Do we threw a few drinks? {Priv. Yoshino Yukie}

- ¿En serio, tio? No seas cabrón y déjame pasar.- Jake intentaba convencer al portero de la discoteca para que le dejara entrar pero le costaba horrores conseguirlo.

- No me gusta las impertinencias de ningún humano.- El portero mediría unos dos metros diez, suficiente para que Jake pensara que aquel tipo fuera un gigante. El grandullón  ni se inmuto, no dejaría pasar a Jake por nada del mundo.

- Trabajo para el instituto, soy cantante... te lo suplico, déjame entrar, necesito, con urgencia, un trago...- El peligris detestaba rogar, nunca antes lo había echo y ahora debía soportar la sonrisa superior de un estúpido con cerebro de guisante.

Rogar fue suficiente para que la mole le permitiera entrar por fin al bar, pero tardaría unas tres copas de ron el olvidar el asunto. Jake se introdujo en el interior del bar,  allí habían unos pocos alumnos universitarios y algún que otro profesor tomando unas copas. Jake esperaba poder tomarse unas copas sin más peleas, ni soportar la estupidez de la gente. A lo largo del día había soportado alumnos usando a sus mascotas para asustarle, profesores que se reían de su raza y baja capacidad intelectual y algún otro empleado, divertido por la situación de Jake.

El peligris avanzó por la sala hasta alcanzar la barra del bar, consiguiendo hacerse con uno de los taburetes negros. Soltó un sonoro suspiro de agotamiento, le dolía la garganta de cantar y esperaba que nadie le pidiera una canción. El camarero se acercó a Jake mientras limpiaba un vaso de cristal, la tipica escena del bar.

- ¿Qué se te ofrece? - El camarero miró a Jake detenidamente, con solo un vistazo ya sabía que Jake era humano.

- Dame un botella de ron miel y un vaso, luego lárgate y deja de mirarme como un bicho de feria.- Jake estaba hasta las narices de soportar las miradas acusadoras de la gente que le rodeaba.

El camarero asintió al ver un billete en las manos de Jake, quizás parte del misero sueldo que cobraban los humanos. Minutos después, Jake, disfrutaba de una botella de ron miel y sus cigarros arcoiris. Sirvió el ron en el vaso casi al tope, depositando la botella en la barra a la espera de ser utilizado de nuevo. Solamente faltaba su cigarro para convertir una mala noche, en una más alegre. Prendió el cigarro que sostenía con sus labios y tomo una calada profunda para posteriormente soltar el humo de colores.

- Joder... así estoy de fucking madre.- Con una mano sostenía el cigarro y con la otra el vaso de ron del que bebía cada dos minutos exactos.