Mother Nature always knows best. { Privado - Jubileus }

por **Samantha Vasilyev** Sáb Ago 24, 2013 1:37 pm

Mother Nature always knows best.

''La naturaleza hace grandes obra sin esperar recompensa alguna.'' - Aleksandr Ivánovich Herzen.

Rosas y orquídeas… sus favoritas.
Había salido de su casa Haradrim junto a su serpiente, Cedric. Se dirigía a la biblioteca puesto que tenía pensado aprender a cuidar y mantener las rosas, ya que eran sus favoritas junto con las orquídeas.
- Cedric… quieto… -Le susurraba la joven a su serpiente mientras caminaba.- No quiero que se enteren de que te he traído… -En su descuido, accidentalmente tropezó con una joven de cabellos dorados, produciendo que ambas cayeran en el suelo. La desconocida llevaba uniforme de color amarillo por lo cual lógicamente era de Adiashen.- ‘’Fíjate por donde caminas, rara chica Haradrim.’’ –Dijo la joven entre dientes, con claro tono molesto. La pelinegra simplemente se puso de pie mientras su serpiente miraba con cierta… ¿Molestia? A la rubia que ya volvía a retomar su camino. – Todos son tan… hostiles a veces. – Dijo la de ojos carmesí mientras se sacudía el uniforme color verde esmeralda que llevaba puesto.
Continuó caminando y caminando hasta por fin llegar a la biblioteca. Al entrar, la bibliotecaria la saludó cordialmente, lo cual la pelinegra imitó, sin quitar aquella inexpresión. Lo siguiente que hizo fue preguntar en que sección del lugar podría encontrar un libro que hablara sobre rosas u orquídeas, en general que hablara de plantas o árboles y la mujer la guió hasta una mesa para que tomara asiento y a continuación le trajo una pila de libros sobre el tema.
- Gracias por tomarse la molestia.- Dijo Ai. La señora encargada simplemente asintió con una sonrisa y se retiró.- Cedric… ya puedes salir… - Y tan pronto como dijo eso aquella serpiente deslizó su escamosa cabeza por las mangas de su ama y movió un poco la misma.- No puedo dejar que recorras la biblioteca pero… voy a dejar que al menos sientas los libros… Señor Ciego… -Le dijo ella mientras la serpiente simplemente escondía otra vez su cabeza dentro de las mangas y comenzaba a recorrer la ropa de su dueña, pasando por la blusa, la falda e inclusive por el cuello, haciéndolo todo con suma torpeza y poca discreción, típico en el comportamiento de un pequeño infante.
-Ce-Cedric… estas frío… - Murmuró entre pequeños temblores la pelinegra, mientras abría un libro que trataba sobre la jardinería y posaba sus orbes en lo que decía. Obviamente aquella serpiente albina estaba fría, era poiquiloterma, es decir de sangre fría. Era más que normal.
- Tú eres… mi pequeño gran problema. –Murmuró con cierto cariño la muchacha, algo raro en ella. A continuación se dedicó a prestarle atención al libro, ella parecía estar entretenida.

por **Jubileus** Jue Ago 29, 2013 11:19 am

El día se levantaba como cualquier otro para la mujer de cabello dorado, para ella no era sino otro día más en el que enseñar a unos jóvenes, la mayoría desinteresados, sobre la jardinería y cuidado de las plantas y naturaleza en general. Esa era la parte que menos le agradaba, había ido hasta ese lugar para encontrar gente de cualquier raza que pudiese vivir en el planeta virgen que "gobernaba", pero no a cualquiera sino a gente que fuese capaz de hacerlo en armonía con la naturaleza y la trinidad de las realidades sin inventarse a su manera lo que realmente ocultan éstas. No había tenido esa suerte, en todo el tiempo que había estado en aquel lugar sólo había conocido a personas que eran muy similares a los antiguos humanos de su mundo, nada en especial que se aproximase a lo que buscaba, pero se entretenía verdaderamente con su "trabajo" de jardinera. Cuidar la naturaleza en general siempre era agradable desde su punto de vista, fauna y flora en conjunto pero los seres "superiores" habían olvidado que pertenecían a la Fauna como cualquier otro animal, se creían mucho más... -Qué lástima de lugar...- Dejaba escapar un suspiro pesado, eran tantos los conflictos que se creaban por minucias sin sentido, fuesen humanos, vampiros, o incluso ángeles se enzarzaban en violentas guerras sin fin, por la raza o por sentir algo diferente.

No quería seguir pensando en ello, prefería centrarse en su trabajo o hacer cualquier otra cosa a seguir pensando en ello, fue precisamente eso lo que llevó su universo a ser reiniciado, no había otra salida que anular cuanto se hubo creado y comenzar desde cero. ¿Qué podía hacer una vez estuviese libre? Quizá podría investigar un poco sobre el lugar en general, le ayudaría a "camuflarse" mejor en ese entorno tan extraño en el que se veía envuelta actualmente, y no habían muchos lugares -o al menos no le llegaban a la mente- en los que pudiese informarse de ese tipo de cosas salvo la biblioteca. Ahí se dirigió, sin prisa pero sin pausa, caminó hasta el lugar indicado y entró en éste con suma tranquilidad, saludando a la bibliotecaria que allí se encontraba y preguntando si había algún libro que hablase sobre la historia de ese lugar. Entonces, ésta le dijo que se sentase en una mesa en lo que ella iba a buscar el libro en cuestión, en aquella mesa había una joven sentada, con una buena cantidad de libros que parecían, curiosamente, tratar de jardinería. Sería la primera chica que conocía que mostraba interés por el tema, de modo que no perdería nada por preguntar si era verdadero interés o sólo los necesitaba para alguna clase obligatoria o alguna otra tontería en general. -Buenos días. Perdona la pregunta pero... ¿Te interesa la jardinería? Me he fijado en que los libros que tienes ahí tratan de ello.- En ese momento llegaba la bibliotecaria y le dejaba el libro que había pedido, agradeció a ésta y volvió a llevar su mirada a la joven con extrema curiosidad.

por **Samantha Vasilyev** Lun Sep 02, 2013 10:32 am

Mother Nature always knows best.

''La naturaleza hace grandes obra sin esperar recompensa alguna.'' - Aleksandr Ivánovich Herzen.

Sentía que alguien hablaba con ella pero no pudo prestar atención debido a que estaba sumergida en la información sobre el cuidado de sus tan amadas rosas. ¡Que precioso! ¡Que magnifico! Alabado sea el Señor por crear flores tan hermosas.

- ¿Uh? Ah… disculpe mi falta de atención… es que este libro es muy interesante… -Susurró en respuesta, pudiendo notar como Cedric se movía sin parar por su uniforme.- Sí… la jardinería me interesa bastante. No es mi asignatura favorita pero me gusta mucho. –Miró a la desconocida, tratando de ignorar a la joven serpiente.
Dio vuelta la hoja, pudiendo apreciar un dibujo de una semilla siendo plantada en el suelo junto con unas cuantas flechas que indicaban con que cosas se debía tener un especial cuidado. – Cedric… mira esto. – Dijo, olvidándose por un momento de que aquella serpiente era ciega y de que en un primer lugar, ella misma no quería mostrarla. A continuación, por una de las mangas de la pelinegra aquella serpiente albina apareció, asomándose con curiosidad.- Yo quiero plantar una ‘’Flor del Infierno’’… quiero tener un jardín lleno de esas flores. –Le murmuró a su mascota, olvidándose por unos minutos de la presencia de la mujer.
Sin previo aviso, cerró el libro y lo apartó, no sin antes memorizar el título del mismo.- Voy a pedirle a la señora bibliotecaria para poder sacar este libro y así poder terminarlo… luego lo voy a devolver. –Tras decir aquello tomó otro libro que especificaba que tipo de flores podría tener cada planta y que tipo de aroma tendría. Lo abrió y comenzó a leer. En medio de un párrafo, detuvo la lectura y observó fijamente a la mujer, con su característica inexpresividad solo que esta vez… se podía detectar una pizca de emoción. Para Ai, aprender cosas nuevas y adquirir conocimientos era uno de los placeres de la vida, es por eso que desde su niñez nunca se había quejado de tener que ir a algún instituto o algo así.- … ¿Le gusta la jardinería también? –Preguntó curiosa, el rostro de esa mujer se le hacía levemente familiar… ¿Quizás era un profesor que había visto por ahí? ¿Quizás era tan solo una estudiante que había visto recorrer el campus? No lo sabía muy bien ya que no tenía buena memoria para los rostros en algunas ocasiones.- ¿Cómo te llamas? Yo soy Ai… Enma Ai… y soy un Shinigami… es decir, soy ‘’Un Dios de la Muerte’’. –Por primera vez en su vida, la pelinegra estaba socializando con normalidad. Antes las conversaciones con ella solo eran de preguntas a las cuales ella respondía con un ‘’No’’ o un ‘’Sí’’, ¡Inclusive había personas que la consideraban taciturna! Como si a ella no le gustara expresar su opinión.
- Cedric, ve a mi cuello. –Le ordenó a su serpiente, sintiendo como esta hacia caso y se trasladaba rápidamente a su cuello y se enrollaba en el mismo de manera que no fuera asfixiante y si fuera cómodo.- Muy bien… es que tenía frío. –Le dijo al animal, mirándolo de reojo.

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