♣Pain! He wraps you {Priv.Chitanda}

por **Tsukiko Tsutsukakushi** Miér Ago 07, 2013 4:27 pm

Pain! He wraps you

IN YOUR WALK, EVEN IF YOU WANT TO AVOID WITHOUT REMEDY, IS JUST WAIT FOR THE WIND CARRY THE DUST OF REMEMBRANCE.

Hubo una vez un sueño... Una ilusión tan poderosa, que hizo vibrar la piel de una nerviosa y asustadiza muchacha de corta edad. La energía de aquella fantasía inundó su alma, bañó sus memorias y robó su corazón. Aquella mentira logró abrirse paso en su imaginación, recreando en sus pensamientos las imágenes de un futuro ideal... Uno en el cual se despedía de sus emociones, les tendía la mano en un último adiós decisivo. En su espléndido mañana su hermana ya no debía colgar un bulto a sus espaldas... Sería capaz de obtener un título, de recuperar el tiempo perdido que malgastó en la cohibida infante sin progenitores. Ya no tenía el porqué ser fuerte,valiente y ocultar la molestia que le ocasionaba proteger a un ser débil como ella. Renunciando a poder expresar sus sentimientos, conseguiría que la persona a la que le debía la vida lo consiguiera. Era un pacto plagado de justicia... Algo que si se tornase realidad, ocasionaría grandes cambios en su existencia... Quizás desencadenara desgracias, mas si con ello la mayor sería capaz de progresar y alcanzar sus objetivos... No importaba cuanto sufriera cerrando el libro abierto que anteriormente habían representado sus facciones. ¿Doloroso? Las ventajas eran demasiado apremiantes como para renunciar a ellas.

Hubo una vez un sueño que se convirtió en un milagro concedido. Ningún muchacho, es capaz de comprender la importancia de meditar con cautela lo que ansías que se torne en realidad. Quizás fue demasiado atrevida al rogarle a la estatua que prohibiese a su rostro mostrar algo que no fuera neutralidad o indiferencia. Aún hoy, sopesando todos los malentendidos que solían ocurrir a su alrededor por su inexpresividad, volvería a cometer el mismo disparate si retrocediera en el pasado. En esos momentos, su tutora, su mismísima hermana, estaría llevando a cabo sus sueños. ¿No tenía acaso derecho a un futuro aquel ser benévolo que se ocultaba en la arrogancia? Aunque apenas lo demostrara... Tsukiko era conocedora de su verdadera personalidad. Tal vez, algún día le relataría el porqué jamás volvería a sonreír o expresar con sus orbes lo que estaba meditando... Quizás fuera un recuerdo entretenido cuando las memorias de su adolescencia quedaran difusas por el pasar de los años... Cerró los orbes con suavidad, golpeando con serenidad la puerta de la enfermería. Aquel leve desvanecimiento había ocurrido sin que lo hubiera previsto... Aunque por dentro se hallaba desorientada y ligeramente mareada, en su rostro nadie podría haber notado una mayor palidez.

Al no obtener respuesta alguna, abrió la plataforma sin apremio alguno. Su corazón palpitaba con fuerza, mientras sus orbes se posaron en la figura de una hermosa pelinegra con orbes repletos de viveza. Sus pensamientos se desataron con apuro. ¿Qué demonios debía decir? ¿Acaso podría entablar una conversación con una desconocida? ¡Estaba tan avergonzada! ¡Le hubiera gustado que la tierra la absorbiera en aquellos precisos momentos! Aunque su interior estaba revuelto, en sus facciones ni una de sus inquietudes se dejaron translucir. Avanzó unos pasos hasta quedar completamente dentro del recinto, mientras sus labios articulaban sin emoción alguna.—¿Está el doctor? He sufrido un desvanecimiento.—Fría, lejana, inalcanzable... Su voz solo dejaba translucir la nada en su estada más vívido. Agradeció que el rubor que envolvía su sangre no pudiera posarse en sus mejillas aún cuando en el pasado lo habría hecho. ¿Aquella muchacha también sentiría desprecio hacia su incapacidad para mostrar sentimientos? El miedo embriagó su alma... mas su cuerpo se mantuvo en la posición neutra. Maldijo su anhelo en silencio, aguardando una contestación por parte de la chica... En su mente, se dibujaron unas últimas palabras durante la espera... Hubo una vez un milagro, que se transformó en una pesadilla.