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El cazador cazado [Libre]
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Jikan Highschool :: Papelera :: Papelera
Página 1 de 1.
El cazador cazado [Libre]
Un cazador siempre debe estar alerta de cualquier movimiento que haga su presa. Debe ser cuidadoso y evitar ser descubierto a toda costa, pues cualquier error puede ser fatal y llevar el plan irremediablemente al traste. Observó a la chica en cuestión, sentada solitaria bajo un enorme manzano, que sin quererlo evocaba a la tentación y a la pureza más temprana. No debía demorarse, y así, agazapado en la verde hierba, el cazador avanzó con agilidad y sigilo felino, muy lentamente hacia ella. Cada sutil movimiento requería de la más absoluta precisión, coordinando sus sentidos para llevar a cabo el golpe perfecto. Ya faltaba menos, podía distinguir la silueta de la muchacha entre el alto césped que dificultaba su visión, y se sintió complacido al ver que estaba desprevenida, tal y como el quería. Tragó saliva, y cuando apenas faltaban unos centímetros... ¡Chask! Una ramita traicionera delató su posición al ser pisada por una de sus extremidades. ¡Maldición! Ya no había vuelta atrás, por lo que optó por una evasiva de primer rango.
Un gatito emergió de entre la hierba. Era negro, peludo y de aspecto suave, y sus ojos azules miraron a chica con gesto tierno apelando a su compasión.
-Miau-Maulló Howl, en su forma felina, intentando capturar la atención de la chica, después del desastroso incidente con la rama. A todas las chicas les gustan los gatos, y esta no debía ser una excepción.
Un gatito emergió de entre la hierba. Era negro, peludo y de aspecto suave, y sus ojos azules miraron a chica con gesto tierno apelando a su compasión.
-Miau-Maulló Howl, en su forma felina, intentando capturar la atención de la chica, después del desastroso incidente con la rama. A todas las chicas les gustan los gatos, y esta no debía ser una excepción.
Howell Henkin- Pet :
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Re: El cazador cazado [Libre]
- Spoiler:
- {Off: Espero no molestar~}
Habían pasado ya semanas desde que había abandonado su reino, había destinado a toda alma viva a un sueño constante, un descanso eterno, al menos, hasta encontrar cura. Estaba encerrada, ahora como en el principio, no había salida, los dioses nunca mienten... Un pesado suspiro escapó de sus labios sellados en sonrisa permanente, por un momento su sonrisa se espumó, por un momento el pesar se reflejó en su cara de porcelana. Una muñeca, un ángel que había sido echado del cielo, los dioses no mienten. Sus pasos volvieron a ser privados de ruido alguno como acostumbrada era hacía antaño. Sin duda echaba de menos todas las personas que conocía, sus constantes sonrisas y risas, el sonar del violín que interrumpía la aburrida monotonía de la corte, aquél aroma tan dulce y aquél clima tan frío. Echaba de menos todo y cada uno de los pequeños detalles de su país, su amado y querido país, mucho más que el cielo, mucho más que el infierno.
Sus pasos inconscientes la llevaron hasta las áreas verdes de la academia, se alejó del gentío y se sentó en el césped, al lado de un gran y frondoso árbol mientras sus ojos se posaban en cada uno de aquellas flores blancas que habían a su alrededor. Chikage, a su lado, simplemente se asentó a un lado de la muchacha, cerrando sus carmines orbes a la luz del sol, ver aquella criatura dibujó una sonrisa en los labios de su ama quien perdida en sus propios pensamientos bajó su guardia del todo. ¿Quien se atrevería herir a una estudiante de aquella academia?. Adler mismo sería capaz de mover tierra y cielo... pero él estaba durmiendo, lo había dejado tal y debía de seguir igual. —Pero los dioses no mienten...— Un susurro a penas escapó de sus labios mientras pasaba sus manos hacia atrás, sujetándose de la tierra para poder mantenerse recta.
Un siseo y el repentino levantar de la cabeza del animal albino hizo que desviara su mirada a un lado, mas suspiró al ver un minino. —Hola, minino... ¿Vienes a hacerme compañía?— Ladeó su rostro con suma inocencia a la vez que extendía sus manos hacia él, en un amistoso acto. Una oleada de viento causó que sus ojos se cerraran de golpe, ondeando su dorado cabello al compás del viento. Sucesivamente entreabrió sus ojos, volviendo a sonreír a aquél gato que se había molestado en mostrarse a su persona.
Sus pasos inconscientes la llevaron hasta las áreas verdes de la academia, se alejó del gentío y se sentó en el césped, al lado de un gran y frondoso árbol mientras sus ojos se posaban en cada uno de aquellas flores blancas que habían a su alrededor. Chikage, a su lado, simplemente se asentó a un lado de la muchacha, cerrando sus carmines orbes a la luz del sol, ver aquella criatura dibujó una sonrisa en los labios de su ama quien perdida en sus propios pensamientos bajó su guardia del todo. ¿Quien se atrevería herir a una estudiante de aquella academia?. Adler mismo sería capaz de mover tierra y cielo... pero él estaba durmiendo, lo había dejado tal y debía de seguir igual. —Pero los dioses no mienten...— Un susurro a penas escapó de sus labios mientras pasaba sus manos hacia atrás, sujetándose de la tierra para poder mantenerse recta.
Un siseo y el repentino levantar de la cabeza del animal albino hizo que desviara su mirada a un lado, mas suspiró al ver un minino. —Hola, minino... ¿Vienes a hacerme compañía?— Ladeó su rostro con suma inocencia a la vez que extendía sus manos hacia él, en un amistoso acto. Una oleada de viento causó que sus ojos se cerraran de golpe, ondeando su dorado cabello al compás del viento. Sucesivamente entreabrió sus ojos, volviendo a sonreír a aquél gato que se había molestado en mostrarse a su persona.
Erika Flowright- Ángel Caído
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Re: El cazador cazado [Libre]
Los días soleados como estos me hacían tener ganas de ponerme a la sombra de un árbol y dormir todo el día, si era necesario, por lo que aproveché el descanso para irme a las zonas verdes y acostarme para la sombra de un árbol y quedarme completamente dormido.
-Esto está genial... -pensé cuando estaba a punto de quedarme dormido, cuando de repente siento que algo cae sobre mi pecho, lo que me obliga a abrir los ojos y encontrarme frente a los ojos azules de Kario.
-¿No te dije que te quedaras en la habitación? -le contesté sin apartar la mirada ni mostrar ningún signo de rabia o mosqueo en mi rostro, pero Kario siguió saltando sobre mi pecho y, tras unos minutos, sale de repente corriendo, obligándome a levantarme, molesto.
-Mira que es pesado.. -gruño mientras comienzo a buscarlo entre todo el lugar, hasta encontrarlo frente a una chica sentada en un banco, acompañada de una serpiente y un gato.
-Hola. ¿Te ha molestado? -saludo con educación a la chica mientras me acerco y señalo a Kario, quien se había acercado a la serpiente y al gato, olisqueándolos.
-Esto está genial... -pensé cuando estaba a punto de quedarme dormido, cuando de repente siento que algo cae sobre mi pecho, lo que me obliga a abrir los ojos y encontrarme frente a los ojos azules de Kario.
-¿No te dije que te quedaras en la habitación? -le contesté sin apartar la mirada ni mostrar ningún signo de rabia o mosqueo en mi rostro, pero Kario siguió saltando sobre mi pecho y, tras unos minutos, sale de repente corriendo, obligándome a levantarme, molesto.
-Mira que es pesado.. -gruño mientras comienzo a buscarlo entre todo el lugar, hasta encontrarlo frente a una chica sentada en un banco, acompañada de una serpiente y un gato.
-Hola. ¿Te ha molestado? -saludo con educación a la chica mientras me acerco y señalo a Kario, quien se había acercado a la serpiente y al gato, olisqueándolos.
Trafalgar Law- Shinigami
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Re: El cazador cazado [Libre]
Excelente... Un brillo de triunfo iluminó los ojos azules del pequeño gato, pero aún era demasiado pronto para cantar victoria. La presa dejaba al descubierto su vulnerabilidad frente a él, aunque fuese únicamente debido a su aspecto felino, cosa que Howl debía aprovechar a toda costa aquel excedente, aunque debía darse prisa. Su táctica infalible consistía en aproximarse a la muchacha en cuestión, dejarse acariciar por ella durante unos minutos y fingir que salía asustado por algún motivo, escondiéndose tras los matorrales para después emerger en su forma humana y preguntarle a la joven si sabia del paradero de su gato perdido. No había fisuras en una maquiavélica creación como aquella, pero no podía dejar cabos sueltos.
El peludo animal volvió a maullar, en modo de respuesta, se aproximó hacia sus piernas y comenzó a restregar su lomo contra estas para después buscar sus manos con la cabeza, dando a entender que quería caricias. Pocas muchachas se resistían a un espectáculo tan adorable como aquel. Para dar más melodrama al asunto, un gemido suave y un ronroneo brotaron de su garganta, a fin de encandilarla. Miró fugazmente a la serpiente con uno de sus ojos entrecerrados, y decidió que fingir temor por ella era la mejor excusa que encontraría para llevar con éxito la segunda parte del plan.
Un ligero contratiempo, ¿O no? El pelo de su lomo se erizó al notar una presencia perturbadora que lo alertaba desde su cuerpo felino. Un zorro, cánido por extensión, acababa de inmiscuirse en la escena, pero Howl no temía pues podía resultar más beneficioso aún que la serpiente. Bien era sabido que los gatos no se llevaban bien con sus contrapartidas de cuatro patas, la coartada perfecta. Pero era evidente que una nueva incógnita se había sumado a la ecuación de improvisto: Un hombre. Estupendo, sencillamente genial, pensó con ironía. Por un fugaz momento, la lengua de Howl estuvo a punto de traicionarle y revelar su habla humana, pero contuvo su lengua bajo control y se limitó a bufar con desagrado, estrujándose más contra las piernas de la joven cual criatura territorial.
El peludo animal volvió a maullar, en modo de respuesta, se aproximó hacia sus piernas y comenzó a restregar su lomo contra estas para después buscar sus manos con la cabeza, dando a entender que quería caricias. Pocas muchachas se resistían a un espectáculo tan adorable como aquel. Para dar más melodrama al asunto, un gemido suave y un ronroneo brotaron de su garganta, a fin de encandilarla. Miró fugazmente a la serpiente con uno de sus ojos entrecerrados, y decidió que fingir temor por ella era la mejor excusa que encontraría para llevar con éxito la segunda parte del plan.
Un ligero contratiempo, ¿O no? El pelo de su lomo se erizó al notar una presencia perturbadora que lo alertaba desde su cuerpo felino. Un zorro, cánido por extensión, acababa de inmiscuirse en la escena, pero Howl no temía pues podía resultar más beneficioso aún que la serpiente. Bien era sabido que los gatos no se llevaban bien con sus contrapartidas de cuatro patas, la coartada perfecta. Pero era evidente que una nueva incógnita se había sumado a la ecuación de improvisto: Un hombre. Estupendo, sencillamente genial, pensó con ironía. Por un fugaz momento, la lengua de Howl estuvo a punto de traicionarle y revelar su habla humana, pero contuvo su lengua bajo control y se limitó a bufar con desagrado, estrujándose más contra las piernas de la joven cual criatura territorial.
- Erika y Trafalgar:
- En absoluto. Espero haber estado a la altura de vuestro post, mylady.
Howell Henkin- Pet :
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Re: El cazador cazado [Libre]
Me acerqué para cogerle la mano a la chica y le miré a los ojos, fijamente.
-Es un placer. Soy Trafalgar Law. -me presenté ante ella antes de bajar la vista y besarle levemente la mano para erguirme luego.
-En serio, te pido disculpas en nombre de Kario. Últimamente está muy hiperactivo. -me disculpé ante ella mientras cogía a Kario con las manos y tiraba de él para alejarlo de la serpiente y del gato, el cual llamó mi atención cuando le noté algo raro a su aura.
-¿Ese gato es tuyo? -le pregunté a la chica mientras me inclinaba hacia él para mirarle directamente a los ojos, sin apartarlos un segundo.
-Es bastante curioso este gato. Hasta podría decir que inusual... -pensé al fijar mis ojos sobre los suyos y luego me aparto lentamente, sin dejar de mirarlo, intrigante.
-Bueno, ¿te importa que te acompañe? -le pregunto antes de sentarme a su lado, un poco alejado de la serpiente por precaución.
-Es un placer. Soy Trafalgar Law. -me presenté ante ella antes de bajar la vista y besarle levemente la mano para erguirme luego.
-En serio, te pido disculpas en nombre de Kario. Últimamente está muy hiperactivo. -me disculpé ante ella mientras cogía a Kario con las manos y tiraba de él para alejarlo de la serpiente y del gato, el cual llamó mi atención cuando le noté algo raro a su aura.
-¿Ese gato es tuyo? -le pregunté a la chica mientras me inclinaba hacia él para mirarle directamente a los ojos, sin apartarlos un segundo.
-Es bastante curioso este gato. Hasta podría decir que inusual... -pensé al fijar mis ojos sobre los suyos y luego me aparto lentamente, sin dejar de mirarlo, intrigante.
-Bueno, ¿te importa que te acompañe? -le pregunto antes de sentarme a su lado, un poco alejado de la serpiente por precaución.
Trafalgar Law- Shinigami
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Re: El cazador cazado [Libre]
Erika no era una persona que amara de sobremanera los gatos, de hecho, los únicos animales que podían sobrevivir en el frío clima donde había crecido eran las focas, los pingüinos y otros seres de fuerte aguante, el mismo clima cálido era en aquellos momentos algo molesto por ella, quien de por si estaba metida en su pensar. Chikage ya estaba acostumbrado y quizás pensó que era conveniente dejarla salir sola de su pensar, aunque el maullido del gato le causó una sorpresa y fue principalmente aquél peludo animal que la sacó de su oscura mente. Ladeó su rostro con gesto suave al verle ronronear contra su pierna. De cierta forma le había causado suma ternura y era ese el motivo por el cual su mano estaba acariciando con suavidad el lomo contrario.
El ser albino volvió a sisear ante el zorro que se acercó a él y por un momento el ángel caído se sintió algo así como una cuidadora de mascotas. Levantó la mano libre a sus labios, ocultando una suave sonrisa que escapó de ellos, sin pre-aviso. —Oh, está bien Chikage, estas asustando a nuestros inesperados compañeros— Aquellas palabras fueron suficientes como para hacer que el ser invertebrado dejara de sisear peligrosamente contra la mascota ajena, al fin y al cabo, era de esperarse que su mascota fuera tan poco amistosa con los demás. Aun no entendía porque su interés se había fijado solo en ella, porque la protegía tanto. Desvió una vez más su mirada al joven hombre que había aparecido a su lado, supuso entonces que era su mascota. —No, a mi no me molesta. Chikage es algo descortés, pido que lo perdones. En cuanto a él...— Su mirada se pasó en el felino y sonrió.
Sus manos se juntaron alrededor del gato y con un movimiento cuidadoso lo tomó entre sus brazos, para, sucesivamente sonreír con ternura. Conocía el miedo, lo odiaba... y de cierta forma le desagradaba que los demás lo sintieran, aunque este sea solo un animal. —No te preocupes, ellos no te harán nada... estoy yo aquí— Le susurró con suavidad antes de volver a mirar sus acompañantes. Era peculiar, sumamente extraño el estar rodeada de animales, aunque de cierta forma, aquello no le desagradó para nada. El tacto de aquél gato era suave, cálido... Chikage era templado y un tacto tan peculiar... Pero eran seres vivos, que por puro deseo se habían acercado a alguien como ella. El repentino acto del chico la sorprendió un poco, pero de cierta forma ya lo había sentido anteriormente, debido a su título, a su cercanía al rey... —Es un gusto conocerla y es agradable tener compañía! Mi nombre es Erika, Erika Flowright. La serpiente es Chikage, mi mascota... en cuanto a este gatito... simplemente se acercó a mi... pero seguro tendrá un lindo nombre...— Miró al desconocido, esbozando una sutil sonrisa. Aunque por su pregunta ladeó su rostro, algo insegura. Sus ojos bajaron una vez más al gato y sonrió. —Quizás sea algo como nuestras mascotas... Pero no creo que tenga malas intenciones— Su sonrisa se ensanchó, cerrando sus azuladas orbes antes de fijarlas de nuevo en Law. —¿Que le lleva por estos lares?.
El ser albino volvió a sisear ante el zorro que se acercó a él y por un momento el ángel caído se sintió algo así como una cuidadora de mascotas. Levantó la mano libre a sus labios, ocultando una suave sonrisa que escapó de ellos, sin pre-aviso. —Oh, está bien Chikage, estas asustando a nuestros inesperados compañeros— Aquellas palabras fueron suficientes como para hacer que el ser invertebrado dejara de sisear peligrosamente contra la mascota ajena, al fin y al cabo, era de esperarse que su mascota fuera tan poco amistosa con los demás. Aun no entendía porque su interés se había fijado solo en ella, porque la protegía tanto. Desvió una vez más su mirada al joven hombre que había aparecido a su lado, supuso entonces que era su mascota. —No, a mi no me molesta. Chikage es algo descortés, pido que lo perdones. En cuanto a él...— Su mirada se pasó en el felino y sonrió.
Sus manos se juntaron alrededor del gato y con un movimiento cuidadoso lo tomó entre sus brazos, para, sucesivamente sonreír con ternura. Conocía el miedo, lo odiaba... y de cierta forma le desagradaba que los demás lo sintieran, aunque este sea solo un animal. —No te preocupes, ellos no te harán nada... estoy yo aquí— Le susurró con suavidad antes de volver a mirar sus acompañantes. Era peculiar, sumamente extraño el estar rodeada de animales, aunque de cierta forma, aquello no le desagradó para nada. El tacto de aquél gato era suave, cálido... Chikage era templado y un tacto tan peculiar... Pero eran seres vivos, que por puro deseo se habían acercado a alguien como ella. El repentino acto del chico la sorprendió un poco, pero de cierta forma ya lo había sentido anteriormente, debido a su título, a su cercanía al rey... —Es un gusto conocerla y es agradable tener compañía! Mi nombre es Erika, Erika Flowright. La serpiente es Chikage, mi mascota... en cuanto a este gatito... simplemente se acercó a mi... pero seguro tendrá un lindo nombre...— Miró al desconocido, esbozando una sutil sonrisa. Aunque por su pregunta ladeó su rostro, algo insegura. Sus ojos bajaron una vez más al gato y sonrió. —Quizás sea algo como nuestras mascotas... Pero no creo que tenga malas intenciones— Su sonrisa se ensanchó, cerrando sus azuladas orbes antes de fijarlas de nuevo en Law. —¿Que le lleva por estos lares?.
- Léanme(?):
- Off: Claro, amé su post, caballero. Oh, a todo esto. ¿Deberíamos mantener un orden de posteo?
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Re: El cazador cazado [Libre]
-Las sombras de los árboles donde poder dormir, pero quien me trajo hasta vos fue mi simpática mascota. -le contesté con una sonrisa, señalando a Kario, quien se había acercado de nuevo a la serpiente y luego al gato, completamente tranquilo.
-¿Y que os trajo hasta aquí, Erika? -le pregunté con algo de curiosidad mientras me acostaba en el césped y colocaba las manos detrás de la cabeza, mirando hacia el cielo, contemplando el cielo azul.
-El tiempo de hoy no está mal, pero prefiero las noches. -le comenté a Erika, mirándola de reojo, a la vez que Kario se acercaba a ella para olisquearla y subir sobre sus rodillas para acostarse.
-Si te molesta solo dilo. A veces se pasa un poco. -le avisé a Erika al ver el comportamiento de Kario, quién me ignoraba cada vez que lo llamaba.
-Déjame adivinar... ¿Ángel caído? -le pregunté tras un largo silencio, levantándome y poniéndome en frente suya para mirarla directamente a los ojos, y de reojo por unos segundos al gato, el cual me seguía resultando extraño por su comportamiento, a pesar de parecer y comportarse como un gato normal y corriente.
-¿Y que os trajo hasta aquí, Erika? -le pregunté con algo de curiosidad mientras me acostaba en el césped y colocaba las manos detrás de la cabeza, mirando hacia el cielo, contemplando el cielo azul.
-El tiempo de hoy no está mal, pero prefiero las noches. -le comenté a Erika, mirándola de reojo, a la vez que Kario se acercaba a ella para olisquearla y subir sobre sus rodillas para acostarse.
-Si te molesta solo dilo. A veces se pasa un poco. -le avisé a Erika al ver el comportamiento de Kario, quién me ignoraba cada vez que lo llamaba.
-Déjame adivinar... ¿Ángel caído? -le pregunté tras un largo silencio, levantándome y poniéndome en frente suya para mirarla directamente a los ojos, y de reojo por unos segundos al gato, el cual me seguía resultando extraño por su comportamiento, a pesar de parecer y comportarse como un gato normal y corriente.
- Spoiler:
- A mi me da igual. Yo comento cuando veo que puedo.
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Re: El cazador cazado [Libre]
- Howl dice...:
- Yo diría que sí, si no seguimos los turnos esto será un caos total. Ahora le toca a Erika, y después a Law, ¿Correcto?
Todo lo que aparece en el post con respecto a Erika y Law son suposiciones de Howl n_nº
¡¿Cómo que inusual?! Por su bien esperaba que ese desliz lingüistico no hubiese ido por un mal camino, de lo contrario no tendría reparos en saltar sobre su cara y arañarla con sus finas y afiladas uñas, que si bien no eran muy grandes podían clavarse con suma facilidad en la piel. Howl dejó escapar un gatuno bufido, desde luego ese individuo no era ningún amante de los gatos, a juzgar por su falta de vocabulario a la hora de describirlo, pero su presencia era compensada por las caricias que recibía de la muchacha. Sus dedos se hundían en su pelaje y le arrancaban ronroneos de regocijo que se debían al propio placer que despertaban en su cuerpo y al conocimiento de saber que había traspasado una de las primeras barreras esenciales en el cortejo a una mujer.
Pero entonces notó como se elevaba en el aire, y la alerta del peligro lo hizo abrir los ojos de par en par y aullar, retorciéndose un tanto en las manos de ella, para calmarse después al acabar entre sus brazos como un bebé acunado. Muy cerca de, ejem, sus pechos. Ni planeado le habría salido mejor la jugada, ciertamente, por lo que se acurrucó más junto a ella, con todo el cuidado que pudo para no hacerle daño de forma indebida, lo cual podía acarrear que acabase en el suelo bruscamente a causa de un descuido.
Su pelo se erizó involuntariamente cuando, aprovechando las defensas bajas de la joven a causa la presencia del pequeño felino, el sujeto se atrevió a tomar su mano y besarla. Siseó ante la imposibilidad de decirle algunas cuantas palabras sobre el “por qué no debía aprovecharse del trabajo ajeno en el cortejo”, como si intentase hacerle ver a ella que ese tipo no era de su agrado. Cualquier rival por la misma dama merecía su más hondo desprecio. Aprovecharse de una doncella de esa forma... Bueno, él lo hacía pero era distinto… Tenía que deshacerse de ese tipo cuanto antes.
¡Oh, oh! Notaba cómo los efectos de la magia comenzaban a disiparse, traduciéndose en un ligero mareo. Debía escapar cuanto antes, si no quería que la escena se volviese de los más bochornosa y embarazosa para Erika y para él, pero no era tarea fácil al hallarse sujeto por ella en una prisión de la que no quería escapar. Gimió, era necesario hacerlo por su propia integridad y para no quedar en ridículo frente al otro. En un acto desesperado, optó por hacer algo que no hubiese deseado bajo ningún concepto, pero que la situación lo obligaba al ser causas de fuerza mayor. Sus pequeñas garras se clavaron en la chica allá donde esta lo sujetaba, a fin de agilizar el proceso, y saltó con elegancia felina al suelo, corriendo como un poseso hasta el matorral más cercano y dejando atrás a la misteriosa pareja. Esperaba que lo perdonase, aunque siempre podría excusar a su “travieso gatito”. Esa huida era necesaria, aunque no le agradaba dejar a su presa sola en presencia de lo que él consideraba otro cazador. No quería demorarse más de la cuenta. Se adentró en la espesura, alejado de las miradas indiscretas mientras notaba la propia transformación de su cuerpo. Su piel tironeaba y se tensaba sobre sus músculos, sus huesos cambiaban de forma a una velocidad vertiginosa, el pelo comenzaba a desaparecer… Se dejó caer completamente exhausto en un lugar oculto de la maleza, justo donde había dejado sus prendas estratégicamente colocadas para poder vestirse, iniciando así la segunda fase de su misión de cortejo.
-No debería hacer esto tan a menudo-Se quejó en voz baja-O acabaré escupiendo bolas de pelo-Se apartó un mechón rubio del rostro y atrajo hacia sí los pantalones, comenzando a colocárselos para no quedar tan expuesto. Un hombre siempre debería ir bien vestido cuando planea encontrarse con una dama.
Howell Henkin- Pet :
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Re: El cazador cazado [Libre]
Era sorprendente ver a tantos animales demostrar su amor para ella, pues al fin y al cabo nunca había estado tan cerca de unas mascotas como para saber si ellas la amarían u odiarían. Por ende en ningún momento acudió una real curiosidad acerca de ello, al fin y al cabo Chikage estaba a su lado, él a diferencia de muchos parecía quererla por lo que era, un ángel extraviado. —No, realmente no me molesta. Me alegra que no me odie— Sus ojos se entrecerraron observando la mascota contraria mientras aun mantenía en sus brazos al minino. No tardó por llevar una mano a la mascota contraria y le acaricio con calma. Chikage a su lado levantó su blanca cabeza, siseando con enfado ante la atención de su ama a las demás mascotas. Erika por su parte simplemente soltó una pequeña risa irónica.
El sol, era demasiado fuerte para mis gustos y busqué un lugar con sombra— No estaba mintiendo, nunca le había agradado el sol dado que nunca había entrelazado amistad con él. Su mirada pasó de golpe en el contrario ante su sucesiva pregunta. ¿Como podía él haberse dado cuenta de lo que ella era? Por un momento calló, pensó en negar, pensó en callar, mas ninguna opción era adecuada y terminó por asentir en un mudo gesto en un principio. —Si, lo soy... ¿Como supo usted eso?— Odiaba su raza, aunque amaba el hecho de haber conocido personas como Adler, era contradictoria y lo sabía, pero no podía hacer a menos... ella ya no era un ángel, tenía la capacidad de mentir, no era necesario seguir diciendo la verdad aunque lo estuviera haciendo... por el momento.
A diferencia de Law, ella no tenía la capacidad de descubrir la raza contraria, quizás porque nunca vio otra a parte de humanos y magos, ese grupo de por si era tan parecido, que siquiera llegaba a entender la diferencia de uno y otro, pues incluso se daban momentos en los qué simples humanos demostraban poderes particulares, lejos de los propios de la magia. Cerró un ojo, soltando un suave quejido en cuanto las uñas del minino rasgaron la piel de su mano. Su agarre se suavizó, y no le dio tiempo retener el gato, como tampoco tenía intención de hacerlo, mas su mano pasó a acariciar la herida... dada su mera existencia como ángel caído aquella herida no era gran cosa, aunque doliera un poco. Chikage por su parte se acercó a la pelirrubia ante su quejido, fijando sus carmines orbes en las ajenas. —Al parecer no le caía muy bien al gato...— Un cojín infantil se dibujó en sus labios a la par que se levantaba y caminaba hacia la dirección en donde el gato había escapado. Fue entonces que escuchó claramente el siseo de su mascota, quien la miraba fijamente, sin otorgarle consentimiento alguno.
El sol, era demasiado fuerte para mis gustos y busqué un lugar con sombra— No estaba mintiendo, nunca le había agradado el sol dado que nunca había entrelazado amistad con él. Su mirada pasó de golpe en el contrario ante su sucesiva pregunta. ¿Como podía él haberse dado cuenta de lo que ella era? Por un momento calló, pensó en negar, pensó en callar, mas ninguna opción era adecuada y terminó por asentir en un mudo gesto en un principio. —Si, lo soy... ¿Como supo usted eso?— Odiaba su raza, aunque amaba el hecho de haber conocido personas como Adler, era contradictoria y lo sabía, pero no podía hacer a menos... ella ya no era un ángel, tenía la capacidad de mentir, no era necesario seguir diciendo la verdad aunque lo estuviera haciendo... por el momento.
A diferencia de Law, ella no tenía la capacidad de descubrir la raza contraria, quizás porque nunca vio otra a parte de humanos y magos, ese grupo de por si era tan parecido, que siquiera llegaba a entender la diferencia de uno y otro, pues incluso se daban momentos en los qué simples humanos demostraban poderes particulares, lejos de los propios de la magia. Cerró un ojo, soltando un suave quejido en cuanto las uñas del minino rasgaron la piel de su mano. Su agarre se suavizó, y no le dio tiempo retener el gato, como tampoco tenía intención de hacerlo, mas su mano pasó a acariciar la herida... dada su mera existencia como ángel caído aquella herida no era gran cosa, aunque doliera un poco. Chikage por su parte se acercó a la pelirrubia ante su quejido, fijando sus carmines orbes en las ajenas. —Al parecer no le caía muy bien al gato...— Un cojín infantil se dibujó en sus labios a la par que se levantaba y caminaba hacia la dirección en donde el gato había escapado. Fue entonces que escuchó claramente el siseo de su mascota, quien la miraba fijamente, sin otorgarle consentimiento alguno.
- Spoiler:
- {Off: En este caso le tocaría a Law postear, sucesivamente a Howl y luego a mi... y así sucesivamente~ }
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Re: El cazador cazado [Libre]
Al ver el rostro de incertidumbre de Erika, sonreí de forma atractiva.
-Es lo que tiene ser un Shinigami: puedes ver el nombre y su fecha de ''caducidad'' de cualquier ser vivo que mires. Además, cada raza desprende un aura distinta a las demás, y ya me he encontrado con otros ángeles caídos antes. -le respondí con tranquilidad mientras volvía a acomodarme sobre la hierba, relajándome por completo mientras veía como Kario se dejaba acariciar, cariñosamente, por Erika.
En el momento justo en el que el gato arañó a la joven y huyó, yo mantuve un ojo sobre él hasta que desapareció por los árboles. Al escuchar las tristes palabras de la chica, me vuelvo hacia ella con la misma sonrisa que puse antes.
-No creo que tú seas el problema. En realidad, yo diría que le desagradaba yo al aparecer de la nada y hacer que dejaras de atenderle como debía. -le contesté con una pequeña carcajada.
-Por tu forma de hablar, diría que eres nueva en lo que se refiere a ser un ángel caído. -le comenté al ver su rostro de pena y, antes de que ella me preguntara nada más, coloqué la mano entre los dos para avisarla de que iba a continuar. -Si te preguntes por como lo sé, es que nunca se ha visto a un ángel caído mostrar sus verdaderos sentimientos, por orgullo y otras tonterías, más que nada.
-Es lo que tiene ser un Shinigami: puedes ver el nombre y su fecha de ''caducidad'' de cualquier ser vivo que mires. Además, cada raza desprende un aura distinta a las demás, y ya me he encontrado con otros ángeles caídos antes. -le respondí con tranquilidad mientras volvía a acomodarme sobre la hierba, relajándome por completo mientras veía como Kario se dejaba acariciar, cariñosamente, por Erika.
En el momento justo en el que el gato arañó a la joven y huyó, yo mantuve un ojo sobre él hasta que desapareció por los árboles. Al escuchar las tristes palabras de la chica, me vuelvo hacia ella con la misma sonrisa que puse antes.
-No creo que tú seas el problema. En realidad, yo diría que le desagradaba yo al aparecer de la nada y hacer que dejaras de atenderle como debía. -le contesté con una pequeña carcajada.
-Por tu forma de hablar, diría que eres nueva en lo que se refiere a ser un ángel caído. -le comenté al ver su rostro de pena y, antes de que ella me preguntara nada más, coloqué la mano entre los dos para avisarla de que iba a continuar. -Si te preguntes por como lo sé, es que nunca se ha visto a un ángel caído mostrar sus verdaderos sentimientos, por orgullo y otras tonterías, más que nada.
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Re: El cazador cazado [Libre]
Se tomó su tiempo para vestirse, pues uno no puede estar perfecto si hace las cosas a prisa y precipitadamente. Despacito y con buena letra, ese era su lema, siempre y cuando no pretendía llevar a cabo ninguna chapuza. En el cortejo era vital.
Terminó de abotonarse el pantalón negro y tomó entonces su camisa para cubrir su torso, la cual cerró a conciencia, dejando un último botón sin abrochar para darle más frescura a su aspecto. A esta, le siguieron los zapatos de piel negra, y por último, la chaqueta roja y plateada de anchas mangas y voluminosas que había elegido para la ocasión, ideal para enamorar a las jovencitas. No se olvidó se colocarse la joya roja y brillante en la oreja, la cual se balanceó debido al movimiento mientras terminaba de recolocarse el cabello rubio platino para parecer más deslumbrante aún. Sin duda el esfuerzo merecía la pena, por lo que Howl bordeó el seto para salir por la parte más alejada del mismo, en dirección contraria por la que el gato desventurado había desaparecido.
Tomó aire, alisó un par de arrugas de su camisa y emergió de entre la maleza de forma majestuosa y teatral. Se afanó por dotar a su rostro juvenil de una expresión previamente ensayada de aflicción, colocándose la mano sobre sus ojos a modo de visera, fingiendo otear a su alrededor con ansiedad.
-¿Percival?-Llamó en vano, buscandose irónicamente a sí mismo-¿Percival?-Alguna que otra pareja lo miró con curiosidad, pero el mago los ignoró, caminando disimuladamente hasta el manzano mientras seguía clamando la atención de su presunta mascota desaparecida-¿Percival, dónde estas?-Dijo de nuevo, con un matiz de desesperación. Aprovechó el momento, para acercarse con dramatismo hacia Erika y Trafalgar, entretanto que hacía como que seguía buscando-Disculpad mi intromisión, señorita-Se inclinó brevemente-Caballero-Ni siquiera se molestó en dedicarle una mirada al castaño, pues aún le guardaba rencor por haberlo importunado-¿Habéis visto un pequeño gato por aquí? Se llama Percival y se me ha escapado. No sé por donde seguir buscándolo-Daba la impresión de que se trataba de un amo muy preocupado por su felino, con semblante trágico y preocupado. Pero no era de extrañar pues Howell Henkin era un buen actor.
Terminó de abotonarse el pantalón negro y tomó entonces su camisa para cubrir su torso, la cual cerró a conciencia, dejando un último botón sin abrochar para darle más frescura a su aspecto. A esta, le siguieron los zapatos de piel negra, y por último, la chaqueta roja y plateada de anchas mangas y voluminosas que había elegido para la ocasión, ideal para enamorar a las jovencitas. No se olvidó se colocarse la joya roja y brillante en la oreja, la cual se balanceó debido al movimiento mientras terminaba de recolocarse el cabello rubio platino para parecer más deslumbrante aún. Sin duda el esfuerzo merecía la pena, por lo que Howl bordeó el seto para salir por la parte más alejada del mismo, en dirección contraria por la que el gato desventurado había desaparecido.
Tomó aire, alisó un par de arrugas de su camisa y emergió de entre la maleza de forma majestuosa y teatral. Se afanó por dotar a su rostro juvenil de una expresión previamente ensayada de aflicción, colocándose la mano sobre sus ojos a modo de visera, fingiendo otear a su alrededor con ansiedad.
-¿Percival?-Llamó en vano, buscandose irónicamente a sí mismo-¿Percival?-Alguna que otra pareja lo miró con curiosidad, pero el mago los ignoró, caminando disimuladamente hasta el manzano mientras seguía clamando la atención de su presunta mascota desaparecida-¿Percival, dónde estas?-Dijo de nuevo, con un matiz de desesperación. Aprovechó el momento, para acercarse con dramatismo hacia Erika y Trafalgar, entretanto que hacía como que seguía buscando-Disculpad mi intromisión, señorita-Se inclinó brevemente-Caballero-Ni siquiera se molestó en dedicarle una mirada al castaño, pues aún le guardaba rencor por haberlo importunado-¿Habéis visto un pequeño gato por aquí? Se llama Percival y se me ha escapado. No sé por donde seguir buscándolo-Daba la impresión de que se trataba de un amo muy preocupado por su felino, con semblante trágico y preocupado. Pero no era de extrañar pues Howell Henkin era un buen actor.
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Re: El cazador cazado [Libre]
Las palabras de aquél muchacho le sorprendió y no intentó ocultar su estupor con una mentirosa sonrisa como ya era usual. Ser descubierta tan rápidamente no era motivo de preocupación tanta como sus siguientes palabras tras hablar del gato. Notar lo había notado, al parecer aquél hermoso minino se había molestado con la presencia del muchacho, o simplemente asustado por algo que solo él era capaz de entender, el caso era, que siempre ella había terminado por ser lastimada por las garras del felino. Aun así su preocupación recayó sobre si mentirle o no acerca de su real condición... en parte era ya costumbre fingir, por otro lado no era muy grato el tener que mentir. Decidió entonces por mantenerse neutral, sonrió ambigua y juntó ambas manos a debajo de sus piernas suavemente flexionadas, además, lo había hecho también por cuestiones de "comportamiento" pues no podía dejar que su falda corriera a su aire. —¿Tu crees...?— Suavizó su voz, observando hacia el frente con calma.
La actitud del ángel no salió imperceptible ante los atentos ojos del ser invertebrado, quien la miró fijamente durante instantes antes de voltearse y sisear al joven chico que según él, había sido motivo por el cual su ama borrara momentáneamente la sonrisa de sus labios. Aun así esta no desapareció por mucho, pues antes de poder decir algo más volvió a demostrar aquella radiante sonrisa propia de ella, o quizás no. —Oh, pero yo no tengo muy claro que es un ángel caído, simplemente me muevo por deseos míos y nada más— Cerró sus ojos. Era demasiado complicado explicar que ella era un ángel caído desde su nacimiento y que, tanto ella como su hermana habían sido expulsadas del cielo por una banal leyenda, aunque quizás, dados los acontecimientos sucesivos no fue simplemente una leyenda. Sintió el tibio cuerpo de Chikage a su lado y volteó la mirada, bajando una mano para acariciar su cola. La herida de su mano había empezado ya a cicatrizar, después de todo no era una simple humana.
Lo que realmente en aquél preciso instante le sorprendió fue el repentino aparecer de un rubio muchacho, cuya voz había escuchado anteriormente al llamar a un tal "Percival". Una ligera sonrisa se dibujó en sus labios, aquél nombre le recordaba a un caballero del rey Arturo, según una vieja leyenda que terminó por leer en compañía de su rey. Aun así ladeó su cabeza hacia un lado, sonriente. —Un gato ¿hum? Si... hace solo minutos hubo un gatito en mis brazos, pero se fue corriendo hacia el frente— Comentó con suma calma fijando sus ojos en los ajenos sin dejar de sonreír con total calma. Ladeó su cabeza —Mi nombre es Erika Flowright... un gusto conocerla...— Cerró sus ojos, obsequiando una amable sonrisa.
La actitud del ángel no salió imperceptible ante los atentos ojos del ser invertebrado, quien la miró fijamente durante instantes antes de voltearse y sisear al joven chico que según él, había sido motivo por el cual su ama borrara momentáneamente la sonrisa de sus labios. Aun así esta no desapareció por mucho, pues antes de poder decir algo más volvió a demostrar aquella radiante sonrisa propia de ella, o quizás no. —Oh, pero yo no tengo muy claro que es un ángel caído, simplemente me muevo por deseos míos y nada más— Cerró sus ojos. Era demasiado complicado explicar que ella era un ángel caído desde su nacimiento y que, tanto ella como su hermana habían sido expulsadas del cielo por una banal leyenda, aunque quizás, dados los acontecimientos sucesivos no fue simplemente una leyenda. Sintió el tibio cuerpo de Chikage a su lado y volteó la mirada, bajando una mano para acariciar su cola. La herida de su mano había empezado ya a cicatrizar, después de todo no era una simple humana.
Lo que realmente en aquél preciso instante le sorprendió fue el repentino aparecer de un rubio muchacho, cuya voz había escuchado anteriormente al llamar a un tal "Percival". Una ligera sonrisa se dibujó en sus labios, aquél nombre le recordaba a un caballero del rey Arturo, según una vieja leyenda que terminó por leer en compañía de su rey. Aun así ladeó su cabeza hacia un lado, sonriente. —Un gato ¿hum? Si... hace solo minutos hubo un gatito en mis brazos, pero se fue corriendo hacia el frente— Comentó con suma calma fijando sus ojos en los ajenos sin dejar de sonreír con total calma. Ladeó su cabeza —Mi nombre es Erika Flowright... un gusto conocerla...— Cerró sus ojos, obsequiando una amable sonrisa.
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Re: El cazador cazado [Libre]
Al ver como se comportaba la chica ante mi pregunta, me di cuenta de que no había bastante educado preguntarle aquello, así que la escuché atentamente hasta que terminó.
-Bueno, si eso es todo, no voy a insistir, ya que no creo que sea algo de lo que te guste hablar. -le respondí con sinceridad, volviendo a sonreír, sinceramente, hasta que de repente aparece un joven preguntando por su gato ''Percival''.
Cuando el chico nos saludé, y ni se molestó en mirarme, me pareció sentir como algo de impatía hacia mí por su parte, y cuando vi su nombre su cabeza, me resultó realmente gracioso, costandome bastante aguantar la risa, al ver que era el mismo nombre que tenía el gato de hace un rato.
-Es como dice la señorita. -contesto tras dejar que la chica contestara a su pregunta, dándole la razón, y luego señalé unos árboles a lo lejos, que era por donde había escapado el ''gato''. -Si te das prisa, quizás lo cojas. -bajé el brazo y mantuve una mirada divertida y burlona mientras lo miraba fijamente.
-¿Qué le parece, señorita, si le invito a algo? Con esta calor, no creo ser el único que tenga sed. -le pregunto a Erika mientras me levanto y estiro un poco los brazos, haciendo que Kario venga hasta mi y suba hasta mi cabeza, mirando de reojo al chico que apareció de la nada, con curiosidad.
-Creo recordar que había un bar cerca por aquí. -pensé en voz alta mientras me llevaba la mano al mentón, pensativo.
-Bueno, si eso es todo, no voy a insistir, ya que no creo que sea algo de lo que te guste hablar. -le respondí con sinceridad, volviendo a sonreír, sinceramente, hasta que de repente aparece un joven preguntando por su gato ''Percival''.
Cuando el chico nos saludé, y ni se molestó en mirarme, me pareció sentir como algo de impatía hacia mí por su parte, y cuando vi su nombre su cabeza, me resultó realmente gracioso, costandome bastante aguantar la risa, al ver que era el mismo nombre que tenía el gato de hace un rato.
-Es como dice la señorita. -contesto tras dejar que la chica contestara a su pregunta, dándole la razón, y luego señalé unos árboles a lo lejos, que era por donde había escapado el ''gato''. -Si te das prisa, quizás lo cojas. -bajé el brazo y mantuve una mirada divertida y burlona mientras lo miraba fijamente.
-¿Qué le parece, señorita, si le invito a algo? Con esta calor, no creo ser el único que tenga sed. -le pregunto a Erika mientras me levanto y estiro un poco los brazos, haciendo que Kario venga hasta mi y suba hasta mi cabeza, mirando de reojo al chico que apareció de la nada, con curiosidad.
-Creo recordar que había un bar cerca por aquí. -pensé en voz alta mientras me llevaba la mano al mentón, pensativo.
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Re: El cazador cazado [Libre]
Pero Howl lo ignoró, prefirió centrarse en la chica, lo cual era perfectamente comprensible. Además, tenía motivos de sobra para ello, y no iba a dejar que un entrometido arruinase su plan, después de llevarse horas y horas elucubrándolo. Claro que, entrado él en escena, las posibilidades del otro rival se reducían notablemente desde su punto de vista, pues el ego del mago no conocía límites y tenía demasiado buen concepto de sí mismo como para sentirse inferior al lado de alguien que no era competencia, ni física ni carismáticamente hablando.
-Mi nombre es Sylvester Oak, a su entera disposición, Lady Flowright-Se presentó el a su vez de forma cortés y galante con sus perfectos modales de mago galés, alargando con una floritura su brazo y dejándolo en el aire, pidiendo permiso de forma silenciosa para besar su mano. Nuevamente, se las andaba dando nombres falsos, pero eso era algo demasiado habitual en él, incluso para con aquellos que ya lo conocían; era una especie de vicio, a la misma altura que su higiene personal y su propio aspecto físico-¿De verdad lo habéis visto, querida?-Preguntó de forma angustiada, dejando que sus ojos vidriosos brillasen a la luz del sol como dos canicas de frío cristal. Bajó la mirada en el momento oportuno, como si fuese sin querer, y se permitió el lujo de observar la herida que él mismo le había hecho al tratar de escapar de sus brazos. Esta vez no tuvo reparos en tomar su brazo, aunque de forma delicada, mostrando interés en examinar la herida de una forma un tanto descarada-¿Os ha herido, señorita? Cuanto lo lamento...
-Mi nombre es Sylvester Oak, a su entera disposición, Lady Flowright-Se presentó el a su vez de forma cortés y galante con sus perfectos modales de mago galés, alargando con una floritura su brazo y dejándolo en el aire, pidiendo permiso de forma silenciosa para besar su mano. Nuevamente, se las andaba dando nombres falsos, pero eso era algo demasiado habitual en él, incluso para con aquellos que ya lo conocían; era una especie de vicio, a la misma altura que su higiene personal y su propio aspecto físico-¿De verdad lo habéis visto, querida?-Preguntó de forma angustiada, dejando que sus ojos vidriosos brillasen a la luz del sol como dos canicas de frío cristal. Bajó la mirada en el momento oportuno, como si fuese sin querer, y se permitió el lujo de observar la herida que él mismo le había hecho al tratar de escapar de sus brazos. Esta vez no tuvo reparos en tomar su brazo, aunque de forma delicada, mostrando interés en examinar la herida de una forma un tanto descarada-¿Os ha herido, señorita? Cuanto lo lamento...
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Re: El cazador cazado [Libre]
Desvió la mirada hacia Trafalgar y sonrió con suavidad, dando a entender que realmente no era ninguna molestia hablar sobre eso, aunque realmente si lo fuera, mas nunca llegaría a admitirlo abiertamente, pues eso sería ir en contra de su propia ética, de aquello que únicamente ella sabía, junto a aquél hombre que la cuidó de niña. Aun así, aquella constante sonrisa en sus labios no era más que una mera mentira, algo que utilizaba para alejar la gente de sus pensares... Oh, si... es verdad, había decidido mantenerse alejada de todos, mintiendo y fingiendo aquella amabilidad. Su corazón se fragmentó por un instante, mas nunca alteró su sonrisa amable. Erika llegaba a ser tan falsa y mentirosa, tal como una manzana, hermosa por fuera, pero que dentro escondía quien sabe cuantas mentiras. —Hace muchos, muchos años que fui despojada de mi título como ángel, tan solo... intento no ser como los demás, después de todo mis alas no están del todo manchadas por el pecado— Ensanchó un poco más su sonrisa, balanceando su cuerpo hacia uno y otro lado.
Su curiosidad pasó al muchacho pelirrubio ante ella, él y sus galantes movimientos no le eran muy nuevos, estaba acostumbrada a ellos, aun así el mero hecho de recrear una tal presentación en el lugar donde se encontraban le resultó sumamente peculiar, simplemente, pensó que ya nadie se preocuparía por algo similar. —Es un gusto conocerla, my lord— Esbozó una suave sonrisa al decir aquella palabra. Era peculiar que Erika se tomara la molestia de decir aquellas palabras en vez del nombre real de una persona, mas, en aquella situación era realmente divertido hacerlo. Al observar el gesto ajeno extendió su mano hacia la contraria, "aceptando" por así decirlo, aquél caballeroso gesto. —Este caballero a mi lado es Trafalgar Law.— Señaló con un sutil gesto de su mano el muchacho a su lado, mas en ningún momento le señaló por pura educación. —Ahora que lo dice, hace calor... Estaría encantada— Su sonrisa se ensanchó un poco ante sus palabras e hizo un ademán por levantarse.
Antes de poder levantarse por completo sintió como el otro tomaba de su brazo, junto al repentino siseo de Chikage quien aun estaba recostado a su lado. Su cabeza se levantó y movió a un lado y otro en acto peligroso, había olvidado, lo apegado que era ese ser a su persona. Su mano libre tomó a la serpiente por su cola, haciendo si que se viera sentado en su regazo, acariciando su cabeza como si se tratara de un perro. El animal ante aquellas acciones paró en seco y se recostó completamente en las piernas de su ama.—No se preocupe, por favor... las heridas sanan rápido, después de todo soy un ángel caído...— Aunque despojada de su título en el cielo, ella seguía siendo un ser inmortal al fin y al cabo. Sujetó a la serpiente a su cuerpo cuando tomó un pequeño impulso para levantarse. —¿Nos quiere acompañar?— Preguntó dibujando una radiante y amable sonrisa al pelirrubio, ofreciendo una igual a su otro acompañante.
Su curiosidad pasó al muchacho pelirrubio ante ella, él y sus galantes movimientos no le eran muy nuevos, estaba acostumbrada a ellos, aun así el mero hecho de recrear una tal presentación en el lugar donde se encontraban le resultó sumamente peculiar, simplemente, pensó que ya nadie se preocuparía por algo similar. —Es un gusto conocerla, my lord— Esbozó una suave sonrisa al decir aquella palabra. Era peculiar que Erika se tomara la molestia de decir aquellas palabras en vez del nombre real de una persona, mas, en aquella situación era realmente divertido hacerlo. Al observar el gesto ajeno extendió su mano hacia la contraria, "aceptando" por así decirlo, aquél caballeroso gesto. —Este caballero a mi lado es Trafalgar Law.— Señaló con un sutil gesto de su mano el muchacho a su lado, mas en ningún momento le señaló por pura educación. —Ahora que lo dice, hace calor... Estaría encantada— Su sonrisa se ensanchó un poco ante sus palabras e hizo un ademán por levantarse.
Antes de poder levantarse por completo sintió como el otro tomaba de su brazo, junto al repentino siseo de Chikage quien aun estaba recostado a su lado. Su cabeza se levantó y movió a un lado y otro en acto peligroso, había olvidado, lo apegado que era ese ser a su persona. Su mano libre tomó a la serpiente por su cola, haciendo si que se viera sentado en su regazo, acariciando su cabeza como si se tratara de un perro. El animal ante aquellas acciones paró en seco y se recostó completamente en las piernas de su ama.—No se preocupe, por favor... las heridas sanan rápido, después de todo soy un ángel caído...— Aunque despojada de su título en el cielo, ella seguía siendo un ser inmortal al fin y al cabo. Sujetó a la serpiente a su cuerpo cuando tomó un pequeño impulso para levantarse. —¿Nos quiere acompañar?— Preguntó dibujando una radiante y amable sonrisa al pelirrubio, ofreciendo una igual a su otro acompañante.
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Re: El cazador cazado [Libre]
-Sí, creo que debería venir a tomar algo con nosotros. Aunque, pensándolo mejor, creo que debería marcharse pronto, ya que su gato puede que se haya metido en algún problema, teniendo en cuenta su desaparición. -mientras le hablaba, mostraba una falsa sonrisa de decepción y cogí de la mano a Erika.
-¿Nos marchamos, lady? -le pregunté a Erika antes de comenzar a alejarnos, seguidos por Kario.
Cuando estamos lejos del chico, le miro de reojo, desconfiado, para asegurarme de que estaba lejos, antes de acercarme a la oreja de Erika y susurrarle:
-Escucha. No es que me importe, pero te recomendaría no acercarte mucho a ese chico, ya que resulta bastante sospechoso, tanto él como su ''gato''. -le susurro al oído antes de incorporarme y seguir caminando.
Cuando por fin llegamos al bar, pido un zumo frío y tomo un pequeño sorbo mientras me quedaba pensativo, intentando pensar alguna respuesta para el misterio de que ambos tuvieran el mismo nombre.
-Es bastante extraño... -pensé en voz alta, sin encontrar alguna solución a lo que tenía en mente.
En ese momento, Kario me arañaba el pantalón, llamando mi atención. Lo cogí y lo subí a mi cabeza, dejándolo acostado.
-Nunca se cansa.
-¿Nos marchamos, lady? -le pregunté a Erika antes de comenzar a alejarnos, seguidos por Kario.
Cuando estamos lejos del chico, le miro de reojo, desconfiado, para asegurarme de que estaba lejos, antes de acercarme a la oreja de Erika y susurrarle:
-Escucha. No es que me importe, pero te recomendaría no acercarte mucho a ese chico, ya que resulta bastante sospechoso, tanto él como su ''gato''. -le susurro al oído antes de incorporarme y seguir caminando.
Cuando por fin llegamos al bar, pido un zumo frío y tomo un pequeño sorbo mientras me quedaba pensativo, intentando pensar alguna respuesta para el misterio de que ambos tuvieran el mismo nombre.
-Es bastante extraño... -pensé en voz alta, sin encontrar alguna solución a lo que tenía en mente.
En ese momento, Kario me arañaba el pantalón, llamando mi atención. Lo cogí y lo subí a mi cabeza, dejándolo acostado.
-Nunca se cansa.
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Re: El cazador cazado [Libre]
- Spoiler:
- En vistas de que Trafalgar acaba de echarme del tema ^^º, supongo que esto finaliza mi estancia en el mismo, pero no descarta un futuro encuentro rolístico si Erika lo desea.
Tomó entre sus dedos la mano de la chica y la besó con suavidad en el dorso, dejando que sus cabellos rubios acariciasen su brazo. Después, se retiró de forma galante, como el caballero que sabía que era, incluso se molestó en escuchar la presentación de la dama, la cual parecía mofarse de él al dar importancia al otro individuo. O simplemente era cortés y educada, como una mujer de alta cuna. Que considerada.
-Un placer en conocerle-Recitó escuetamente, encarándolo por unos instantes e inclinándose de forma sutil para no mostrar ningún tipo de sumisión en su comportamiento, sin dedicarle más minutos de su atención de los que estaba dispuesto a ofrecerle. Le hubiese tendido la mano para estrechársela, pero prefirió no hacerlo, con el saludo bastaba. Parecía dejarse llevar por la mala impresión inicial, pero aprovechó su presunta consternación por la desaparición del felino y fingió no darse cuenta. Una formalidad era obligatoria para con una señorita, con un hombre no-Toda preocupación es poca, señorita. No hay que escatimar en medidas para que no queden cicatrices en vuestra delicada piel…-La contradijo Howl-¿Un ángel caído? Curioso-Una verdadera sorpresa la que se presentaba ante sus ojos, que daba más pie si cabe a su pico de loro y su actitud recargada cual pavo real-Eso explica sin lugar a dudas la belleza deslumbrante de la que hacéis gala ante las miradas indiscretas del resto de nosotros, los mortales-Howl suspiró hondamente, abatido. Deseaba poder seguir, a fin de alejar al moscardón que revoloteaba alrededor de Erika como si ella estuviese hecha de miel, pero no podía dejar que su coartada se desmoronase, por lo que tendría que posponerlo para otro día. Eso no significaba que se rindiese, ni mucho menos, pues la obstinación era la clave en la vida del mago siempre y cuando se proponía algo, y cortejar a una doncella era una tarea laboriosa que no se llevaba a cabo de la noche a la mañana. Requería tiempo, esfuerzo y dedicación completa. Había conseguido su nombre y llamar su atención de alguna manera (aunque no fuese la deseada), pero eso le abría la posibilidad de poder concertar otro misterioso encuentro casual libre de fallos. Hasta entonces… Fulminó al castaño con sus vidriosos orbes que parecían hechos de puro hielo-Muy a mi pesar-Y no mentía-Debo declinar vuestra amable oferta. El señor Law tiene razón-Agregó de forma solemne, deseando que un rayo cayese del cielo y lo fulminase-Percival es sólo una cría y no es seguro que lo deje sólo tanto tiempo. Ha sido un verdadero placer, Mylady Flowright. Espero que volvamos a vernos-Extendió el brazo derecho mientras posaba el izquierdo sobre su vientre, y se dejó caer hacia delante en una muy marcada reverencia-Hasta pronto.
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