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Simples debilidades [priv. Greyson]
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Simples debilidades [priv. Greyson]
Irina parpadeó confundida con la mirada en un punto del infinito que había entre ella y el único libro que permanecía en su mano. El resto de volúmenes que antes hubieran podido estar en las estanterías, por el contrario, yacían esparcidos por el suelo, algunos abiertos, pero por suerte, ninguno parecía haberse roto. Se pellizcó el puente de la nariz y recolocó el parche sobre el ojo rojizo que solía esconder.
En principio, aquella iba a ser una simple visita a la biblioteca del instituto. Desde que llegara hacía apenas unas semanas allí había estado tratando de hacerse con algún volumen de historia contemporánea en alemán. Estaba harta de leer textos en inglés que de por sí le resultaba complicado de entender y cualquier temario en otro idioma estaba lejos de su comprensión. Por otro lado, quedaba el detallito de su escasa liquidez: Cualquier gasto fuera de los absolutamente imprescindibles no podía entrar en los planes de la alemana. Además, la biblioteca solía estar desierta ¿qué más podía pedir?
Había paseado por los pasillos sin preocuparse de la sequedad y el picor de su garganta durante unos minutos antes de empezar a marearse. Entonces, cuando por fin encontró la sección con títulos en su lengua materna, mientras decidía si le iba a resultar verdaderamente útil el leerse aquel libro, le fallaron las rodillas. En un pobre e infructuoso intento por no terminar en el suelo se trató de sujetar en la estantería, haciendo caer algunos ejemplares en su torpeza.
Preguntarse por qué había pasado aquello estaba de más, al fin y al cabo, ¿cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se alimentara? ¿Cinco días? ¿Una semana? Cada día aplazaba el momento de saciar su sed y su hambre al día siguiente y cuando se alimentaba la energía que conseguía de las bolsas de sangre que tenía apenas le servía para controlar sus instintos más básicos delante de los otros alumnos, para aparentar cierta "humanidad" y que sus mejillas no estuvieran por completo pálidas. Ahora por el contrario no quedaba rastro de vida en su expresión y su piel estaba más que helada.
Y, para colmo, no estaba sola, podía olerlo. Dejó el libro sobre la falda del uniforme de invierno y soltó un resoplido. -...Sí, me he caído, ríete- tomó los volúmenes sin mirar al supuesto "espía". No era de extrañar que alguien se hubiera acercado a ver qué hacía, hasta la bibliotecaria había chistado al escuchar el estropicio, pero la vampiresa no estaba de humor en aquel momento, tenía demasiados problemas de los que preocuparse como para reparar demasiado en ser posiblemente la chupasangres con peor coordinación del centro.
En principio, aquella iba a ser una simple visita a la biblioteca del instituto. Desde que llegara hacía apenas unas semanas allí había estado tratando de hacerse con algún volumen de historia contemporánea en alemán. Estaba harta de leer textos en inglés que de por sí le resultaba complicado de entender y cualquier temario en otro idioma estaba lejos de su comprensión. Por otro lado, quedaba el detallito de su escasa liquidez: Cualquier gasto fuera de los absolutamente imprescindibles no podía entrar en los planes de la alemana. Además, la biblioteca solía estar desierta ¿qué más podía pedir?
Había paseado por los pasillos sin preocuparse de la sequedad y el picor de su garganta durante unos minutos antes de empezar a marearse. Entonces, cuando por fin encontró la sección con títulos en su lengua materna, mientras decidía si le iba a resultar verdaderamente útil el leerse aquel libro, le fallaron las rodillas. En un pobre e infructuoso intento por no terminar en el suelo se trató de sujetar en la estantería, haciendo caer algunos ejemplares en su torpeza.
Preguntarse por qué había pasado aquello estaba de más, al fin y al cabo, ¿cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se alimentara? ¿Cinco días? ¿Una semana? Cada día aplazaba el momento de saciar su sed y su hambre al día siguiente y cuando se alimentaba la energía que conseguía de las bolsas de sangre que tenía apenas le servía para controlar sus instintos más básicos delante de los otros alumnos, para aparentar cierta "humanidad" y que sus mejillas no estuvieran por completo pálidas. Ahora por el contrario no quedaba rastro de vida en su expresión y su piel estaba más que helada.
Y, para colmo, no estaba sola, podía olerlo. Dejó el libro sobre la falda del uniforme de invierno y soltó un resoplido. -...Sí, me he caído, ríete- tomó los volúmenes sin mirar al supuesto "espía". No era de extrañar que alguien se hubiera acercado a ver qué hacía, hasta la bibliotecaria había chistado al escuchar el estropicio, pero la vampiresa no estaba de humor en aquel momento, tenía demasiados problemas de los que preocuparse como para reparar demasiado en ser posiblemente la chupasangres con peor coordinación del centro.
Irina Koenig- Vampiro
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
De nuevo me encontraba descansando de las tareas diarias en mi lugar preferido de la biblioteca, un lugar en donde el sol podía calentar mi cuerpo con sus rayos dejando las hojas que leía en la semi-sombra habiendo aprendido a las malas cuan dañino puede ser para los ojos el no hacerlo.
Normalmente se encontraba solo en el templo del saber mas allá de las ocacionales pareja que quería tener un rato a solas, los típicos estudiosos quienes apuntaba a ser lo mas alto en la clase, en menor medida personas que intentaban no quedarse atrás a quienes gustosamente los ayudaba a ponerlos en rumbo como es mi deber como sempai.
A mi cercanía pude escuchar el ruido de alguien golpeandose sumado al ruido de libros cayendo al piso, juzgando por la cantidad tenía que haber derribado la estantería misma, no sabía si aquella persona estaba bien o podía estar herida, con eso en mente me paré y me dirigí rápidamente hacia el origen del sonido.
En el lugar de impactó encontré a una joven mujer que aparentaba su misma edad, cabellos plateados que se mantenían con ganchos para el pelo exponían un ojo derecho azul que podías perderte en ellos mientras que el izquierdo se encontraba tapado por un parche negro, podría llamarla hermosa y mas aún por el encanto exótico de la tela negra, pero el problema se encontraba con su tonalidad de piel y las pequeñas venas negras alrededor de sus ojos.
La chica obviamente se encontraba a la defensiva o estaba habituada a que los demás intenten hacer que pase vergüenza –No pienso burlarme- le respondió frunciendo ligeramente el ceño ante su actitud
–Estas pálida y no te vez para nada bien- comenté acercándome a ella, cuando estuve en frente de ella llevé mi mano a su frente para ver su temperatura –Estas helada!- Exclamé sorprendido -¿Quieres que te acompañe a la enfermería?- le pregunté listo para llevarla a rastras si es que llevaba a descompensarse delante de el.
Normalmente se encontraba solo en el templo del saber mas allá de las ocacionales pareja que quería tener un rato a solas, los típicos estudiosos quienes apuntaba a ser lo mas alto en la clase, en menor medida personas que intentaban no quedarse atrás a quienes gustosamente los ayudaba a ponerlos en rumbo como es mi deber como sempai.
A mi cercanía pude escuchar el ruido de alguien golpeandose sumado al ruido de libros cayendo al piso, juzgando por la cantidad tenía que haber derribado la estantería misma, no sabía si aquella persona estaba bien o podía estar herida, con eso en mente me paré y me dirigí rápidamente hacia el origen del sonido.
En el lugar de impactó encontré a una joven mujer que aparentaba su misma edad, cabellos plateados que se mantenían con ganchos para el pelo exponían un ojo derecho azul que podías perderte en ellos mientras que el izquierdo se encontraba tapado por un parche negro, podría llamarla hermosa y mas aún por el encanto exótico de la tela negra, pero el problema se encontraba con su tonalidad de piel y las pequeñas venas negras alrededor de sus ojos.
La chica obviamente se encontraba a la defensiva o estaba habituada a que los demás intenten hacer que pase vergüenza –No pienso burlarme- le respondió frunciendo ligeramente el ceño ante su actitud
–Estas pálida y no te vez para nada bien- comenté acercándome a ella, cuando estuve en frente de ella llevé mi mano a su frente para ver su temperatura –Estas helada!- Exclamé sorprendido -¿Quieres que te acompañe a la enfermería?- le pregunté listo para llevarla a rastras si es que llevaba a descompensarse delante de el.
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
Una parte de ella deseó con todas sus fuerzas que el suelo bajo sus piernas se abriera en una enorme grieta y se la tragara... Pero la biblioteca no estaba en un primer piso, así que, además de un golpe innecesario, debería terminar yéndose. No era una huida conveniente ni demasiado brillante. Sacudió la cabeza en respuesta a sus propios pensamientos. ¿Por qué la gente era tan sumamente cotilla? Sí, se había caído y sí, se había llevado consigo la mitad del estante, pero no debía de ser para tanto, ¿no?
Que el tipo asegurara que no pensaba burlarse, siendo sincera, le sorprendió. Más aún cuando cumplió su palabra y no comenzó a reírse en su cara por su situación. -...Todo un detalle- murmuró. Algo aliviada por aquella aptitud, comenzó a tomar los libros del suelo, asegurándose de que efectivamente y ta y como antes lo había imaginado, no había ninguna baja ni rotos entre los títulos. Por ese preciso motivo, por su torpeza y porque, además, había asumido que el desconocido simplemente la había dejado con sus asuntos, no se percató de que el híbrido, en vez de alejarse, estaba acercándose a ella.
Y no se dio cuenta de aquello hasta que estuvo demasiado cerca, cuando la tocó.
Al instante se apartó del desconocido. De haber estado en una situación normal, cualquier rubor habría desaparecido de sus mejillas, sin embargo, en vez de aquello, lo que sucedió fue que las venitas que salían de sus ojos se acentuaron y sus iris, el escondido y el turquesa, brillaron. Durante un segundo, escuchó tan nítidamente el latido del corazón del medio ángel que no hubo nada más real para ella. La tentación de atacarle la asaltó violentamente. Dejó de respirar y se alejó de él torpemente. ¡Cálmate! Se dijó a sí misma.
-¿Quién narices te da derecho a tocarme?- siseó prácticamente al contrario, controlándose para no gruñirle. Sujetó los libros con fuerza, tratando de concentrarse y desechar cualquier idea violenta que se le pasara por la cabeza y, al tiempo, de no destrozar ningún volumen que luego hubiera de pagar -No necesito ir a la enfermería, gracias- respondió cortante y fría, pero sin el tono amenazante que antes habían teñido sus palabras. Respiró cada vez más lentamente, debía ser amable, no debía asustar a otros alumnos -Ha sido un bajón de tensión, no necesito ir a la enfermería- mintió con toda la naturalidad que supo.
Que el tipo asegurara que no pensaba burlarse, siendo sincera, le sorprendió. Más aún cuando cumplió su palabra y no comenzó a reírse en su cara por su situación. -...Todo un detalle- murmuró. Algo aliviada por aquella aptitud, comenzó a tomar los libros del suelo, asegurándose de que efectivamente y ta y como antes lo había imaginado, no había ninguna baja ni rotos entre los títulos. Por ese preciso motivo, por su torpeza y porque, además, había asumido que el desconocido simplemente la había dejado con sus asuntos, no se percató de que el híbrido, en vez de alejarse, estaba acercándose a ella.
Y no se dio cuenta de aquello hasta que estuvo demasiado cerca, cuando la tocó.
Al instante se apartó del desconocido. De haber estado en una situación normal, cualquier rubor habría desaparecido de sus mejillas, sin embargo, en vez de aquello, lo que sucedió fue que las venitas que salían de sus ojos se acentuaron y sus iris, el escondido y el turquesa, brillaron. Durante un segundo, escuchó tan nítidamente el latido del corazón del medio ángel que no hubo nada más real para ella. La tentación de atacarle la asaltó violentamente. Dejó de respirar y se alejó de él torpemente. ¡Cálmate! Se dijó a sí misma.
-¿Quién narices te da derecho a tocarme?- siseó prácticamente al contrario, controlándose para no gruñirle. Sujetó los libros con fuerza, tratando de concentrarse y desechar cualquier idea violenta que se le pasara por la cabeza y, al tiempo, de no destrozar ningún volumen que luego hubiera de pagar -No necesito ir a la enfermería, gracias- respondió cortante y fría, pero sin el tono amenazante que antes habían teñido sus palabras. Respiró cada vez más lentamente, debía ser amable, no debía asustar a otros alumnos -Ha sido un bajón de tensión, no necesito ir a la enfermería- mintió con toda la naturalidad que supo.
Irina Koenig- Vampiro
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
La chica saltó en el instante que la había tocado tardando un rato en notar aquel detalle por la fuerte impresión que le generó una piel así de fría, no sabía de ninguna raza que tenga como característica física una piel al punto de congelación ... a menos que sea un fantasma o una yuuki-onna, pero aun así no quitaba el hecho que las venas negras se veían mas profundas y acentuadas, aquella no era normal bajo ningún punto de vista.
Al notar de nuevo a la chica se veía envuelta en un conflicto interno, no necesitaba leer su aura para saber que su forma de actuar era la de una persona que se guiaba por su orgullo o inseguridades, estaba intentando ser amable con ella como me habían enseñado, no tenía que reaccionar de esa manera.
-Puedo notar que no estas bien, carece que estas a punto de caer muerta en cualquier momento, estas helada y tienes el ojo negro, si no quieres ir a la enfermería entonces te invito a que te quedes-
No me agradaban personas como ellas que se pensaban que podían cargar con todo el peso del mundo por su cuenta, todos necesitaban ayuda de vez en cuando, pero no quería dejarla que sufra, fue hacia su libro y lo tomó antes de regresar junto a la chica para reanudar su lectura
-Estaré atento si tienes otro "bajón de tensión", no me culpes si terminas despertándote en la enfermería por ser cabezota- le dijo dándole una mirada de soslayo regresando la mirada a su libro mientras mantenía su entreceño fruncido.
Al notar de nuevo a la chica se veía envuelta en un conflicto interno, no necesitaba leer su aura para saber que su forma de actuar era la de una persona que se guiaba por su orgullo o inseguridades, estaba intentando ser amable con ella como me habían enseñado, no tenía que reaccionar de esa manera.
-Puedo notar que no estas bien, carece que estas a punto de caer muerta en cualquier momento, estas helada y tienes el ojo negro, si no quieres ir a la enfermería entonces te invito a que te quedes-
No me agradaban personas como ellas que se pensaban que podían cargar con todo el peso del mundo por su cuenta, todos necesitaban ayuda de vez en cuando, pero no quería dejarla que sufra, fue hacia su libro y lo tomó antes de regresar junto a la chica para reanudar su lectura
-Estaré atento si tienes otro "bajón de tensión", no me culpes si terminas despertándote en la enfermería por ser cabezota- le dijo dándole una mirada de soslayo regresando la mirada a su libro mientras mantenía su entreceño fruncido.
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
-...Haz lo que prefieras. No iré a la enfermeria de todas formas- murmuró apenas en respuesta. Si no había ido allí para meterse con ella, ¿por qué diantres se empeñaba en quedarse a su lado? Normalmente, no solía tener problemas con la presencia de extraños, siempre y cuando no trataran tocarla o acercarse demasiado, no tenía motivos para quejarse o ser cortante. Pero aquella ocasión no era normal, apenas era ya capaz de concentrarse en lo que hacía. Sólo después de unos segundos de nuevo y confuso silencio, pudo leer el título de aquel libro que desde el principio había tenido en mano.
Sacudió la cabeza y comenzó a ponerse en pie poco a poco. No quería parecer débil a ojos del desconocido, mucho menos terminar de nuevo en el suelo, no creía poder controlarse si se acercaba demasiado, incluso ahora, podía escuchar sus jugosos latidos, pausados, rítmicos. Sacudió de nuevo la cabeza con un resoplido exasperado ¡No pienses eso! se exigió en un susurro interno. Guiñó los ojos con un suspiro cansado consiguiendo así que las oscuras venas que los rodeaban se aclararan hasta casi desaparecer y se giró para mirar al desconocido. Por el momento, con aquello le bastaba.
-...En serio, no necesito ayuda- aseguró mientras (tras conseguir concentrarse a duras penas en la sencilla tarea) ordenaba los libros en el estante. Pretendía sonar segura, no como una chiquilla a punto de volver a caerse de bruces contra el suelo porque no tenía la más mínima intención de caer de nuevo.
Sacudió la cabeza y comenzó a ponerse en pie poco a poco. No quería parecer débil a ojos del desconocido, mucho menos terminar de nuevo en el suelo, no creía poder controlarse si se acercaba demasiado, incluso ahora, podía escuchar sus jugosos latidos, pausados, rítmicos. Sacudió de nuevo la cabeza con un resoplido exasperado ¡No pienses eso! se exigió en un susurro interno. Guiñó los ojos con un suspiro cansado consiguiendo así que las oscuras venas que los rodeaban se aclararan hasta casi desaparecer y se giró para mirar al desconocido. Por el momento, con aquello le bastaba.
-...En serio, no necesito ayuda- aseguró mientras (tras conseguir concentrarse a duras penas en la sencilla tarea) ordenaba los libros en el estante. Pretendía sonar segura, no como una chiquilla a punto de volver a caerse de bruces contra el suelo porque no tenía la más mínima intención de caer de nuevo.
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
Era penosamente obvio lo debil que se encontraba la chica peliplateada intentando parecer dura mientras que no era capaz de levantarse del suelo con normalidad, tenía que admitir que a pesar de su estado tenía la suficiente fuerza de voluntad para hacer desaparecer esas venas negras de sus ojos haciéndole pensar que todo esto era mas que una simple enfermedad, era algo que la hacía quedar débil por un período de tiempo como una maldición o algo.
Le demostré indiferencia a sus palabras como un adulto ignorando las palabras de un niño, sabía que ella necesitaba su ayuda tarde o temprano, cambiando de postura cambié a una que me permitía estar cómodo y estar listo para salvarla de ella misma, no sabía cuanto tiempo tenía pero seguramente ella si y esos sentimientos seguramente se verían en mi visión de auras la cual empecé a activar, mientras tanto solo le lanzaba miradas de soslayo cada vez que notaba que ella mirara para mi dirección.
Le demostré indiferencia a sus palabras como un adulto ignorando las palabras de un niño, sabía que ella necesitaba su ayuda tarde o temprano, cambiando de postura cambié a una que me permitía estar cómodo y estar listo para salvarla de ella misma, no sabía cuanto tiempo tenía pero seguramente ella si y esos sentimientos seguramente se verían en mi visión de auras la cual empecé a activar, mientras tanto solo le lanzaba miradas de soslayo cada vez que notaba que ella mirara para mi dirección.
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
Aquel silencio la estaba matando. Aunque hubiera ido allí precisamente para estar tranquila y sola, alejada del ruido de los estudiantes, el silencio del desconocido la ponía de los nervios más de lo que estaba dispuesta a admitir. Y su cercanía era tan sumamente tentadora que resistirse a la parte de ella que le pedía desesperadamente saltar sobre su yugular en cuanto el muchacho mirara a otro lado o se distrajera. Cuando terminó de colocar los volúmenes inútiles para ella en sus respectivos lugares, se giró para mirar al moreno.
-De acuerdo, di la verdad, ¿por qué sigues ahí?- increpó con tono serio al desconocido achicando los ojos mientras sujetaba quizá con excesiva fuerza el libro que en principio había seleccionado. Bastante había aguantado en silencio -Vamos, me parece muy bien que digas que no piensas meterte conmigo, en serio, pero ¿para qué demonios te quedas mirándome?- quizá, si era lo suficientemente cortante con sus palabras, le quitaría la idea de seguir allí, o recibiría algún tipo de explicación. Cualquiera de ambas opciones le parecía perfecta a la vampiresa.
OFF: Perdona por la tardanza y el post tan... Raro y feo u.u
-De acuerdo, di la verdad, ¿por qué sigues ahí?- increpó con tono serio al desconocido achicando los ojos mientras sujetaba quizá con excesiva fuerza el libro que en principio había seleccionado. Bastante había aguantado en silencio -Vamos, me parece muy bien que digas que no piensas meterte conmigo, en serio, pero ¿para qué demonios te quedas mirándome?- quizá, si era lo suficientemente cortante con sus palabras, le quitaría la idea de seguir allí, o recibiría algún tipo de explicación. Cualquiera de ambas opciones le parecía perfecta a la vampiresa.
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
Lentamente fui relajando mi postura concentrándome mas en monitorear a la chica con sus oídos que con sus ojos sin dejar de mirar de vez en cuando, desafortunadamente hacer esto quitaba suficiente concentración del libro como para simplemente depositarlo en su mente sin sumergirse como a el le gustaba.
La chica rápidamente llegó al punto que no aguantaba mas la tensión del momento, era realmente molesto tener a alguien mirándote a la espera de una muestra de debilidad para arrastrarte a otro lugar donde nisiquiera sabias si era a donde decía llevarte, ya que si estaba en tan malas condiciones podía hacer lo que el otro quisiera.
Lentamente bajó el libro mirándola a los ojos con sus ojos azules -¿Acaso? ... ¿necesito una razón para preocuparme por alguien?- preguntó con calma dejando que las palabras hagan efecto en ella -Estas débil a pesar que muestres lo contrario, cualquiera podría intentar aprovecharse de tu situación-
Era algo que sus padres le habían inculcado en su cerebro, una muestra de amabilidad podía hacer grandes cambios, y que la gente que mas ayuda necesitaba era aquella que no podía o quería pedirla -Además ... sería un pecado dejar que algo malo le ocurra a una chica tan bonita como tu- Por supuesto no pude evitar aquel comentario con su naturaleza como adulador
La chica rápidamente llegó al punto que no aguantaba mas la tensión del momento, era realmente molesto tener a alguien mirándote a la espera de una muestra de debilidad para arrastrarte a otro lugar donde nisiquiera sabias si era a donde decía llevarte, ya que si estaba en tan malas condiciones podía hacer lo que el otro quisiera.
Lentamente bajó el libro mirándola a los ojos con sus ojos azules -¿Acaso? ... ¿necesito una razón para preocuparme por alguien?- preguntó con calma dejando que las palabras hagan efecto en ella -Estas débil a pesar que muestres lo contrario, cualquiera podría intentar aprovecharse de tu situación-
Era algo que sus padres le habían inculcado en su cerebro, una muestra de amabilidad podía hacer grandes cambios, y que la gente que mas ayuda necesitaba era aquella que no podía o quería pedirla -Además ... sería un pecado dejar que algo malo le ocurra a una chica tan bonita como tu- Por supuesto no pude evitar aquel comentario con su naturaleza como adulador
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
Cuantísimo detestaba a la buena gente. ¿Es que no podía pasar de largo como haría cualquiera? El joven incluso cuestionaba ahora si debía de contar con un motivo para ayudar... Sacudió la cabeza mezcla de molestia e irritación. Por norma general, un comportamiento así simplemente la sorprendería (incluso podría sorprenderla muy gratamentecuando estaba de buenas) pero en aquel momento la enervaba verdaderamente.
-No, no necesitas tener un motivo, pero la gente suele.- remarcó aquella palabra con un resoplido -Suele tener una razón para hacer las cosas, un motivo para ignorar el que alguien trate de convencerles de que no necesita ayuda o que no puede ser ayudado- por el tono de la vampiresa, su discurso bien podría ser una enfadada regañina, casi (ojo, casi) contaba con cierto tono maternal y cansado, típico de quien habla con un niño pequeño que hace demasiadas preguntas o preguntas muy poco oportunas.
-Además- respiró tratando de calmarse, tratando de obviar el apetitoso aroma que el híbrido desprendía a cada instante -¿Cómo sé que no eres precisamente tú quien quiere aprovecharse de mí?- cuestionó alzando una ceja -Cualquiera hubiera desistido de ayudarme tras hablar conmigo... Tú, por el contrario, incluso me halagas-
Segundos después dudó por sus palabras. Quizá, si le contaba qué le sucedía, consiguiera alejarle de ella, asustarle un poco o hacer que perdiera ese “interés” que ahora mostraba en ayudarla... Tampoco tenía porqué asustarse, claro, lo más posible es que, tras intuir su naturaleza, simplemente terminara asqueado. Le miró directamente, decidida ahora a ser sincera:
-¿Quieres saber qué me pasa?- cuestionó. Antes de darle tiempo para contestar, siguió hablando: -Tengo hambre, tan sencillo como eso. A menos que pretendas ofrecerte de aperitivo, me temo que no vas a ayudarme por mucho que te quedes mirándome- tras aquello, sostuvo su mirada durante unos segundos más, dejando que las venitas que antes hubieran desaparecido, surgieran de nuevo, casi esperando que saliera corriendo.
-No, no necesitas tener un motivo, pero la gente suele.- remarcó aquella palabra con un resoplido -Suele tener una razón para hacer las cosas, un motivo para ignorar el que alguien trate de convencerles de que no necesita ayuda o que no puede ser ayudado- por el tono de la vampiresa, su discurso bien podría ser una enfadada regañina, casi (ojo, casi) contaba con cierto tono maternal y cansado, típico de quien habla con un niño pequeño que hace demasiadas preguntas o preguntas muy poco oportunas.
-Además- respiró tratando de calmarse, tratando de obviar el apetitoso aroma que el híbrido desprendía a cada instante -¿Cómo sé que no eres precisamente tú quien quiere aprovecharse de mí?- cuestionó alzando una ceja -Cualquiera hubiera desistido de ayudarme tras hablar conmigo... Tú, por el contrario, incluso me halagas-
Segundos después dudó por sus palabras. Quizá, si le contaba qué le sucedía, consiguiera alejarle de ella, asustarle un poco o hacer que perdiera ese “interés” que ahora mostraba en ayudarla... Tampoco tenía porqué asustarse, claro, lo más posible es que, tras intuir su naturaleza, simplemente terminara asqueado. Le miró directamente, decidida ahora a ser sincera:
-¿Quieres saber qué me pasa?- cuestionó. Antes de darle tiempo para contestar, siguió hablando: -Tengo hambre, tan sencillo como eso. A menos que pretendas ofrecerte de aperitivo, me temo que no vas a ayudarme por mucho que te quedes mirándome- tras aquello, sostuvo su mirada durante unos segundos más, dejando que las venitas que antes hubieran desaparecido, surgieran de nuevo, casi esperando que saliera corriendo.
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Re: Simples debilidades [priv. Greyson]
El híbrido asintió con la cabeza sabía lo que quería decir pero era mas que nada una respuesta defensiva para protegerse incluso si se trata de algo que le estaba generando mucho dolor y no podía lidearlo sola, pero a pesar de sus esfuerzos por hacer que me aleje admitió que le gustaba que siguiera intentando acercarme -Todas las personas necesitan ayuda solo que no todas lo dicen en voz alta-
El castaño asintió con la cabeza cuando le preguntó si en verdad quería saber lo que le pasaba, no esperaba que la chica sea una vampira aunque lo disimulo perfectamente, lo que tenía era un caso de anemia por falta de tomar sangre, el joven cerró el libro y lo dejó a un lado acercándose a la vampiresa mientras se arremangaba la manga derecha exponiendo su muñeca la cual extendiendía hacia la chica.
-Bebe entonces- le dijo de forma seria mientras lo ofrecía aquella parte de su cuerpo a ella dejándola frente a los labios de la chica -No pretendo saber cual es tu problema con beber sangre pero si sigues así terminarás muriendo o atacando a alguien ciegamente, solamente te pido que intentes controlarte cuando empieces- le pidió, sabía que si las cosas iban al sur tendría que sacarla por la fuerza o noquearla pero estaba listo para ello
El castaño asintió con la cabeza cuando le preguntó si en verdad quería saber lo que le pasaba, no esperaba que la chica sea una vampira aunque lo disimulo perfectamente, lo que tenía era un caso de anemia por falta de tomar sangre, el joven cerró el libro y lo dejó a un lado acercándose a la vampiresa mientras se arremangaba la manga derecha exponiendo su muñeca la cual extendiendía hacia la chica.
-Bebe entonces- le dijo de forma seria mientras lo ofrecía aquella parte de su cuerpo a ella dejándola frente a los labios de la chica -No pretendo saber cual es tu problema con beber sangre pero si sigues así terminarás muriendo o atacando a alguien ciegamente, solamente te pido que intentes controlarte cuando empieces- le pidió, sabía que si las cosas iban al sur tendría que sacarla por la fuerza o noquearla pero estaba listo para ello
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