un roble, dejando colgar mis alas para que terminaran de secarse, mientras el sol hacía brillar mis cabellos.
Dongal bajo del árbol y echo a correr por el bosque; no me preocupaba, el nunca se perdía y volvería cuando se aburriera,así que cerré los ojos y me relaje, disfrutando le la brisa y del calor del sol, sería estupendo que tuviera alguien con quien hablar, la soledad era agradable, pero ya había tenido mas que suficiente en mi larga vida, por lo que preferiría estar con alguien, charlando amigablemente, aunque no se estaba tan mal de todas formas, si no venía alguien seguramente me quedaría dormido.
El trino de los pájaros podía oírse por todas partes, dándole a la atmósfera un toque risueño,mientras que los correteos de los pequeños animalitos del bosque llegaban a mis oídos.
Mis alas ya se habían secado, pero no tenía ganas de recogerlas, asi que las deje colgar. Aquel lugar parecía estar apartado de todo lo demás, era facil imaginarse que se encontraba en un inmenso bosque sin fin,en lugar de a solo un par de kilómetros del colegio.

Ya debía de haber despertado hace un par de horas, pero tras aquella noche tan ajetreada y en la que apenas pudo pegar ojos, la pelicastaña continuaba tirada en su cama aun cuando era mas de medio día… aunque tampoco importaba demasiado a juzgar que aquel día no tenían clases y aunque las tuviese seguramente se las saltaría. A diferencia de Alice, Kirtash llevaba desde hace un buen rato despierto… despierto y aburrido de estar encerrado en la habitación sin hacer nada, de modo que se dirigió a su compañera, comenzando a mordisquear su pie – Uhmm…- Aparto el píe aun medio dormida y se dispuesto a continuar durmiendo, cuando un buen mordisco en su gemelo le hacía saltar de la cama pegando un pequeño grito-  Te he dicho mil veces que no me molestes mientras duermo ¡! ¡! Maldita lagartija ¡!  - Le gritaba malhumorada, con el pelo totalmente revuelto y aun algo adormilada. Tras un unos minutos sentada en el borde de su cama, se decidía a ponerse en marcha al fin. Tomaba su ropa, unos pantalones y top deportivos, ambos de color negro, dejándolos sobre su cama, para luego dirigirse al baño y tomar una ducha de agua helada para despejarse. Al salir puso la música lo más alto que podía, comenzando a cantar y bailar mientras se secaba y se vestía.

Kirtash se colocaba sobre su hombro, cuando se disponía a salir, echando un rápido vistazo a la espada – Vaya… tengo que devolvérsela… - Suspiro, lo había olvidado por completo, además, que aun debía de pedirle perdón por lo que ocurrió la noche anterior con Sadie. Tomo la espada, comenzando a olfatearla al salir de los edificios, esperando encontrar su rastro…algo que tardo un poco en conseguir, pero que una vez captado le resulto bastante fácil seguirlo. Sus pasos le guiaron, sin que apenas se diese cuenta, ya que se dejaba llevar por su olfato, hasta las zonas verdes de la isla central. Kirtash bajaba de su hombro para corretear a placer por el lugar – No te vayas a perder- Le dijo con una pequeña sonrisita, continuando con su labor de encontrar a aquel ángel. No tardo demasiado en encontrarlo tendido sobre aquella rama, con sus alas cayendo relajadas. Se acerco a él con sigilo, dejando la espada recostada en el tronco del árbol, comenzando a escalar por este con mucho cuidado de no hacer ruido, para terminar colgándose boca acabo sobre la rama que se encontraba sobre él – Buenos días Jael ¡! – Le gritaba revolviendo su cabello, para luego girar sobre si misma y caer de pie sobre la rama junto a él – Te gustan los sitios apartados y naturales, por lo que veo – Comentaba observando aquel diminuto “bosque”, sintiendo cierta melancolía al pensar en su amada montaña- Siento  lo de ayer… te has visto envuelto en algo un poco… complicado de explicar, disculpa – Decía un poco avergonzada- Te he traído tu espada… - Dijo señalando el arma bajo ellos- Como ves esta en perfecto estado – Agregaba con una sonrisita-

Mientras estaba allí tendido, el día había ido transcurriendo,las horas habían pasado lentamente, mientras las nubes se movían plácidamente por el cielo, empujadas por la misma leve brisa que movía mis cabellos,lo cuales ya estaban secos, y brillaban como si fueran de oro puro.
Dongal se puso a intentar cazar un petirrojo, subiéndose al árbol donde estaba el pájaro, y saltando sobre el, solo para que este lo esquivara, y acabara cayendo al suelo,dándose un buen porrazo-Ten cuidado, no vayas a hacerte daño- le dije yo sonriendo, aunque el animalito no me hizo caso y siguió intentando cazarlo, cayéndose una y otra vez de manera continua y sistemática.-No finjas que no me oyes, se que me has entendido perfectamente- añadí tras un rato.
Al oír esto Dongal se volvió hacia mi, y gimió levemente, mientras me miraba fijamente y ladeaba la cabeza. -No voy a ayudarte a cazar, tienes que hacerlo tu mismo,pero deberías dejar a los pájaros en paz, prueba con algo mas a ras de suelo-.
Haciéndole caso por fin, Dongal bajo del árbol y se puso a perseguir a un ratón, dando vueltas en torno al árbol donde el estaba.
El petirrojo que Dongal había intentado cazar fue volando hasta mi,se poso en mi pecho y me dio las gracias por conseguir que el zorrillo dejara de molestarlo, yo le dije que no tenía por que darlas y este se fue volando.

Ya era por la tarde y yo no sentía aun ganas ningunas de irme de allí, Dongal también parecía a gusto; estaba durmiendo al pie del árbol, después de haberse zampado como 5 ratones. Entonces escuche el sonido de unos pasos en el claro,y me concentre en identificar la presencia de quien estaba allí;tuve que contener una sonrisa cuando reconocí la presencia de Alice, quien se deslizaba silenciosamente por la hierba en mi dirección, seguramente pensando que pasaba desapercibida, tal vez para darme un susto.Hasta mi llego también su aroma, una mezcla del florar aroma del champú y un ligero toque como de hojas de roble que siempre la acompañaba,resultaba agradable.
Me quede escuchando como se iba acercando poco a poco hasta estar al pie del árbol, y como comenzaba a escalarlo hasta alcanzar mi altura, no abría los ojos un solo momento y continué escuchando los sonidos que para otros habrían sido imperceptibles,como el suave roce de sus ropas contras su cuerpo, o el mecer de sus cabellos por la brisa.
Ella continuo subiendo hasta situarse en cima mía, para luego revolverme los cabellos con la mano mientras me daba los buenos días, aterrizando luego en la rama, junto a mi, y diciéndome que me había traído la espada.
Sin sobresaltarme lo mas mínimo, abrí los ojos lentamente y contemple su rostro, mirándola directamente a los ojos; la luz del sol iluminaba si piel y sus cabellos, haciéndola aun mas hermosa,lo cual me hizo sonreír plácidamente.
-Tal vez deberías decir buenas tardes, Alice, como me has encontrado? no creo que haya sido siguiendo mis huellas,por que e venido volando,Me alegra que me ayas traído a Audvar, pero también me gustaría saber si ese es el único motivo por el que me buscabas-. Esto ultimo lo dije con un ligero toque de reproche.
Después me quede contemplado su rostro y su figura, disfrutando admirando su belleza, que iluminada por el sola tenía un ligero toque sobrenatural, lo cual me llevo a preguntarme a que raza pertenecería Alice, no era un ángel, eso seguro, ni tampoco un ángel caído, pues lo habría percibido; de nuevo mi curiosidad angélica hizo su aparición, pero ya había formulado una pregunta, así que debía esperar a que me respondiera.
Me perdí en su mirada y espere pacientemente a que me diera su contestación, aunque la verdad, habría sido capaz de esperar así por un par de décadas sin ningún problema.

Para decepción de la chica, Jael no parecía estar demasiado sorprendido por su aparición, algo que causo que dejara escapar un pequeño suspiro, para enfrentar su mirada con el ceño ligeramente fruncido, ya que se consideraba una cazadora experta y el no haber podido pillarlo por sorpresa era una pequeña ofensa para sus habilidades, de las cuales estaba bastante orgullosa – Me habías escuchado u olido cierto ¿? – Preguntaba apoyando las manos sobre sus caderas- Y yo que tenía ganas de darte un buen susto ¡! Eso me resulta un poco frustrante ¡! –Daba pequeños saltitos meciendo peligrosamente la rama, la cual ya soportaba bastante peso de por si, como para aguantar los movimientos de la licántropa. Volvía a saltar a la rama superior, para quedar colgando, cruzando los brazos balanceándose con suavidad- Si, creo que tienes, razón… Buenas tardes Jael – Rectificaba su saludo sin perder su pequeña sonrisa, observando como el pequeño zorro jugueteaba alrededor del tronco, preguntándose donde demonios se había metido Kirtash. Al escuchar la pregunta del rubio, estiraba el brazo dando un toque con su índice en la punta de la nariz contraria- He seguido tu olor… solo me hizo falta olfatear la espada para seguirte hasta aquí, no creas que fue algo sencillo, al principio el aroma estaba muy disperso y era muy suave… pero cuando llegue a la isla central, ya pude captarlo con mucha facilidad – Agregaba esto ultimo con orgullo que no se molestaba en ocultar- Uhmm…no, no ha sido la única razón por la que te buscaba, ya te dije que te quería pedir perdón por lo que había ocurrido, me siento bastante mal por muchas razones… -Dejaba escapar un pesado suspiro- … estuve a punto de golpearte y eso… de verdad que lo siento, pero no vuelvas a colocarte frente a mi cuando estoy de mal humor o puede que la próxima vez no pueda controlarme Jael y lo ultimo que quiero es hacerte daño, de modo que te pido por favor que no te vuelvas a meter en mi camino si se repite algo como eso – Le decía fijando su mirada bicolor en él, aun sosteniendo una pequeña sonrisa, pero dejando claro que hablaba bastante enserio. Le dolía muchísimo recordar como casi le pegaba un puñetazo a ese chico tan amable.

La evidente frustración de Alice me resultaba divertida,parecía que aunque no se la pudiera asustar, ese tipo de cosas si que la fastidiaban, sonreí ampliamente y me puse de pie en la rama, con el rostro justo frente al suyo, aunque el de ella estuviera bocabajo,luego tome su mano y me la acerque la rostro y aspire profundamente, dejando escapar luego el aire de forma lenta.
-Así es, te e oído, y también te e olido- añadí divertido-Tienes un aroma muy agradable,creo que podría acostumbrarme- al decir esto aspire de nuevo-resulta de lo mas cautivador. Dice que me has seguido por mi aroma? iba a preguntarte a que raza pertenecías, pero creo que ya lo se; eres una mujer loba?-
Mientras decía esto puse mala cara al notar un dolor punzante en el trasero, y me volví para ver a un pequeño dragón colgando de este,agarrado con los dientes, mientras me miraba molesto y gruñía.
-Y yo que te e hecho a ver?-dije al pequeño, obteniendo un coletazo por toda respuesta, sin que me soltara el trasero- eso duele sabes? y mucho, harías el favor de soltarme?- los ojos del dragón se iluminaron, curiosos, como los de todos los animales que se daban cuenta de que podía hablar con ellos. Sin embrago y por desgracia, se negaba a soltarme, así que me volví hacia Alice, con toda tranquilidad, como si no pasara nada y le decía-Serías tan amable de decirle a tu pequeño lagarto volador que me dejara ir, resulta molesto hablar asi; y de paso, me dirías a que huele un ángel? tengo curiosidad por saber que piensas- Esboce una sonrisa, que se torció cando el dragón me clavo las garras.
Si tenia que estar así mucho mas tiempo tendría que pasarme todo el día con el trasero metido en la bañera, y eso no era mi definición de un día agradable y productivo, por otro lado, si Dongal se daba cuenta, seguro que se pondría a pelear con Kirtash,y dudaba que la rama sobre la que estaba pudiera soportar mas sacudidas,Así que esperaba que la situación se resolviera pronto,o las cosas iban a ponerse muy feas.

Observó al rubio, sin perder detalles de sus movimientos, ladeando el rostro curioso al ver que tomaba su mano y comenzaba a olerla, algo que no esperaba para nada, pero tampoco era algo que le molestaba… más bien se sentía como si tratara con alguien de su especie y no un ángel, algo que resultaba agradable en cierto modo, de modo que lo dejaba hacer esbozando una pequeña sonrisa divertida – Vaya, eso resulta un poco sorprendente, ya que me consideraba una cazadora profesional… creo que ahora no podré parar hasta que consiga atraparte sin que me descubras –Dejaba escapar una suave risa al escuchar que su aroma resultaba cautivador- Eso es aun mas sorprendente viniendo de un ángel, tal vez lo esperaba de un licántropo o cualquier raza que se guiara por su olfato, resultas bastante peculiar Jael –Asentía ante su deducción- Si, soy una mujer loba, cuidado conmigo – Respondía mostrando sus colmillos a modo de broma. Noto el cambio de expresión en el rostro del rubio, mostrándose un pelin molesto, llegando a pensar que tal vez le había molestado o ofendido su broma de algún modo… Hasta que vio que se trataba de Kirtash, el cual se encontraba mordiendo el trasero del rubio sin parar de gruñir bastante molesto- Kirtash ¡! – Bajaba de su rama- Vamos, suéltalo, no seas malo ¡! – Le pedía con el ceño fruncido, volviendo su mirada a Jael molesta cuando lo escucho llamarlo “lagarto volador” – Dragón – Le rectificaba- No es un lagarto volador, es un dragón – Aunque ella misma le había llamado lagartija aquella mañana y el chico tenía razones de sobra para estar molesto con su pequeño… No le gustaba nada que nadie llamara de forma despectiva a Kirtash, solo ella podía hacerlo- Ahora mismo te lo quito – Se coloca tras él, tomando de los costados a Kirtash dando un pequeño tirón….algo que solo consiguió que apretara mas los dientes en el trasero del chico- Kirtash suéltalo de una vez ¡! No seas tan cabezota ¡! –Daba otro tirón, volviendo a morder con fuerza el trasero- … si no lo sueltas no te daré carne en un mes ¡! No ¡! En tres meses ¡! Te alimentare a base de verduras ¡! –Recibió un coletazo por parte del dragón al decir aquello- KIRTASH ¡! – Rugía enfadada, escuchando un ruidito bajo ellos. Dongal los miraba con curiosidad, intentando comprender lo que ocurría…y cuando lo hizo, no tardo ni un segundo en saltar sobre Kirtash, el cual al verlo, soltaba al fin el trasero del tipo para atacar al pequeño zorro blanco- Quieto ¡! – Saltaba tras él, captándolo en el aire, quedando suspendida, escuchando un crujido, para luego sentir como la rama cedía bajo tanto peso y movimiento bajo ellos.

Alice atrapo a ambos animales antes de caer al suelo, girando sobre se misma para terminar de píe, tropezar y caer de espaldas, al tener a los animales cogidos no fue capaz de equilibrarse, dándose un fuerte golpe en la espalda y nuca – Auch ¡! –Permaneció tendida unos segundos antes de intentar levantarse- Voy a matarte maldita lagartija… - Le decía a Kirtash, el cual lo observaba como si la cosa no fuese con él apoyando en su pecho, mirándola con esos enormes ojos esmeralda- El difícil describir el olor…- Le decía al rubio, sobando su nuca dolorida- … es algo puro, fresco, agradable…es complicado explicarlo…

-Ya se que no es un lagarto volador- dije entre dientes mientras ella trataba de quitarme al dragón de encima- solo bromeaba, no creí que AAAAh, por dios ten cuidado... no, Quieto Dongal, no vengas no...- Demasiado tarde, Dongal salto y el dragón me soltó, para mi alivio, aunque la situación empeoro porque los constantes forzajeos, y la rama finalmente se partió,con lo que todos menos el cayeron, quedándose el suspendido en el aire.

Alice trato de atrapar a  los animales en el aire,y lo consiguió, pero se llevo un buen golpe, lo cual en principio no me preocupo,ya que su raza era fuerte, y descendí riendo mientras le decía-Quieres que te de un masaje?- Entonces repare en mi espada Audvar, apoyada a pocos centímetros de donde ella había caído.

De inmediato mi expresión se volvió dura y pétrea, mis ojos cambiaron de color, pasando de verdes a dorados,y mi voz retumbo por todo el claro, profunda y antigua como los mismos cielos, mientras clavaba una mirada iracunda en el pequeño dragón, que se volvió a mirarme al notar el cambio de ambiente-Tienes idea, pequeño insensato, de lo que le habría pasado a Alice si hubiera caído solo un poco mas allá?, acaso quieres matarla, podría haber acabado partida en dos, esa espada fue afilada en los cielos, si filo no tiene igual. ¡PODRÍAS HABER MATADO A TU PROPIA AMA, TEN UN POCO MAS DE SENTIDO!-

Lo ultimo lo dije gritando, en un todo rabioso, mientras mis cabellos parecían moverse por si solos, sin que los agitara ninguna brisa, y las plumas de mis alas se encrespaban.
Las venas de mis manos se marcaron,mientras que tenía los puños tan apretados que me hice sangre.

Después me di, me detuve, horrorizado por haber perdido el control, y mi expresión volvió a la normalidad; contemple al pequeño dragón, que se había escondido parcialmente tras el árbol, y luego mire a Alice, relajando mi expresión, aunque mis ojos no volvieron a su estado anterior, aun no estaba lo bastante calmado.
Avance hacia ella y le pregunte- Te encuentras bien Alice? perdón si te e asustado yo... e perdido el control,no es algo habitual, no se. No se que me a pasado, lo siento.

-Se levantaba palpando su trasero un tanto dolorida, limpiando el polvo y la tierra de sus pantalones, los cuales habían acabo manchados y con algunos rasgones- Eran nuevo…- Murmuraba para si misma, con lo que le había costado encontrar aquellos pantalones y no era como si le sobrara el dinero precisamente. Dejaba escapar un pesado suspiro, para luego reír por el ofrecimiento de rubio- Muy amable, pero creo que no hace falta, me encuentro bien – Estiraba los brazos, para luego recoger su cabello con una gomita que llevaba en su bolsillo, en forma de coleta alta, apartando todos los mechones de su rostro-

-Echaba un vistazo a su alrededor, fijándose en donde había caído la rama y dando gracias a que nadie se encontrara debajo, sin reparar en el cambio de actitud de Jael, hasta que lo escucho hablar con Kirtash – Uhm ¿?... – Dirigió la mirada a la espada, que efectivamente se encontraba a apenas unos centímetros de ella, algo a lo que no le dio demasiada importancia- Vaya, pues si que ha estado cerca – Comentaba con cierto tono de broma y con actitud despreocupada, muy diferente a la del ángel-  Ey, tranquilízate no ha pasado nada, de modo que no hay que ponerse de ese modo –Le decía al rubio comenzando a molestarse por la forma en la que hablaba a Kirtash. Al escuchar aquel ultimo grito, Alice respondía con un potente rugido mostrando sus colmillos desafiante, con su mirada bicolor brillando furiosa-  TE HE DICHO QUE TE CALMES ¡! ¡! ¡! No ha pasado nada ¡! ¡! No le grites de ese modo a Kirtash ¡! ¡! No ha sido solo su culpa ¡! ¡! Tu bicho ha sido el que ha saltado a por él ¡! ¡! Que pasa ¿? A él no le gritas ¡! ¿? – Estaba bastante cabreada y cuando aquello sucedía no era consiente de lo que decía- No vuelvas a gritar de ese modo a mi dragón ¡! ¡! Te ha quedado claro ¡! ¿? –Se acercaba a él dando un fuerte empujón en su pecho- Ya no soy la propietaria de la espada ¡! No tienes que estar preocupándote de si me pasa algo o no ¡! No es tu obligación ni nada ¡! ¡! – Volvía a rugir furiosa, con la mirada clavada en los ojos del contrario, mostrando el filo de sus colmillos, su respiración se encontraba acelerada, al igual que su pulso. Sentía como la temperatura de su cuerpo aumentaba y su bestia le pedía a gritos ser liberada. Tomaba la espada del rubio, ignorando por completo todo lo que decía, ya hacía un rato que no lo escuchaba y ni notaba la sangre de sus manos y mucho menos prestó atención a su disculpa.  Comenzaba a arremeter contra los árboles, destrozándolos con el filo de la espada durante un buen rato, dejando escapar la rabia que tenía dentro, hasta que terminaba por clavar la espada en el suelo, volviendo a rugir furiosa. Sin decir nada y tras haber destrozado todo lo que encontraba a su alrededor, se alejaba en dirección contraria a un paso ligero, siendo perseguida por Kirtash manteniendo un poco la distancia… hasta él sabía que no era buena idea molestarla en ese momento-

Las sangre le latía de forma dolorosa en la sienes mientras trataba de controlar la rabia, y lo gritos de Alice no ayudaban en absoluto, me concentre, tratando de alejar todo pensamiento negativo, intentando dejar mi mente en calma otra vez, conteniendo a la fuerza el lado oscuro de la moneda.
Caí al suelo, intentando detener aquella sensación, pero no podía, sentía que estaba perdiendo el control, clave los dedos en la tierra, dejando profundas hendiduras en esta, y comencé a darme cabezazos contra el suelo.
Alice estaba demasiado ocupada con su propia destrucción sistemática del entorno para darse cuenta de nada.

-Aléjate Alice- dije entre dientes, desesperado, pero ella no podía oírme,contemple horrorizado como las plumas de mis alas perdian color, volviéndose gris ceniza, sabiendo que mis ojos estaban igual, y mi pelo tambien. Audvar, dejada de lado por Alice dejo de brillar y se volvió apagada.
Sintió como perdía el control de su cuerpo, por mucho que intentara retrasarlo; Alice ya se iba, pero no lo bastante deprisa.

Perdí la batalla y me encontré abalanzándome sobre ella desde arriba, luego recogí a Audvar y comencé a avanzar hacia ella, mientras mis alas y mis cabellos seguían perdiendo color, acercándose cada vez mas al negro, y mi mente perdía las ultimas trazas de cordura.

Me abalancé sobre ella,con una sonrisa torcida en el rostro, dispuesto a cortar su cuerpo en dos.
Había pasado mucho tiempo desde que me paso algo asi,ni siquiera podía recordar que lo provoco, pero si recordaba cual fue el resultado.
Mientras mi consciencia se hundía en la oscuridad por completo, un único deseo fue mi ultimo pensamiento coherente. -Que alguien me detenga-.

-Estaba tan furiosa y metida en su mundo, que no percibió la cercanía del ángel, el cual la ataco de repente, sujetándola por los hombros, lanzándola contra un árbol  con tanta fuerza que prácticamente había quedado incrustada en el. Permaneció unos segundos algo confusa por el golpe, sin saber que había ocurrido, hasta fijar su mirada en Jael y en sus cambios… Él la había atacado de ese modo ¿?... Su mirada se tornaba aun más furiosa y oscura. Perdiendo por un segundo la poca razón que le quedaba para saltar hecha una autentica bestia sobre él, transformándose en una enorme loba negra, intentando clavar las garras en su pecho, cuello y hombro del ángel entre sus fauces, desgarrando su piel con la intención de inutilizar el brazo con el que sostenía su espada… solo quería matarlo… en ese momento era lo único en lo que pensaba. Kirtash cubrió el cuerpo de su compañera con sus escamas, evitando cualquier posible daño que pudiese causarle el ángel. Soltaba su hombro, para rodearlo fugazmente para atacarlo por la espalda, cayendo sobre él e intentar clavar de nuevo las garras en sus omoplatos, con la intención de apresar su cuello por la parte trasera y clavar con fuerza sus colmillos.

En lo que duraba un parpadeo, saltaba lejos de él, mirándolo con los ojos abiertos de par en par y las orejas gachas, siendo consiente de lo que había ocurrido – “Jael”… - El terror se apodero de ella al ver que había atacado a su amigo, saliendo disparada de aquel diminuto bosque… de nuevo volvía a ocurrir… había hecho daño a alguien por una autentica tontería… estaba furiosa…furiosa consigo misma y por como habían terminado las cosas con él. Que hacer ¿? Como volver a dar la cara con él ¿? Estaba segura que la odiaba, no querría volver a saber nada más de ella. Era una autentica idiota… Las cosas no debían de haber acabado de ese modo… pero ya no había nada que pudiese hacer. Acababa de perder al primer amigo que hacía en aquel lugar y la impotencia la destrozaba.

Su cuerpo no le reponía, el dolor no importaba, las lesiones tampoco, su cuello y su espalda estaban destrozados por los golpes que Alice le había dado, pero eso no le importaba; su cordura estaba rota y no importaba lo que le hicieran.

¡¡NO!!. Ya basta, aparto la oscuridad con fuerza, recuperando el control,aunque este vino acompañado de una inmenso dolor, que por poco lo deja sin sentido.
Se arrojo desesperado hacia Alice,tratando de frenarla para, se interpuso velozmente en su camino, arrojando la espada a un lado y abrazando el cuerpo de la loba, aun a riesgo de ser mordido.

Pese a ser un ángel,Jael no tenía la capacidad de curar, no podía sanar las heridas de Alice; las suyas, por lo que seguía sangrando,debido a esto estaba devil, y el impulso de la loba lo arrojo al suelo, de donde no se pudo levantar y se quedo mirándola,preguntándose si su vida había llegado a su fin

Jadeando,fue de pronto consciente de que la visión le fallaba, aquello era malo,no podía morir por heridas asi, pero quedarse inconsciente no era buena idea.
Pero por mucho que intentara mantenerse despierto, sentía que las fuerzas le fallaban,y lo que era peor, la oscuridad no había sido desterrada, mis alas se estaban oscureciendo de nuevo, mientras la iracunda criatura que vivía en mi interior tomaba el control de nuevo, aprovechando mi debilidad.
Pronto perdió el conocimiento, quedando tirado en el suelo, mientras sus alas se ennegrecían por completo, aunque al menos, no haría daño a nadie, pues estaba fuera de combate, pero si la conversión no se detenía, su despertar sería algo peligroso.
Si ese era el caso tal vez sería mejor que Alice lo matara, para que nadie sufriera a sus manos; ya fuera muriéndose o de otra forma, había que detener la conversión, y no podía esperar a que Alice decidiera, así que cogí mi espada y fui acercándola con esfuerzo a mi cuello, con la intención de rajarme la garganta.

Correr…huir…escapar… Era lo único en lo que pensaba aquella impresionante loba de pelaje azabache y mirada bicolor. Debía ir en busca de ayuda, de alguien que fuese capaz de ayudar a su amigo a curar aquellas terribles heridas y que no resultase un peligro para su seguridad, como lo era ella. Pensaba que lo conseguiría si no llega a ser interceptada y detenida de nuevo por Jael, siento atrapada entre sus brazos con fuerza, algo que la sorprendió ya que no esperaba que fuese capaz de moverse, aunque por otro lado aquello resultaba un pequeño alivio… si aun podía moverse y actuar de ese modo, tal vez sus heridas no fuesen tan graves…cosa de la que dudaba bastante.  

Intentaba zafarse del abrazado del rubio, pero aun conseguía mantenerla atrapada. No comprendía porque lo hacía. Acaso no era mas fácil dejarla escapar ¿? Por su culpa se encontraba de ese modo, otro la hubiese dejado marchar sin pensarlo dos veces, pero él volvía a detenerla. Al fin la loba se calmaba entre los brazos del ángel, observándolo confusa, percibiendo los cambios que hasta el momento no había notado… Sus alas se encontraban oscuras y en su mirada advertía la oscuridad y la agonía en los ojos del contrarío, incluso su olor comenzaba a cambiar poco a poco – Jael ¡! – Lo llamaba, una vez volviendo a su forma humana, sujetando la mano que tomaba la espada con la clara intención de cortase el cuello, algo que no permitiría que ocurriese por nada. El cuerpo de la chica fue cubierto al segundo de volver a su forma original, por las escamas rojizas de su dragón, protegiéndola de cualquier posible daño que pudiese causar el rubio – Por favor reacciona ¡! – Pedía con la mirada cristalina, a punto de romper a llorar como una niña pequeña, terminado por coger la espada y lanzarla a unos metros de ellos- Lo siento…de verdad lo siento…- Lo abrazaba con fuerza, hundiendo el rostro en su cuello, comenzando a sollozar- … siento haber reaccionado de ese modo…siento haberte atacado… lo siento mucho…- Repetía una y otra vez, con la esperanza de hacerle reaccionar y que volviera a ser el de siempre-

La oscuridad se abría paso poco a poco,consumiendo mi cordura,alimentándose de mis miedos, crecía de forma lenta pero inexorable,imparable,no me quedaban fuerzas para seguir reteniendola mucho mas,se había echo demasiado poderosa,demasiado fuerte,y ya nada podía detenerla,yo estaba demasiado débil,lo único que me quedaba por hacer,era quitarme la vida antes de que la oscuridad me dominase,antes de que "el" apareciese de nuevo,eso era algo que nunca volvería a permitir,prefería morir a eso.

Entonces noto como Audvar le era arrebatada de sus manos; patético, ni siquiera me quedan fuerzas para sujetarla con fuerzas,no me quedan energías ni para quitarme mi propia vida; de mis ojos brotaron lagrimas,las cuales se deslizaron a los lados,cayendo como dos pequeños regueros de dolor y tristeza,no había logrado detenerlo, "el" iba a volver,otra vez la gente sufriría daño por su culpa... La voz de Alice llego a el de pronto,sollozante,casi suplicante, pidiéndole disculpas,rogándole que volviera a ser el de antes;comprendía que mi cuerpo ya debía de mostrar signos del avance de la oscuridad,era demasiado tarde,solo había una posibilidad,pero sabía que ella nunca aceptaría,aun así,use mis pocas fuerzas para mirarla,y tocar su rostro levemente con los dedos. -Escúchame, Alice- Dije con la voz rota por el dolor que sufría al contener la oscuridad de mi interior.- No hay tiempo,por favor,solo por esta vez,haz lo que te pido... Matame Alice, tu puedes hacerlo verdad, te lo ruego matame,no lo soporto mas, pronto llegare a mi limite y no quiero.-Hice un gesto de dolor- ...Que tu ves eso,por favor,Alice.- luego mi  voz se apague,y volví a apoyar la cabeza en la hierba, sin fuerzas.

Sabía perfectamente que Alice no aceptaría,igual que la persona cuyo nombre ni rostro puedo recordar no lo hizo,era algo que nadie haría,pero era lo único a lo que podía recurrir,no quería acabar como aquella vez,aunque los rostros estuvieran borrosos,las voces distorsionadas,y los nombres desaparecidos,lo que ocurrió si lo recuerdo,y no es algo que permitiría que volviera a ocurrir si estuviera en mis manos,debía evitarlo a toda costa,pero ya no me quedaban fuerzas para ello, sentía como la oscuridad me iba devorando lentamente,consumiendo mis ultimas fuerzas para hacerse co el control,ya no había nada que pudiera hacer,solo me quedaba esperar que Alice hiciera lo que le había pedido,por improbable que fuera,deseaba que me hiciera caso esta vez.

Mi consciencia se hundió en la oscuridad,dentro de poco volvería a despertar,pero entonces no sería yo, sería alguien distinto, alguien peligroso del que había que alejarse,cuando despertara sería para hacer sufrir a quien estuviera cerca,ahora desearía haberla dejado huir,así no tendría que ver esto,preferiría morir a ello,pero ya no queda nada que hacer,ojala me mate,ojala lo haga y no tenga que ver nunca algo así,pero no lo hará,nunca hace lo que le digo; ese ultimo pensamiento hizo que me quedara inconsciente con una sonrisa en los labios.

La chica continuaba a abrazada a él con la esperanza de hacerlo reaccionar, esperanza que comenzaba a flaquear poco a poco…Su mirada se centro por un momento en el pequeño zorro el cual daba toquecitos con su hocico en el hombro de su amo, mientras Kirtash se mantenía atento a lo que ocurría sobre una rama baja, con la mirada fija en Alice, comprobando que se encontrara en buen estado – Tranquilo, se pondrá bien…- Decía no muy convencida a la pequeña mascota, acariciando su cabeza. Comenzaba a analizar la situación de un modo mas calmado… lo mas razonable sin duda era coger al chico y llevarlo a la academia, donde suponía que sabrían tratarlo como era debido.

Al sentir el tacto de los dedos en su mejilla, daba un pequeño sobresalto al no esperarlo en absoluto… en ese momento estaba demasiado concentrada en sus pensamientos que no había notado que el rubio comenzaba a reaccionar. Abría los ojos de par en par sin creer lo que le estaba diciendo – Te has vuelto loco Jael ¿? No pienso matarte, como piensas que sea capaz de hacer eso ¿? Debe haber otra solución, no digas tonterías –Respondía contundente. Estaba claro que no pensaba hacer lo que le pedía, ni si quiera era capaz de imaginar como se le pudo ocurrir pedirle semejante cosa a ella. Al verlo perder de nuevo la consciencia, tenía muy claro lo que tenía que hacer…

Tomo al chico en brazos, algo que le costo bastante, no por el peso, ya que gracias a su raza poseía bastante fuerza, aunque no lo aparentara en absoluto, si no mas bien por aquella alas a las que intentaba no dañar de ningún modo, consiguiendo que resultara mas complicado a la hora de manipularlo. Aun así se las arreglo para colocarlo sobre su espalda, pasando los brazos del contrario por su cuello, inclinándose ligeramente hacía delante para colocar los suyos bajo su trasero, entrelazando sus manos de modo que hicieran de soporte para el cuerpo del rubio, comenzando a caminar a un paso rápido pero cuidadoso, lo ultimo que quería era que acabara tirando el cuerpo y complicara aun mas las cosas.
Al salir de las zonas verdes, resultaba inevitable atraer las miradas y la atención del resto de alumnos, los cuales los miraban con curiosidad, sin atreverse ninguno a acercarse, algo que prefería la castaña, ya que si llegara a despertar y reaccionara de un modo violento, prefería que no hubiese nadie alrededor al que pudiese dañar.

Tras una muy larga caminata llegaba al hospital, donde rápidamente fue atendida por el personal, los cuales tomaron al rubio y lo llevaron a la sala de emergencias, donde suponía que tratarían sus heridas y llevarían a cabo las pruebas necesarias para comprobar el estado del ángel. Alice permaneció en la entrada sin saber que hacer, mirando de un lado a otro confusa, con el pequeño zorro en sus brazos y su querido dragón sobre su hombro, al cual le llamaba más la atención los objetos metálicos y brillantes, que la seguridad de Jael… la cual le importaba mas bien nada. Una de las enfermeras se acercaba a Alice, ofreciéndole algo de ropa, ya que su cuerpo se encontraba exhibido, únicamente cubierto por las escamas de Kirtash, cosa de la que hasta el momento no se había percatado, sintiendo bastante vergüenza, aceptando sin dudar el ofrecimiento de la joven enfermera.

Continua en "Un Oscuro Despertar" (hospital)