La llovizna que cae en el crepusculo [Privado ~ Marie Charlotte]

*¿Por qué pasamos por este bosque Shinji?* Decía mi dragón a través de sus pensamientos.

-No tengo una, solo estuve caminando hasta hallar este lugar- Como siempre sin ningún rumbo escogido, solo caminaba por donde me llevara el viento -Es más divertido pasar por lugares que no esperas, crece el sentimiento de aventura-

Como era lo típico en mi yo caminaba en mis días libres, no tenía mucho que hacer por mi cuenta así que mejor ver hacia el día para mostrarse interesante, las caras que podía toparme y las historias que podría vivir. Siempre es mejor ir a cualquier lugar cuando no se tiene un destino, es mejor que quedarse quieto. Al menos esa es mi forma de pensar.

Era de noche, había caminado por alrededor de tres horas hasta llegar a un pequeño bosque dentro de las fronteras en la costanera. La luz plateada de la luna empezaba a colmar el cielo nocturno mientras que la melosa y rojiza aura del sol menguaba en el horizonte, esto daba como resultado un cielo colorido que era acompañado, en mi visión, por un centenar de seres coloridos, la fauna y la flora de este lugar era muy singular, ya aun contando tener cosas como fénix y dragones. Aunque en cierto punto era un espectáculo abrumador, daba la sensación que podrías mal entender por estar drogado si lo oyeras por uno de esos estereotípicos yonkis. Llego un momento que tuve que apartar la mirada pues tanto color contrastante me mareaba.

-Azul, rojo, naranja, verde, marrón, morado, negro, gris- Eran demasiados colores -¿Me falta alguno?-

*¿Alguno?* Repitió el dragón *¿Muchos colores?*

-Jaqueca- Explique.

*Me di cuenta, a decir verdad me la estás pasando*

-Lo siento, no puedo evitarlo- Dije acariciando la cabeza del dragón -Aunque es algo bastante bello-

Tarde unos minutos más en encontrar un lugar más apagado, algo que no me hiciera sentir mi percepción de la realidad, un riachuelo seguido por un grupo de árboles. Una llovizna broto de la nada, agradecía que hubiera traído mi gabardina conmigo, me cubría bastante, aunque no tenía capucha, pero ya que un árbol serviría para resguardarme mejor.

-Tsk... Espero no captar un resfriado- Mencione al aire, de repente una idea paso por mi cabeza -¿Los dragones tienen resfriados?-

*No sé, soy muy joven como para decirlo*

-Supongo que eso no ayudo mucho- Tras eso estornude -Maldición-

La lluvia parecía no mermar pronto, hubiera deseado no cargar con tanta ropa pues siendo así disfrutaría de ella, pero ya que. Mantuve a Malek dentro de mi gabardina, aun no sabía si los dragones se enfermaban igual que los humanos así que no quería correr riesgos, mejor tenerlo abrigado. Sin embargo, desde los arbustos no muy lejanos el sonido de una voz desvió mi atención, una chica de dorados cabellos y ojos morados como amatistas.

-Sí, solo evitando coger un resfriado- Estornude de nuevo -De manera inefectiva- Dije bromeando.

Tras eso tome a Malek y me puse de pie, aun con el dragón dentro de mi chaqueta. Ya no importaba mojarme más pues ya estaba bastante mojado así que salí de la seguridad de aquel árbol. El cielo iba oscureciendo a excepción de los escasos rayos plateados de la luna los cuales tenían la fuerza suficiente para atravesar las nubes que nos rociaban con aquella lluvia, la cuales bañaban al bosque con bastante generosidad, a decir verdad el paisaje cambio bastante solo por eso, los colores de nuestros alrededores pasaron de ser enceguecedoramente coloridas a tener un brillo bastante bello.

-Soy Shinji Ajara y este es Malek mi dragón- Dije sonriendo mientras me posaba a unos metros frente a ella -¿Tu estas bien? ¿No estas perdida?- Pregunte con buenas intenciones -A decir verdad llevo un largo tiempo explorando los bosques y tú has sido la primera persona con la que me tomo-

Desde muy temprano me había dispuesto a caminar en busca de alguna historia que pudiera presenciar, pero por alguna razón este día parecía que muchos lo habían tomado para descansar en sus casas por lo que no vi a una gran cantidad de gente mientras recorría los alrededores de la academia, entre al bosque esperando encontrar algún secreto, pero no tuve mucha suerte con eso tampoco, pero al menos ahora me había topado con alguien quien cargaba con cierta aura que me resultaba interesante, era una persona un tanto curioso cuando se trataba de saber acerca de las demás personas cuando estaba en la ciudades humanas, pero aquí había tanta diversidad que hacia las cosas mil veces más interesantes, era como una concentración de todo lo diferentes en el mundo.

Marie Charlotte, un nombre extranjero para donde yo prevenía, creo que era el primer caso que encontraba así. También debo admitir que era un bonito nombre, con un toque de elegancia que eran compartidos por aquellos ojos que poseía la chica, un contraste con lo burdo de mi presencian deshilachada, casi salvaje a ese momento. Más allá del nombre Marie explico su situación actual, al parecer parecía estar vagando del mismo modo que lo hacía yo, por otro lado parecía que ella habría perdido el camino al instituto, teniendo una isla así de grande no era de extrañarse.

-Puedo ayudar en encontrar el camino cuando gustes- Sonríe -Sin embargo, aún es temprano para volver allí ¿No crees?- mire al cielo que estaba a este punto en completa oscuridad -La noche aun es joven, apenas y se empieza a sentir su presencia-

A decir verdad tenía la tendencia de estar más activo al bajar el sol, era simplemente que de día me sentía más cansado y flojo que en la noche, podrías confundirme con un vampiro por el hecho, me sentía más tranquilo y energético bajo la plateada luna, aquel objeto celeste me brindaba de una tranquilidad que no podría conseguir en muchos lugares, además ¿En que otro momento se puede ver el cielo en su verdadero esplendor?

Millones de luces hermosas cubrían nuestras cabezas apenas atravesando las nubes que con el tiempo se disipaban, las linternas de la noche, las estrellas eran las protagonistas de la noche y de muchas historias. Para nuestra hora apenas y se empezaban a notar varias, el cielo tomaba la forma que era común en el.

-He encontrado bastantes cosas- Respondí a Marie sin importarme de su proximidad -Un bosque radiante, un cielo hermoso y una simpática vampiresa- Dije evitando sonar amenazador, sino más bien tratando de decirlo con tono amigable.

Para ser honesto, no estaba muy seguro de si mi juicio había sido correcto en aquel momento, me base en mi intuición más que en hechos, podrías decir que una criatura de la noche puede reconocer a otra si quisiera, pero eso sería romantizarlo mucho.

Malek por otra parte, no muy contento por la situación en la que estaba metido protestaba bastante, en más de una ocasión tratando de fastidiar en mi mente. Supongo que tenía razón, mirándome en su lugar una situación como la actual sería bastante incomoda, pero mirando el lado positivo, estaba tan cortado que ni siquiera trataba de lanzar esas jugarretas mentales que ha hecho un par de veces en el pasado.

-¿Tu?- Dije refiriéndome a su pregunta.

Ni siquiera Malek se esperaba la reacción de la chica, se podía notar como escondía su cabeza en mi chaleco un tanto apenado, siempre me había fastidiado cuando me acercaba a una chica, nunca pensó que la situación se volteara en su contra, era un tanto cómico.

''Sh-Shinji, ¿Por qué no la llevas a casa y dejas el asunto para otro momento?''

''¿Que sucede? No eras tú el que venias con actitud de viejo verde el rededor de las chicas? ¿Ahora quieres huir?''

''¡No! Es solo que creo que la lluvia me va a enfermar''

''Tu eres peor mentiroso que yo.... eso es decir mucho''

Al mismo tiempo, note la mirada de la chica, rápidamente esa mirada se encadeno con la mía, su rojiza mirada parecía estar encendida, vivaz en la cual podría perderme por horas, sin embargo logre volver a mis sentidos rápidamente, había dejado de discutir con mi dragón para entonces. Pero cuando iba por decir algo para responder a aquel comentario Malek salto de mis manos y se posó en un agujero debajo de un árbol donde no se mojaba.

''No quiero ser partícipe de esto más''

-Dios, a veces puedes ser un tanto confuso dragón- Dije al dragón berrinchoso -Lamento se pequeño acto, ¿Que quisieras hacer entonces? Puedo llevarte a donde quieras de la isla si lo deseas, si quieres puedo llevarte a comer a algún lado- Mi nerviosismo se disipo por completo, de hecho ahora estaba bastante calmo, como en un principio -Hay muchos lugares especiales en esta isla, muchos lugares hermosos que merecen ser vistos- Dije de manera serena -¿Que quiere la hermosa dama?- No supe si me excedí con ese comentario, pero de todas maneras ya lo había dicho.

''Cuuuuuuuursiiiiii''

''Calla''

''¿Samael?''

-''Esto me parece interesante de ver, ya quiero llegar en la parte que te humillas tontamente''

''Ya decía yo que era raro que me ayudaras''

Justo en ese momento las nubes que nos brindaban la lluvia dejaron mostrar la luna, la cual era el rostro vigilante durante la noche, paso de solo verse filtrada su luz entre las nubes a verse por completo, una luna llena y enorme de color blancuzco con motas grises que a la distancia se confundirían con los rasgos de una cara. La luz plateada baño a la chica aun mas, resaltando mas su belleza, sin duda la chica parecia una princesa de aquellas que aparecen en las historias miticas y de leyenda.