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Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
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Jikan Highschool :: Papelera :: Papelera
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Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
"¿Un baile? Bah, me pasare un rato a ver si nos dejan beber un poco a los universitarios..." Ni vestido para la gran celebración, ni con las ganas, encaminé mis pasos hacia el salón de baile. Suspiré, al tiempo que recordaba lo lejos que estaba de mi clase. ¿Porque los universitarios estabamos tan apartados de todo? Todas las clases estaban situadas en el segundo piso, pero la que estaba, sin duda, mas alejada de las escaleras era la mia. ¿Es que a nadie se le ocurrio construir mas escaleras? Hubiese sido un detalle. Al menos, si conseguía algo de beber, habria valido la pena acercarse allí antes de ir al trabajo.
Sin duda, el trabajo de anfitrión era agotador, sobretodo cuando me tocaba alguna Usagi pesada o algun Sucubo ansioso. A cambio, pero, estaba muy bien recompensado. Sin duda alguna, si seguía trabajando alli, no tendria que preocuparse jamas por andar mal de puntos. En toda la eternidad que le quedaba de vida, podría comer y dormir donde quisiese. Tan bien recompensado, que se me salían de las orejas. Si no andaba con cuidado, ¡hasta podría tropezarme con los puntos que me sobraban!
Frené mis pasos un segundo. ¿Quien podría divertirse en un baile repipí, vestido con traje de gala en un sitio como aquel, y disfrutaria bailando al ritmo de piano aburrido y soso? Quizás por que no sabia disfrutar de aquellos pequeños y pedantes detalles no era capaz de divertirme en sitios asi. Prefería mil veces el Host Club o pasear por el Toxic Building. Seto se paró a mi lado, dejando que las tiras que colgaban de sus lazos se balancearan ligeramente por culpa de la inercia. Llevaba acompañandome todo el día, sentandose a echar cabezadas pacientemente durante las clases. Para ser una mascota, no era nada problematica, y era muy buen modelo para los trabajos artisticos.
Abrí las puertas del salon de baile. La musica del piano empezo a inundar el pasillo y los alrededores, al tiempo que muchos alumnos, la mayoria vestidos de gala, daban vueltas absurdas en el centro del salon. "A ver, ¿donde estan la bebida y la comida aquí?" Vislumbre una mesa al otro lado de la pista. Era un rodeo bastante grande, y aunque resaltase tanto con el uniforme puesto, empecé mi recorrido por en medio de todas aquellas parejas de seres paranormales.
Choque con lo que parecía una muchacha, mas bajita que yo, de largos cabellos negros y tez blanquecina. Ella alzó la cabeza ligeramente para dirigirme la mirada, confundida. Sonreí ampliamente, cerrando mis ojos con delicadeza - Perdona, chiquilla. - Ella iba bastante arreglada, se notaba que estaba asistiendo a aquella fiesta tan repipí. Tsk, ¿de verdad? Me paré durante un segundo a contemplar sus castaños ojos, a perderme en aquella profundidad. ¿Alguien tan bello podía interesarse en algo asi?
Sin duda, el trabajo de anfitrión era agotador, sobretodo cuando me tocaba alguna Usagi pesada o algun Sucubo ansioso. A cambio, pero, estaba muy bien recompensado. Sin duda alguna, si seguía trabajando alli, no tendria que preocuparse jamas por andar mal de puntos. En toda la eternidad que le quedaba de vida, podría comer y dormir donde quisiese. Tan bien recompensado, que se me salían de las orejas. Si no andaba con cuidado, ¡hasta podría tropezarme con los puntos que me sobraban!
Frené mis pasos un segundo. ¿Quien podría divertirse en un baile repipí, vestido con traje de gala en un sitio como aquel, y disfrutaria bailando al ritmo de piano aburrido y soso? Quizás por que no sabia disfrutar de aquellos pequeños y pedantes detalles no era capaz de divertirme en sitios asi. Prefería mil veces el Host Club o pasear por el Toxic Building. Seto se paró a mi lado, dejando que las tiras que colgaban de sus lazos se balancearan ligeramente por culpa de la inercia. Llevaba acompañandome todo el día, sentandose a echar cabezadas pacientemente durante las clases. Para ser una mascota, no era nada problematica, y era muy buen modelo para los trabajos artisticos.
Abrí las puertas del salon de baile. La musica del piano empezo a inundar el pasillo y los alrededores, al tiempo que muchos alumnos, la mayoria vestidos de gala, daban vueltas absurdas en el centro del salon. "A ver, ¿donde estan la bebida y la comida aquí?" Vislumbre una mesa al otro lado de la pista. Era un rodeo bastante grande, y aunque resaltase tanto con el uniforme puesto, empecé mi recorrido por en medio de todas aquellas parejas de seres paranormales.
Choque con lo que parecía una muchacha, mas bajita que yo, de largos cabellos negros y tez blanquecina. Ella alzó la cabeza ligeramente para dirigirme la mirada, confundida. Sonreí ampliamente, cerrando mis ojos con delicadeza - Perdona, chiquilla. - Ella iba bastante arreglada, se notaba que estaba asistiendo a aquella fiesta tan repipí. Tsk, ¿de verdad? Me paré durante un segundo a contemplar sus castaños ojos, a perderme en aquella profundidad. ¿Alguien tan bello podía interesarse en algo asi?
Crow- Incubo
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Re: Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
"Tengo que darme prisa" pensó Yukiko al empezar a caminar a un ritmo más acelerado mientras se dirigía al salón del baile. A Yuki no le gustaba vestir de gala, ya que, esto requería tiempo para arreglarse, aun así, hizo su mayor esfuerzo. Se puso un vestido negro con detalles blancos y violetas, el cual no es fácil de describir por su gran cantidad de detalles. Cuando llegó a la gran puerta que daba paso al salón de baile se paró para acomodarse bien el pelo, el cuál llevaba recogido a un lado, dejando caer unos rizos perfectos hasta su cintura.
Tras poner todo en su sitio, abrió la puerta y la música del interior de la sala se expandió por todo el pasillo, rompiendo la tranquilidad que había en él. Yuki se percató, tras escuchar la música, que no había llegado en el momento adecuado. Sonaba una tranquila balada a piano, y en la pista de baile, como no, habían muchas parejas bailando apegadas u otras que mantenían una pequeña distancia entre ambos. También había algún que otro chico y chica que estaban sentados en unas sillas situadas en una de las paredes de la sala, junto a las mesas llenas de comida, las cuales estaban siendo atacadas por bastantes alumnos. "¿Por qué decidí venir aquí? Apenas tengo con quien bailar y ni sé..." esos pensamientos estuvieron a punto de hacer que la muchacha abandonase la sala, pero, decidió quedarse ya que para su compañero de clase no iba a estar bien visto que una de sus mejores amigas no estuviese en su cumpleaños. Aún así, Yuki no podía parar de preguntarse por qué tuvo que hacer este tipo de fiesta, cuando en algún otro lugar habría sido mucho más interesante y sobretodo, divertida. La muchacha, al ver que la balada no tenía fin y que la chica del piano parecía no querer parar de tocarla nunca, ni aunque el edificio se cayese encima, decidió irse a sentar y ponerse a pensar en sus cosas, "tendría que haber dejado a Kyuu que viniese al baile, al menos tendría la pequeña distracción de tocarle su rojiza cola pomposa" pensó la muchacha tras un suspiro.
A los cinco minutos de sentarse se dio cuenta que eso no era una buena idea, ya que, aquellas sillas cubiertas con una simple sábana blanca para dar ambiente a la sala, eran de lo más incomodo. Al verse obligada a levantarse, decidió salir un rato al pasillo para tomar un poco de aire fresco y sobre todo, a descansar de aquella repetida canción a piano. Todo aquel ambiente repleto por hormonas de jóvenes enamorados, en cierta parte, hacia que quisiese acabar con el piano a paraguazos, ya que todo aquello hacia recordarle los tiempos en los que era humana y bailaba junto a su prometido. Esto hizo que Yuki recordase su vida como humana, haciendo que ya no quisiese entrar más al salón, es por eso que no podía creer como algunos chicos o chicas se enamoraban constantemente de otros, olvidando lo que habían vivido, es que acaso, ¿no tenían corazón y sentimientos?. En ese momento Yuki puso la mano en su pecho, intentando escuchar un corazón, el cual, hacía años que dejó de latir. "¿Acaso alguien sin corazón puede amar?" pensó la muchacha, la cual al ver que aquellos sentimientos estaban provocando una gran tristeza en ella, agitó su cabeza, intentando aclarar la cabeza, seguidamente asintió, -¡Yo puedo!- dijo tras abrir la puerta del salón de nuevo, para esta vez quedarse dentro.
La canción de antes había cambiado un poco, pero seguía siendo a piano. Yuki se percató de que las mesas ahora estaban vacías, así que decidió ir para poder ver finalmente qué comida habían servido. Empezó a dirigirse hacia las mesas, cuando de golpe chocó con un chico que parecía mayor a ella, el cuál llevaba su uniforme. Yuki levantó la mirada para ver a aquel chico que parecía no formar parte de la fiesta. Era un chico bastante más alto que ella, de cabello negro y ojos de color lima oscuro. El muchacho, tras pedirle disculpas, se la quedó mirando, esto desconcertó a Yuki ya que nadie solía quedarse mirándola de esa forma. La muchacha se percató de que el chico no venia solo, si no, que iba acompañado de su mascota. ""Oh dios, ¡que monada!, quiero achucharlo"" dijo la muchacha a si misma refiriéndose a la mascota del chico. Como el chico no se había movido, decidió responderle - No pasa nada. - le sonrió - Aunque... por tu vestimenta... ¿Por qué has venido a la fiesta del salón de baile? - le preguntó con la voz un poco temblorosa sin dejar de mirar al muchacho, el cual, el lado vampiro de Yuki se percató de que desprendía un buen olor~~.
---
Imaginación OFF T^T
Tras poner todo en su sitio, abrió la puerta y la música del interior de la sala se expandió por todo el pasillo, rompiendo la tranquilidad que había en él. Yuki se percató, tras escuchar la música, que no había llegado en el momento adecuado. Sonaba una tranquila balada a piano, y en la pista de baile, como no, habían muchas parejas bailando apegadas u otras que mantenían una pequeña distancia entre ambos. También había algún que otro chico y chica que estaban sentados en unas sillas situadas en una de las paredes de la sala, junto a las mesas llenas de comida, las cuales estaban siendo atacadas por bastantes alumnos. "¿Por qué decidí venir aquí? Apenas tengo con quien bailar y ni sé..." esos pensamientos estuvieron a punto de hacer que la muchacha abandonase la sala, pero, decidió quedarse ya que para su compañero de clase no iba a estar bien visto que una de sus mejores amigas no estuviese en su cumpleaños. Aún así, Yuki no podía parar de preguntarse por qué tuvo que hacer este tipo de fiesta, cuando en algún otro lugar habría sido mucho más interesante y sobretodo, divertida. La muchacha, al ver que la balada no tenía fin y que la chica del piano parecía no querer parar de tocarla nunca, ni aunque el edificio se cayese encima, decidió irse a sentar y ponerse a pensar en sus cosas, "tendría que haber dejado a Kyuu que viniese al baile, al menos tendría la pequeña distracción de tocarle su rojiza cola pomposa" pensó la muchacha tras un suspiro.
A los cinco minutos de sentarse se dio cuenta que eso no era una buena idea, ya que, aquellas sillas cubiertas con una simple sábana blanca para dar ambiente a la sala, eran de lo más incomodo. Al verse obligada a levantarse, decidió salir un rato al pasillo para tomar un poco de aire fresco y sobre todo, a descansar de aquella repetida canción a piano. Todo aquel ambiente repleto por hormonas de jóvenes enamorados, en cierta parte, hacia que quisiese acabar con el piano a paraguazos, ya que todo aquello hacia recordarle los tiempos en los que era humana y bailaba junto a su prometido. Esto hizo que Yuki recordase su vida como humana, haciendo que ya no quisiese entrar más al salón, es por eso que no podía creer como algunos chicos o chicas se enamoraban constantemente de otros, olvidando lo que habían vivido, es que acaso, ¿no tenían corazón y sentimientos?. En ese momento Yuki puso la mano en su pecho, intentando escuchar un corazón, el cual, hacía años que dejó de latir. "¿Acaso alguien sin corazón puede amar?" pensó la muchacha, la cual al ver que aquellos sentimientos estaban provocando una gran tristeza en ella, agitó su cabeza, intentando aclarar la cabeza, seguidamente asintió, -¡Yo puedo!- dijo tras abrir la puerta del salón de nuevo, para esta vez quedarse dentro.
La canción de antes había cambiado un poco, pero seguía siendo a piano. Yuki se percató de que las mesas ahora estaban vacías, así que decidió ir para poder ver finalmente qué comida habían servido. Empezó a dirigirse hacia las mesas, cuando de golpe chocó con un chico que parecía mayor a ella, el cuál llevaba su uniforme. Yuki levantó la mirada para ver a aquel chico que parecía no formar parte de la fiesta. Era un chico bastante más alto que ella, de cabello negro y ojos de color lima oscuro. El muchacho, tras pedirle disculpas, se la quedó mirando, esto desconcertó a Yuki ya que nadie solía quedarse mirándola de esa forma. La muchacha se percató de que el chico no venia solo, si no, que iba acompañado de su mascota. ""Oh dios, ¡que monada!, quiero achucharlo"" dijo la muchacha a si misma refiriéndose a la mascota del chico. Como el chico no se había movido, decidió responderle - No pasa nada. - le sonrió - Aunque... por tu vestimenta... ¿Por qué has venido a la fiesta del salón de baile? - le preguntó con la voz un poco temblorosa sin dejar de mirar al muchacho, el cual, el lado vampiro de Yuki se percató de que desprendía un buen olor~~.
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Re: Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
Me quede un poco embobado contemplando a aquella muchacha. Aunque llevase un vestido repipi acorde con el ambiente de la fiesta, se notaba que no estaba a gusto allí. ¿Sería alguna fiesta de cumpleaños de algún compañero de su clase? ¡Que iba a saber yo, que acababa de llegar en busca de alcohol! - Oh, no te preocupes por mi, chiquilla. La verdad es que venía a ver si en aquella mesa tenían algo para beber. Para ser primavera hace bastante calor, y un poco de refresco o alcohol no amarga. - Sonreí de manera amplia, y me acerqué un poco más a aquella muchacha, quedando a apenas unos 20 centímetros de su rostro. No se podía fardar de espacio en medio de la pista de baile abarrotada de adolescentes hormonados bailando al son de un aburrido e insulso piano. - Pero ahora que me he encontrado con una belleza como tu, no me importaría quedarme un poco y bailar la macarena. O lo que se suponga que bailen los jóvenes hoy en día. Pero esperemos a que se vacié esto un poco.
Agarré a la muchacha de la muñeca, aún con Seto colgado al hombro, y me dirigí fuera de la muchedumbre en busca de la mesa con comida y bebidas. Cuando llegamos a nuestro destino, solté a aquella chiquilla y me serví, tan rápido como pude, un vaso de fría cerveza que bebí en apenas dos tragos. Seguidamente, agarré un vaso de tuvo y lo cargué de alcohol, refresco y hielo, y me paré unos segundos a contemplar a donde había dejado a aquella chiquilla, sola y sin protección. Aunque tampoco podía pasarle nada. Nunca había gente malvada en las fiestas repipis. Ni se bailaba la macarena. Me dí una bofetada mental.
Busque a la muchacha con la mirada, preocupado. ¿Y sí había decidido dejarme ahí tirado? ¿Y si...? Oh, ya no importaba. Ya la había visto allí, plantada y con su repipi vestido. Sonreí al verla, mostrando mis afilados colmillos y ladeando ligeramente la cabeza. Volví a tomarla, esta vez de la mano, y la aleje de las mesas a un rincón mas apartado. - Esperemos aquí a que se vacíe un poco la pista, ¿vale? - Paramos al lado de una pared, algo mas vacía que el resto de los lugares. Gentilmente, la acorralé contra la pared y apoyé mis manos en la pared, al lado de su rostro, encerrándola.
Agarré a la muchacha de la muñeca, aún con Seto colgado al hombro, y me dirigí fuera de la muchedumbre en busca de la mesa con comida y bebidas. Cuando llegamos a nuestro destino, solté a aquella chiquilla y me serví, tan rápido como pude, un vaso de fría cerveza que bebí en apenas dos tragos. Seguidamente, agarré un vaso de tuvo y lo cargué de alcohol, refresco y hielo, y me paré unos segundos a contemplar a donde había dejado a aquella chiquilla, sola y sin protección. Aunque tampoco podía pasarle nada. Nunca había gente malvada en las fiestas repipis. Ni se bailaba la macarena. Me dí una bofetada mental.
Busque a la muchacha con la mirada, preocupado. ¿Y sí había decidido dejarme ahí tirado? ¿Y si...? Oh, ya no importaba. Ya la había visto allí, plantada y con su repipi vestido. Sonreí al verla, mostrando mis afilados colmillos y ladeando ligeramente la cabeza. Volví a tomarla, esta vez de la mano, y la aleje de las mesas a un rincón mas apartado. - Esperemos aquí a que se vacíe un poco la pista, ¿vale? - Paramos al lado de una pared, algo mas vacía que el resto de los lugares. Gentilmente, la acorralé contra la pared y apoyé mis manos en la pared, al lado de su rostro, encerrándola.
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Re: Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
Cada vez que aquel chico sonreía Yuki sentía una pequeña tranquilidad en su interior, aunque esa tranquilidad se iba rápido, ya que el muchacho parecía disfrutar con las cortas distancias entre ambos. Eso hacía que Yuki se inquietase bastante a causa de sus recuerdos, así que intentaba apartar la vista lo más rápido posible.
El chico agarró a Yuki, llevándola hacia las mesas donde el muchacho se sirvió, y no precisamente poco. Yuki se sorprendió al ver la cantidad de bebidas que aquel chico fue capaz de beberse. "¿Por qué sigo con este chico?" pensó Yuki al apartarse un poco de aquel extraño muchacho que había entrado en aquella fiesta sin invitación previa. Por mucho que la muchacha luchase para poder irse y dejar al chico allí, había algo que no la dejaba moverse, y que solo quería contemplarlo. Así que, como su cuerpo le pedía decidió contemplarlo. Parecía que aquel chico fuese bastante despreocupado hacía las cosas que le rodeaban, aunque bueno, gracias a él al menos no estaba pasando la fiesta ella sola, cosa que agradecía muchísimo. Por otra parte, la muchacha hizo todo intento de dirigirle alguna palabra a aquel chico, pero todo intento fue nulo, así que decidió por un pequeño instante fijarse en la mascota que colgaba de su hombro moviendo su cola, a la cual, tenía unas inmensas ganas de achuchar, como si de un peluche se tratase.
Una vez el chico acabó sus bebidas se giró para mirarla con aquella sonrisa que tanta tranquilidad le traía a Yuki, esta vez, no pudo resistir sonrojarse " ¿pero qué te pasa? ¿Por qué te sonrojas? ¡Tonta!" se dijo a sí misma. Sus pensamientos se cortaron, ya que el chico volvió a cogerla de la mano para esta vez apartarla de todo el mundo, y así, acorralarla contra la pared. La muchacha se quedó quieta, por mucho que lo intentase su cuerpo no podía reaccionar, ver a aquel chico tan cerca de ella hizo que se pusiese nerviosa, provocando un sonrojo mayor al anterior. Hacía tiempo que no sentía algo así con alguna persona, aunque tampoco había ocurrido una ocasión así, ya que, fuese lo que fuese, Yuki siempre intentaba separar el amor de su vida.
La muchacha sintió un leve escozor en su cuello, parecido al que sintió hace 156 años atrás, que le obligó a agachar la cabeza. Eso hizo que se asustase, ya que no quería hacer nada en medio de la fiesta, "no es humano, tengo que relajarme..." pensó para intentar relajarse, aunque de poco sirvió. Seguidamente pudo notar como sus colmillos crecieron y sus ojos tomaron un color rojizo. Aunque sentía que tenía control sobre sí misma no quiso ponerse a prueba, así que, al ver que el chico no tenía la mínima intención de separarse de ella, Yuki decidió tomar la iniciativa - Lo siento.- dijo mientras apartaba al muchacho suavemente para seguidamente empezar a correr hacia la puerta. "Acaso es que me he ..." pensaba la muchacha, mientras corría hacia a puerta, cuando alguien cortó su pensamiento cogiéndola de su brazo...
El chico agarró a Yuki, llevándola hacia las mesas donde el muchacho se sirvió, y no precisamente poco. Yuki se sorprendió al ver la cantidad de bebidas que aquel chico fue capaz de beberse. "¿Por qué sigo con este chico?" pensó Yuki al apartarse un poco de aquel extraño muchacho que había entrado en aquella fiesta sin invitación previa. Por mucho que la muchacha luchase para poder irse y dejar al chico allí, había algo que no la dejaba moverse, y que solo quería contemplarlo. Así que, como su cuerpo le pedía decidió contemplarlo. Parecía que aquel chico fuese bastante despreocupado hacía las cosas que le rodeaban, aunque bueno, gracias a él al menos no estaba pasando la fiesta ella sola, cosa que agradecía muchísimo. Por otra parte, la muchacha hizo todo intento de dirigirle alguna palabra a aquel chico, pero todo intento fue nulo, así que decidió por un pequeño instante fijarse en la mascota que colgaba de su hombro moviendo su cola, a la cual, tenía unas inmensas ganas de achuchar, como si de un peluche se tratase.
Una vez el chico acabó sus bebidas se giró para mirarla con aquella sonrisa que tanta tranquilidad le traía a Yuki, esta vez, no pudo resistir sonrojarse " ¿pero qué te pasa? ¿Por qué te sonrojas? ¡Tonta!" se dijo a sí misma. Sus pensamientos se cortaron, ya que el chico volvió a cogerla de la mano para esta vez apartarla de todo el mundo, y así, acorralarla contra la pared. La muchacha se quedó quieta, por mucho que lo intentase su cuerpo no podía reaccionar, ver a aquel chico tan cerca de ella hizo que se pusiese nerviosa, provocando un sonrojo mayor al anterior. Hacía tiempo que no sentía algo así con alguna persona, aunque tampoco había ocurrido una ocasión así, ya que, fuese lo que fuese, Yuki siempre intentaba separar el amor de su vida.
La muchacha sintió un leve escozor en su cuello, parecido al que sintió hace 156 años atrás, que le obligó a agachar la cabeza. Eso hizo que se asustase, ya que no quería hacer nada en medio de la fiesta, "no es humano, tengo que relajarme..." pensó para intentar relajarse, aunque de poco sirvió. Seguidamente pudo notar como sus colmillos crecieron y sus ojos tomaron un color rojizo. Aunque sentía que tenía control sobre sí misma no quiso ponerse a prueba, así que, al ver que el chico no tenía la mínima intención de separarse de ella, Yuki decidió tomar la iniciativa - Lo siento.- dijo mientras apartaba al muchacho suavemente para seguidamente empezar a correr hacia la puerta. "Acaso es que me he ..." pensaba la muchacha, mientras corría hacia a puerta, cuando alguien cortó su pensamiento cogiéndola de su brazo...
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Re: Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
Sonreí al ver como al acorralas a aquella chiquilla tensaba, en señal de respuesta, todos sus pequeños y delicados músculos, sonrojando sus suaves mejillas, agolpando la sangre que circulaba por sus venas. Sonreí ligeramente ante aquella reacción, algo esperada. Dentro de mi pecho, lentamente, crecía un calor extraño y que nunca había sentido. Aquella sensación de calor que llenaba de pecho se extendía lentamente, como el agua en el cauce de un río, por todo mi cuerpo. Seto, simplemente, continuaba parado encima de mi hombro, moviendo furtivamente la cola de alegría. No se porque el estaba tan emocionado, pero aquel pequeño zorro se alegraba. Quizás se había contagiado con aquel nuevo sentimiento que nacía de mi pecho y que poco a poco se extendía, llenando toda mi existencia.
Sin embargo, y sin previo aviso, aquella chiquilla me aparto suavemente a un lado, disculpándose, y salió corriendo en dirección a la salida del salón. "¿Acaso me esta dejando aquí tirado? ¡Ni hablar!" Encaminé mis pasos siguiendo su dirección al tiempo que aquel pensamiento invadía mi cabeza. Tuve que apartar y chocar a algún que otro grupo de estudiantes bailantes, pero finalmente me planté en la salida. Alcé la vista para contemplar como un criajo, mas o menos de la edad de aquella chiquilla rebelde, la agarraba del brazo, como implorándole para que fuese allá dentro con él. Solté una amarga carcajada, y me acerque a aquella escena - Perdona que no pudiese comprarte aquel colgante, tampoco tienes porque huir de la fiesta. Volvamos dentro y bailemos un poco. - Golpeé la mano de aquel criajo y agarre la mano de la chiquilla, conduciéndola nuevamente al interior del salón, concretamente al centro de la pista. Pasé mi brazo izquierdo por la cintura de la chiquilla y, sin soltar su mano, levanté mi diestra, en una postura de baila normal y correcta.
Aquel sentimiento, aquel calor, que se había desvanecido ante los celos a aquel criajo, volvía a invadir mi cuerpo lentamente. "Se siente bastante bien..." Comencé a dar vueltas por la pista, bailando y guiando a aquella chiquilla. La música de aquel piano, de golpe, dejo de parecerme tan insulsa, y por fin pude volver a dibujar una sonrisa en mis labios, enseñando ligeramente mis afilados colmillos. Seto, sin embargo, no lo pasaba tan bien. Aquellos movimientos tan bruscos lo había relegado a que se agarrase como pudiese a la espalda de mi uniforme, con peligro de caer.
Sin embargo, y sin previo aviso, aquella chiquilla me aparto suavemente a un lado, disculpándose, y salió corriendo en dirección a la salida del salón. "¿Acaso me esta dejando aquí tirado? ¡Ni hablar!" Encaminé mis pasos siguiendo su dirección al tiempo que aquel pensamiento invadía mi cabeza. Tuve que apartar y chocar a algún que otro grupo de estudiantes bailantes, pero finalmente me planté en la salida. Alcé la vista para contemplar como un criajo, mas o menos de la edad de aquella chiquilla rebelde, la agarraba del brazo, como implorándole para que fuese allá dentro con él. Solté una amarga carcajada, y me acerque a aquella escena - Perdona que no pudiese comprarte aquel colgante, tampoco tienes porque huir de la fiesta. Volvamos dentro y bailemos un poco. - Golpeé la mano de aquel criajo y agarre la mano de la chiquilla, conduciéndola nuevamente al interior del salón, concretamente al centro de la pista. Pasé mi brazo izquierdo por la cintura de la chiquilla y, sin soltar su mano, levanté mi diestra, en una postura de baila normal y correcta.
Aquel sentimiento, aquel calor, que se había desvanecido ante los celos a aquel criajo, volvía a invadir mi cuerpo lentamente. "Se siente bastante bien..." Comencé a dar vueltas por la pista, bailando y guiando a aquella chiquilla. La música de aquel piano, de golpe, dejo de parecerme tan insulsa, y por fin pude volver a dibujar una sonrisa en mis labios, enseñando ligeramente mis afilados colmillos. Seto, sin embargo, no lo pasaba tan bien. Aquellos movimientos tan bruscos lo había relegado a que se agarrase como pudiese a la espalda de mi uniforme, con peligro de caer.
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Re: Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
La muchacha, al ver que alguien la agarraba del brazo impidiéndole irse decidió darse la vuelta. Era un chico de su clase, con el cual no había hablado muy a menudo. Aquel chiquillo que miraba a la muchacha con miedo a ser rechazado iba vestido con un traje blanco, el cual, le favorecía más que el uniforme escolar. Yuki, por respeto y educación a aquel chico, decidió aceptar - C-cl-a... - intentó decir la muchacha, ya que, a la lejanía vio al chaval despreocupado acercarse a un ritmo bastante acelerado. "¿Por qué me sigue?" la chiquilla empezaba a sentirse un tanto incomoda por la gran insistencia que el chico sin nombre ponía en ella.
Cuando el muchacho llegó a su destino apartó al compañero de Yuki, el cual se había quedado esperando impacientemente la respuesta de la muchacha. El chico sin nombre dijo un par de palabras para apartar al chiquillo, el cual se decepcionó bastante al ver que no podría bailar con la muchacha. -¡O-oooye! - dijo la chica tras ser llevada por el chico sin nombre hacia la pista, "no pretenderá bailar, ¿no?" se apartó un poco del muchacho, aunque no sirvió de mucho, ya que, este tenía la intención de bailar.
El chico la acercó a su cuerpo pasando su mano izquierda por la cintura de la muchacha y levantó la derecha, preparando ambos cuerpos para bailar. Esto provocó que Yuki se volviese a sonrojar, aunque esta vez no intento apartarlo de ella, decidió dejarse llevar, al menos por esta vez. Ambos bailaban al ritmo del tranquilo piano, el cual ahora era tocado por un chico, pero seguía sonando igual de insulso. Los dos se habían unido a las otras parejas que bailaban en el centro de la pista, de las cuales había algunas que abandonaban la sala buscando un poco de intimidad. Por otro lado, Yuki seguía desconcertada, ya que no sabía el por qué había acabado bailando con aquel extraño chico y aún menos, por qué él se interesaba tanto en ella, "¿Por qué yo? ¿Querrá jugar conmigo?" pensó la muchacha preocupándose un poco, la cual empezó a pensar qué podría decir en aquella situación tan vergonzosa. – E-ehto… - intentó decir la muchacha mientras seguían bailando - ¿Por qué has querido bailar conmigo? - cuanto más intentaba hablar más se sonrojaba. -Además, esto no es la macarena… - sonrió tras decir esto, ya que, parecía que a aquel muchacho le gustase aquel baile más que cualquier otro. Apartando todas las dudas que tenía la chiquilla hacia aquel extraño muchacho, había algo que hacía que bailar junto a él le agradase, haciendo que quisiese parar el tiempo en ese mismo momento....
Cuando el muchacho llegó a su destino apartó al compañero de Yuki, el cual se había quedado esperando impacientemente la respuesta de la muchacha. El chico sin nombre dijo un par de palabras para apartar al chiquillo, el cual se decepcionó bastante al ver que no podría bailar con la muchacha. -¡O-oooye! - dijo la chica tras ser llevada por el chico sin nombre hacia la pista, "no pretenderá bailar, ¿no?" se apartó un poco del muchacho, aunque no sirvió de mucho, ya que, este tenía la intención de bailar.
El chico la acercó a su cuerpo pasando su mano izquierda por la cintura de la muchacha y levantó la derecha, preparando ambos cuerpos para bailar. Esto provocó que Yuki se volviese a sonrojar, aunque esta vez no intento apartarlo de ella, decidió dejarse llevar, al menos por esta vez. Ambos bailaban al ritmo del tranquilo piano, el cual ahora era tocado por un chico, pero seguía sonando igual de insulso. Los dos se habían unido a las otras parejas que bailaban en el centro de la pista, de las cuales había algunas que abandonaban la sala buscando un poco de intimidad. Por otro lado, Yuki seguía desconcertada, ya que no sabía el por qué había acabado bailando con aquel extraño chico y aún menos, por qué él se interesaba tanto en ella, "¿Por qué yo? ¿Querrá jugar conmigo?" pensó la muchacha preocupándose un poco, la cual empezó a pensar qué podría decir en aquella situación tan vergonzosa. – E-ehto… - intentó decir la muchacha mientras seguían bailando - ¿Por qué has querido bailar conmigo? - cuanto más intentaba hablar más se sonrojaba. -Además, esto no es la macarena… - sonrió tras decir esto, ya que, parecía que a aquel muchacho le gustase aquel baile más que cualquier otro. Apartando todas las dudas que tenía la chiquilla hacia aquel extraño muchacho, había algo que hacía que bailar junto a él le agradase, haciendo que quisiese parar el tiempo en ese mismo momento....
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Re: Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
La música fluía, sin parar, entorno a aquella muchacha y yo. O el pianista llevaba pilas Duracel, o no lo agotaba para nada tocar el piano. ¿O acaso habían cambiado de pianista? - ¿Acaso preferías bailar con aquel chiquillo de traje blanco y camisa rosa? Ademas de llevar unas gafas para ver enormes, y una adolescencia proliferante en tooooda su cara... No se, no me considero tan mal partido como para estar por debajo de ESAS expectativas... Y te he salvado de aceptar bailar con él por pena. Un "G-gracias" no hubiese estado del todo mal... - Reí inocentemente ante mi comentario, un poco brusco con aquel chaval. En fin, no le dolería, no se enteraría nunca.
Continué bailando con ella mientras hablaba, sorprendiéndome ante aquella pregunta. ¿Y ahora se preocupa por la macarena? - Oh, bueno, si prefieres bailar la macarena... - Solté su cintura con delicadeza y comencé a bailar la macarena, riendo divertido, mientras la cantaba a pleno pulmón. - Creo que no le pega demasiado ni al ambiente ni a la música, ¿que tal si lo dejamos para otro momento? - Volví a pasar el brazo suavemente por la cintura de la chiquilla y continué bailando al son del piano, hasta que la canción termino.
Me separe de la chiquilla un paso e hice una reverencia, a modo de saludo, pasando mi brazo derecho por delante y el izquierdo por detrás de mi cuerpo. Fijé mi mirada en el reloj de muñeca que llevaba, el cual marcaba una hora en la que mi entrada a trabajar ya había pasado. Y, aunque saliese ahora mismo, aún tardaría un buen rato en llegar, mas no podía hacer esperar a las clientas del Host Club. Volví a acercarme a la chiquilla, y pase los dos brazos por su cintura, al tiempo que le robaba un beso de aquellos labios rojizos. Hablé cuando nos separamos - Aquí tienes un regalo por el rato que me has hecho pasar, pequeña. Y toma. - Abrí el cuello de mi camisa y saqué un pequeño cordel que llevaba un anillo atado, a modo de colgante. - Antes había hablado de un colgante, ¿no? Aquí lo tienes, para que no te olvides de mi. - Le pasé el colgante por la cabeza y se lo deje en el cuello, para seguidamente darme la vuelta y pegar el mayor sprint de mi vida.
A medio camino del trabajo, me percaté. "¡Mierda! No le he preguntado el nombre..."
Continué bailando con ella mientras hablaba, sorprendiéndome ante aquella pregunta. ¿Y ahora se preocupa por la macarena? - Oh, bueno, si prefieres bailar la macarena... - Solté su cintura con delicadeza y comencé a bailar la macarena, riendo divertido, mientras la cantaba a pleno pulmón. - Creo que no le pega demasiado ni al ambiente ni a la música, ¿que tal si lo dejamos para otro momento? - Volví a pasar el brazo suavemente por la cintura de la chiquilla y continué bailando al son del piano, hasta que la canción termino.
Me separe de la chiquilla un paso e hice una reverencia, a modo de saludo, pasando mi brazo derecho por delante y el izquierdo por detrás de mi cuerpo. Fijé mi mirada en el reloj de muñeca que llevaba, el cual marcaba una hora en la que mi entrada a trabajar ya había pasado. Y, aunque saliese ahora mismo, aún tardaría un buen rato en llegar, mas no podía hacer esperar a las clientas del Host Club. Volví a acercarme a la chiquilla, y pase los dos brazos por su cintura, al tiempo que le robaba un beso de aquellos labios rojizos. Hablé cuando nos separamos - Aquí tienes un regalo por el rato que me has hecho pasar, pequeña. Y toma. - Abrí el cuello de mi camisa y saqué un pequeño cordel que llevaba un anillo atado, a modo de colgante. - Antes había hablado de un colgante, ¿no? Aquí lo tienes, para que no te olvides de mi. - Le pasé el colgante por la cabeza y se lo deje en el cuello, para seguidamente darme la vuelta y pegar el mayor sprint de mi vida.
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Re: Un baile especial [Priv. Yukiko Aihara]
La muchacha se arrepintió al instante de preguntarle a aquel chico sobre la macarena, ya que tras esto se puso a bailarla. Esto hizo que Yuki se avergonzase muchísimo en aquel momento, hasta podía notar cómo le quemaba la cara por la vergüenza que sentía por los movimientos del chico sin nombre, el cual no parecía importarle mucho la opinión de la chiquilla. - E-e-esto... - dijo la muchacha en voz baja mientras agachaba la cabeza girándola a un lado para no mirar aquella escena.
El muchacho dejó de bailar aquel espantoso y extraño baile para volver a agarrar a Yuki y así, seguir bailando al son del piano. Aunque aquella situación le agradaba a la chiquilla seguía un tanto incómoda, ya que, no conocía a su compañero de baile. "¿Debería de preguntarle su nombre? Hmm…" miró al muchacho, haciendo un intento de hablar "Mejor no, ¡qué vergüenza!". Al poco rato el chiquillo se separó de ella para hacerle una reverencia, "¿qué le pasa?" pensó la chiquilla mientras miraba al chico dudosa por su conducta, mientras este miraba el reloj. "¿Está llegando tarde a algún sitio? Espero que no sea por mi culpa" se preocupó la muchacha por aquel chiquillo. Aunque esta preocupación poco le duró, el chico se acercó a ella para así, robarle un beso. La chiquilla se quedó petrificada, no sabía qué hacer o decir, aún así, los pensamientos inundaban su cabeza "¿me acaba de… de… BESAR?" pensó al abrir sus ojos como platos, asustada por la reacción de aquel chico. Yuki sentía como la rabia crecía dentro de ella, ya que, aquel chico no era nadie para hacer lo que había acabado de hacer. "Se va a enterar en cuanto lo vuelva a..." alguien posó su mano en el hombro de la muchacha haciendo que su pensamiento se cortase, se giró, era el chiquillo que le había ofrecido baile antes de que el Roba Besos lo apartase de ella.
- ¿Estás bien?- le preguntó el chiquillo con una sonrisa.
-¿Eh? - Yuki agitó la cabeza, intentando despertarse de aquella pesadilla - Creo que sí, aunque...- Se giró para así buscar a aquel muchacho grosero, aunque, mirase donde mirase no lograba encontrarlo.
- Se ha ido... - le comentó el muchacho tras ver que aquella chica buscaba a su pareja de baile desesperadamente.
- ¿Perdona? - contestó ella un poco enfadada.
- Sí, después de besarte, se fue corriendo como si no hubiese un mañana y se fue del salón. - le explicó mientras se tocaba sus manos un tanto nervioso.
- Le voy a.... - gritó la muchacha tras decidir no acabar la frase. Seguidamente decidió salir del salón de baile para dirigirse a su habitación.
Subió las escaleras que llevaban hacia su habitación, aún había gente que paseaba por los pasillos aunque ya fuese bien entrada la madrugada. Abrió su habitación, en lo primero que se fijó es que Kyu ya la estaba esperando sentado delante de la puerta, moviendo su colita pidiéndole jugar. La muchacha sonrió, y Kyu al ver su reacción se puso boca arriba, moviendo sus patitas para que Yuki lo cogiese.
Una vez Yuki se había cambiado y puesto su cómodo pijama tumbó a Kyu al lado de ella en la cama. - Sabes qué Kyu? - le dijo la muchacha a su mascota que le respondió inclinado la cabeza hacia la izquierda junto con un pequeño ruidito. - Hoy he conocido a un chico, que, ha bailado conmigo y sin preguntarme, ¡me ha besado! Nos vengaremos, ¿verdad Kyu? - dijo la muchacha con un tono de voz bastante serio, al cual, su mascota se levantó para responderle afirmativamente intentando escupir una bola de fuego, preparandose para tal venganza.
El muchacho dejó de bailar aquel espantoso y extraño baile para volver a agarrar a Yuki y así, seguir bailando al son del piano. Aunque aquella situación le agradaba a la chiquilla seguía un tanto incómoda, ya que, no conocía a su compañero de baile. "¿Debería de preguntarle su nombre? Hmm…" miró al muchacho, haciendo un intento de hablar "Mejor no, ¡qué vergüenza!". Al poco rato el chiquillo se separó de ella para hacerle una reverencia, "¿qué le pasa?" pensó la chiquilla mientras miraba al chico dudosa por su conducta, mientras este miraba el reloj. "¿Está llegando tarde a algún sitio? Espero que no sea por mi culpa" se preocupó la muchacha por aquel chiquillo. Aunque esta preocupación poco le duró, el chico se acercó a ella para así, robarle un beso. La chiquilla se quedó petrificada, no sabía qué hacer o decir, aún así, los pensamientos inundaban su cabeza "¿me acaba de… de… BESAR?" pensó al abrir sus ojos como platos, asustada por la reacción de aquel chico. Yuki sentía como la rabia crecía dentro de ella, ya que, aquel chico no era nadie para hacer lo que había acabado de hacer. "Se va a enterar en cuanto lo vuelva a..." alguien posó su mano en el hombro de la muchacha haciendo que su pensamiento se cortase, se giró, era el chiquillo que le había ofrecido baile antes de que el Roba Besos lo apartase de ella.
- ¿Estás bien?- le preguntó el chiquillo con una sonrisa.
-¿Eh? - Yuki agitó la cabeza, intentando despertarse de aquella pesadilla - Creo que sí, aunque...- Se giró para así buscar a aquel muchacho grosero, aunque, mirase donde mirase no lograba encontrarlo.
- Se ha ido... - le comentó el muchacho tras ver que aquella chica buscaba a su pareja de baile desesperadamente.
- ¿Perdona? - contestó ella un poco enfadada.
- Sí, después de besarte, se fue corriendo como si no hubiese un mañana y se fue del salón. - le explicó mientras se tocaba sus manos un tanto nervioso.
- Le voy a.... - gritó la muchacha tras decidir no acabar la frase. Seguidamente decidió salir del salón de baile para dirigirse a su habitación.
Subió las escaleras que llevaban hacia su habitación, aún había gente que paseaba por los pasillos aunque ya fuese bien entrada la madrugada. Abrió su habitación, en lo primero que se fijó es que Kyu ya la estaba esperando sentado delante de la puerta, moviendo su colita pidiéndole jugar. La muchacha sonrió, y Kyu al ver su reacción se puso boca arriba, moviendo sus patitas para que Yuki lo cogiese.
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