Sangre [Priv. Monokii Aru]

Era un día solitario en la casa de los Dracheart, la mayoría estaba afuera haciendo distintos tipos de actividades al aire libre, los hombres seguramente se la estaban pasando de maravilla metiéndose en distintos tipos de problemas como acostumbran mientras que las mujeres estarían por la ciudad haciendo lo que acostumbran. Eso era llamado como un fin de semana. Días en los que cualquiera podía hacer lo que les placiera gracias a que estaban libres de clase y no tenían que preocuparse por responsabilidades o que deberes pendientes que pudieran cortar la diversión.

Por otra parte, no todos los Dracheart se encontraban fuera. Un chico de cabellos castaños se encontraba en la sala principal de la casa sosteniendo un libro en sus manos y analizando atentamente el contenido de las palabras que este contenía. No es que fuera un sujeto serio y que no le agradara pasar tiempo al aire libre, simplemente en ese momento encontraba mas apropiado el pasar un tiempo leyendo.

Pasando la siguiente hoja para leer lo que seguía, sintió una punzada en su dedo y al mirarlo pudo notar como el líquido rojo salía de su pulgar. La cortada de la hoja le había abierto el dedo causando que sangrara y miro fijamente la sangre que acariciaba su piel sin expresión alguna. Luego miró su brazo vendado, donde la venda volvía a tornarse roja. La razón por la cual era el único que se encontraba en la casa en ese momento era por sus heridas causadas por una batalla bastante sería que había tenido el día anterior. - Parece ser que me estará dando problemas por un tiempo - pensó en voz alta mientras desvendaba la herida para ver que esta se había vuelto a abrir. Suspiró. Si bien era inmortal de cierta forma, igual no dejaba de sangrar y sentir dolor. Decidió esperar a que cerrara naturalmente y luego limpiaría la sangre.

Un bostezo de cansancio salio de mi boca mientras bajaba las pesadas escaleras de la casa con torpeza. Mi compañera de habitación aun seguía durmiendo junto a su mascota aunque en realidad todo podría ser por que todavía fuera de día cuando mi cuerpo había decidido levantarse y por que a ella no le sentara el sol tan bien como ami. Ya que aun siendo un variado de una raza nocturna el sol, no me hacia demasiado dolor sino que solo producía un leve sentimiento de pereza y desgana en mi cuerpo.

¡Estoy muerta!-Exclame en mi cabeza mientras abría la puerta que conducía a la sala principal como un zombie. Al entrar mi mirada no se dirigió a ninguna otra parte que no fuera a aquel cómodo sillón en donde me senté y coloque mis pies sobre una mesa mientras echaba la cabeza hacia un lado adormilada.

Antes de acariciar mis ojos, pude sentir un suave olor a comida cercano a mi.

¡Que raro huele!-Gruñí, buscando con mi mirada a algún otro residente del que no me había percatado anteriormente. Pude comprobar que se trataba de un simple chico del que por mucho que me concentrara no podía deducir si era humano o otra raza ya que su aroma era nuevo para mí.

Me quede seria mirándolo a distancia, acariciando mi despeinada cabellera y dudando entre si era buena idea degustarme con su olor o no.

Por alguna extraña razón, aquella herida no parecía estar dispuesta a cerrarse y sanarse, en lugar de eso esta parecía estar empeorando y el líquido rojo no paraba de fluir por aquella apertura en la piel que cada vez se hacía mas notable. Examinando mejor su herida pudo notar que un extraño pedazo de metal había quedado incrustado en su organismo el cual era responsable de seguirle lastimando. - Ya veo, debe tener alguna magia extraña o algo que no me permite sanar - suspiro.

Intento quitar aquel objeto extraño de su cuerpo, pero fue incapaz de hacerlo ya que parecía estar atorado entre sus tejidos. Así que tomó un cuchillo que estaba sobre la mesa y apuntando correctamente lo encajo a un lado del objeto provocando que este botara fuera y cayera al suelo, a la vez una mueca de dolor se formó en su rostro. - Creo... que con eso basta... - pensó en voz alta a la vez que se aseguraba de que no hubiera mas objetos extraños que pudieran causarle problemas.

Luego sacó el cuchillo y levantó la mirada para buscar la venda con que volvería a cubrir su herida. Fue entonces que notó la presencia de una chica que le estaba mirando quien sabe desde hace cuanto. - ¿Eh? - miró el cuchillo en su mano todo lleno de sangre y su brazo, se viera por donde se viera, la conclusión obvia sería que es un demente. - Esto... Espero no te asustes... No te haré daño, enserio - dijo bastante inseguro. ¿Un tipo extraño con un cuchillo apuntando hacía ti y todo lleno de sangre no te haría daño? Que poco creíble. Ahora solo esperaba que la chica saliera corriendo despavorida por la escena que acababa de presenciar.

Me fue divertido ver como aquel desconocido se sajaba su propio miembro con un cuchillo, aunque preferí no reírme y solo lo mire divertida moviendo mi rostro de un lado a otro.

¿Por qué hará eso?- Se pregunto mi mente. ¿Podía ser verdad que aquel ser ya la había detectado como una chupa sangre y se estaba entregando a ella? O ¿Tal vez era una autodefensa contra mí?

¡No lo entiendo!-Suspire disfrutando del olor a sangre que se respiraba en la sala y de aquella sensación de dolor que desprendía el cuerpo del chico. Cuando me miro solo sonreí con ternura echando la cabeza hacia un lado, aquella sonrisa también desprendía maldad pero una maldad suave casi imposible de percibir para un humano.

No me importa eso de que te agrade…-Dude un poco entre cual seria la palabra perfecta y cuando la conseguí me levante con cuidado sonriendo divertida- ¿Dañarte?- Antes de que pudiera decir algo mas limpie mi linda vestimenta y me dispuse a andar hacia el, rodeándolo y disfrutando de su aroma mientras me relamía.

No se que eres. Pero hueles bien-Comente, parándome frente mientras acercaba mi mano a mi boca la que cubría con la manga de mi pijama y mordía ansiosa.

¡Tranquilízate!-Ordeno mi cabeza con miedo, deseando que no fuera de nuevo controlada por mi instinto.

Para sorpresa del castaño, aquella chica no salio corriendo y en su defecto le dijo que su aroma le agradaba. Se le quedo mirando fijamente a los ojos cuando la tenía cerca y luego de unos momentos se froto la frente con el dedo indice de su mano sana. - Espera, creo que no entiendo esto - pidiendo un pequeño tiempo fuera, se puso a analizar la situación. Hacía poco unos segundos se había encajado un cuchillo de manera brutal y la chica que lo presencio solo decía que huele delicioso. Eso es totalmente lógico.

Volviendo a verla trato de analizarla y pudo notar que por alguna razón mordía su manga como si estuviera deseosa de algo. - ¡Oh! - Había encontrado una respuesta - Ya lo tengo, eres una vampiresa o algo así - dijo sonriente como si hubiera conseguido una gran victoria o si hubiera revelado el secreto del universo por su propia cuenta.

Por otra parte, ¿estaba realmente en lo cierto? También podía ser una chica con gustos extraños por la sangre simplemente. - Supongo que lo que quieres es esto, ¿no? - le pregunto curioso a la vez que acercaba su brazo ensangrentado hacía ella y le observaba fijamente esperando su reacción.

Mi mano siguió en mi boca jugueteando con mis colmillos mientras los miraba con duda sin entender nada. Aquel ser parecía divertido pero en verdad era normal su sorpresa al aparecen tan repentino ante el y preocuparme mas por su olor que por su herida.

Cuando pronuncio una de las mitades que componían mi raza mis ojos se iluminaron y me obligaron a mover mi cabeza de arriba a bajo afirmándole completamente que estaba en lo cierto cuanto a mi raza.

Um…?-Mi cara se echo hacia un lado confusa al ver como acercaba su mano ante mi y otra vez sin decir nada solo retrocedí y lo mire desconfiada.

No me agradan mucho ni me da mucha confianza ver como me ponen la comida en bandeja-Gruñí enseñando mis colmillos como amenaza y mirándolo serio me restregaba mi cansado ojo con la mano; lo que no trasmitía mucha amenaza sino mas bien dulzura y debilidad.

¿Entiendes?-Bostece dándole la espalda y cruzándome de brazos. En realidad mi estomago como olfato se morían de ganas por probar su sangre pero mi mente me decía que no era demasiada buena idea confiarme tan pronto de aquel ser y mucho delatarme tan pronto chupando su sangre.

Una ligera sonrisa apenas notable se formo en el rostro del chico a la vez que retiraba su brazo de ella. Tomó algunas gasas y se limpió la sangre que bañaba su brazo y pudo notar que la herida estaba cerrando con naturalidad, por lo menos con la velocidad notoria con la que sanan los vígaros. Termino de limpiar también lo mas que pudo sus ropas y luego desecho las gasas carmesí en el cesto de basura. - Así que si eres de los vampiros - comentó como si las pruebas que le habían dado hasta ahora no fueran suficientes.

Luego de hacer a un lado todo lo que estaba utilizando para sanarse y se volvió hacía la somnolienta chica. - Supongo que estas serían normalmente tus horas de dormir y eres activa de noche - Tomó el libro que estaba leyendo anteriormente y le dio un diminuto golpe en la cabeza para despertarla un poco. - Vamos, no falta mucho para que se haga oscuro - guardó el libro en el estante en el que se encontraba originalmente antes de tomarlo.

Una vez que terminó de recoger todo, sacó un chocolate de su bolsillo y volvió a sentarse. - Por cierto, yo soy Souren, Souren Konozaki - se presentó y luego le dio una mordida a su chocolate y luego le ofreció un poco a la chica, aunque dudo un poco. - Tal vez... tu no comes esto, ¿no? - pregunto mientras miraba dudoso de si comería aquel dulce o no.

Desviando mí mirada levemente de nuevo a el pero aun casi completamente de espaldad; observaba embobada como su sangre era desechada en aquellos objetos humanos que a veces había observado de la enfermería y que me prohibieron rozar.

Que desperdicio…-Gruñí casi sin entenderse mucho lo que decía. Un trozo de mi interior se arrepentía de no haberle secado completamente cuando había podido pero la otra parte se alegraba de no haberse delatado del todo y de haberse salvado de esa trampa.

Pu..-Gemí acariciando mi cabeza nada mas sentir el golpe. No entendía mucho como ese ser se encontraba tan normal al estar ante mí y sabiendo aun más que podría matarlo y usarlo como aperitivo toda esa tarde.

Me contenía como pude para no lanzarme contra el y golpearle ante su gesto anterior aunque solo tome aire suspirando con fuerza y con un gesto bruto le arrebate el dulce que me ofrecía.

Tu ofrenda me servirá por estos segundo- Comente con un tono serio y con un fuerte bocado comencé a comerse su tableta. Su sabor era agradable y era fácil de asimilar para mi aunque no eran de las cosas que mas me apetecían comer.

Dame mas o te matare!-Gruñí con un tono de autoridad y sentándome en el suelo le mostré mi mano mientras desviaba mi rostro algo avergonzada.

Yo soy Monokii…-

Se sorprendió al verla como ella aceptaba el dulce y se lo comía con tanto gusto, pero su rostro en lugar de expresar sorpresa solo dejaba notar una sonrisa mientras la observaba y su sonrisa se mostró aun mas notoria cuando le pidió de manera tan amenazante que le diera mas chocolate. - Ya ya, pero no tienes porque amenazarme - menciono tranquilamente mientras metía en su bolsillo su mano y sacaba un puñado de barras de chocolate. Tomó la mano que le pedía por debajo y colocó una barra de chocolate ya sin envoltura sobre esta. - Aquí tienes, Monokii -luego le acarició la cabeza un poco y dejo las otras barras cerca de ella para que las tomara.

Al momento de estar dejando la barra, su dedo que aun tenía una cortada rozó con la envoltura de uno de los dulces provocado que su herida volviera a abrirse un poco y un hilo de sangre saliera de este. Al levantar su mano para verlo, el hilo se fue por debajo del dedo y una gota de sangre cayó en la barra de chocolate que le había dado a Monokii, pero no se percató de esto.

Luego de limpiar su dedo, volvió su vista hacia la chica. - Creí que a los de tu raza solo les gustaba la sangre, pero parece ser que también comen otras cosas - con curiosidad se le acercó al rostro. - Entonces, ¿que opinas? ¿te gusta el chocolate tanto como la sangre? - pregunto curioso, pues le interesaba saber las opiniones de otras personas respecto al dulce, sobre todo de las que menos creía que podría gustarles.

Al sentir su mano acaricia por debajo a la mira note una extraña ausencia de calor lo que me sorprendió bastante ya que había descartado por completo que pudiera ser un ser similar a los vampiros. Aunque aquello me ayudo a deducir un poco mas que tipo de raza poseía aquel chico y si era buena para mi consumo.

Un no-muerto-Sonreí sin delatar mi pensamiento. Su caricia en mi cabeza no causo ningún puchero típico de mis acciones habituales pero si hizo que suspirara y mordiera con fuerza la barra de chocolate que me había ofrecido anteriormente.

No es que no nos guste…sino que simplemente no lo asimilamos o no nos saben a nada esto-Susurre desviando la mirad a un lado nerviosa y seguía mordiendo la tableta. Era raro pero mi cuerpo sentía una extraña sensación similar a la fiebre humana pero que quemaba mi cuerpo por dentro.

Me gusta la sangre…mucho mas la sangre-Gruñí colocando mi mano contra mi cabeza con fuerza mientras mis colmillos crecían y mis ojos enrojecían sedientos de aquel líquido tan humano.

¿Que me distes?-Suspire autoventilándome y intentando controlar mis impulsos lo que era demasiado difícil teniendo a aquel chico delante mía. Mi cuerpo se fue arrastrando lentamente hacia el hasta llegar a su cuello al que dirigí mi mano.

Ladeo la cabeza un tanto confuso ante la respuesta que la vampira le estaba dando sobre sus gustos en la comida. Miró la cortada de su dedo y tomó una pequeña venda para envolverlo mientras prestaba atención a las palabras de la chica. - Supongo que es natural que te guste mas la sangre, es tu naturaleza después de todo - respondió mientras miraba su dedo ahora vendado y sin fugaz de sangre de ninguna parte. Parecía interesante el hecho de que lo comiera aun y cuando decía que no le daba sabor alguno.

Cuando volvió a voltear a ver a Monokii, notó que esta se encontraba cerca de el, muy cerca de el lo cual le sorprendió un poco y se vio un tanto desconcertado por la pregunta que le estaba haciendo. - ¿Como que te dí? Es chocolate - instintivamente se hizo un poco hacía atrás hasta que tocó el brazo del sillón que le impidió seguir retrocediendo. - ¿Acaso el chocolate te pone así? - no entendía porque de pronto ella se comportaba de esa manera. Saco la envoltura de su bolsillo para ver el contenido del chocolate y luego miro su dedo. Claro eso era, ahora todo tenía sentido.

De pronto sintió la mano ajena posarse en su cuello lo cual hizo que un escalofrió le recorriera la espalda como si se sintiera en peligro. A pesar de estar muerto, no dejaba de tener las reacciones normales de un humano. Por otra parte, su expresión no demostraba miedo alguno gracias a estar acostumbrado a morir.

Suspiró y desvió un poco la mirada. - Supongo que esto me va a doler - murmuró para si mismo mientras esperaba a que sucediera lo que fuera que tuviera que suceder por haberse descuidado y haber alimentado por accidente a la vampiresa.