Y e la hora de la cena... [Privado Izuki]

Todo en la zona estuvo humedecida por el agua. Comenzó a haber algunas nubes blancas. Comenzaban a nublar lentamente el sol. La sensación de que el lugar se iba refrescando, era mayor. Parecía que comenzaba a empeorar el tiempo. La brisa era fresca y el calor iba disminuyendo notablemente. La sensación era bastante buena, y daba un pequeño alivio a la gente que sufría este incesante calor. Ahora en el lugar anterior...

La pelirroja estaba bastante tranquila, escuchó que su deporte favorito era el basket. Asintió mientras escuchaba tranquila. Cuando la preguntó que por qué lo besó, río un poco y miró la hora. Se acercó a su rostro y le dio un beso más intenso que el anterior, agarrando su rostro suavemente con las manos. Después de finalizar el beso, labio sus labios y los acercó al oído del chico.

-Porque desde este momento Izuki eres mío. Y para que no se te olvide...- Susurró a su oído con voz dominante a la vez que tenía un toque sensual.

Sus labios bajaron hasta la cara lateral de su cuello, en la parte izquierda. Primero dio un suave beso y después hizo como si fuera a succionarle sangre con los labios. Con los dientes, mordió suavemente y tras un poco, tenía una zona roja y en medio algo de un color morado con forma de E. Eso vulgarmente, era llamado chupetón o chupón. Esa sería la marca que llevaría su propiedad. Lo cuidaría bien y demás, pero solo era suyo y de nadie más. Tampoco tendría a otro, en ese momento la atención en otros, se comenzó a ir y es como si solo se hubiera centrado en ese. Miró la hora y debía marcharse en seguida. Así que recogió su mochila y se fue. Al llegar a su cuarto, se cambió de ropa.

Se puso su camisa blanca, con su corbata, sus gafas negras y su pinganillo. Fue a trabajar, y volvió bastante tarde y cansada. Camino por las calles agarrando su americana. Tenía bastante hambre, así que se acercó a la cafetería y pidió bastante comida. Podría ser demasiada, pero estaba hambrienta. Comenzó a comer ramen tranquila sentada en un lugar apartado de todo el mundo y apoyando la cabeza en la pared de vez en cuando. Pasó una mano por sus párpados evitando dormirse y seguir comiendo. Tras acabar el ramen, comió algo de sushi con los palillos.

Salió de su habitación al final, caminando sumido en sus pensamientos. Su campera con capucha típica ropa informal que el usaba impedía que le vieran la marca en el cuello, y que sea notado dado su mirada baja. Poki se había quedado en la habitación durmiendo, era lo mejor, el quería estar solo con sus pensamientos, más que nada, con lo que sentía. Que era este sentimiento confuso que el sentía? No podía parar de pensar en sí mismo, y antes de darse cuenta estaba yendo al comedor. El mismo era un lugar que el evitaba, más que nada no le gustaba estar en grandes multitudes, dado a su facilidad a desaparecer en ellas, le molestaba mucho. Pero no había comido nada, absolutamente nada entre sus pensamientos, y el almuerzo se lo paso con especies de revoltura estomacal, como si un montón de mariposas en una bolsa hubieran sido arrojadas dentro de él, y las mismas revolotearan golpeándose sin cesar. –una manzana- dijo mientras pensaba, una cena rica en proteínas era eso, no era lo mejor, pero la sensación  de mariposas no se había ido mientras pensaba en la chica de nombre Erza. Compro una manzana en el comedor y camino a la única mesa que le gustaba, la mesa que generalmente cuando no le quedaba de otra, usaba, la mesa del rincón. Camino sin mirar a la mesa, suponiendo que estuviera vacía, y al llegar, antes de dar una mordida a la manzana, se quedó shockeado unos segundos. No solo estaba ocupada, y llena de comida, sino que estaba allí esa chica. Su sonrojo se disimuló por la capucha que cubría parcialmente su rostro,  pero el silencio se formó cuando se quedó mirándola sorprendido, a poca distancia de la mesa, con la manzana en la boca, a punto de morderla.