¿Otra vez tu? [Priv. Yukiko Aihara]

Abrí los ojos despacio, sin ninguna prisa. Estirado en la cama, apenas tapado por una fina sabana blanca. La colcha de la cama estaba desperdigada por el suelo. Nada raro, si tenemos en cuenta en que para ser primavera hacía un calor infernal. ¿Ya estábamos tan cerca del verano? Mi estado mental me impedía responder a esa pregunta. Ni recordaba que día era. Levanté mi teléfono móvil ligeramente y toque la pantalla táctil ligeramente, activando su salvapantallas. Sábado, las 11:27 am. Suspiré pesadamente. "Levantarse temprano un sábado debería ser pecado..."
Seto se encontraba tumbado a mi lado, panza arriba, todo lo estirado que podía. Su blanca pancita parecía una pequeña almohada recién mullida. Me tumbé sobre su panza y, posando mis labios en aquella perfecta almohada, le hice una sonora pedorreta para que se despertase. Seto, sobresaltado, se despertó y pateó indefensamente, al tiempo que reía ligeramente. Alcé mi mitad superior del cuerpo y, haciéndole una pequeña reverencia en señal de disculpa, le rasqué la panza y la parte de cuello que se encuentra por debajo de la cabeza.
Con movimientos pesados, me levanté de mi tumba temporal y, despegándome de las sabanas, me puse un pantalón de pijama largo. No pensaba salir a lavarme los dientes al baño comunitario de Nymphart solo con unos calzoncillos solo. Unas zapatillas de estar por casa, con forma de garras de gato, eran suficientes para caminar aquella distancia de 20 metros. Total, con un día así y a aquella hora, seguramente todo el mundo se encontraría en la playa. Pero como esos no eran mis lugares favoritos, prefería dormir.
Abrí la puerta y, dejando pasar a Seto detrás de mí, cerré la puerta y eché la llave. Me encaminé por el pasillo y en el primer desvío giré a la derecha y entré al lavabo, cepillo y pasta de dientes en mano. Cepillé mis dientes dos veces y me lavé la cara, quitándome todas las lagañas de los ojos, mientras Seto bebía lentamente de un vaso de agua que había rellenado para él con agua del grifo. Agua que, para ser del grifo, era mejor que la embotellada... ¿Como lo harían?
Guardé el cepillo de dientes y todo lo demás en los bolsillos del pijama, bolsillos improvisados que yo había cosido. "De momento aguantan, que resistentes." Pero al chocar con alguien, me alejé de aquel pensamiento. Sin haber llegado a salir del lavabo, nada mas girarme después de mirarme en el espejo, había chocado con alguien. Miré curioso a quien se había entrometido en mi salida del lavabo, para ver, con sorpresa, que se trataba de la chiquilla con la que él día anterior había bailado en aquella fiesta tan repipi. Mi corazón se sobresalto, pero traté de disimularlo. - ¿Otra vez tu? ¿Es que no hay ninguna otra chica guapa con la que toparme?

"Tengo que darme prisa" Pensó la muchacha al ver el reloj y ver que llegaba tarde, se levantó de la cama lo más rápido que pudo, tirando todas las sabanas al suelo.  Había quedado con sus amigas en la playa hace media hora, aunque como no solía ser muy puntual, las amigas habían decidido esperar un poco más para llamarle. Aunque para ella no era algo fácil ir a la playa a las horas de mas sol por su debilidad a éste no quiso quedarse sin un día de diversión, ya que, últimamente los estudios no le permitían ni un rato de tiempo libre, cosa que empezaba a estresarle bastante.

La chiquilla intento darse prisa a la hora de ponerse el bikini y de preparar su bolsa, la cual estaba a rebosar de crema solar. Seguidamente buscó un conjunto para ponerse encima del bikini, cogió la primera camiseta y los primeros pantalones que vio y se los puso. Cuando ya lo tuvo todo preparado fue a buscar su sombrilla, que era lo que más falta le iba a hacer, así que la muchacha se dirigió dónde solía dejarla siempre que la utilizaba, - Eh?!! ¿Dónde está? – dijo al ver que no encontraba su sombrilla. La chiquilla empezó a correr por la habitación, como un pollo sin cabeza hasta que tropezó con las sabanas que había dejado tiradas por el suelo, provocando que se cayese de culo – Aaah! Eso ha dolido – se le saltó una lagrimilla. La chiquilla al intentar levantarse vio una colita que asomaba por debajo de la cama la cual era muy familiar, así que se asomó y  vio a Kyu intentando esconder la sombrilla con cara de pena, - Tengo que irme, Kyu… -el pequeño seguía sin querer darle la sombrilla – ¡Va! Si me la das cuando venga jugaré gran parte de la noche contigo, ¿promesa?-. El animalillo se lo pensó un poco, se levantó y cogió la sombrilla con la boca y se la llevo a su dueña – ¡Gracias!- le sonrió para seguidamente abrazar a Kyu y darle un beso en la frente. "Vale, creo que ya lo tengo todo…" volvió a revisar si lo tenía preparado todo "Afirmativo, lo llevo todo. Iré a lavarme la cara, volveré a por la bolsa y me iré corriendo".  

Yuki salió de su cuarto, cerrando la puerta para que nadie entrase, llevándose a Kyu con ella, para no dejarla allí sola. Poco a poco empezó a caminar cada vez un poco más rápido para así poder llegar antes a su destino. Mientras se dirigía al lavabo se puso a pensar en sus cosas "Me pregunto si estarán enfadadas, aunque, siempre suelo llegar tarde… Uaaa por una vez que no lo hago quer… "   - Kiaaaaaa – se chocó con alguien provocando que cayese de culo otra vez. La chiquilla levantó la mirada para ver con quién se había chocado y para comprobar si estaba bien.  – ¡¿Ehhh?!  ¿Tu otra vez?- se sorprendió al ver que era el chaval extraño de aquel baile. "Buh no me voy ni a molestar en preguntarle si está bien" pensó la chiquilla mientras se levantaba del suelo y apartaba la vista del muchacho.