A hurtadillas [Greyson S.]

El reloj apuntó a las 11 en punto cuando Morgiana salió de la habitación para vigilar un rato. En teoría estaba prohibido para los humanos salir de los aposentos a ciertas horas, ya que era muy peligroso para los seres débiles y los demonios andarían sueltos como si nada les importase, pero Mor-chan necesitaba escapar un rato y pasar el tiempo con Alibaba, necesitaba protegerlo. Era un mago contra el mundo, uno solo contra miles, debía estar ahí cuidando que no le pasara nada, ya que era su bien más preciado.

Por ello, cuando sonó en todo el edificio el típico sonido del reloj de la sala común al llegar a en punto, abrió la puerta con suma cautela, cerrándola tras de sí. Miraba a un lado y a otro, en completa seriedad y concentración. Su principal objetivo era cruzar 3 pasillos, bajando 2 escaleras de por medio, cruzar el pasillo principal y la sala común y abrir la puerta grande que llevaba al patio. A partir de ahí era libre. Sin embargo había guardias acechando por los pasillos para evitar que saliesen, así que requería ese momento estar en suma cautela, vigilando a su alrededor, detectando cualquier ruido.

Una de sus posibilidades para escaparse era saltar por la ventana, mas era demasiado peligroso al estar en un 4o piso. Aunque fuera resistente y fuerte, desde tal altura caería dañada, con el tobillo o incluso los nervios en mal estado, y si hacía una mala caída -que dudaba- también podría dañarse la cabeza. Por ello la opción segura era ir andando hacia la salida.

Bajó las escaleras con lentitud, tratando de no hacer ruido. De pronto, un pequeño crujido de los tablones de madera provocó que Morgiana se quedase completamente quieta, agudizando el oído para tratar de oír. Suspiró aliviada cuando nada pasó- Menos mal... -Susurró, y prosiguió su camino escaleras abajo hacia el 3º piso.

[OFF: El post lo hice acomodado a los tuyos que he visto en otros temas, espero que así te agrade n.n]

Un última café antes de partir en mi ronda de las 10, no entendía porque tanta gente no le gustara tal trabajo por el simple hecho de tener que cuidar "insignificantes humanos" y no poder estar afuera en lugares mas peligroso para tener peleas o situaciones excitantes que lo mas probable es que los termine matando, pero no para el que su lugar era cuidar a los humanos que quedaron atrapados aquí sin posibilidad de regresar a sus casas, en un ambiente peligroso en donde casi todos pueden matarlos, incluso se pueden llegar a matar entre si del miedo y paranoia, así que generalmente dejaban a aquellos que tenían buenas intenciones con los humanos vigilando la zona.

Lo primero era asegurarse de que todo este bien cerrado incluyendo las puertas principales y las salidas traseras, un vistazo alrededor por alguna actividad sospechosa o algún indicio de que haya alguien escaneando el edificio buscando una forma de entrar, sin encontrar nada regresó a su patrulla, llendo del primer piso para arriba intentando hacer el menor ruido posible para no interrumpir sus sueños pero cada tanto poner un oido en cada puerta para escuchar si había alguien conversando o fuera de horas.

Terminando de registrar el tercer piso escuché el crujido de los tablones de madera, por el ruido podría asumir que era alguien de poco peso como una mujer o un niño pequeño, aunque también podría ser algun asesino que cometió un error, lo que tenía que hacer era asegurarse de que no era una amenaza, allí en la oscuridad del pasillo me agaché y con mi mascota Dovah a mi lado listo para actuar bajo mis ordenes.

De la escalera una atractiva mujer bajó parecía determinada a hacer algo pero no estaba seguro que, decidiendo que era mejor seguirla mas que interceptarla de esa forma podría saber cuales eran sus intenciones, después de todo siempre puede ser un amante que va a visitar a su compañero que esta en otro piso.

Cuando sus pies tocaron el piso de la planta baja, cruzó el largo pasillo, el cual estaba medio a oscuras, ínicamente siendo iluminado por la luz de la luna que se filtraba a través de las ventanas. Eso en parte era bueno para esconderse, pero tampoco podía ver a su alrededor, así que fácilmente podría chocarse contra un objeto; esto lo trataba de evitar tocando con las manos la pared en la cual se apoyaba, y la mano izquierda por delante por si algún mueble pequeño era capaz de aparecer y provocar que su plan fallase. El guardia en teoría debería estar en las plantas de arriba, ya que no lo veía en las cercanías y seguramente estaría revisando algunas habitaciones donde hacían ruido, como la pequeña fiesta del 2º piso o los niños pequeños que circulaban por allí.

Al instante que sus manos tocaron una pared lisa, identificó que ya estaba en la pared donde se encontraba la puerta principal. Volviendo a la postura anterior en la pared lateral, andaba en mitad de la oscuridad, con los ojos muy abiertos, a ver si encontraba ya la madera de roble de pura calidad, aunque vieja, de la puerta. Sólo era aquella puerta y podría salir afuera a ver a Alibaba, su corazón lo deseaba, anhelaba estar con él. Necesitaba sentir su sonrisa recorriendo su cuerpo y toda su alma, resolviendo cualquier trauma o depresión sucedida anteriormente en toda su vida, olvidándose de lo malo, y perdiéndose en otro mundo donde sólo estaba él.

Se sonrojó al notar que su corazón tembló ante la idea de verlo de nuevo, no estaba enamorada de él, pero le debía la vida, gracias a él se había salvado de las mas oscuras torturas producidas en la Sabanna, le había dado una casa, una familia, una amistad... Y así era como se sentía, tan agradecida que debía estar en todo momento como ayuda. Por ello su pecho latió más deprisa cuando tocó el pomo de la puerta, que era un arco grande del cual se podía tirar. Sin embargo estaba cerrado, por el guardia seguramente. Trató de tirar más fuerte pero no consiguió nada.

De pronto escuchó un ruido a sus espaldas, y se giró alarmada, ¿qué había sido eso?

La chica continuó bajando por las escaleras hasta llegar a la puerta principal, en el camino había pasado por unos pequeños problemas pero nada que un poco de autoridad de una pequeñas nalgadas no arreglaban, no le gustaba la violencia pero el castigo era necesario para imponer el orden en cierto grado en especial los niños que podría llegar a escabullirse en medio de la noche para terminar como la cena o el juguete de alguien que en el mejor de los casos podría ser una sucubo y terminar sus días en placer.

La chica de pelo fuscia llegó hasta las puertas intentando abrirlas en vano una y otra vez, aquello confirmaba su sospecha de que era una humana que intentaba salir, pero aun no sabía la razón porque quería salir a los peligros de la noche a menos que sea algo ilegal o de ese tipo, de cualquier manera ya no era necesario el sigilo así que caminó con naturalidad haciendo que sus pasos sobre el piso de madera retumbe en la habitación.

Ella giró alarmada quedándose frente a mi cuando tan solo estaba a 3 metros de ella y la luz de la luna solamente alumbraba mi mitad inferior mientras que la superior estaba en tinieblas.

-Sabes que no deberías estar aquí- afirmó sin dar lugar a protestas porque aquí y ahora yo imponía las reglas -No se que asuntos tienes afuera pero no puedo permitirte salir, aunque si me a una tasa de té y me explicas tu situación podría hacer vista gorda y no decirle nada a mis superiores, siempre en cuando regreses a tu habitación-

Di un par de pasos mas quedándome expuesto ante la luz de la luna y extendí mi mano para que tome mi oferta la cual era generosa a su pensar, después de todo otros simplemente la arrastraría a su habitación y las delataría sin un segundo pensamiento.

Al parecer el causante del ruido había sido un hombre que se dirigía hacia ella, era el guarda de seguridad. Su corazón estaba acelerado y una pequeña gota de sudor caía por su lado derecho de la sien hasta su cuello, donde desaparecía entre las telas blancas que llevaba. La había pillado en mitad de la escabullida, y seguramente lo pagaría con un buen castigo, algo así como limpiar váteres o incluso ser su servidora durante largas horas. El joven tenía un aspecto tan macabro que seguramente conseguiría hasta que la expulsasen, ¿pero Alibaba consentiría eso? Negó con la cabeza en silencio, diciéndose para sí misma que jamás lograría él conseguir sus objetivos como castigo.

Mas para su sorpresa, él sólo pedía una taza de te. ¿Qué? Se cuestionó, el sujeto era muy raro como para dejarse sobornar así. Suspiró de alivio, y calmándose se irguió y lo miró unos segundos, para asentir con la cabeza- Acepto -Tal vez era un buen trato, una taza de té, a la cual estaba muy acostumbrada a hacer, a cambio de libertad por algunas horas. Incluso podía inventarse alguna historia sobre que iba a visitar a alguna amiga que estaría enferma y necesitaba sus cuidados, aunque lo mejor sería ser honesta, lo más probable es que él no entendiese la necesidad de estar con su superior, pero debía intentarlo.

Miró hacia los salones, donde le indicó que se sentara, mientras ella se encaminaba hacia la cocina del hospedaje a sacar dos tazas de té, una tetera y algunos sobres, té negro, té rojo... Para ella cogió té negro con azúcar, para él, bueno, cogió cada sobre de todas las clases y las llevó hacia la sala con una bandeja. Como la ansia de ver a Ali apresuraba, lo hizo con rapidez, tanto que ni se fijó en ese doblaje de la alfombra, que provocó que se tropezase, y todo lo que vino a continuación lo vio lentamente, como si alguien ralentizase la escena con un botón.

El rostro de sorpresa de la humana no tenía precio eran esta clase de momentos los que le hacía desear tener una cámara a mano para captar el momento, estaba sudando la gota gorda recorriendo toda su piel ... mejor cambiaba de pensamientos porque se estaban tornando pervertidos.

Aceptando la invitación dejé que se retire a preparar el té para los dos regresando con una una bandeja con todas las cosas para preparar el té pero resultaba extraño que la tetera tuviera agua caliente para luego recordar que su compañero anterior lo había pedido que siempre la tenga a mano por cualquier cosa que se necesite.

En ese momento vi cuando se tropezó rápidamente sentí un tiró dentro al ver que si continuaba de daría de lleno contra la esquina de la mesa de luz, de mi que me impulsó hacia ella, no tenía tiempo para agarrarla y salvar la bandeja pero aquello era el trabajo de su clon de sombra que se materializó al instante agarrando la bandeja con una mano y la tetera con la otra mientras que el original logró atrapar a la chica antes de que haga curso de colisión contra el borde, al agarrarla la aferré contra mi cuerpo y nuestros rostros estaban separados por apenas unos centímetros, dejándola espalda al suelo y en un angulo de unos 30° entre sus pies y el suelo.

Me quedé mirándola a los ojos unos momentos antes de dejar soltar el aliento que no sabía que estaba conteniendo antes de reincorporarla -estas bien?- le pregunté mirándola serenamente con la luz de la penumbra haciendo que mis ojos brillen tenuemente

Al igual que en una película donde los momentos más críticos todo iba lento, despacio, así lo estaba viviendo Morgiana, sintiendo cada segundo como una tortura, mientras su rostro se acercaba más a una esquina de una mesa, lo cual provocaría un fuerte golpe en su cabeza, seguramente una fuerte herida. Ya estaba medio cerrando los ojos esperando el fuerte golpe cuando unos brazos la rodearon y la alejaron de ese borde, cayendo al suelo con un leve golpe en la cabeza.

Los primeros segundos debido al movimiento rápido fue de mareo, todo daba vueltas e incluso tenía la vista algo nublada, pero a los segundos pudo distinguir que el salón había desaparecido, y en su lugar había unos ojos azules penetrantes que evitaban que mirase a otro lado. Su corazón se había detenido, y su respiración era lenta. ¿La había salvado? Aquellos pensamientos circulaban a medida que pasaban los segundos, y cuando se fijó en la postura que estaban se sonrojó bastante y tosió, tratando de incorporarse para fingir que nada había pasado.

- S-sí... -musitó, algo avergonzada por lo que había sucedido. Había sido fallo suyo por no haber visto bien, pero estaba en una sala completamente oscura, ¿qué iba a poder ver? Su corazón parecía salírsele del pecho, y quería meterse en lo más profundo de la tierra por haber sido tan torpe, seguro que se burlaría de ella- Lo siento, ha sido fallo mío -miró al chico sentándose en el suelo, mientras comprobaba que su tobillo no había sido lastimado al tropezarse. Al parecer se había salvado de una buena.

- Gracias -fue lo último que dijo, viendo que una sombra aguardaba con la taza y la bandeja. ¿Qué es él? ¿Ese poder cuál es? Eso es lo que circulaba por su mente mientras trataba de controlarse, su mente aún estaba nublada, pero aun así mostró serenidad en el rostro, quería olvidar aquel fallo cuanto antes como si nada hubiese sucedido.

La joven mujer se veía algo incómoda pero de todas formas le dio las gracias por evitar que se golpeara, aprovechando que estaba sentada en el piso aproveché para revolverle los cabellos como si fuera una niña

-No hay problema, es mi trabajo-

Contesté su mirada se posó en mi clon de sombras que siempre alarmaba a la gente y peor en una noche porque su forma era mas difícil de apreciar.

-Ese es un clon de sombras, es básicamente un yo de cabo a rabo-

El clon saludó y sonrió mostrando dientes blanco lo cual era un tanto aterrador antes de colocar todo lo que tenía en mano en la mesa luego se fue a prender algunas luces para el ambiente para tomar asiento en una silla individual, ahora con la luz de los veladores pude notar el carmin en las mejillas de la chica.

-¿Estas bien?-

Le pregunté preocupado por su salud, porque en caso de que lo necesitara tendría que aplicar un poco de primeros auxilios si es que estaba lesionada