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It's hot, too damn hot!~ || PRIVADO
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Jikan Highschool :: Papelera :: Papelera
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It's hot, too damn hot!~ || PRIVADO
Habían pasado algunos días, casi una semana entera desde que había conocido a aquella joven de cabellera bicolor llamada Mayura, ¿estaría bien acaso, o no me habría hecho caso en cuanto a descansar se debía? Prefería asegurarme antes que confiar en alguien que no conocía prácticamente. Si mi memoria no me mentía en absoluto, creía recordar que ella me había dicho que trabajaba en la cafetería de la universidad, o bueno... del campus en sí. Pero no sabía exactamente en qué horarios tenía turno, ¿o tal vez era solamente matutino, vespertino u otro diferente? Me sentía perdido, y estaba en mi hora libre por lo que no había nada mejor que hacer, que buscar a esa chica de cabellera bizarra; Caminaba tranquilamente por los pasillos, deteniendo a pensar de vez en cuando no solamente donde podría encontrarse la cafetería, que de por sí ya sabía dónde estaba, sino si esa joven trabajaba hoy, no quería ir hasta allí y luego decepcionarme de inmediato, así que a la primera persona joven que se me cruzó por delante que era una joven estudiante, sonriéndole de la forma más amable posible, para luego comenzar a hablar. — Disculpe las molestias, joven... ¿pero sabe si la señorita Mayura, una chica de cabellera bicolor... trabaja hoy en la cafetería? — pregunté con las ínfimas esperanzas de que me fuera a responder afirmativamente, pero ella se me quedó mirando un tanto extrañada y renegó con la cabeza, para acto seguido contestarme también con palabras.
— No, perdone que no le pueda ser de ayuda, pero no conozco a la susodicha Mayura que usted está diciendo. Ahora si me disculpa, debo asistir a clases, suerte con la búsqueda. — dijo la muchacha para luego proseguir caminando. Yo asentí con la cabeza algo desganado y luego proseguí con la búsqueda aparentemente interminable por la joven de cabellera bicolor; No pasó mucho tiempo, como demasiado 15 minutos, cuando en fin me decidí por dirigirme a lo que vendría siendo la famosa cafetería, perdido por perdido, prefería fijarme si la chica estaba allí, antes que perder más tiempo pensando en que alguien más aparte de mi mismo me podían ayudar. Renegué suavemente con la cabeza cuando llegué a la cafetería, y comencé a fijarme por todos lados a ver si la podía divisar, al final de cuentas ella había dicho un horario, pero entre la preocupación de su estado de salud, como también el simple hecho de que estábamos hablando de mil y una cosas, directamente ese ínfimo detalle se me pasó de largo de una manera demasiado estrepitosa, me sentía un poco tonto... bueno, "un poco" si es que me miro yo mismo al espejo con un solo ojo, pero saben a lo que me refiero.
Me senté en una silla frente a una pequeña mesa individual, esperando así que comenzaran a atenderme, mientras miraba a todos lados, hacia los costados, inclusive arriba y abajo... uno nunca sabe, ¿verdad? La paciencia de todos modos era una virtud que poseía, por lo que no me costaría demasiado tiempo darme cuenta que si no estaba ella, me iría de todos modos, pero si estaba y solamente debía buscar un tiempo para atenderme o tomarse un merecido tiempo libre, no tendría problema alguno con ello, al final de cuentas... le había dicho algo, solamente esperaba que lo haya cumplido a rajatabla, como le había dicho que debía hacer, sino... vamos, que tenía todo el derecho de enojarme con ella, bueno... "enojarme" y darle una merecida reprimenda, al final de cuentas soy mayor que ella, y tenía todo el derecho como médico de turno que la atendió, el decirle las cosas de frente, tal vez... "espantarla" un poco no vendría mal, de hecho. Mayura, aquella chica de cabellera bicolor... el rasgo más destacable aparte de sus orejas de Neko, ¿quien era ella en realidad, cuál sería su pasado, su verdadera forma de ser? ... Quizás podría descubrirlo más pronto de lo que pensaba...
— No, perdone que no le pueda ser de ayuda, pero no conozco a la susodicha Mayura que usted está diciendo. Ahora si me disculpa, debo asistir a clases, suerte con la búsqueda. — dijo la muchacha para luego proseguir caminando. Yo asentí con la cabeza algo desganado y luego proseguí con la búsqueda aparentemente interminable por la joven de cabellera bicolor; No pasó mucho tiempo, como demasiado 15 minutos, cuando en fin me decidí por dirigirme a lo que vendría siendo la famosa cafetería, perdido por perdido, prefería fijarme si la chica estaba allí, antes que perder más tiempo pensando en que alguien más aparte de mi mismo me podían ayudar. Renegué suavemente con la cabeza cuando llegué a la cafetería, y comencé a fijarme por todos lados a ver si la podía divisar, al final de cuentas ella había dicho un horario, pero entre la preocupación de su estado de salud, como también el simple hecho de que estábamos hablando de mil y una cosas, directamente ese ínfimo detalle se me pasó de largo de una manera demasiado estrepitosa, me sentía un poco tonto... bueno, "un poco" si es que me miro yo mismo al espejo con un solo ojo, pero saben a lo que me refiero.
Me senté en una silla frente a una pequeña mesa individual, esperando así que comenzaran a atenderme, mientras miraba a todos lados, hacia los costados, inclusive arriba y abajo... uno nunca sabe, ¿verdad? La paciencia de todos modos era una virtud que poseía, por lo que no me costaría demasiado tiempo darme cuenta que si no estaba ella, me iría de todos modos, pero si estaba y solamente debía buscar un tiempo para atenderme o tomarse un merecido tiempo libre, no tendría problema alguno con ello, al final de cuentas... le había dicho algo, solamente esperaba que lo haya cumplido a rajatabla, como le había dicho que debía hacer, sino... vamos, que tenía todo el derecho de enojarme con ella, bueno... "enojarme" y darle una merecida reprimenda, al final de cuentas soy mayor que ella, y tenía todo el derecho como médico de turno que la atendió, el decirle las cosas de frente, tal vez... "espantarla" un poco no vendría mal, de hecho. Mayura, aquella chica de cabellera bicolor... el rasgo más destacable aparte de sus orejas de Neko, ¿quien era ella en realidad, cuál sería su pasado, su verdadera forma de ser? ... Quizás podría descubrirlo más pronto de lo que pensaba...
Kinshiro- Vampiro
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Pareja : ¿Disculpe... pareja? No, por ahora.
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Puntos : 300
Fecha de inscripción : 14/08/2013
Localización : Donde la gente me necesite.
Re: It's hot, too damn hot!~ || PRIVADO
Habían pasado varios días desde que fue al médico para recibir una de sus revisiones mensuales, de por si ahora estaba mejor gracias a las pautas que le había dado ese chico… ¿Cómo era? Kenshiro… Kinaro… Kintaro… Ah, no, Kinshiro. Las ojeras desaparecieron y podría decirse que tenía algo más de energías. Pudo ir tranquilamente a su turno así que en esos momentos se encontraba en la parte trasera de la cafetería cargando cajas de un lado a otro, llevándolas a la cocina y al almacén. Aquello produjo que sus pequeños brazos terminasen algo adormecidos y adoloridos… Pero era su trabajo, no podía quejarse. Dio un bufido y tras unos minutos escuchó uno de los encargados comentar que fuese a pedir ordenes puesto notó que la bicolor ya empezaba a parecer agotada. Avergonzada hizo caso a ese comentario y empezó a caminar hacia el otro lado de la cafetería. Se enrojeció incluso… Diablos, se sentía demasiado inútil. Pero en ese instante se tropezó con una caja que había quedado en mitad del camino llegando a “volar” por apenas dos segundos, acabó rodando por el suelo hasta chocar contra un estante. Se aquejó lloriqueando un poco incluso y con ahora todo el cuerpo adolorido fue levantándose del suelo mientras un compañero se acercaba rápidamente, nervioso.- ¿E-E-Estás bien? ¿No te has hecho daño? – se apresuraba a decir revisando lo mejor que podía a la chica pero esta rápidamente renegó con la cabeza.- ¡Estoy bien! –exclamó aún más avergonzada que antes. Más que inútil se sentía torpe, abochornada fue acomodándose el cabello y empezó a ordenar todo lo que se desparramó por el suelo.
Cuando por fin hubo terminado con aquello se levantó del suelo y se puso un delantal sobre el uniforme de trabajo, no era exuberante ni nada por el estilo, nada que ver con los vestidos de maid que debió utilizar en la cafetería de su madre. Solamente suspiró al pensar en aquello. Probablemente su madre la vio como una simple empleada, una más a su servicio. Entornó los ojos al pensar en aquello y con cuidado renegó con la cabeza. El mismo muchacho de antes le indicó que fuese a tomar las ordenes que ya habían algunos clientes esperando.- V-Voy – se apresuró a decir curvando las cejas y terminando de acomodarse la ropa tomó una pequeña libretita y un bolígrafo. Al salir de la cocina se encontró con algunas mesas ya ocupadas, en su mayoría ya tenían sus pedidos así que fue a las que tenía más cerca para tomar sus ordenes. Por lo menos se le daba bien y era capaz de hablar con fluidez, de por si resultaba extraño que alguien con complicaciones para entablar una conversación con los demás se dedicase a un trabajo en el que requería cierta… Sociabilidad.
Entonces fue en dirección a la última mesa que faltaba por pedir orden y en cuanto estuvo al lado vio que se trataba del pelicastaño que se encargó de la revisión. Solamente apartó la mirada unos leves instantes y luego lo miró de reojo.- U-Uhm… –musitó.- Buenas… Tardes – murmuraba apretando un poquito el bolígrafo, no sabía bien qué decir cuando veía a alguien que conocía, ¿se suponía que un saludo era lo normal? Agh, era demasiado complicado. Tras dar un suspirito volvió a mirarle.- ¿Qué quieres pedir? –dijo con bastante tranquilidad aunque realmente hubiese preferido salir corriendo y que alguien más lo atendiese, le incomodaba encontrarse con alguien que probablemente conocía totalmente su estado de salud. De por si aquellos días ni se acordaba de la visita que tuvo en el hospital, eran tan frecuentes que a menudo las olvidaba, esperaba a que simplemente dijese lo antes posible qué quería así podría ir a entregar las ordenes del resto de clientes… Le extrañaba que hubiese ido a la cafetería del campus, en el hospital había una así que significaba que se presentó ahí expresamente por alguna razón que desconocía.
Cuando por fin hubo terminado con aquello se levantó del suelo y se puso un delantal sobre el uniforme de trabajo, no era exuberante ni nada por el estilo, nada que ver con los vestidos de maid que debió utilizar en la cafetería de su madre. Solamente suspiró al pensar en aquello. Probablemente su madre la vio como una simple empleada, una más a su servicio. Entornó los ojos al pensar en aquello y con cuidado renegó con la cabeza. El mismo muchacho de antes le indicó que fuese a tomar las ordenes que ya habían algunos clientes esperando.- V-Voy – se apresuró a decir curvando las cejas y terminando de acomodarse la ropa tomó una pequeña libretita y un bolígrafo. Al salir de la cocina se encontró con algunas mesas ya ocupadas, en su mayoría ya tenían sus pedidos así que fue a las que tenía más cerca para tomar sus ordenes. Por lo menos se le daba bien y era capaz de hablar con fluidez, de por si resultaba extraño que alguien con complicaciones para entablar una conversación con los demás se dedicase a un trabajo en el que requería cierta… Sociabilidad.
Entonces fue en dirección a la última mesa que faltaba por pedir orden y en cuanto estuvo al lado vio que se trataba del pelicastaño que se encargó de la revisión. Solamente apartó la mirada unos leves instantes y luego lo miró de reojo.- U-Uhm… –musitó.- Buenas… Tardes – murmuraba apretando un poquito el bolígrafo, no sabía bien qué decir cuando veía a alguien que conocía, ¿se suponía que un saludo era lo normal? Agh, era demasiado complicado. Tras dar un suspirito volvió a mirarle.- ¿Qué quieres pedir? –dijo con bastante tranquilidad aunque realmente hubiese preferido salir corriendo y que alguien más lo atendiese, le incomodaba encontrarse con alguien que probablemente conocía totalmente su estado de salud. De por si aquellos días ni se acordaba de la visita que tuvo en el hospital, eran tan frecuentes que a menudo las olvidaba, esperaba a que simplemente dijese lo antes posible qué quería así podría ir a entregar las ordenes del resto de clientes… Le extrañaba que hubiese ido a la cafetería del campus, en el hospital había una así que significaba que se presentó ahí expresamente por alguna razón que desconocía.
Mayura- Neko
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Pareja : ¡N-No! ¡Por supuesto que no!
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Puntos : 425
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Re: It's hot, too damn hot!~ || PRIVADO
Y cuando pensaba que me iba a atender otra persona totalmente diferente, alguien que no fuera Mayura, una voz sumamente conocida me despertó de mis pensamientos... efectivamente, era Mayura, aquella joven de cabellera bicolor a la cual había atendido hacía días atrás por un caso de desmaye repentino, ya que un compañero la tuvo que traer hasta el Hospital de la Universidad, al parecer tendría que ser algo bastante preocupante como para que tuviera que atenderla solamente un estudiante como yo, un "interno" por así decirlo de una manera más... literal; Su voz me resultaba calmante, además de que parecía un tanto avergonzada, lo que me causaba bastante risa, pero por ahora aguantaría aquellos impulsos de reír y solamente le sonreiría con amabilidad, asintiendo suavemente con la cabeza al notar que ella también me reconocía, o bueno... al menos eso es lo que esperaba, sino estaría en graves problemas cuando le empezara a preguntar algunas cosas, pero... primero lo primero, hay que ser educados y responder a lo que ella había dicho antes de que yo comenzara a "atacarle" con preguntas. — Primero que nada, desearía un café con dos cubos de azúcar, y una medialuna rellena de jamón y queso, por favor. Todo para consumir aquí. — inicié diciendo, para luego posar mi diestra sobre la mano zurda contraria, clavando mi mirada sobre sus ojos de color azulado, sonriéndole levemente, mordiéndome con sutileza el labio inferior pero solamente porque me molestaba, y era ya una costumbre que se me había hecho hábito por así decirlo, no estaba intentando ser seductor en absoluto.
— Y tengo que pedirte un favor, Mayura-chan... — hice una pequeña pausa, sonriéndole aún con esa amabilidad que tanto me caracteriza, o bueno, al menos yo pensaba que tenía. — ¿Podrías sentarte unos momentos conmigo? Es para hacerte un pequeño cuestionario, o más bien, quiero hacer un rápido control de tu estado de salud actual, ya que... es mejor prevenir que lamentar... ¿no es así?— musité sacando una pequeña libreta, de por si ya tenía algunas preguntas en mente, pero otras las tenía anotadas. Solamente era cuestión de que Mayura primero fuera a traer la orden que había pedido, para luego, si se lo permitían, sentarse conmigo a charlar un poco, al final de cuentas dudaba mucho que se lo negaran... ¿verdad? solamente tendría unos minutos y nada más, no le robaría toda la tarde o al menos haría el intento de que no sucediera eso, dependía más de nosotros dos y cuanto fuéramos a charlar, que lo que le fuera a preguntar de por si; Mientras esperaba a Mayura, me cruzaba de brazos y de piernas, ya que pronto se fue a dejar la orden al pincho de papeles para órdenes ya tomadas, y posiblemente se puso a preparar todo lo que yo había pedido, que no era mucho, más bien era lo mínimo. Pero de todos modos, una vez llegase de nuevo pero esta vez con las cosas que había pedido, en dicho caso que se pudiera quedar a charlar un rato, sonreiría de forma animosa, un tanto risueño, y comenzaría a hablar luego de dar un pequeño trago a aquel candente café.
— Bien... empecemos, iniciando por... ¿cómo has estado estos días? ¿Has cumplido acaso los días de descanso que te he asignado, aparte de la semana de medio horario que te otorgué aparte de los días que podías faltar? — parecía bastante acosador, pero solamente quería preocuparme por mis pacientes, o bueno, por ella más que nada, al final de cuentas, había sido mi primera paciente en mucho tiempo, porque era mi primer día como un Interno, o bueno, como un médico de consultas por así decirlo, había estudiado lo suficiente y sacado buenas notas como para merecer ese privilegio; — Te parecerá aburrido, pero... es que es algo rutinario, al menos para mi, el saber cómo van desarrollando en salud mis pacientes, y bueno... tú eres mi primera paciente. — agregaba explicando la situación o más o menos el porqué me encontraba ahí. Mi mirada violácea seguía fija sobre sus orbes oculares, para de vez en cuando dar algún que otro sorbo al café, o bueno... trago, y luego comer un trozo de la medialuna rellena que también había pedido, mientras que esperaba que Mayura me contestara al menos algunas de mis preguntas. Tampoco es que la fuera a atosigar por así decirlo a puras preguntas pesadas, tal vez aprovechando el tiempo libre que le hayan dado podríamos hablar de cualquier otra cosa, quien sabe... solamente debía primero cerciorarme de que estuviera bien, antes de calmarnos y pasar a temas más triviales por así decirlo, más comunes y corrientes.
— Y tengo que pedirte un favor, Mayura-chan... — hice una pequeña pausa, sonriéndole aún con esa amabilidad que tanto me caracteriza, o bueno, al menos yo pensaba que tenía. — ¿Podrías sentarte unos momentos conmigo? Es para hacerte un pequeño cuestionario, o más bien, quiero hacer un rápido control de tu estado de salud actual, ya que... es mejor prevenir que lamentar... ¿no es así?— musité sacando una pequeña libreta, de por si ya tenía algunas preguntas en mente, pero otras las tenía anotadas. Solamente era cuestión de que Mayura primero fuera a traer la orden que había pedido, para luego, si se lo permitían, sentarse conmigo a charlar un poco, al final de cuentas dudaba mucho que se lo negaran... ¿verdad? solamente tendría unos minutos y nada más, no le robaría toda la tarde o al menos haría el intento de que no sucediera eso, dependía más de nosotros dos y cuanto fuéramos a charlar, que lo que le fuera a preguntar de por si; Mientras esperaba a Mayura, me cruzaba de brazos y de piernas, ya que pronto se fue a dejar la orden al pincho de papeles para órdenes ya tomadas, y posiblemente se puso a preparar todo lo que yo había pedido, que no era mucho, más bien era lo mínimo. Pero de todos modos, una vez llegase de nuevo pero esta vez con las cosas que había pedido, en dicho caso que se pudiera quedar a charlar un rato, sonreiría de forma animosa, un tanto risueño, y comenzaría a hablar luego de dar un pequeño trago a aquel candente café.
— Bien... empecemos, iniciando por... ¿cómo has estado estos días? ¿Has cumplido acaso los días de descanso que te he asignado, aparte de la semana de medio horario que te otorgué aparte de los días que podías faltar? — parecía bastante acosador, pero solamente quería preocuparme por mis pacientes, o bueno, por ella más que nada, al final de cuentas, había sido mi primera paciente en mucho tiempo, porque era mi primer día como un Interno, o bueno, como un médico de consultas por así decirlo, había estudiado lo suficiente y sacado buenas notas como para merecer ese privilegio; — Te parecerá aburrido, pero... es que es algo rutinario, al menos para mi, el saber cómo van desarrollando en salud mis pacientes, y bueno... tú eres mi primera paciente. — agregaba explicando la situación o más o menos el porqué me encontraba ahí. Mi mirada violácea seguía fija sobre sus orbes oculares, para de vez en cuando dar algún que otro sorbo al café, o bueno... trago, y luego comer un trozo de la medialuna rellena que también había pedido, mientras que esperaba que Mayura me contestara al menos algunas de mis preguntas. Tampoco es que la fuera a atosigar por así decirlo a puras preguntas pesadas, tal vez aprovechando el tiempo libre que le hayan dado podríamos hablar de cualquier otra cosa, quien sabe... solamente debía primero cerciorarme de que estuviera bien, antes de calmarnos y pasar a temas más triviales por así decirlo, más comunes y corrientes.
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