Ser distraida y torpe no es una muy buena combinacion.. {Priv.}

Ya habían pasado unos cuantos días desde su llegada a aquel particular instituto y aun así no podía acostumbrarse a lo grande y hermoso que era. La forma que tenia, los paisajes, las personas que lo rodeaban... todo era fantástico. Era definitivamente un mundo nuevo para ella... otro mundo por explorar, y sinceramente eso le emocionaba.. ¿A quien no? Aprender nuevas cosas sobre las personas, las distintas razas que aun no conocía, sus costumbres... ¡Todo! Estaba mas que feliz por haber recibido esta misteriosa carta, y se podía notar perfectamente en su rostro. Una sonrisa de oreja a oreja cruzaba sus facciones mientras caminaba por los grandes y extensos pasillos del establecimientos mientras admiraba una y otra vez el paisaje que se podía ver desde las grandes ventanas de este, sin cansarse en ningún momento y posiblemente pasaría mucho tiempo para que se aburriera de estos.

-¿No es fantástico este lugar Nyx? -Pregunto animadamente mientras bajaba la vista hacia su mascota, que se encontraba escondida en su bolso y que al escuchar su nombre saco su cabeza, mirándola y moviendo sus grandes orejas a modo de respuesta. Mio sonrió, volviendo su vista al frente para no chocar con ningún alumno ya que, con lo torpe que era, posiblemente chocaría. Desde que vio a Nyx la primera vez que se la entregaron supo que su relación seria perfecta.. Y de hecho lo era. Nyx era muy obediente y había aprendido al instante su nombre y casi no le causaba problemas aunque, como aun era un bebe, era obvio que causara pequeñas travesuras en su habitación o con algunos chicos que querían hablar con ella y aunque le regañara aun así seguía haciéndolo, aunque también la culpa la tenia ella por no poder estar enojada con su pequeño zorro por mucho tiempo.. "¿Y como no hacerlo? ¡Si es una monada!" Pensó sonriendo, teniendo pensado en dirigirse a su habitación para terminar rápidamente una de las tareas que le había dado el profesor.

Pero entonces vio una puerta que nunca antes había visto desde su llegada, deteniéndose para quedársela mirando unos segundos antes de acercarse, presa de la curiosidad "¿A donde llevara esta puerta?" Se pregunto mentalmente antes de detenerse unos cuantos pasos antes, leyendo un pequeño letrero que tenia la puerta que decía "Sala Común". Su cabeza se movió ligeramente a un lado mientras pensaba que tendría esa habitación en su interior "Bueno, supongo que un pequeño vistazo no le hará daño a nadie.." Se dijo, tomando lentamente la manilla de la puerta y moviendola para abrir de esta misma manera la puerta, asomando apenas su rostro por el pequeño espacio que había.

-Hola....? -Pregunto despacio, asomándose un poco mas temerosa de que estuviese entrando en un lugar prohibido o algo así. Pero lo que vio le dejo impresionada, obligandola a entrar completamente en la habitación. Un estilo completamente nuevo se abría ante sus ojos.. Una gran habitación adornada a la antigua que poseía mas de 4 sofás y pequeñas mesas con revistas de la actualidad para que la gente las leyera en su tiempo libre, aunque el lugar parecía mas un centro de reuniones para los alumnos que un lugar para relajarse- ¡Wooow! ¡Que lugar mas lindo! -Exclamo con una gran sonrisa en su rostro mientras dirigía su vista hacia el techo donde colgaban grandes lamparas que no estaban prendidas porque el día afuera estaba perfecto y por eso en el lugar no había nadie. Embobada aun por la vista que tenia siguió mirando el techo y esas lamparas tan hermosas hasta que sin siguiera darse cuenta choco con una pequeña mesilla donde había un jarro con flores, botándolo y por lo tanto haciéndolo añicos en el suelo, manchando y dejando pequeños trozos de vidrio en la aparentemente lujosa alfombra roja. El impacto del vidrio contra el suelo le saco un leve grito a Mio y el sobresalto de Nyx, que asomo su cabeza por el bolso para ver lo que había pasado- Ay no... -Soltó con tono lastimero al ver lo que había causado, agachándose para recoger con cuidado los pedazos de lo que quedaba del jarro- Que voy a hacer, que voy a hacer... -Se repetía una y otra vez nerviosa, esperando arreglar el desastre que había causado y que nadie notara la diferencia. Por distraída y torpe se había metido en un gran problema..

De nuevo, me sentía con pocas ganas de ir a clases, y lo que era peor: tener que buscar la sombra de un árbol donde sentarse, y más teniendo en cuenta que otros alumnos se habían ido corriendo a coger sitio, ya que no es que hubiera muchos árboles por el interior de la academia.
-Tengo sueño. Quizá debería volver a la habitación... -bostecé con fuerza, abriendo de par en par la boca y colocando la mano delante, y entonces me encuentro con una puerta, con un letrero encima que ponía: ''Sala Común''.
-Ya he encontrado mi cuarto. -pensé en voz alta mientras pasaba y sonreía, al ver que, con suerte, no había nadie en la sala, lo cual me facilitó el poder ir a uno de los sofás y acostarme, para seguidamente quedarme dormido.

Media hora más tarde, escucho de repente romperse algo y abro los ojos, encontrándome a una chica de cabello largo y morado llevado en dos coletas muy largas, las cuales me quedo observando hasta que, en las manos de la chica, observo que sostiene varios trozos de un jarrón que intenta reconstruir poco a poco.
-Oye, ¿que estás haciendo? -le pregunté a la chica, sin moverme aún del sofá, para estar seguro de mis sospechas.

Cuando la chica se sorprendió al escucharme hablar, no me dí cuenta de que ella posiblemente no me viera, ya que el sofá en el que dormía estaba alejado de la puerta, dándole la espalda.
-Bueno, lo hecho, hecho está. -pensaba mientras dejaba que la chica se tranquilizara.

Mientras Nyx salia de su bolso para inspeccionar el desastre con cuidado Mio seguía recogiendo los pedazos negando una y otra vez con su cabeza "Ay no, ay no... ¿Que me van a hacer? ¿Me castigaran? ¿Tendré que pagarlo? ¿Que voy a hacer?" Se preguntaba mentalmente, pensando en cual seria la reacción de los mayores por su pequeño accidente y si seria tan grave para ellos, pero lo que si estaba segura es que ni el jarro ni la alfombra, que estaba empapada, serian objetos de mala calidad, ademas que en esta ultima no solo había agua si no también un gran ramo de hermosas rosas que estaban casi destrozadas por el impacto. La pelimorada soltó un leve gemido lastimero ante su mala suerte, terminando por juntar los pedazos del jarro encima de la mesilla para que la alfombra no tuviese ningún pequeño pedacito que en el futuro pudiese causar algún accidente, solo que cuando estaba dejando un gran pedazo bastante afilado una voz masculina salio de la nada, haciendo que se sobresaltase y que terminara provocándose un leve corte en el dedo indice, pero su atención estaba tan centrada en la persona que le había descubierto en la escena del crimen que no se dio cuenta de esto.

-¡L-lo siento! Fue s-solo un accidente.. n-no fue mi intención, de verdad.. y-yo.. estaba distraída y.. -Comenzó a balbucear nerviosa mientras se levantaba rápidamente y se daba la vuelta para mirar a la persona que le había descubierto, pero sus palabras quedaron en el aire cuando descubrió que no había nadie en la habitación. Se quedo unos momentos con cara de interrogación, pensando si su cabeza le había jugado una mala pasada cuando sintió la punzada de dolor en su dedo, quejándose levemente y mirando el corte antes de llevarse el dedo a la boca- Genial, también me he cortado.. -Hizo un puchero y se volteo para seguir recogiendo los pequeños pedazos del jarro que quedaban, mas el gruñido de su fiel mascota le alerto, llevando su mirada al sofa mas alejado donde se encontraba un chico acostado y el que posiblemente había hablado- Etto...

No supo que decir, su mente se había quedado en blanco y simplemente bajo la mirada como un niño que había sido descubierto por hacer travesura y ahora seria regañado por sus padres. Solo esperaba que el regaño que posiblemente se llevaría no fue tan grave.

Me levanté lentamente y me acerqué a la chica para luego cogerle el dedo que le sangraba y meterlo en mi boca para empezar a lamer la sangre. Unos segundos después, cuando noté que ya no salía más sangre, saqué su dedo de mi boca.
-Tranquila, no te creas que voy a decirte algo por romper ese jarrón. Cualquiera lo habría roto sin darse cuenta. -le digo para intentar tranquilizarla mientras me dirijo a una silla a sentarme, en frente suya.
-En vez de intentar montarlo de nuevo, será mejor que lo tires. Te será más fácil. -le recomendé después de echarle un vistazo rápido al jarrón y ver que se le notaban algunas grietas.

Después de recomendarle qué hacer, bajé la vista hacia el zorro que tenía bajo mis pies, el cual me miraba con curiosidad, al igual que hacía yo con él.
-Bonita mascota. Por tener un zorro, debo suponer que tu también perteneces a la casa Nymphar. -le comenté, volviendo la vista hacia la chica, dándome cuenta de que la puerta continuaba abierta y yo me acerqué sin prisas hacia esta para cerrarla.
-Será mejor cerrarla, no vaya a ser que alguien vea el jarrón. -le sugerí mientras me volvía de nuevo hacia ella, parándome un poco lejos suya.

Solo había que esperar que pasara lo inevitable: El chico acercándose a ella furioso por lo que había hecho, regañandole y diciéndole que le avisaría a alguna persona de autoridad del lugar para que le dieran su merecido castigo, y ella simplemente se quedaría callada y obedecería para no arruinar mas su problema. Eso era la escena que pasaba en su cabeza mientras esperaba la reacción del muchacho, mordiéndose levemente el labio inferior ¿Estaba arrepentida? Mas que nunca, y lo peor de todo es que ya había tenido incidentes parecidos y sabia a la perfección que era una persona bastante torpe, mas aun asi todavía no podía aprender de aquello. Miro de reojo al chico como se levantaba del sofá y se acercaba a ella a paso lento, haciendo la espera mas tortuosa, y a cada paso que el daba parecía como si la pelimorada se encogiese en su lugar, esperando lo peor. Pero, para su sorpresa, las cosas sucedieron de un modo muy distinto dejándola confundida y desconcertada. Su mano herida fue tomada por el desconocido chico, haciendo que su mirada se levantara con un poco de temor y confusión hasta el rostro del contrario para luego abrir los ojos sorprendida al ver como se llevaba el dedo donde se había hecho el corte a su boca, lamiendo la herida en su interior. Inexplicablemente sus mejillas se tiñeron de rojo y se quedo inmóvil hasta que su dedo y mano fueron liberadas, procesando rápidamente la escena que se acababa de producir sin encontrarle sentido alguno.

-A-ah b-bueno.. s-si.. yo p-pensé q-que.. e-ehmm.. -Volvió a balbucear sin poder formular una frase coherente ya que aun estaba impactada por su reacción y por lo que había hecho. Prefirió cerrar la boca antes de seguir haciendo el ridículo y siguió al chico con la mirada, desviándola hacia los trozos del jarrón que había dejado encima de la mesilla cuando el contrario los menciono y soltando una leve risa nerviosa, aun tensa por su pequeño accidente- No trataba de m-montarlo, mas bien estaba recogiendo los pedazos q-que quedaban en la alfombra.. -Respondió jugueteando con un mechón de su cabello para distraerse "Relájate, relájate, no ha sido para tanto" Se dijo mentalmente, esperando que esto lograra tranquilizarle.

Finalmente, cuando la atención del chico se desvió hacia Nyx quien lo mirada entre curiosidad y desconfianza Mio pudo soltar un largo suspiro, soltando toda la tensión acumulada y pudiendo al fin sonreír levemente ante el alago de su mascota. No había ninguna persona que pudiese resistirse a la ternura de Nyx aunque esta fuera arisca e incluso malvada con algunas personas, pero solamente lo hacia por desconfianza.. en el fondo era todo un amor.

-Gracias, y como ha dicho pertenezco a la cada de Nymphart al igual que usted por sus palabras y por usar el típico color azul en su uniforme -Comento mucho mas calmada mientras se agachaba al ver que su mascota terminaba por darle la espalda al chico y acercarse a ella, tomándola en brazos y besandole la punta de la nariz antes de depositarla nuevamente en su bolso, donde se acomodo en su interior terminando por desaparecer de la vista de ambos. Una vez que se aseguro que Nyx estuviese bien volvió a mirar al contrario, justo en el momento cuando cerraba la puerta de la sala común y comenzaba a hablarle, haciendo que se acordara nuevamente del jarrón- Creo que de todas formas se darán cuenta.. Aunque aprecio su apoyo, y que no me haya regañado como tenia pensado en un principio -Se encogió de hombros con timidez mientras volvía a agacharse para recoger lo que quedaba del ramo de rosas con la intención de botarlo, haciendo una leve mueca "Que lastima.." Pensó, acariciando la única rosa que se había salvado del impacto-

-Entonces, ¿preferirías que te echara una bronca? -le pregunté cuando me contó que mis intenciones al principio parecían de querer echarle una bronca por romper aquél jarrón y sonreí.
-Aunque fuera así, simplemente soy un estudiante: no me sirve de nada darte una bronca. -le expliqué, para intentar relajar el ambiente, mientras ella cogía a su mascota y la posaba lentamente en su bolso, desapareciendo de golpe.
-Y dime: ¿cómo te llamas? -le pregunté, tras haber un pequeño tiempo de silencio, en el que ninguno dijo nada.
-Mi nombre es Trafalgar Law, pertenezco a la casa Nymphart y estoy en segundo curso. -me presenté primero por educación a la vez que hacía una pequeña reverencia frente a la chica.

Después de que me contestara, la puerta comenzó a abrirse lentamente y, al volverme, sonrío al encontrarme con Kario, quién cierra la puerta después de entrar y trepa por mi pierna hasta llenar a mi hombro.
-Este es Kario, mi mascota. -lo presenté mientras subía hasta mi cabeza y, de repente, pegara un gran salto hacia la chica para que lo cogiera en brazos.
-Como ves, es bastante cariñoso. -le comento con una pequeña risotada a la vez que Kario miraba a los ojos de la chica mientras movía la cola.

Miré el reloj y aún vi que era temprano, así que invité a la chica a sentarnos mientras me dirigía a un pequeño mueble del que saqué unas pequeñas bolsas de té y lo preparé para luego servirlo en dos pequeñas tazas, dándole una a la chica.

Volvió a sentirse mal por el jarrón que había roto mientras miraba la rosa que se había salvado intacta de la caída, mientras que las otras les faltaba gran parte de sus pétalos los cuales se encontraban esparcidos por el suelo. Soltó un nuevo suspiro "Si que tengo mala suerte" Pensó un poco desanimada mientras caminaba hasta un pequeño basurero que había ahí, dudando cuando llego a este con el ramo de rosas destruido. No quería botarlas, le daba pena botar algo tan lindo aunque no estuviese en las mejores condiciones pero.. ¿Que mas podía hacer? Aunque no le gustase lo tendría que hacer.. y si no lo hacia ella no haría otra persona sin dudarlo. Pero antes de botar todo el ramo retiro la rosa intacta y lo demás lo boto, haciendo una mueca de disgusto "Pobres... Y todo por mi culpa" No puede evitar pensar en ello cuando la voz del otro le saca de sus pensamientos, haciendo que se diera la vuelta rápidamente mientras que negaba con sus manos, un poco nerviosa.. ¿Si acaso prefería eso? ¡Ni muerta! Odiaba ser regañada y aun mas cuando se enojaban con ella.

- ¡NO! -Dice demasiado rápido y aumentando un poco su voz, haciendo que se avergüence y que se pusiera un poco mas nerviosa- Digo.. ¡C-claro que no! -Repite esta vez en un tono mas moderado, haciendo un leve puchero- No creo que a nadie le guste que le echen una bronca, ademas.. no ha sido mi intención, yo solo estaba caminando mirando este lindo lugar y... choque con la mesilla y bueno, ya sabes lo que paso.. -Desvió la mirada aun avergonzada. Lo peor de todo es que le habían visto tratando de arreglar torpemente su problema. Al escuchar lo ultimo se encogió de hombros, recordando una vez que se había topado con la escena de un alumno regañando muy enojado a otro, este ultimo mas asustado que nunca. Se estremeció- No lo se.. Al parecer hay algunos que les encanta hacer aquello a pesar de todo -Comento en voz baja jugueteando nerviosa con su cabello, un gesto común en ella al igual cuando se mordía el labio.

Hubo un momento de silencio que agradeció internamente, aprovechándolo para poder tranquilizarse y manteniéndose ocupada recogiendo los pétalos que estaban en la alfombra, aunque estas al contrario del ramo, no las boto si no que las mantuvo en sus manos mientras caminaba hacia la ventana y la abrió, para luego sacar sus manos y que el viento se llevara los pétalos de rosas, que revolotearon en el aire hasta que estas se alejaron y se perdieron en algún lado del patio. Sonrió al ver el pequeño espectáculo y se volteo justo en el momento en que el chico le pregunto su nombre para a los pocos segundos presentarse el mismo haciendo una leve reverencia, la cual Mio repitió y sonrió, quedando cero rastro de nerviosismo en su rostro.

-Mio Tanaka, de primer curso.. Un gusto -Se presento también, sintiéndose orgullosa de si misma al aprender realmente la forma en que las personas se saludaban. La primera vez que se tuvo que presentar estrecho su mano, gesto que luego hizo que se avergonzara al ser la forma menos común de presentarse.. a veces, ser de otro planeta tenia sus grandes desventajas. Cuando la puerta se abrió su mirada se fijo rápidamente en esta con un poco de temor pensando que podía ser un alumno o profesor, pero lo que encontró hizo que en su rostro apareciera una gran sonrisa al ver al hermoso zorro blanco que había entrado en la habitación- ¡Es tan lindo ! -No puede evitar decir al ver como este trepa por su amo, pero en un movimiento completamente inesperado se pone en su cabeza y salta en su dirección, haciendo que la pelimorada soltara un pequeño ruidillo por la sorpresa, atrapando milagrosamente al zorro y acomodándolo en sus brazos, soltando una corta risa al ver lo cariñoso que era- Tienes mucha razón.. Es una ternura~ -Comento mientras acariciaba su cabecita, escuchando rápidamente el gruñido de protesta de parte de Nyx quien se removió en el bolso. Volvió a reír y deposito al animal con cuidado en el suelo- Lo siento pequeño, pero si sigo contigo alguien se enojara conmigo -Con un ultima caricia se  levanto y acepto gustosa la taza de te que el otro ofrecía, dándole un sorbo- ¿Y que hacia usted aquí? No lo vi cuando entre.. De hecho, creo que si lo hubiese tal vez el jarro todavía estaría intacto -Se encogió de hombros y volvió a reír ya sin temor, dándole otro sorbo a su te, el cual estaba delicioso.

OFF:

off:

-Tomarme un descanso. Eso es lo que hacía, hasta que llegaste tú pero no me voy a enfurecer por eso. -le contesto, encogiéndome de brazos y tomando otro sorbo de café.
-Mi turno. ¿Qué hacías tú entrando en esta habitación? -le pregunté con algo de humor, pensando en miles de cosas que podría contestar, pero me mantuve con una simple sonrisa en mi rostro.

Al mismo tiempo, veía como Kario se acercaba al bolso de Mio y lo olisqueaba antes de, accidentalmente, caer dentro, saliendo segundos después como si alguien lo hubiera echado, cosa que le extrañó bastante, haciendo que su curiosidad le llevara de nuevo a acercarse al bolso.
-Deja de molestar. -le digo tras dejar la taza en la mesa y, seguidamente, estirar mi brazo para cogerle y arrastrarlo a mi lado.

Realmente, no sabía de que hablar con ella, así que me mantuve en silencio, escuchándola cada vez que me decía algo, con atención.
-Bueno, ¿y qué te parece Jikan? Al llegar, yo me quedé sorprendido al ver lo enorme que era y todas las cosas que tenía, a pesar de ser una isla. -le pregunto, por hablar de algo que pudiéramos comentar ambos sin ningún problema, ayudándonos un poco a guiar la conversación hacia algún punto en concreto.

Kario aprovechó ese momento que tuve de despiste para salir corriendo por patas y, de un salto, saltar al interior del bolso de Mio, haciendo que este saltara como si estuviera vivo y, segundos después, saliera Kario por los aires junto a otro animalito, cayendo ambos al lado de Mio.
-Debo suponer que esa debe ser tu mascota. -le comento al verla y estiro mi mano hacia Kario para darle en la cabeza con uno de mis nudillos, haciendo que gimoteara un poco pero yo no me inmuté, tan solo me quedé mirándolo, seriamente.