Let's go, Wild!~ {Priv. Tsukiko}

por **Mari** Jue Jul 18, 2013 12:30 pm

Tal mañana había comenzado de manera bastante desagradable, si le preguntaban a ella... su alarma de despertador no había funcionado en aquel momento… y en el instante en el que abrió sus ojos, se encontró con la desagradable figura de su reloj marcando las nueve y media de la mañana… ¿El problema? La clase de aquel día comenzaba a las ocho de la mañana, y si se demoraba lo suficiente, podría llegar a la segunda hora pedagógica, cosa que probablemente le causaría problemas a la adulta. Bostezó profundamente, llevando su mano diestra a su boca y elevó su otra extremidad en su cama, estirándose conforme intentaba alejar el sueño de ella.

Un tanto adormilada aún, miró hacia los lados, sin encontrarse siquiera con su compañera de habitación, probablemente se habría ido así de la nada, sin siquiera intentarle ayudar por la mañana.... esa princesa... se levantó de su cama, tomando su bolso con las ropas de educación física, y simplemente dejando ésta así, desordenada y abierta… ya se encargaría ella o la servidumbre de lugar de aquel tipo de trabajos, su objetivo en aquel instante era claro: Llegar a clases.

La clase fijada en su horario de aquel instante era la de educación física, aunque claro, la escuela no permitía el utilizar las ropas deportivas en los horarios de clase, quizá por meros motivos burocráticos del establecimiento, un tanto hastiada y aún dormida, se calzó sus ropas de la escuela, la blusa le quedaba un tanto ajustada a la altura del busto, aunque no era lo suficientemente apretada como para aprisionarle aquella zona de buenas a primeras, sus pantalones le quedaban a la perfección, dejando bastante a la imaginación a la altura de sus piernas y su zona posterior.

Acelerada, golpeó la puerta de su habitación en un fuerte empujón, haciendo que aquel golpe resonase en todo el piso, probablemente causando el desagrado de sus compañeros de piso. Si bien no era la clase de persona que corriese por algo tan insulso como llegar a clases, aquello era una buena excusa para recorrer la escuela a paso rápido, sorteando absolutamente todo obstáculos {Fuese este persona u objeto} Saltó un par de barras por encima, aunque el hecho de llevar pantalones hizo que nada de ella pudiese revelarse en aquel gesto.

Llegó después de un rato al salón de vestidores, con su bolso en sus brazos, dejó este en el suelo… Al menos, en aquel instante, se encontraba en el paraíso. Los salones vestidores eran estrictamente del mismo sexo, cosa que se le hacía bastante apropiado y sensato de parte de la escuela… principalmente porque con aquello la chica tenía el privilegio de mirar los cuerpos de otras chicas, tanto de su propio curso como del curso menor que había a un par de pasos. Los cuerpos de las mujeres de Jikan eran de todo tipo, desde chicas esbeltas, con una proporción exquisita, hasta mujeres exuberantes, exquisitas todas para su propio gusto, ciertamente era un tanto incómodo incluso para ella el tener que concurrir con otras mujeres de aquel calibre en tales situaciones, puesto que, de una forma u otra, su nariz comenzaba a sufrir hemorragias producto del ardor que le provocaban las demás mujeres. Intentando cubrir este gesto, tomó una toalla roja de las propias, llevándose la a la nariz, una de las pocas chicas que conocía de su clase le preguntó que es lo que le ocurría, solo para recibir una negativa de parte de hawke con el argumento de "Estoy bien, solo es que me he hecho una pequeña herida", sus compañeras comenzaron a rodearle, varias preocupadas por aquel hecho o simplemente por mera curiosidad.. El estar rodeada de tantas chicas semidesnudas en un lugar público, no hizo sino que acrescentar su calor corporal, un tanto sofocada, intentó caminar por entre medio de ellas, alejándose del resto de las chicas en un gesto por mantener su autocontrol y no hacer algo estúpido, porque había que reconocerlo, Hawke era una depredadora bastante ávida, y poco y nada podía controlarse con una chica, menos lo haría con un conjunto de chicas inocentes de la situación, aún con sus ropas puestas caminó en dirección hacia un costado del baño, esta vez sintiendose un poco más a gusto, solo para chocar contra un delicado cuerpecito, miró hacia abajo, sin entender del todo la situación, encontrándose con una chica de cabellos negros en frente de sí misma.