[PRIVADO] When my heart broke.

Escuché la puerta sonar, golpeaban con sus nudillos un par de jóvenes niñas que posiblemente eran de primer año de secundaria. — Adelante... — dije yo, en un tono amable y servicial. Las chicas pasaron y ambas en una reverencia educada pasaron a sentarse en las respectivas sillas del consultorio. Yo por mi parte pregunté por sus nombres, mientras les miraba con una tenue y disimulada amabilidad. Ellas rieron entre sí, algo ruborizadas y luego empezaron a hablar. — Yo me llamo Riruka Hoshino, y ella es mi hermana... Riruka Yuuko. Ambos venimos porque necesitamos un permiso especial para hacer gimnasia artística. — respondía la que parecía ser la menos tímida, su hermana directamente parecía demasiado sumisa y acallada como para responder, inclusive no podía mantenerme la mirada ni dos segundos que se encogía de hombros inmediatamente y se tapaba el rostro entre la bufanda que llevaba puesta.

Riendo levemente, asentí con la cabeza y saqué un pequeño recetario amarillo, empezando a escribir rápidamente, pero con una letra legible, detestaba a aquellos médicos que escribían tan rápido y tan mal, que llegaban a parecer garabatos más que letras comunes y corrientes. — Bien, gemelas Riruka... ya me habían informado de su próxima visita hoy, por lo que este papel les servirá al menos hasta los próximos dos meses, no olviden de renovarlo cuando pase la fecha, ¿está bien? — hablaba en un tono tranquilo, llevaba puestas unas gafas de descanso, ya que pasaba todo el día leyendo, escribiendo, y forzando mi vista en demasía, no me podía dar el lujo de joder mi vista así como así solamente por una profesión en la cual inclusive todavía estaba estudiando, pero que al menos ya poseía los conocimientos suficientes para ejercer oficio dentro del Hospital de Jikan Highschool.

Las chicas agradecieron el gesto de atención, y luego de eso, sonriendo de una forma bastante animosa, se retiraron del consultorio no sin antes saludar con otra pequeña reverencia de sus cabezas, partiendo tomadas de la mano. Sonreí de medio labio y luego de eso simplemente suspiré profundamente, frotándome los ojos con cierto cansancio en estos, la verdad que no podía siquiera aguantar otra hora más allí, seguramente atendería a una persona más y luego me iría a descansar, aprovechando que faltaba poco para el relevo de horarios, por lo que ya no tendría que trabajar más por el día, aunque sí tendría que asistir a los estudios.

Joder, bastante ya era con que practicaba siendo asistente y "médico" en el Hospital de Jikan Highschool, pero también ser estudiante, dos cosas a la vez... ya me parecía un abuso. Pero bueno, podía seguir trabajando, agarrando la taza de café humeante que tenía sobre el escritorio del consultorio, y tan pronto cuando le cogí gustillo a aquel amargo líquido oscuro, simplemente empecé a beber tranquilamente, hasta que de pronto, escuché un sutil y débil golpeteo en la puerta ya que la había cerrado. Dejé la taza sobre el escritorio en unos papeles que usaba solo para apoyar esta, y luego aclaré mi garganta, diciendo: — Adelante, puedes pasar. — esperando que aquel nuevo paciente, o bueno... fuera chico o chica, hiciera 'acto de aparición', para luego poder retirarme.

La joven parecía un poco distante. El enfermero asistente me había informado que había sufrido un desvanecimiento repentino, posiblemente debido a sus facultades de salud, las cuales no eran del todo alentadoras mientras leía su ficha. Suspiraba profundamente y cuando escuché su nombre, de nuevo sonreí de manera sincera y amable, aclarando un poco mi garganta y asintiendo levemente mi cabeza cuando dijo su nombre. — Mucho gusto, Mayura... mi nombre es Watanuki Kinshiro, pero puedes llamarme Kinshiro si así lo deseas. — comentaba acomodándome las gafas de descanso que llevaba puestas, acercándome a ella y tomándole de los hombros por unos momentos, poniéndome un poco de cuclillas y con gentileza revisé sus ojos bajando los párpados inferiores haciendo uso de las yemas de mis dedos pulgares, haciendo una mueca de duda, o mejor dicho, curiosidad, ya que al final de cuentas estaba empezando la revisión. Sonreí complacido de que su mirada estuviera bien, aunque no era oculista como para saberlo con exactitud, al menos ante mis ojos todo se veía superficialmente bien. — Bueno, por ahora ves bien, ¿no es así?... dime, ¿has tenido alguna dolencia últimamente? He leído tu historial médico pero no puedo saber si no me dices, soy muy nuevo aquí en el Hospital. — decía soltando una avergonzada carcajada.

Me rascaba suavemente mi mejilla izquierda con la mano zurda, renegando un poco con la cabeza como para restarle importancia a mi comentario, y luego separarme de ella por unos momentos, para agarrar el estetoscopio, colocándolo sobre mi cuello por unos momentos, volteando a mirar fijamente a la joven de cabellera bicolor que era mi nueva paciente. — Si eres tan amable de subirte la camisa... a no ser que no tengas nada abajo más que la ropa interior, si ese es el caso no hay problema, lo haré encima de la ropa aunque cueste un poco más escuchar tu corazón, en la espalda si tendré que introducir mi mano, si no te molesta. — comentaba en un tono un tanto preocupado, no por el simple hecho de que ella tuviera una salud bastante delicada... aunque se debía a eso, en gran parte era porque no quería incomodarla con lo que le pedía, no quería quedar como un pervertido, en gran parte porque no quería que pensaran mal de mí, como alguien que solamente quiere ver el cuerpo de las jóvenes o algo por el estilo... podría ser vampiro, pero no un desesperado sexual, ni mucho menos un pervertido; Me puse de cuclillas nuevamente cuando ella hiciera lo que le pedía, y de todos modos, primero escuchaba su corazón con suma atención, y luego, poniendo el estetoscopio en su espalda, empezaba a escuchar su respiración por si tenía alguna anomalía o un sonido raro en estos, posiblemente indicando que algo malo estaba pasando. Sonreí complacido y solamente bajé su camisa por la espalda.

— Pues... mira, para mi punto de vista, estás bien... lo que si se te notan ojeras muy grandes, ¿has podido dormir bien estos últimos días, has hecho las ingestas diarias como es debido, no has salteado ninguna comida u horas de sueño necesarias para que el cuerpo descanse por completo? — preguntando mientras empezaba a rellenar una nueva hoja en una planilla, con nuevos datos de la contraria. Luego de escribir todo aquello, aunque todavía faltaba por rellenar, saqué el aparato para tomar la presión, al final de cuentas luego de un desmayo es bueno hacer una revisión básica de todo. — Te voy a pedir que pongas tu brazo sobre la mesa, o al menos que lo dejes sumamente quieto, cierres la boca y no hables ni un solo segundo mientras te tomo la presión... — dije, y luego de eso, coloqué aquel aparato, con el estetoscopio colocado sobre la zona de su vena principal que surcaba por el brazo, empezando a bombear aire hasta que el brazo se apretó y llegó a la medida requerida, empezando a ver cuanta presión tenía ella, algo rutinario, pero necesario para su bienestar...

— He estado relativamente bien, de por si los desmayos son menos frecuentes. — respondió ella, para luego acotar que cuando la temperatura era elevada es cuando peor se sentía.
Yo por mi lado yacía concentrado en los apuntes, en anotar alguna que otra información crucial en su expediente médico mientras escuchaba atentamente sus palabras; Luego de la rápida revisión que hice con mi estetoscopio, le tomé la presión como era debido, y acto seguido empezó a explicar que directamente no descansaba mucho. Le quedé mirando con una expresión de reproche, renegando suavemente con la cabeza y suspirando pesadamente. — ¿En serio haces eso? ¿Sabes que hace mal no descansar, verdad? — le dije en un tono sumamente serio, aunque no dejaba de sonreír, se denotaba cierta preocupación en mi rostro. No era solamente porque era una joven bonita y delicada, lo hacía con todos los pacientes en general, todos merecen un poco de atención, de "cariño", de preocupación. Directamente saqué un pequeño recetario amarillo, el cual obviamente servía no solo para recetas médicas, sino también para "licencias" por así decirlo, algo así como unas pequeñas vacaciones.

Tomé una pequeña linterna y posando mi pulgar de la mano libre, iluminé uno de sus ojos y luego el otro, notando que sus pupilas se dilataban bien, por lo que no había signos de estrés excesivo ni nada por el estilo, solamente mal descanso y una jornada demasiado complicada de labores. Volví con mi lapicero al recetario, y puse fecha de tres días para que pudiera descansar al menos esas fechas lo suficiente y recobrar las energías. También puse una recomendación de cambio de horario, o al menos, disminución en el tiempo que trabajaba hasta las próximas dos, por simple precaución. — Mira, te daré este papel y preséntalo en tu trabajo cuando antes puedas mejor... es una pequeña licencia médica de tres días, con precaución de dos semanas, por lo que descansarás tres días seguidos y luego trabajarás menos horas hasta las próximas dos semanas... solamente para prevenir cualquier imprevisto en el que no me sea posible ayudarte. — dije arrancando el papel del recetario, poniendo mi firma y la fecha en la que había dictado la licencia. Solamente le quedé mirando con una sutil sonrisa y me mordí un poco el labio inferior, para sacarme un pequeño pellejo que tenía de piel suelta.

— Mayura, ¿prometerás que no exagerarás con las horas de trabajo, y descansarás al menos un poco? Sino me veré obligado a darte algunas pastillas energéticas, y que... sea lo que dios quiera. — decía mirándola fijamente a los ojos, suspirando bastante preocupado, cruzándome de brazos y piernas mientras me encontraba puesto en mi silla giratoria. — Por cierto, hablando de otros asuntos, mientras no te vas... ¿así que trabajas, en donde si no es mucha molestia preguntar? — cuestionaba mientras sonreía con amabilidad, intentando ser lo menos indiscreto posible, al final de cuentas no me gustaba sonar como un maldito acosador o un interesado, tan solo... me preocupaba por mis pacientes, y aparte de que me veía interesado en aquella joven, tenía un caso particular que aún no habían logrado diagnosticar por completo, solamente decían que era debilidad corporal debido al poco descanso que tenía, pero yo sabía que había algo más tras ese cuerpo enfermo y debilitado, y debería averiguarlo tarde o temprano, aunque fuera solamente que pudiera revisar su cuerpo en las rutinas...