Día de inspiración [Libre]

por **Temperance Akiyatsu** Sáb Jul 27, 2013 7:30 am

Era un día normal para la pequeña miko, fue a las clases a las que atendió bastante. Cogió numerosos apuntes. Estaban escritos con un letra de tamaño medio, con letra redondita, clara y con numerosos colores. Si algo puede caracterizar a Temperance es que su orden en las cosas es de una nota de diez. También, hizo los ejercicios que mandaron en la clase, todo estaba correcto a la hora de corregirlo. En los estudios la pelirrosa era tan exigente debido a que la carrera que esperaba hacer exigía mucho. Al llegar la hora de descanso, se sentó en un lado de las zonas verdes a comerse un pequeño sándwich. Le sobró algo de tiempo y decidió ir a dar un paseo. No le importaba estar sola, caminaba de forma tan tranquila que no se paraba a pensar en la compañía que podría tener.

Cuando acabó el descanso, era de volver a la habitación en donde impartía clases. Sus pasos eran ligeros y suaves. Llegó en pocos minutos y volvió a tomar asiento. Por suerte, las siguientes clases eran algo más amenas. Aunque no le gustaba mucho la educación física, se le daba bastante bien. Cuando acabó las clases, se retiró a su habitación y se fue a dar una pequeña ducha. Al salir, se vistió y comenzó a estudiar. La pelirrosa estudiaba todos los días. Era algo que le gustaba mucho, llevaba al día todas las asignaturas y aún le sobraba tiempo. Tras finalizar su tiempo de estudio, caminó hacia el club de arte.

Tenía bastante curiosidad por saber como sería. Estuvo imaginando qué cosas tendría o cómo estaría distribuido. Cuando llegara aclararía todas y cada una de sus dudas. La verdad, es que Temperance nació para ser una artista, se le daba bien dibujar, pintar sobre lienzo, remodelar muebles antiguos y hacerlos una pieza única... Lo único que no había probado, era esculpir una figura. Para eso sabía que debía tener un boceto de qué esculpiría y después hacerlo a escala sobre yeso. Caminó por los grandes pasillos y llegó tras un largo rato.

Miró el gran lugar asombrada. Había todo tipo de materiales para dar rienda suelta a la imaginación. Entró y no pudo evitar acercarse al lienzo y comenzar a hacer un boceto de lo que tenía en mente pintar. Lo repasó con un pincel fino mojado en pintura de color. Tras acabar el dibujo, lo pintó. Era un cuadro en el que había un bonito paisaje. Lo emuló tan bien, que parecía ser real. Ese cuadro, le llevó bastantes horas que no parecían pasar para la pequeña. Estaba completamente absorta en lo que estaba creando. Tanto que seguro que no se habría dado cuenta de que habría llegado alguien.

Cuando se ponía a crear cosas como las que estaba haciendo, su mente solo piensa en eso, y no presta atención a nada de su alrededor. Se alegraba de ir al club de arte, ya que era una de sus grandes pasiones. Podría decirse que si no se ha casado ya con el arte, lo hará si llegara a ser médico algún día.