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Habitacion #1
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Habitacion #1
-Aquel instituto era bastante peculiar. Los estudiantes eran bastante extraños a su modo, es decir, aunque ella sabía que en su totalidad no era una persona del todo común, el hecho de ver a todos a su alrededor con características tan peculiares como, orejas de gato, o cola de perro, pudiendo transformarse y demás como si aquello fuese algo de lo más normal en el mundo, le dejaba un extraño revolvimiento en el estomago, después de todo, en su casa no era tan bien visto que utilizaran su magia, al menos no de ese modo- Uhm~ –Los grandes orbes de la rubia, recorrieron con detenimiento aquel lugar frente a sus ojos. La casa adiashen, bastante amplia como todas las demás casas, pero con la diferencia que los lujos eran notorios en esta. Desde las rejas que adornaban el lugar hasta el edificio que parecía haber sido creado por un escultor bastante talentoso.
Sus pasos, seguros, pero a la vez elegantes, la llevaron al poco tiempo hacia dentro de aquel lugar de “La casa del fénix”. Necesitaba conocer un poco más aquella casa en la cual comenzaría a “Vivir” y más que nada saber a quien tendría que rendirle cuentas, por más que esto último no fuese su estilo y le hiciera molestar de sobremanera.
Sus puños, influenciados por sus pensamientos, sostuvieron con mayor fuerza el maletín escolar mientras ahora, tras usar su mano libre para girar el pómulo, imprimió un poco de fuerza, de tal modo que aquellas puertas tras empujarlas con su cuerpo comenzaran a abrirse. Aquello no fue necesario pues al instante, algo sostuvo la puerta por el otro lado, abriéndola para dejar pasar a la hermosa fémina que ahora, regodeándose cual pavorreal, ergio mas su espalda y levanto la cabeza, observando superiora-menté a la figura de los sirvientes que ahora se inclinaban para recibir a la de cabellera dorada. Quien en silencio, prosiguió con su camino, contoneando suavemente las caderas, como si de un baile sensual se tratara hasta por fin desaparecer de la vista de los sirvientes que, sin esperar más, cerraron de nuevo las puertas de aquella elegante casa, de amplios pasillos adornados con una alfombra roja, además de molduras, muebles pulcros y elegantes, que hacían ver el lugar como un verdadero paraíso-
Uhm, supongo que las habitaciones serán por acá~ –Comento repentinamente y para sí misma aquella mujer, llevando así sus pasos por aquella hermosa alfombra roja de un pasillo que parecía interminable, pues a pesar de haber encontrado su habitación, parecía haber muchas más por el mismo pasillo, de ambos lados de la pared- Aquí es~ –Su diestra rápidamente rebusco la llave dentro del maletín, la cual saco rápidamente, luciendo como decoración un pequeño y hermoso panda de peluche de de un tamaño de cuando mucho 2 pulgadas de altura- veamos –Sin poder tiempo, la fémina introdujo la llave en el orificio para darle una pequeña vuelta con su muñeca hasta que el sonido del seguro fue posible escucharse al ser desactivado- Vingo! –Susurro antes de tomar el picaporte y, tras sacar su llave girarlo, haciendo que la puerta se abriera al instante.
Ante sus ojos una hermosa habitación de color azul turquesa, con detalles blancos en la decoración iluminó sus ojos. Todo lucia en perfecto orden. Un tocador con un gran espejo, un guardarropa grande de molduras bastante elegantes, un candelabro en el cielo, un par de mesas, adornadas con unos lindos floreros, aunque hubo algo que realmente no le pareció. ¡Ahí había dos camas!. Una con una frazada de color turquesa y almohadas blancas, además de un hermoso dosel que caía del techo, de un color que hacia juego. Mientras tanto, la otra cama, era parecida a aquella, a comparación que no tenia dosel y los colores de las almohadas y colchas se invertían-
Dios, dime que no es verdad..~ –Sus pasos, apresurados la llevaron hacia la cama de dosel, en donde deposito su maletín antes de observar como las maletas aparecían mágicamente sobre la cama que ahora, ella había proclamado como suya, justo de igual modo que aquella habitación, en la cual hasta donde le fuera posible, no dejaría que nadie fuese su compañero-
Sus pasos, seguros, pero a la vez elegantes, la llevaron al poco tiempo hacia dentro de aquel lugar de “La casa del fénix”. Necesitaba conocer un poco más aquella casa en la cual comenzaría a “Vivir” y más que nada saber a quien tendría que rendirle cuentas, por más que esto último no fuese su estilo y le hiciera molestar de sobremanera.
Sus puños, influenciados por sus pensamientos, sostuvieron con mayor fuerza el maletín escolar mientras ahora, tras usar su mano libre para girar el pómulo, imprimió un poco de fuerza, de tal modo que aquellas puertas tras empujarlas con su cuerpo comenzaran a abrirse. Aquello no fue necesario pues al instante, algo sostuvo la puerta por el otro lado, abriéndola para dejar pasar a la hermosa fémina que ahora, regodeándose cual pavorreal, ergio mas su espalda y levanto la cabeza, observando superiora-menté a la figura de los sirvientes que ahora se inclinaban para recibir a la de cabellera dorada. Quien en silencio, prosiguió con su camino, contoneando suavemente las caderas, como si de un baile sensual se tratara hasta por fin desaparecer de la vista de los sirvientes que, sin esperar más, cerraron de nuevo las puertas de aquella elegante casa, de amplios pasillos adornados con una alfombra roja, además de molduras, muebles pulcros y elegantes, que hacían ver el lugar como un verdadero paraíso-
Uhm, supongo que las habitaciones serán por acá~ –Comento repentinamente y para sí misma aquella mujer, llevando así sus pasos por aquella hermosa alfombra roja de un pasillo que parecía interminable, pues a pesar de haber encontrado su habitación, parecía haber muchas más por el mismo pasillo, de ambos lados de la pared- Aquí es~ –Su diestra rápidamente rebusco la llave dentro del maletín, la cual saco rápidamente, luciendo como decoración un pequeño y hermoso panda de peluche de de un tamaño de cuando mucho 2 pulgadas de altura- veamos –Sin poder tiempo, la fémina introdujo la llave en el orificio para darle una pequeña vuelta con su muñeca hasta que el sonido del seguro fue posible escucharse al ser desactivado- Vingo! –Susurro antes de tomar el picaporte y, tras sacar su llave girarlo, haciendo que la puerta se abriera al instante.
Ante sus ojos una hermosa habitación de color azul turquesa, con detalles blancos en la decoración iluminó sus ojos. Todo lucia en perfecto orden. Un tocador con un gran espejo, un guardarropa grande de molduras bastante elegantes, un candelabro en el cielo, un par de mesas, adornadas con unos lindos floreros, aunque hubo algo que realmente no le pareció. ¡Ahí había dos camas!. Una con una frazada de color turquesa y almohadas blancas, además de un hermoso dosel que caía del techo, de un color que hacia juego. Mientras tanto, la otra cama, era parecida a aquella, a comparación que no tenia dosel y los colores de las almohadas y colchas se invertían-
Dios, dime que no es verdad..~ –Sus pasos, apresurados la llevaron hacia la cama de dosel, en donde deposito su maletín antes de observar como las maletas aparecían mágicamente sobre la cama que ahora, ella había proclamado como suya, justo de igual modo que aquella habitación, en la cual hasta donde le fuera posible, no dejaría que nadie fuese su compañero-
Última edición por Kashiwazaki Sena el Lun Jul 29, 2013 7:41 pm, editado 1 vez
Kashiwazaki Sena- Híbrido
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Re: Habitacion #1
Esto era realmente extraño… Este colegio estaba repleto de “personas especiales” no me refería a gente estúpida o algo así, sino que era casi todo chicos y chicas, o incluso los profesores mas adultos, de razas diferentes a la humana, este sitio era muy desconcertante al ver a tanta gente de distintas razas. A un ritmo normal y bastante despreocupado, me dirigía hacia una dirección que me habían dado, era donde debería estar la casa Adiashen, hacia apenas unos minutos que me habían mencionado que debería ir hacia allí ahora para tener ya organizado el asunto de las habitaciones.-Asique… esta es la casa- Dije mientras levantaba una ceja en un gesto algo dudoso, se veía una casa de bien, extremadamente grande y con un diseño de gente adinerada, con muchos adornos entre otras cosas.
Sin apresurarme mucho, acabe llegando a las puertas de la casa, en aquel lugar es donde viviría ahora y al que tendría que llamar hogar, tan solo esperaba no tener que lidiar con muchas personas, aunque quizá era complicado tratándose de este sitio, no tarde apenas unos segundos en abrir la puerta y cruzarla adentrándome en su interior.
Me recibieron algunas personas vestidas con aquellos trajes, los clasiscos de los sirvientes que con los años se iba actualizando para darles un mejor aspecto, no me merecía la pena si quiera decirle los buenos días a estas personas, ni siquiera una mirada lastimosa. Solamente escuche las palabras de uno de ellos diciéndome las indicaciones de cómo llegar a mi habitación, con un aire de superación ante aquellas personas, solo hice un movimiento con mi mano balanceándola de un lado a otro como diciendo “Adios” y sin darme la vuelta para verles, emprendí de nuevo la marcha, esta vez para dirigirme a mi habitación.
Cuando llegue hasta la puerta de la habitación, me quede unos segundos parado delante de esta, algo en mi me decía que en el interior de esta habitación, solo encontraría cosas malas, pero al final puse mi mano sobre el picaporte y abri aquellas lujosas puertas, mis ojos fueron observando toda la habitación, al parecer era como el resto de la casa, con aquel aspecto lujoso, pero parece ser que había un pequeño contra tiempo.-Que demonios…- Murmure al ver que en la habitación habían dos camas, para que demonios necesitaba dos camas en mi habitación, pero fue entonces que aquello que mis ojos habían ignorado al entrar en la habitación hizo presencia para mi, mis ojos se pararon sobre la figura de una chica al lado de la cama del dosel, era una de aquellas chicas que la población definiría como hermosas o extremadamente bellas, aunque mi mirada seguía rondando aquel estado de prepotencia, no pude evitar verla desde los pies hasta la cabeza.-Tsk… Quien rayos eres?... Espero que solo estés aquí para traerme alguna cosa…Sino ya puedes ir saliendo..- Murmure con algo de molestia mientras me dirigía hacia la cama sin dosel.
Deje caer mi bolsa al suelo mientras me dirigía a la cama sin dosel, aun seguía preguntándome quien demonios era ella y que hacia aquí, pero al mismo tiempo, simplemente quería ignorarla y dejar pasar el rato hasta que me dijera que hacia aquí, me deje caer sobre la cama de espaldas dejando mi vista mirando al techo, aquella cama era bastante cómoda y la habitación muy grande… Podría llegar a acostumbrarme a vivir en este sitio.
Sin apresurarme mucho, acabe llegando a las puertas de la casa, en aquel lugar es donde viviría ahora y al que tendría que llamar hogar, tan solo esperaba no tener que lidiar con muchas personas, aunque quizá era complicado tratándose de este sitio, no tarde apenas unos segundos en abrir la puerta y cruzarla adentrándome en su interior.
Me recibieron algunas personas vestidas con aquellos trajes, los clasiscos de los sirvientes que con los años se iba actualizando para darles un mejor aspecto, no me merecía la pena si quiera decirle los buenos días a estas personas, ni siquiera una mirada lastimosa. Solamente escuche las palabras de uno de ellos diciéndome las indicaciones de cómo llegar a mi habitación, con un aire de superación ante aquellas personas, solo hice un movimiento con mi mano balanceándola de un lado a otro como diciendo “Adios” y sin darme la vuelta para verles, emprendí de nuevo la marcha, esta vez para dirigirme a mi habitación.
Cuando llegue hasta la puerta de la habitación, me quede unos segundos parado delante de esta, algo en mi me decía que en el interior de esta habitación, solo encontraría cosas malas, pero al final puse mi mano sobre el picaporte y abri aquellas lujosas puertas, mis ojos fueron observando toda la habitación, al parecer era como el resto de la casa, con aquel aspecto lujoso, pero parece ser que había un pequeño contra tiempo.-Que demonios…- Murmure al ver que en la habitación habían dos camas, para que demonios necesitaba dos camas en mi habitación, pero fue entonces que aquello que mis ojos habían ignorado al entrar en la habitación hizo presencia para mi, mis ojos se pararon sobre la figura de una chica al lado de la cama del dosel, era una de aquellas chicas que la población definiría como hermosas o extremadamente bellas, aunque mi mirada seguía rondando aquel estado de prepotencia, no pude evitar verla desde los pies hasta la cabeza.-Tsk… Quien rayos eres?... Espero que solo estés aquí para traerme alguna cosa…Sino ya puedes ir saliendo..- Murmure con algo de molestia mientras me dirigía hacia la cama sin dosel.
Deje caer mi bolsa al suelo mientras me dirigía a la cama sin dosel, aun seguía preguntándome quien demonios era ella y que hacia aquí, pero al mismo tiempo, simplemente quería ignorarla y dejar pasar el rato hasta que me dijera que hacia aquí, me deje caer sobre la cama de espaldas dejando mi vista mirando al techo, aquella cama era bastante cómoda y la habitación muy grande… Podría llegar a acostumbrarme a vivir en este sitio.
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Re: Habitacion #1
-Lentamente aquel estado de ansiedad y molestia que invadía el cuerpo de la mujer fue desprendiéndose de su cuerpo, para suplirlo por una profunda nostalgia. Su corazón fuerte cual león y tan impenetrable como la coraza de una tortuga o incluso como una enorme roca, ahora se encontraba flaqueando. Cada latido de su corazón, era como una lenta agonía que amenazaba jamás soltar su cuerpo, fuese cual fuese la razón, parecía estar destinada a la perdición. Estaba sola. Aquello era algo cierto. Su padre ya no estaba con ella para hacerla sentir fuerte, para hacerla sentir protegida y su madre, ahora no era más que un simple recuerdo. Una simple imagen de lo que algún día había sido. Una que no se movía, que no hablaba, que jamás volvería a abrazarla. Jamás volvería a aspirar su aroma que se asemejaba tanto a aquellas hermosas rosas que ella misma solía cultivar en el jardín.
Su diestra, se movió de manera de manera lenta y dudosa hacia su neceser, para así, tras rebuscar entre este sacar un pequeño portarretratos en donde la figura de 3 personas en ella, provoco una pequeña y casi imperceptible sonrisa en el rostro de la de cabellera bermeja, todo mientras ahora con su dedo índice, justo por la puntilla de sus dedos, recorría cada centímetro del cristal que resguardaba uno de los pocos recuerdos de aquella hermosa mujer- ¿Por qué nos abandonaste? –Su voz, casi en un hilo de voz, se perdió en la inmensidad de aquella habitación, Confundiéndose sin querer con aquel hermoso trino que las avecillas dedicaban aquella mañana- Te odio…. –Sus grandes orbes añil fueron lentamente cubiertos por sus parpados, mientras unas cuantas lagrimas un tanto traviesas comenzaron a descender por su piel, centímetro a centímetro hasta perderse entre la curvatura de su cuello. ¿Hacia cuanto no lloraba?, no lo sabía….había perdido la cuenta de aquellos meses en los que ante todos había fingido encontrarse feliz y devota hacia su trabajo, dando el todo por el todo a pesar de su corta edad, solo para no pensar en aquellas cosas que tanto le entristecían- REALMENTE TE ODIO! –Aulló zaherida mientras apretaba aquel marco entre sus delgados y finos dedos, antes de con fuerza, tomar un poco de vuelo con sus brazos antes de tirar aquel marco directamente contra la pared.
Al instante el hueco sonido inundo cada rincón de la habitación, seguido por un restallido provocado por aquel vidrio al haberse roto el miles de fragmentos; Aquello era justo el estado de su corazón. Estaba roto, destrozado desde aquel día en que su madre le había abandonado contra su voluntad, en especial al ella haber sido una de las ángeles más hermosas y devotas del cielo. ¿Por qué dios no la había protegido?, ¿Por qué dejarla sufrir de tal modo si aquella criatura era un ser sin malicia?- !LOS ODIO! –La voz quebrada y firme de la rubia parecía ahogada. Ya casi no podía gritar. No tenia las fuerzas suficientes para hacerlo. ¿Por qué tenía que tener un corazón tan débil?, ¿Qué acaso aquella coraza que con tanto fervor se había creado, ahora comenzaba a dejar notar su punto débil?- Eh? –Pasos. Sus tímpanos que naturalmente estaban bastante desarrollados, captaron al poco tiempo unos pasos aproximándose hacia aquella zona, provocando que sus orbes se dilataran y su corazón sufriera un repentino vuelco. ¡Qué había hecho!, por estúpida ahora estaba a punto de ser encontrada llorando.
Con velocidad, sus manos se dirigieron hacia sus pómulos, en donde comenzaron a retirar cada rastro de aquellas secreciones. No obstante, la puerta lentamente comenzó a abrirse, terminando su tiempo para retirar cualquier rastro de llanto, mientras se ponía de pie de la cama y giraba su cuerpo apenas unos centímetros para poder observar desde su posición a la figura recién llegada. Un hombre bastante guapo. De tez bronceada a comparación de la suya, unos ojos fieros y azules como su misma melena. Una estatura bastante notoria al igual que sus bíceps bastante marcados. Aun así, parecía que la lengua del joven se encontraba bastante suelta, o que en su defecto tenía una carente educación hacia una hermosa mujer pues, sin reparo había comenzado a exclamar y cuestionar acerca de su persona y que si ella era ni más ni menos que una mucama; Al instante, una mueca fue visible en sus finas y elegantes facciones, mientras mantenía su espalda erguida y su rostro en alto- Pero que carencia de educación, sin duda tu madre debió de ser alguien que no te enseño sobre modales y etiqueta pues dejas bastante que desear. –Mascullo repentinamente, mientras una sonrisa burlona y prepotente se vislumbraba sobre aquellos labios apenas un poco carnosos- Es una falta de educación confundir a alguien de tan buen índole social, y además exitosa modelo como alguien tan simple e insignificante como una mucama. Sin duda, debieron haberte dejado caer duro cuando eras pequeño para no poder observar una cosa tan simple como esa. –Sus pasos, lentos y pausados, casi como si de una danza se tratara, comenzaron a dirigirse hacia donde se encontraba aquel marco y los millares de piezas de vidrio, para así, tomarlo entre sus manos y suspirar antes de dirigirse hacia su anterior posición- También es de mala educación cuestionar sobre el nombre de tu acompañante cuando ni siquiera has dado el tuyo, claro, ya no me sorprende viniendo de ti así que, cumpliré tu deseo y diré el nombre de tan hermosa princesa. –Tras volver a sonreír, esta vez de manera más amplia ante la referencia, casi como si se regocijara con cada palabra que le dedicara al joven continuo-
Sena Camille Kashiwazaki Leblanc, Modelo internacional –Respondió altaneramente antes de ladear un poco su cabeza hacia un costado, provocando que aquellos largos mechones dorados, se movieran al compas que la mujer citaba- ¿Tu nombre, cual es?
Su diestra, se movió de manera de manera lenta y dudosa hacia su neceser, para así, tras rebuscar entre este sacar un pequeño portarretratos en donde la figura de 3 personas en ella, provoco una pequeña y casi imperceptible sonrisa en el rostro de la de cabellera bermeja, todo mientras ahora con su dedo índice, justo por la puntilla de sus dedos, recorría cada centímetro del cristal que resguardaba uno de los pocos recuerdos de aquella hermosa mujer- ¿Por qué nos abandonaste? –Su voz, casi en un hilo de voz, se perdió en la inmensidad de aquella habitación, Confundiéndose sin querer con aquel hermoso trino que las avecillas dedicaban aquella mañana- Te odio…. –Sus grandes orbes añil fueron lentamente cubiertos por sus parpados, mientras unas cuantas lagrimas un tanto traviesas comenzaron a descender por su piel, centímetro a centímetro hasta perderse entre la curvatura de su cuello. ¿Hacia cuanto no lloraba?, no lo sabía….había perdido la cuenta de aquellos meses en los que ante todos había fingido encontrarse feliz y devota hacia su trabajo, dando el todo por el todo a pesar de su corta edad, solo para no pensar en aquellas cosas que tanto le entristecían- REALMENTE TE ODIO! –Aulló zaherida mientras apretaba aquel marco entre sus delgados y finos dedos, antes de con fuerza, tomar un poco de vuelo con sus brazos antes de tirar aquel marco directamente contra la pared.
Al instante el hueco sonido inundo cada rincón de la habitación, seguido por un restallido provocado por aquel vidrio al haberse roto el miles de fragmentos; Aquello era justo el estado de su corazón. Estaba roto, destrozado desde aquel día en que su madre le había abandonado contra su voluntad, en especial al ella haber sido una de las ángeles más hermosas y devotas del cielo. ¿Por qué dios no la había protegido?, ¿Por qué dejarla sufrir de tal modo si aquella criatura era un ser sin malicia?- !LOS ODIO! –La voz quebrada y firme de la rubia parecía ahogada. Ya casi no podía gritar. No tenia las fuerzas suficientes para hacerlo. ¿Por qué tenía que tener un corazón tan débil?, ¿Qué acaso aquella coraza que con tanto fervor se había creado, ahora comenzaba a dejar notar su punto débil?- Eh? –Pasos. Sus tímpanos que naturalmente estaban bastante desarrollados, captaron al poco tiempo unos pasos aproximándose hacia aquella zona, provocando que sus orbes se dilataran y su corazón sufriera un repentino vuelco. ¡Qué había hecho!, por estúpida ahora estaba a punto de ser encontrada llorando.
Con velocidad, sus manos se dirigieron hacia sus pómulos, en donde comenzaron a retirar cada rastro de aquellas secreciones. No obstante, la puerta lentamente comenzó a abrirse, terminando su tiempo para retirar cualquier rastro de llanto, mientras se ponía de pie de la cama y giraba su cuerpo apenas unos centímetros para poder observar desde su posición a la figura recién llegada. Un hombre bastante guapo. De tez bronceada a comparación de la suya, unos ojos fieros y azules como su misma melena. Una estatura bastante notoria al igual que sus bíceps bastante marcados. Aun así, parecía que la lengua del joven se encontraba bastante suelta, o que en su defecto tenía una carente educación hacia una hermosa mujer pues, sin reparo había comenzado a exclamar y cuestionar acerca de su persona y que si ella era ni más ni menos que una mucama; Al instante, una mueca fue visible en sus finas y elegantes facciones, mientras mantenía su espalda erguida y su rostro en alto- Pero que carencia de educación, sin duda tu madre debió de ser alguien que no te enseño sobre modales y etiqueta pues dejas bastante que desear. –Mascullo repentinamente, mientras una sonrisa burlona y prepotente se vislumbraba sobre aquellos labios apenas un poco carnosos- Es una falta de educación confundir a alguien de tan buen índole social, y además exitosa modelo como alguien tan simple e insignificante como una mucama. Sin duda, debieron haberte dejado caer duro cuando eras pequeño para no poder observar una cosa tan simple como esa. –Sus pasos, lentos y pausados, casi como si de una danza se tratara, comenzaron a dirigirse hacia donde se encontraba aquel marco y los millares de piezas de vidrio, para así, tomarlo entre sus manos y suspirar antes de dirigirse hacia su anterior posición- También es de mala educación cuestionar sobre el nombre de tu acompañante cuando ni siquiera has dado el tuyo, claro, ya no me sorprende viniendo de ti así que, cumpliré tu deseo y diré el nombre de tan hermosa princesa. –Tras volver a sonreír, esta vez de manera más amplia ante la referencia, casi como si se regocijara con cada palabra que le dedicara al joven continuo-
Sena Camille Kashiwazaki Leblanc, Modelo internacional –Respondió altaneramente antes de ladear un poco su cabeza hacia un costado, provocando que aquellos largos mechones dorados, se movieran al compas que la mujer citaba- ¿Tu nombre, cual es?
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Re: Habitacion #1
Estaba tumbado en la cama de la habitación con la vista centrada en el techo de esta pasando por alto la presencia de la chica, seguía inmerso en mis pensamientos cuando la voz de la chica hizo presencia en la habitación, a diferencia de mi voz como era de esperar, la de ella era como mas dulce y fina. Pero aquella voz solo escupía palabras mencionando mi educación, luego se refirió a mi madre, a medida que hablaba sonaba como una chiquilla a la cual se la podía ofender con facilidad, ni me moleste en dirigirle la mirada mientras la dejaba hablar tanto como le plazca, ninguna intención tenia en interrumpirla, quien sabe, quizá me llegaba a sorprender.
Si, realmente se la podía notar ofendida por sus palabras, volvió a hacer acto de presencia en su charla mi gran y buena educación, me estaba comenzando a cansar ya de escucharla, que mas me daba a mi que ella fuera una prestigiosa modelo o si era incluso la mismísima emperadora del mundo, me incorpore quedando sentado en el borde de la cama observándola de nuevo, no sabia que la gente con tanta belleza pudiera hablar de esa manera, era bastante divertido ver lo que había logrado con solo confundirla con una mucama. Luego fue a buscar un objeto de vidrio para tenerse entretenida quizá, al parecer aun no había terminado de hablar, y eso que yo solamente le había preguntado quien era… Tampoco había pedido una narración de seis años, pero por fin, iba a obtener el nombre de aquella que se autodenominaba “princesa” –Sena Kashiwazaki?... Ese nombre me suena…- Aunque no solía interesarme en la vida de los demás, quiera o no, alguna vez había escuchado nombres conocidos y ese era uno, una modelo bastante conocida en ese mundo.
Compartía habitación con una famosa… Yuhu… Ni siquiera dios podía imaginarse que feliz me hacia eso “sarcasmo” me pare separándome de mi cama y mostrando una gran sonrisa arrogante mientras la miraba con una mirada muy… Lujuriosa se podría decir, pero todo fingido, entonces con apenas unos pasos, me coloque justo delante de ella, a escasos 5 centímetros de ella y yo, aunque yo era bastante mas alto que ella.
Me incline ligeramente acercando mi rostro al suyo de frente, pero desvié el rumbo un poco para colocar mis labios al lado de su oreja.-Puedes llamarme Kami-sama si lo deseas pequeña… un placer- Dije realmente arrogante, pero sonando lo mas convincente posible, ahora retrocedí un par de pasos dejando espacio entre ella y yo de nuevo.
Me cruce de brazos mientras ladeaba un poco la cabeza hacia la izquierda mientras mostraba aquella sonrisa arrogante, de pronto comencé a reírme sin parar, no podía aguantar mas el simple echo de compararme con el mismo dios en persona, pero claro, mas guapo y con mucho mas estilo que ese hombre, negué un par de veces moviendo mi cabeza de un lado a otro.-Bromeaba… No tengo ningún interés en ser ese desgracia… Da igual…- Realmente hablaba con bastante descaro de dios, poco a poco mi risa fue parando y deje caer mis brazos y coloque mi diestra en mi cintura.-Aomine… Aomine Daiki es mi nombre… y mentía, no es ningún placer- Di la vuelta volviendo a darle la espalda a la chica y deje suelta la mano que tenia puesta en la cintura, me agache para tomar mi bolsa y dejarla sobre la cama, volví a sentarme en el borde de la cama y me la quede mirando fijamente.-Parece ser… Que nos tendremos que soportar… O al menos intentarlo- Me veía bastante serio ahora, y a la vez molesto por tener que compartir mi estancia con ella.
Si, realmente se la podía notar ofendida por sus palabras, volvió a hacer acto de presencia en su charla mi gran y buena educación, me estaba comenzando a cansar ya de escucharla, que mas me daba a mi que ella fuera una prestigiosa modelo o si era incluso la mismísima emperadora del mundo, me incorpore quedando sentado en el borde de la cama observándola de nuevo, no sabia que la gente con tanta belleza pudiera hablar de esa manera, era bastante divertido ver lo que había logrado con solo confundirla con una mucama. Luego fue a buscar un objeto de vidrio para tenerse entretenida quizá, al parecer aun no había terminado de hablar, y eso que yo solamente le había preguntado quien era… Tampoco había pedido una narración de seis años, pero por fin, iba a obtener el nombre de aquella que se autodenominaba “princesa” –Sena Kashiwazaki?... Ese nombre me suena…- Aunque no solía interesarme en la vida de los demás, quiera o no, alguna vez había escuchado nombres conocidos y ese era uno, una modelo bastante conocida en ese mundo.
Compartía habitación con una famosa… Yuhu… Ni siquiera dios podía imaginarse que feliz me hacia eso “sarcasmo” me pare separándome de mi cama y mostrando una gran sonrisa arrogante mientras la miraba con una mirada muy… Lujuriosa se podría decir, pero todo fingido, entonces con apenas unos pasos, me coloque justo delante de ella, a escasos 5 centímetros de ella y yo, aunque yo era bastante mas alto que ella.
Me incline ligeramente acercando mi rostro al suyo de frente, pero desvié el rumbo un poco para colocar mis labios al lado de su oreja.-Puedes llamarme Kami-sama si lo deseas pequeña… un placer- Dije realmente arrogante, pero sonando lo mas convincente posible, ahora retrocedí un par de pasos dejando espacio entre ella y yo de nuevo.
Me cruce de brazos mientras ladeaba un poco la cabeza hacia la izquierda mientras mostraba aquella sonrisa arrogante, de pronto comencé a reírme sin parar, no podía aguantar mas el simple echo de compararme con el mismo dios en persona, pero claro, mas guapo y con mucho mas estilo que ese hombre, negué un par de veces moviendo mi cabeza de un lado a otro.-Bromeaba… No tengo ningún interés en ser ese desgracia… Da igual…- Realmente hablaba con bastante descaro de dios, poco a poco mi risa fue parando y deje caer mis brazos y coloque mi diestra en mi cintura.-Aomine… Aomine Daiki es mi nombre… y mentía, no es ningún placer- Di la vuelta volviendo a darle la espalda a la chica y deje suelta la mano que tenia puesta en la cintura, me agache para tomar mi bolsa y dejarla sobre la cama, volví a sentarme en el borde de la cama y me la quede mirando fijamente.-Parece ser… Que nos tendremos que soportar… O al menos intentarlo- Me veía bastante serio ahora, y a la vez molesto por tener que compartir mi estancia con ella.
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