Rezos y una nueva amistad [Privado Greyson Sanders]

"Nueva vida, aunque viejas costumbres" Era una tarde calurosa, y Temperance se había cansado de pintar en su bloc de dibujo. Se enteró de ka existencia de un templo. La pelirrosa pensó que debería ir a verlo cuanto antes. Sacó su ropa blanca especial para ir a los sitios sagrados. Era todo de color blanco. Cada día se preocupaba de limpiarlo y plancharlo bien. Constaba de un largo vestido blanco y una túnica con una capucha larga y mangas anchas. Fue a darse una ducha y una vez que acabó, comenzó a vestirse. Primero se puso el vestido ceñido y largo. Tras eso, se colocó la túnica y la capucha. De calzado de puso unas sandalias y se puso en camino.

Fue dando un pequeño paseo tranquila. El camino era bastante largo, pero aún así no paró ni un instante. La hacía mucha ilusión la idea de poder ir a un templo a rezar y a hacer los rituales de purificación. La gente la miraba de forma un tanto extraña, pero a ella la daba igual. La simple idea de poder ver como sería ese sitio la emocionaba. Cuando llegó, miró el exterior muy asombrada. La decoración era la propia de un templo. Se quedó un rato observando el exterior atónita. Era muy feliz al ver llegado.

Entró y la fascinación era muchísimo más bonito. Había unos bancos para poder sentarse y rezar. Una cristalera era de muchísimos colores y había un pozo de color rojo con una cuerda y un cascabel al final. Si tirabas de la cuerda, el cascabel sonaba. Se sentó delante del todo y se puso de rodillas. Comenzó a rezar muy centrada en sus cosas. Rezó aparte de por si misma, por mas personas. Sus palabras se escuchaban en un eco que resonaban en todo el lugar. Un rayo de luz la iluminaba debido a que el sol entraba, aunque poco a poco iba escondiéndose el sol.

Las horas iban pasando y Temperance seguía rezando al mismo ritmo y con el mismo entusiasmo que la primera vez. Podría pasarse horas y horas así. La noción del tiempo no pasaba sobre ella, sentía que era como si llevara solamente media hora. Sus manos estaban entrelazadas y puestas frente a su rostro. Su mentón bajado y apoyaba su rostro en sus manos enlazadas. Tampoco tenía calor, estaba en un momento en el que estaba sumida en sus cosas y en sus rezos. Cuando acabó, se levantó y se acercó al pozo, al cual observó de forma detenida.

Me encontraba en mi habitación sentado frente a mi escritorio con lapiz en mano mirando detenidamente las hojas de papel delante de mi, las lecciones en algunas raras ocasiones no eran cosa de gracia como era este el caso y el calor no estaba ayudando en nada, Dovah no le sentía bien estar quieto por mucho tiempo y el calor solo lograba excitarlo mas todavía, suspiré antes de sonreirle al pequeño animal sabía que ninguno de los dos aguantaba mas para salir a estirar las piernas, vistiéndose con su típico traje se miró al espejo para contemplar su imagen "badass"

-Muy bien muchacho, vamos a dar una vuelta-

Gimiendo con un tono feliz el pequeño dragón salió disparado a los hombros de su amo antes de gemir nuevamente para darle el visto bueno a su amo.

Deteniéndose un momento frente a los dormitorios de su casa se puso a pensar en los lugares a los que podría ir, no quería visitar los mismo lugar una y otra vez porque tarde o temprano terminaría cansándose o sería demasiado rutinario para luego cambiarlo, eso es hasta que llegó a sus oidos una conversación de dos personas que caminaban, algo acerca de haber visto a una miko con su atuendo tradicional llendo para el templo, ahora tenía una idea a donde ir, hace mucho que no rezaba incluso cuando no tenía que rendirle cuentas a Dios siempre estaba bien agradecerle por permitirle a mi padre casarse con mi madre.

Tardaron un buen tiempo y preguntar por direcciones unas cuantas veces antes de llegar al templo el cual tuvo que admitir que era hermoso, tomando su tiempo empezó a explorar los alrededores con Dovah a sus pies.

-Recuerda Dovah quédate cerca de mi, no molestes a nadie y por lo que mas quieras no toques nada que sea delicado-

Le indicó al animalito cuyos ojitos se iluminaron de la emoción dando tres vueltas alrededor mío antes de salir disparado, sabía que estaría bien porque no era tonto, pero al menos se tomaría su tiempo antes de buscarlo, diez minutos después consideró tiempo suficiente antes de ir a buscarlo, no tardó mucho en entrar a la habitación en la que el reptil se encontraba, pero la escena lo hizo reir por lo bajo.

Dovah estaba en los hombros de una Miko quien no le prestaba atención o simplemente no le molestaba su presencia, cuando la mujer se acercó al pozo la curiosidad del dragón lo obligó a extender el cuello para ver lo que ella estaba mirando con curiosidad, asiendo que desde su perspectiva un dragón azul estaba a meros centímetros de su rostro mirandola con cara rara diciendo "¿que hay de raro en el pozo? No veo nada raro!!"

OFF:Un trillon de disculpas por el retraso, lo que pasó es que tengo examentes, y asuntos personales que me están haciendo pensar seriamente sobre dejar el foro