♣Música al compás del viento || Prov.

♣ Music with the wind ♣

El frío clima del lugar hizo que se estremeciera durante segundos antes de sonreír con alegría y total normalidad. Ese clima podía ser denominado frío, aunque podía decir con seguridad que no tanto como el que había en su reino, de hecho, siquiera podía llegar a igualarlo, siquiera era un cuarto del frío que permanentemente golpeaba el reino de Adler, y mucho menos se podía decir que era la mitad... ¡El frío que había vivido en ese mundo era seco, tanto que podía congelar los ríos más grandes! Sus pasos subieron tranquilamente los escalones que llevaban al templo, resonando en la fría piedra como si no fuera más que el "tap, tap" de algún fantasma sin descanso. Aun así, era ilógico que un fantasma sin descanso se encontrara cerca de un templo, pero al fin y al cabo, Erika no era ningún fantasma, solo una muchacha de carne y huesos... y plumas, pero eso era otra cuestión.

Cada paso resultaba ser una sorpresa para ella. Alguien que rara vez había salido de aquél congelado clima desconocía los pájaros que volaban y la acompañaban en aquel paseo que ella misma había empezado por curiosidad pura. Chikage, su mascota simplemente caminaba a su lado en la parte donde solo tierra y hierba existía, al parecer, le era complicado el subir escalera por escalera al ser invertebrado, aun así, Erika no se preocupó pues sabía que aquel ser albino era completamente capaz de cuidar de si mismo, aunque fuera solo un niño aún. La sonrisa de los labios de la castaña no desapareció en ningún momento mientras seguía hacia el frente, su cabello ondeaba al compás del viento y aun así en ningún momento había llegado a molestarle el soplar de la brisa. Lentamente los pilares que daban la bienvenida al templo se empezaron a ver a distancia. ¿Realmente estaba bien que un ángel caído se acercara a un templo? Eso no tenía como saberlo, aunque nunca odió el cielo, aunque si a si misma por lo pasado.

Erika paró sus pasos una vez pasada la línea que creaban los pilares, abrió suavemente sus labios junto a sus ojos al ver las flores que a un lado y otro se movían por la bisa. Un hermoso y casi mágico lugar, uno donde por ley no debería de acercarse... aun así... Chikage paró, levantando su cabeza para ver a su ama, siseó en cuanto notó que la sonrisa había dejado ya sus labios, llamando así su atención. La castaña bajó la mirada y quizás por el tiempo pasado junto a esa criatura entendió cual era su deseo. Sonrió con suavidad y extendió la mano hacia él. —Como desee, mi señor.— La serpiente subió por la mano de la muchacha mientras ella caminaba hacia el frente y le dejaba sobre una pequeña banca. Erika caminó hacia el frente, sin pisar las flores que tan bonito espectáculo formaban. Juntó ambas manos a su pecho antes de comenzar a cantar una de las canciones preferidas de su mascota.

Como si fuera un hechizo el viento comenzó a soplar, aunque Erika siguió con su canción, haciendo caso omiso al viento que aparentemente deseaba juntarse con su canción, ser uno. Incluso las flores empezaron a desprender sus pétalos junto al viento dejándolos volar hacia el frente, en dirección a la academia.